miércoles, 13 de abril de 2022

TRIDUO PASCUAL

 

Ante nuestros ojos ya,

los misterios centrales de la fe en los tres días sacros,

el Triduo Pascual

que desgrana el amor más grande

para que aprendamos a vivirlo todo el año plenamente como hijos de Dios:

 

Jueves Santo: lavar los pies (libremente siervos por amor),

mandamiento nuevo (reciprocidad del amor es lo típico del cristianismo),

unidad (“que todos sean uno”, testamento de Jesús, su “perla”)

y alimento para todo ello (Eucaristía, “amor de los amores”)

y sacerdocio, que la hace posible.



 ¿Cuesta?

Viernes Santo, paso imprescindible para Domingo de Resurrección:

Jesús abandonado (“Dios mío, ¿por qué…?”:

abismo de dolor, abismo de amor: ¡por mí!).

Lanzarse a seguir amando a todos y al Padre,

transformando el dolor en amor del más grande.

 

“Despojaos del hombre viejo,

y revestíos a imagen del hombre nuevo”.

Renovar el ser hijos en el Hijo:

promesas bautismales en la Vigilia Pascual.

“Se nota que habéis pasado de la muerte a la Vida porque amáis…”.

“Donde dos o más, allí” está el Resucitado en medio.

¡Él vive hoy!

¡¡Que lo experimentes!!

Adelantándome al domingo de Resurrección te deseo, pues,

¡¡feliz Pascua de Resurrección para ti

y para cada uno de los que tienes cerca!!

 

 

 

 

 

SER PACIENTES

Ser pacientes para vivir bien la vida, sin precipitaciones, siempre atentos a la Voz del Espíritu. Porque la Luz se nos garantiza si seguimos a Dios, no si nos empeñamos en precederle. Los apresuramientos y las impaciencias solo oscurecen el camino. 

P. MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra del 4 abril

 

 

 

 

 

TENER COMPASIÓN

 Tener compasión es hacerse uno con quien sufre, poniéndome realmente en su lugar. Quien es compasivo, también es misericordioso, porque muchas veces el sufrimiento del otro es causado por sus propias debilidades.

Para tener compasión de mi prójimo debo renunciar a mí mismo, para vivir su dolor. La compasión es mucho más que un acto solidario: es estar en total comunión con el otro.

Cuando tengo un brazo roto o herido, el otro brazo trabaja por los dos. Eso es tener compasión. Cuando tengo una pierna herida, la otra no sólo trabaja el doble, sino que se adapta al ritmo de la primera. Eso es ser compasivo.

Somos un cuerpo. Si una parte sufre, todo el cuerpo sufre con ella hasta que se recupera. Tener compasión es tener un corazón que ama siempre y nunca se cansa. 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 3 abril


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