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miércoles, 17 de enero de 2024

ORAR Y AMAR POR LA UNIDAD ECUMÉNICA

 Mañana comienza la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos de distintas denominaciones. Ocasión excepcional para que se reavive para todo el año esa oración y trabajo por el “ut omnes unum sint…”, (“que todos sean uno…”).

Aquí te ofrezco unos textos (y experiencias) para renovar la intensidad en vivir la Palabra de Vida de enero, que, además, es el lema de la Semana de Oración por la unidad («Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo», Lc 10, 27):

 


 

CONSTRUIR PUENTES DE PAZ

 

En ocasiones, habrá que ser valientes, romper esquemas y rutinas, sorprender, poner más corazón. No nos bastan las relaciones frías de mutuo respeto. La paz es mucho más, fruto siempre de la unidad y el amor que ponemos.

 

MANOLO MORALES, O.S.A., Comentario al Pasapalabra diario del 15 enero

 

 

 

 

REZAR POR LOS HERMANOS EN DIFICULTAD

 

Hay muchos hermanos y hermanas que se encuentran en dificultades. Ya sea cerca de nosotros o en todo el mundo.

Pienso sobre todo en las víctimas de las guerras, de las tragedias y catástrofes naturales. Siento compasión por todos ellos, pero desde el punto de vista material, muy poco puedo hacer.

La oración es la ayuda más importante que puedo ofrecer. Conozco su poder y la uso para llevar mi ayuda concreta a cada persona en dificultad.

Cuando rezo, me uno a millones de personas que hacen lo mismo. Y Dios escucha el unísono de nuestras voces y actúa a través de aquellos que pueden llegar eficazmente a estas personas.

Un día entenderemos cómo funciona la economía divina en lo que respecta a la oración. Su poder no tiene límites porque llega al corazón de Dios.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 17 enero

 

 

 

 

PRESERVAR CONCRETAMENTE LA CREACIÓN

 

Amar a Dios. Este amor se manifiesta de muchas maneras. Podemos expresar nuestro amor a Dios con alabanzas, con ritos, con ofrendas de sacrificios, pero también con amor concreto a nuestro prójimo.

La frase de hoy nos invita a expresar nuestro amor a Dios a través del cuidado de la creación, de la naturaleza. Sí, esto también es una expresión de amor hacia Dios. Después de todo, es Su Creación.

Cuando salvaguardamos el medio ambiente, estamos demostrando nuestro amor al Creador. Al mismo tiempo, estamos mostrándole nuestro agradecimiento por este inmenso regalo que es la Creación. Y de la cual somos parte.

Hoy, tratemos de amar a Dios salvaguardando la naturaleza que nos rodea, porque a través de ella, Él también expresa Su Providencia para todos nosotros.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 17 enero

 

 

 

 

 

UN DON QUE VIENE DE LO ALTO

 

"La obra del restablecimiento de la unidad, que requiere nuestra energía y nuestro esfuerzo, es en cualquier caso infinitamente superior a nuestras posibilidades. La unidad con Dios y con nuestros hermanos y hermanas es un don que viene de lo alto, que brota de la comunión de amor entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que en ella se incrementa y se perfecciona" 

 

BENEDICTO XVI, Homilía durante el rezo de Vísperas en la fiesta de la conversión de san Pablo como conclusión de la Semana de Oración para la unidad de los cristianos, 25 enero 2008

 

 

 

 

 

SOMOS IGUALES: EL SEÑOR NOS SALVÓ

A TODOS EN EL BAUTISMO

 

Es fácil olvidarse de la igualdad fundamental que existe entre nosotros: que en el principio todos éramos esclavos del pecado y el Señor nos salvó en el bautismo, llamándonos hijos suyos. Es fácil pensar que la gracia espiritual que se nos ha dado es una propiedad nuestra, algo que nos corresponde y nos pertenece

Es un pecado grave reducir o despreciar los dones que el Señor ha dado a otros hermanos, creyendo que así son menos privilegiados de Dios. Si pensamos así, dejamos que la misma gracia recibida se convierta en una fuente de orgullo, injusticia y división…

…reconocer con humildad que las bendiciones recibidas no son nuestras por derecho, sino por un don, y que nos han sido dadas para que las compartamos con los demás…

…tenemos que reconocer el valor de la gracia concedida a otras comunidades cristianas. Como consecuencia, nuestro deseo será el de participar en los dones de los demás. Un pueblo cristiano renovado y enriquecido por este intercambio de dones será un pueblo capaz de caminar con paso firme y confiado por el camino que conduce a la unidad…

 

PAPA FRANCISCO, Homilía en las Vísperas por el inicio de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, Basílica de San Pablo Extramuros, 18 enero 2019

 

 

 

 

COMÚN PERTENENCIA A CRISTO

 

…los cristianos pertenecientes a una confesión ya no consideran a los demás cristianos como enemigos o extranjeros, sino que ven en ellos a hermanos y hermanas. Por otra parte, hoy se tiende a sustituir incluso el uso de la expresión hermanos separados por términos más adecuados para evocar la profundidad de la comunión -ligada al carácter bautismal- que el Espíritu alimenta a pesar de las roturas históricas y canónicas. Se habla de «otros cristianos», de «otros bautizados», de «cristianos de otras Comunidades». De otras «Iglesias o Comunidades eclesiales que no están en plena comunión con la Iglesia católica». La conciencia de la común pertenencia a Cristo se profundiza. Lo he podido constatar personalmente muchas veces, durante las celebraciones ecuménicas que constituyen uno de los eventos importantes de mis viajes apostólicos por las diversas partes del mundo, o en los encuentros y celebraciones ecuménicas realizados en Roma. La «fraternidad universal» de los cristianos se ha convertido en una firme convicción ecuménica

 

S. JUAN PABLO II, Carta Encíclica “Ut unum sint”, n. 48, mayo 1995


domingo, 15 de marzo de 2020

LA ESPERANZA: UN ANTIVIRUS

DOMINGO III CUARESMA
Homilía Misa

Retransmisión Radio Nacional de España "Radio 5"
Centro Mariápolis "Luminosa"
C/ Poniente 33 - Las Matas (Madrid)
15 marzo 2020

Ex 17, 3-7
Sal 94
Rom 5, 1-2.5-8
Jn 4, 5-42

El pueblo de Israel, -hemos escuchado en la primera lectura-, durante su camino por el desierto, se queja una vez más contra Dios y contra Moisés: ¡falta agua! Moisés toca la roca con el bastón y brota un
surtidor[1]: Dios saca agua de una roca en el desierto.
  Siglos después en Samaría, más de uno diría: “esa mujer no tiene remedio”. Nosotros hoy día sentenciamos a menudo: “con esta persona es imposible entenderse”. Y, sin embargo, Jesús hizo brotar agua viva en el desierto corazón de aquella mujer samaritana[2]. Y puede hacerlo hoy a través de nosotros. Él emplea un arte: el diálogo.
El Papa Francisco afirma que “dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir; acoger su punto de vista, sus propuestas…” [3]. Nuestra luminosidad no debe provenir de palabrerías o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino[4].
Y con esa misma ternura Jesús desvela a la samaritana que conoce su pasado y su actual vida de pecado. La libera: ya no tiene ella, entonces, necesidad de disimular ni de camuflar su vida y sus actitudes.

Ayer era el aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich, (fundadora del Movimiento de los Focolares), dentro de todo este año en el que se celebra el centenario de su nacimiento: en este marco, estos días
vivimos en toda Europa una circunstancia existencial y colectiva muy particular, que nos deja sin palabras.
Chiara Lubich comenzó con sus primeras compañeras en Trento, (su ciudad natal en el norte de Italia), en una situación más difícil incluso que la nuestra hoy: era plena Segunda Guerra Mundial, con todos sus horrores y calamidades. Ellas se dieron cuenta que “todo pasa, y solo Dios permanece”; y que Dios es Amor; y que si, todo es “vanidad de vanidades”, hay que emplear bien cada momento presente que Dios nos regala, “colmándolo de amor” (como también diría décadas después el Cardenal Van Thuan en sus 13 años de confinamiento[5] y que él bien lo había aprendido de la misma Chiara). Hay que hacer la “elección de Dios” y decirle a cada momento con las palabras del salmo: “Tú, Señor, eres mi único Bien”. Y, por tanto, vivir cada instante su Voluntad, por amor a Él, y vivir bien la regla de oro “haced a los demás, cuanto quisierais que hicieran con vosotros”.

Esta es la Cuaresma especial que el Señor quiere que vivamos este año. Cada Cuaresma se inicia el miércoles de ceniza con ese gris elemento, pero tiene como meta la Pascua con la Resurrección de Cristo, y en Él, la limpieza y transparencia del agua bautismal en la cual renovaremos nuestras promesas de hijos de Dios.
En esta Cuaresma, (a pesar de los progresos y estudios de la humanidad hoy día), nos vemos impotentes ante esta pandemia que a todos nos preocupa, pero podemos que hacer un redescubrimiento formidable: la Revelación, la Palabra de Dios dirigida a los hombres en palabras humanas, es una bocanada de aire fresco que nos hace encontrar un sentido trascendente sobre la profundidad de la vida y de la historia. Solo la Palabra de Dios nos da respuestas para el momento que estamos viviendo, porque solo ella custodia una sabiduría eterna que sobrepasa los tiempos sin perder significado[6].
En el salmo de hoy hemos repetido: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
A la luz de la Palabra de Dios nos damos cuenta de un hecho tan desconcertante como paradójico: que vivimos un tiempo de gracia en medio de este estado de alarma. De una cosa estamos seguros: la victoria final es de la misericordia de Dios”[7].

  Recordemos que Jesús comenzó el diálogo con la samaritana poniéndola en tesitura de amar: “dame de beber”. Le ofreció la oportunidad de hacer un
acto concreto de amor al prójimo, (aunque en este caso fuera Él mismo ese prójimo); es decir, hizo que ella dejara de pensar en sí misma y se pusiese en el lugar del otro. Cuando la persona se pone a amar, encuentra la sintonía con su verdadera esencia, (que es ser “imagen y semejanza de Dios”). Se abre, pues, a la interrelación a la que constitutivamente está llamada cada persona como imagen de la Trinidad. “Fraterna condivisión y respetuoso anuncio, superando contraposiciones”[8], decía Benedicto XVI.

Jesús decía a la samaritana algo que resuena hoy más fuerte que nunca ante las restricciones y la supresión de actos litúrgicos con público: “se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre… se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero, adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así; Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad”.

María Voce, la actual presidenta del movimiento de los Focolares decía ayer: “(…) incluso en condiciones extremas, nadie puede quitarnos a Dios, nadie puede impedirnos amar. (…) Son muchos los modos con los que podemos ofrecer apoyo y consuelo: antes que nada con la oración; además, podemos multiplicar los actos de amor: una llamada telefónica, un
mensaje..., para que nadie se sienta solo, ni los que están en casa, ni los enfermos, ni los que se esfuerzan por curar, consolar, acompañar a todos los que sufren las consecuencias de esta situación. (…) Solo así, solo compartiendo los gestos de amor que siempre podremos hacer, nos contagiaremos con el antivirus de la esperanza, el antivirus de la fraternidad (…)[9].

Nos convertiremos también nosotros, como la samaritana, en surtidores del agua viva de Cristo para con los demás.
Que la Virgen María nos acompañe de su mano en este caminar custodiándonos con ternura a todos en su Corazón de Madre.

Francisco-T. Tomás Rodríguez



"Pinchando" aquí puedes volver a escuchar la grabación: Misa domingo 15 marzo 2020Es una pena que el coro magnífico que tenemos no haya podido ir por las restricciones de la epidemia.


            En las fotos que siguen, (agrándalas), puedes leer la monición de entrada:


"Pinchando" aquí puedes volver a escuchar una grabación de otra Misa en ocasión similar: audio Misa enero 2019


"Pinchando" a continuación puedes leer la homilía también retransmitida por Radio hace años en ocasión similar: Misa Centro Mariápolis Las Matas septiembre 2008






[1] Cfr. Ex 17,3-7.

[2] Jn 4.

[3] PAPA FRANCISCO, Mensaje Jornada Comunicaciones Sociales para el domingo 1 de junio de 2014, hecho público el 24-I-’14.
[4] PAPA FRANCISCO, Idem.

[5] F.X. NGUYEN VAN THUAN Testigos de esperanza, Ciudad Nueva, Madrid 200413, pp. 101-125; Cfr. ID., Cinco panes y dos peces , Ciudad Nueva, Madrid 200012.

[6] Cfr. JESÚS MORÁN, (Copresidente del Movimiento de los Focolares), Homilía Misa de aniversario de Chiara Lubich, Rocca di Papa (Roma)  14 marzo 2020. 
Pinchando aquí puedes leer la homilía completa: homilía Vivimos un tiempo de gracia .

[7] Cfr. JESÚS MORÁN, (Copresidente del Movimiento de los Focolares), Homilía Misa de aniversario de Chiara Lubich, Rocca di Papa (Roma)  14 marzo 2020.

[8] BENEDICTO XVI, Mensaje para la Jornada mundial del Migrante y del Refugiado 2012.

[9] MARÍA “EMAÚS” VOCE, (Presidenta del movimiento de los Focolares), Videomensaje 14 marzo 2020.
Pinchando aquí puedes verlo completo con subtítulos en español: centenario Chiara Lubich-Mensaje de Maria Voce .



sábado, 18 de enero de 2014

DIOS ESTÁ AQUÍ POR MÍ

Un par de textos para reforzar la vivencia de la Palabra de este mes. 
El primero sobre Mons. Klaus Hemerle, (estamos en el 20º aniversario de su partida hacia la casa del Padre), y el segundo, de Benedicto XVI:


DIOS ESTÁ AQUÍ POR MÍ
         
Hemmerle escribió la Carta Pastoral para la Cuaresma de 1976 comenzando con una pregunta: "¿Qué tal ha ido esta semana? Escoged un título que pueda sintetizar la semana que acaba de pasar… ¿Y cuál es este título? El título es: Dios forma parte en mi vida, Dios me ha asumido hasta el punto extremo y, por tanto, me toca en lo más profundo de mí, Dios está aquí por mí, me ha dicho "sí" a mí, Dios me ama. En la Primera carta de Juan, todo el Evangelio se sintetiza en una frase: "Y nosotros hemos creído en el amor que Dios nos tiene" (cfr. 1 Jn 4, 16). Si nos preguntamos sobre un posible título para poner a nuestra vida, quizá no logramos encontrarlo.
Pero si nosotros pedimos a Dios que ponga un título a nuestra vida, entonces hallamos la respuesta: esta respuesta es Jesús. Él es la Palabra que nos dice quiénes somos: nosotros somos amados por Él, nosotros estamos aquí para poder volver a dar y llevar a todos su amor".
        Hemmerle quería hacer comprender que Dios ha puesto un título, es decir, el título de su Palabra, a toda la vida del hombre. Así habló de la Palabra de Dios que en Jesús se ha hecho carne explicando cómo Jesús ha vivido la vida humana con nosotros "en nuestra cotidianeidad, en nuestras desilusiones y esperanzas, en nuestras alegrías y en nuestras angustias. Él ha compartido todo esto con nosotros hasta la muerte de cruz en la más total soledad".
         Con esta primera carta pastoral… quería que la iniciativa fuese dejada a Algún Otro: se trataba de seguir Sus huellas junto a todos los creyentes de la diócesis. Por este motivo se enraíza firmemente en la Palabra de Dios. Él invitaba a escoger una Palabra tomada de las lecturas de la liturgia dominical y a vivirla juntos. No era una palabra elegida por él, sino la Palabra que proviene de la Escritura que la Iglesia propone en el año litúrgico. El Obispo concluye la carta pastoral con un deseo: "Estaré feliz de poder escuchar de vez en cuando alguna de esas experiencias".
         En la diócesis esta Carta Pastoral fue tomada muy en serio. Hubo muchas respuestas, tantas que ocho semanas después… escribe una carta a aquellos que le habían contado experiencias realizadas viviendo la Palabra: "¡Queridos amigos en la Palabra! Con este apelativo quiero dirigirme a aquellos que han querido responder en primera persona a mi carta pastoral para la Cuaresma referida a la Palabra".
         Él percibió claramente que la Palabra comenzaba a obrar en su diócesis suscitando una realidad de comunión entre los creyentes y con el Obispo. Esto le empujó, no pudiendo contestar a cada uno personalmente, a responder a todos con una carta abierta: …contaba en primera persona cómo había vivido la Palabra en los meses de marzo y abril, qué Palabra lo había tocado en particular y lo había guiado, dejando en él una huella. Invitaba a vivir la Palabra y ponía ejemplos concretos en referencia a cómo se podía vivir…

Mons. Klaus HEMMERLE, (Obispo de Aquisgrán)
(+23-I-1984) 
Primera Carta pastoral, Cuaresma 1976,

citada y comentada en W. HAGEMANN, 
Klaus Hemmerle: innamorato dalla Parola di Dio
Città Nuova, p. 129 ss.

(traducción mía)





DONDE SE VE A DIOS COMIENZA REALMENTE LA VIDA

         “Los hombres vivimos alienados, en las aguas saladas del sufrimiento y de la muerte; en un mar de oscuridad, sin luz. La red del Evangelio nos rescata de las aguas de la muerte y nos lleva al resplandor de la luz de Dios, en la vida verdadera. Así es, efectivamente: en la misión de pescador de hombres, siguiendo a Cristo, hace
 falta sacar a los hombres del mar salado por todas las alienaciones y llevarlo a la tierra de la vida, a la luz de Dios. Así es, en verdad: nosotros existimos para enseñar Dios a los hombres. Y únicamente donde se ve a Dios, comienza realmente la vida. Sólo cuando encontramos en Cristo al Dios vivo, conocemos lo que es la vida. No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él. … en definitiva es un servicio a la alegría, a la alegría de Dios que quiere hacer su entrada en el mundo. 

BENEDICTO XVI, Homilía, domingo 24 abril 2005

martes, 24 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD 2013


El Señor está cerca.
Navidad está cerca.
El mensaje cristiano se llama “evangelio”,
es decir, “buena noticia”,
un anuncio de alegría para todo el pueblo…
¡la Iglesia es la casa de la alegría!
Encuentra su razón
en el saberse acogidos y amados por Dios.
Su venida en medio de nosotros
robustece, purifica, da ánimo,
hace exultar y florecer el desierto...
¡Tú puedes volver a empezar desde el principio!
¡Porque Él te espera,
Él está cerca de ti,
Él te ama,
Él es misericordioso,
Él te perdona,
Él te da la fuerza de volver a empezar desde el principio!
¡A todos!
La alegría cristiana, como la esperanza,
tiene su fundamento en la fidelidad de Dios,
en la certeza de que Él mantiene siempre sus promesas.
La Virgen María nos ayude
a acelerar el paso hacia Belén,
para encontrar al Niño que ha nacido para nosotros,
para la salvación y la alegría de todos los hombres.
A Ella el Ángel le dijo:
“Alégrate, llena de gracia: el Señor está contigo”.
Que Ella nos obtenga vivir la alegría del Evangelio
en familia, en el trabajo, en la parroquia y en cada ambiente.
Una alegría íntima,
hecha de maravilla y de ternura.
¡La que experimenta una madre
cuando mira a su niño recién nacido,
y siente que es un don de Dios,
un milagro por el que sólo se puede dar gracias!
PAPA FRANCISCO, Ángelus, 15 diciembre 2013


Este es mi deseo para
UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD.
Lo dirijo con afecto a ti,
a tus familiares, a todos,
en particular si hubiera alguno enfermo o que sufre.
                                                                 


Hay respuesta:
se encuentra escrita en el rostro de un Niño
que hace dos mil años nació en Belén
y que hoy es el Viviente,
resucitado para siempre de la muerte.
En el tejido de la humanidad,
desgarrado por tantas injusticias, maldades y violencias,
irrumpe de manera sorprendente
la novedad gozosa y liberadora de Cristo Salvador,
que en el misterio de su encarnación y nacimiento
nos permite contemplar
la bondad y ternura de Dios.
El Dios eterno ha entrado en nuestra historia
y está presente de modo único en la persona de Jesús,
su Hijo hecho hombre, nuestro Salvador,
venido a la tierra para renovar radicalmente la humanidad
y liberarla del pecado y de la muerte,
para elevar al hombre a la dignidad de hijo de Dios.
La Navidad no se refiere sólo al cumplimiento histórico de esta verdad
que nos concierne directamente,
sino que nos la regala nuevamente de modo misterioso y real.
BENEDICTO XVI, Primeras vísperas, 31 diciembre 2011



martes, 29 de octubre de 2013

29 octubre: Clara Badano

29 de octubre:
memoria litúrgica de la beata Clara Badano (1971-1990)
Beatificada en 2010, la celebración litúrgica de la memoria de la joven italiana  Clara Badano  (CHIARA "Luce" BADANO) se estableció para todos los 29 de octubre.
               Dada la gran cantidad de visitas a la entrada en la que colgué hace unos días el documental "Un designio espléndido" sobre ella (que os  vuelvo a recomendar), os selecciono a continuación varios textos del Papa Benedicto XVI en los que hace referencia a ella:

                                            
Queridos amigos, ¡sólo el Amor con la “A” mayúscula da la verdadera felicidad! Lo demuestra también otro testigo, una joven, que ayer fue proclamada Beata aquí, en Roma. Hablo de Chiara Badano, una chica italiana nacida en 1971, a quien una enfermedad condujo a la muerte cuando tenía poco menos de 19 años, pero que ha sido para todos un rayo de luz, como dice su sobrenombre: "Chiara Luce". Su parroquia, la diócesis de Acqui Terme y el Movimiento de los Focolares, al que pertenecía, hoy están de fiesta -y es una fiesta para todos los jóvenes, que pueden encontrar en ella un ejemplo de coherencia cristiana. Sus últimas palabras, de plena adhesión a la voluntad de Dios, fueron: "Mamá, adiós. Sé feliz porque yo lo soy”. Alabemos a Dios, porque su amor es más fuerte que el mal y que la muerte; y demos gracias a la Virgen María que conduce a los jóvenes, también a través de las dificultades y los sufrimientos, a enamorarse de Jesús y a descubrir la belleza de la vida.”
BENEDICTO XVI, Angelus, domingo 26 septiembre 2010


el hecho de reunirnos, que no puede ser sólo ocasional o funcional. Tiene un sentido, un valor humano, cristiano, eclesial. Y no quiero partir de un razonamiento, sino de un testimonio, una historia vivida y muy actual. Creo que todos sabéis que el pasado sábado 25 de septiembre, en Roma, fue proclamada beata una muchacha italiana llamada Chiara, Chiara Badano. Os invito a conocerla: su vida fue breve, pero es un mensaje estupendo. Chiara nació en 1971 y murió en 1990, a causa de una enfermedad
 incurable. Diecinueve años llenos de vida, de amor y de fe. Dos años, los últimos, llenos también de dolor, pero siempre en el amor y en la luz, una luz que irradiaba a su alrededor y que brotaba de dentro: de su corazón lleno de Dios. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo puede una muchacha de 17 ó 18 años vivir un sufrimiento así, humanamente sin esperanza, difundiendo amor, serenidad, paz, fe? Evidentemente se trata de una gracia de Dios, pero esta gracia también fue preparada y acompañada por la colaboración humana: la colaboración de la propia Chiara, ciertamente, pero también de sus padres y de sus amigos.
Ante todo, los padres, la familia. Hoy quiero subrayarlo de modo particular. Los padres de la beata Chiara Badano viven, estuvieron en Roma para la beatificación —yo mismo me encontré personalmente con ellos— y son testigos del hecho fundamental,
que lo explica todo: su hija rebosaba de la luz de Dios. Y esta luz, que viene de la fe y del amor, ellos fueron los primeros en encenderla: su papá y su mamá encendieron en el alma de su hija la llama de la fe y ayudaron a Chiara a mantenerla siempre encendida, incluso en los momentos difíciles del crecimiento y sobre todo en la prueba grande y larga del sufrimiento… la relación entre padres e hijos, como sabéis, es fundamental; pero no sólo por una buena tradición... Es algo más, que Jesús mismo nos enseñó: es la antorcha de la fe que se transmite de generación en generación; la llama que está presente también en el rito del Bautismo, cuando el sacerdote dice: «Recibe la luz de Cristo…, signo pascual…, llama que debes alimentar siempre».
La familia es fundamental porque allí brota en el alma humana la primera percepción del sentido de la vida. Brota en la relación con la
 madre y con el padre, los cuales no son dueños de la vida de sus hijos, sino los primeros colaboradores de Dios para la transmisión de la vida y de la fe. Esto sucedió de modo ejemplar y extraordinario en la familia de la beata Chiara Badano; pero eso mismo sucede en numerosas familias…
… Doy gracias a Dios por este encuentro, porque donde hay jóvenes y familias que eligen el camino del Evangelio, hay esperanza.
BENEDICTO XVI, Visita Pastoral a Palermo; encuentro con los jóvenes y las familias, domingo 3 octubre 2010

"¿Cómo debemos reaccionar [(ante la enfermedad)]? Ciertamente con los cuidados apropiados –la medicina en estas décadas ha cumplido pasos de gigante– pero la Palabra de Dios nos enseña que existe una actitud decisiva y de fondo con la cual afrontar la enfermedad y es aquella de la fe. Jesús lo repite siempre a las personas que alivia: “Tu fe te ha salvado” (cfr. Mc 5,34.36). Inclusive de frente a la muerte, la fe puede hacer posible aquello que
 humanamente es imposible. ¿Pero la fe en qué cosa? En el amor de Dios. Esta es la verdadera respuesta, que derrota radicalmente el Mal. Así como Jesús ha afrontado al Maligno con la fuerza del amor que le venía del Padre, también nosotros podemos afrontar y vencer la prueba de la enfermedad teniendo el corazón sumergido en el amor de Dios. Todos conocemos personas que han soportado sufrimientos terribles porque Dios las proveía de una serenidad profunda. Pienso en el reciente ejemplo de la Beata Chiara Badano, truncada en la flor de su juventud por un mal sin tregua: ¡cuantos iban a visitarla, recibían de ella luz y confianza! Sin embargo, en la enfermedad, todos tenemos necesidad de calor humano: para confortar a una persona enferma, más que las palabras, cuenta la cercanía sincera"
BENEDICTO XVI, Ángelus, domingo 5 febrero 2012


dejarnos cautivar de nuevo por este don de amor [la Eucaristía] y dejar que nuestros corazones se muevan en amor a Él, que nos ha pedido que seamos perfectos en el amor y seamos santos (1 Tes 4,3). Que nos esmeremos por alcanzar la santidad, no como un logro personal, sino como una contribución para
 construir una fraternidad universal en el mundo. Nuestra comunión está al servicio de una solidaridad universal. Damos la palabra final en este documento a una joven mujer recientemente beatificada, Chiara Luce Badano, cuyo amor por la Eucaristía la fortaleció para vivir para los demás incluso cuando decaía su salud en circunstancias dolorosas. La Eucaristía le trajo vida, luz y amor hasta el punto de que sus últimas palabras a su madre pudieron ser “sé feliz porque yo lo soy”. Es la felicidad de la comunión con Cristo y entre nosotros.
COMITÉ PONTIFICIO PARA LOS CONGRESOS EUCARÍSTICOS INTERNACIONALES, La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros. Reflexiones teológicas y pastorales para preparar el 50° Congreso Eucarístico Internacional de Dublín (10 – 17 de junio de 2012)



La alegría en las pruebas
Al final puede que quede en nuestro corazón la pregunta de si es posible vivir de verdad con alegría incluso en medio de tantas pruebas de la vida, especialmente las más dolorosas y misteriosas; de si seguir al Señor y fiarse de Él da siempre la felicidad.
La respuesta nos la pueden dar algunas experiencias de jóvenes como vosotros que han encontrado precisamente en Cristo la luz que permite dar fuerza y esperanza, también en medio de situaciones muy difíciles. El beato Pier Giorgio Frassati (1901-1925) experimentó muchas pruebas en su breve existencia…
Más cercana a nosotros, la joven Chiara Badano (1971-1990), recientemente beatificada, experimentó cómo el dolor puede ser transfigurado por el amor y estar habitado por la alegría. A la edad de 18 años, en un momento en el que el cáncer le hacía sufrir de modo particular, rezó al Espíritu Santo para que intercediera por los jóvenes de su Movimiento. Además de su curación, pidió a Dios que iluminara con su Espíritu a todos aquellos jóvenes, que les diera la sabiduría y la luz: «Fue un momento de Dios: sufría mucho
físicamente, pero el alma cantaba» (Carta a Chiara Lubich, Sassello, 20 de diciembre de 1989). La clave de su paz y alegría era la plena confianza en el Señor y la aceptación de la enfermedad como misteriosa expresión de su voluntad para su bien y el de los demás. A menudo repetía: «Jesús, si tú lo quieres, yo también lo quiero».
Son dos sencillos testimonios, entre otros muchos, que muestran cómo el cristiano auténtico no está nunca desesperado o triste, incluso ante las pruebas más duras, y muestran que la alegría cristiana no es una huída de la realidad, sino una fuerza sobrenatural para hacer frente y vivir las dificultades cotidianas. Sabemos que Cristo crucificado y resucitado está con nosotros, es el amigo siempre fiel. Cuando participamos en sus sufrimientos, participamos también en su alegría. Con Él y en Él, el sufrimiento se transforma en amor. Y ahí se encuentra la alegría (cf. Col 1,24).
BENEDICTO XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud Roma 2012