Ante nuestros ojos ya,
los misterios centrales
de la fe en los tres días sacros,
el Triduo Pascual
que desgrana el amor
más grande
para que aprendamos a vivirlo todo el año
plenamente como hijos de Dios:
Jueves
Santo: lavar los
pies (libremente siervos por amor),
mandamiento nuevo (reciprocidad del amor
es lo típico del cristianismo),
unidad (“que todos sean uno”, testamento
de Jesús, su “perla”)
y alimento para todo ello (Eucaristía,
“amor de los amores”)
y sacerdocio, que la hace posible.
¿Cuesta?
Viernes
Santo, paso
imprescindible para Domingo de Resurrección:
Jesús
abandonado (“Dios mío, ¿por qué…?”:
abismo de dolor, abismo de amor: ¡por
mí!).
Lanzarse a seguir amando a todos y al
Padre,
transformando el dolor en amor del más
grande.
“Despojaos del hombre viejo,
y revestíos a imagen del hombre nuevo”.
Renovar el ser hijos en el Hijo:
promesas bautismales en
“Se nota que habéis pasado de la muerte a
la Vida porque amáis…”.
“Donde dos o más, allí” está el
Resucitado en medio.
¡Él vive hoy!
¡¡Que lo experimentes!!
Adelantándome al domingo de Resurrección
te deseo, pues,
¡¡feliz Pascua
de Resurrección para ti
y para cada uno
de los que tienes cerca!!
SER PACIENTES
Ser pacientes para vivir bien la vida, sin
precipitaciones, siempre atentos a la Voz del Espíritu. Porque la Luz se nos
garantiza si seguimos a Dios, no si nos empeñamos en precederle. Los
apresuramientos y las impaciencias solo oscurecen el camino.
P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra del 4 abril
TENER COMPASIÓN
Para tener compasión de mi prójimo debo renunciar a mí mismo, para vivir su
dolor. La compasión es mucho más que un acto solidario: es estar en total comunión con el otro.
Cuando tengo un brazo roto o herido, el otro brazo trabaja por los dos. Eso
es tener compasión. Cuando tengo una pierna herida, la otra no sólo trabaja el
doble, sino que se adapta al ritmo de la primera. Eso es ser compasivo.
Somos un cuerpo. Si una parte sufre, todo el cuerpo sufre con ella hasta
que se recupera. Tener compasión es tener un corazón que ama siempre y nunca se cansa.
APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 3 abril
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