martes, 20 de mayo de 2014

ORACIÓN DE LA FAMILIA


Hoy mis padres cumplen sus 50 años de matrimonio, (aunque lo celebramos ya hace unos días).
Como acción de gracias por ello a Dios, copio la "Oración de la familia" que desde siempre reza mi madre cada vez que estamos todos juntos (y ya rezaban ellos de recién casados):
ORACIÓN DE LA FAMILIA

¡Bendito seas, buen Dios,
porque sembraste el amor en nuestra casa!

Tú que alientas nuestras penas,
cultivas nuestras alegrías
y nos partes el pan de cada día,
conserva este techo y cuanto alberga.

Deseamos querernos mucho
para poderte amar a Ti cada día más.

Todos nosotros somos hijos tuyos
y los hombres son nuestros hermanos,
porque esta familia nuestra tan pequeña
se extiende hasta los cielos y rodea las naciones.

Cuida nuestro hogar, Señor:
haz que vivan en él tus santos ángeles,
para que nos guarden en paz;
que sea un camino recto
que nos conduzca a nuestra casa del Cielo
y que tu bendición descienda todos los días
sobre cada uno de los que en él vivimos.

¡Bendito seas buen Dios
porque sembraste el amor en nuestra casa!

Versión para ser cantada
 (adaptada y musicalizada por Fernando Tomás y grupo MI.ES.)
"Pincha" AQUÍ para escuchar el AUDIO: ahí tienes que seleccionar luego
la carpeta "MIES Villarrobledo" 
y, una vez dentro, "MIES Vdo - Oración familia", 
"pinchar" -a la derecha hay un reproductor- en el triángulo para oírla.
(Cantan mi hermano y su mujer, y al final mi sobrinillo)

Bendito seas, buen Dios,
porque sembraste el amor en nuestra casa.
Bendito seas, Señor,
porque sembraste el amor en nuestro hogar.

Tú que alientas todas nuestras penas,
cultivas nuestras alegrías
y nos partes el pan de cada día,

conserva este techo y cuanto alberga.
Deseamos querernos mucho
para amarte a Ti más cada día.

Bendito seas...

Todos nosotros somos hijos tuyos
y los hombres son nuestros hermanos:
esta familia se extiende hasta tu cielo.

Padre bueno, cuida nuestro hogar,
haz que vivan en él tus ángeles,
que nos guarden en paz y alegría.

Bendito seas...

Que nuestro hogar siga un camino recto,
que construya hoy tu Reino
y tu bendición descienda cada día.

Tú que alientas todas nuestras penas,
cultivas nuestras alegrías
y nos partes el pan de cada día.

¡Bendito seas, Señor,
porque sembraste el amor en nuestro hogar!
¡Bendito seas, buen Dios!




Y, como añadido y recuerdo de infancia, 
(¡¡y también hoy!!: mi madre, cuando estamos juntos todos
en un momento agradable
en seguida empieza a entonarla 
y todos la seguimos)
otra canción preciosa además por su letra:

LA FAMILIA UNIDA 
(La familia unida, 1976. Gaby, Fofó, Miliki y Fofito)

No hay nada más lindo que la familia unida,
atada por los lazos del amor:
sentir palpitar la misma sangre,
sentir que es uno solo el corazón.

No hay nada más lindo que la familia unida
por un cariño puro de cristal.
¡Qué hermoso que es vivir con la seguridad
de amar y ser amado de verdad,
con la satisfacción de ver la humanidad
unida por toda la eternidad!

(bis)

domingo, 18 de mayo de 2014

RECONCILIACIÓN PARA LA UNIDAD

VIDA DE LA PALABRA primeras semanas mes de MAYO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de vida de mayo:
1.-        Una italiana de otro movimiento eclesial me llamó pidiendo le brindara algún contacto para venir a trabajar a Valencia. Por allí no tengo muchos conocidos en ámbito escolar, pero le dije que me enviara por correo-e su curriculum a ver qué se podía hacer. Aunque ella habla bien español, en el curriculum había alguna errata y faltaban varias tildes; me venía la idea de ofrecerme para corregírselo... pero ¡no me sobran precisamente las horas! Me animé recordando la PdV.
            ¡Ella quedó asombrada!: “tu gentileza y cortesía son desarmantes; lo digo sinceramente, independientemente del resultado”.
            La verdad es que luego me llevó un largo rato, pues al final había que retocar más expresiones de lo que parecía a primera vista. Eso me hizo entretenerme en salir de viaje y pillar con ello mayor atasco, pero no importaba.
Cuando lo recibió, me escribió: " no sabría cómo agradecértelo: has hecho un trabajo minucioso! Si vienes por Italia, sería verdaderamente bonito poder encontrarnos y compartir las maravillas que el Señor realiza en nuestras vidas y comunidades". ¡Amor recíproco y comunión también entre varias realidades eclesiales!

2.-     El fin de semana pasado fue muy bonito y familiar: Primera Comunión de mi sobrino y ahijado en Alicante, Bodas de Oro (adelantadas al día 20, ya que estábamos todos juntos) de mis padres (a la vez que en la Misa le dije a mi hermano y hermanas que dieran también la mano a sus respectivos cónyuges y renovaran también ellos sus 10, 15 y 23 aniversarios respectivamente, que habían celebrado hacía pocos días) y luego el IV Centenario del Convento de Clarisas de mi tía (creí que no llegábamos a tiempo: ¡fue casi un milagro estar antes de la hora!: esta vez no tuvimos que hacer ni siquiera una sola parada con mis padres, cuando, en cambio, a la ida fueron dos).
            Celebraciones todas entrañables, todos volcados con todos, que recordaba el salmo “¡ved qué delicia, qué dulzura, convivir los hermanos unidos!”, con las Misas muy participadas."Clima" muy bonito también simplemente paseando con los pies en el mar 
recién llegados todos a las 12 de la noche a pesar del fresco, o la noche siguiente, viendo y comentando (lo importante era la convivencia entre nosotros, la armonía y estar juntos todos) el degradado festival de Eurovisión (constatando con el resultado que, como unos nos quedemos quietos, y los otros, aunque sean minoría se movilicen, acaban imponiendo sus pretensiones).
            El power point con fotos rescatadas de hace décadas emocionaba a los mayores y asombraba a los niños viendo tatarabuelos, bisabuelos…, abuelitos de jovencillos y a los propios papás y tíos cuando éramos niños. Mi padre (a pesar de sus despistillos cada vez más frecuentes, decía luego regresando en el coche: “ha sido la mejor tarde”). Mi sobrino más pequeño antes de acabar su viaje de regreso ya preguntaba cuándo volvemos otra vez, cuánto falta para la próxima.

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de vida de mayo (“En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios, 2 Co 5, 20) y de abril (“Os doy un mandamiento nuevo:
que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros”, Jn 13, 34):
1.-        “gracias por acordarte de nosotros; he tenido una Semana Santa bastante atípica…:
         Martes Santo dan de alta a mi hermano, (solo que no podía andar… al haber estado tanto tiempo en coma…), …él dijo que se quería venir conmigo, con lo cual pensé: "El Señor me quiere en este servicio"; lo asumí con amor y alegría. ¡Pero
mira por dónde el Señor me tenía reservada otra sorpresa!: Jueves Santo estoy esperando a mi hija que venía a pasar la Semana Santa conmigo debido a su estado tan avanzado de gestación…; suena el teléfono: mi yerno para decirme que había dejado ingresada a mi hija para una cesárea… porque el bebé… tenía 2 vueltas de cordón…Llamé a mis otras hijas para cuidar de mi hermano, y nosotros nos fuimos al hospital, a la hora de los Oficios estaba en la puerta del quirófano, pidiendo al Señor que todo saliera bien, y así fue, gracias a Dios: un niño precioso. Pedí unos días de vacaciones para poder cuidar de todos.
         No he podido estar donde pensaba y deseaba estar: el Señor ha querido tenerme en otro sitio, en una Semana Santa muy especial de entrega y amor a los demás; lo he aceptado y me siento feliz por todo lo acontecido, y doy gracias a Dios por haberme dado las fuerzas necesarias para poder con todo.
         Mi hermano, ya está en su casa, con la rehabilitación… ya camina…; gracias por todas vuestras oraciones y apoyo cuando más lo he necesitado. Mi hija también está bien, no ha tenido problemas con la operación y el bebé está precioso.
         Perdona por haberos tenido tan olvidados: la verdad… ha sido todo demasiado rápido, demasiado intenso, sin tiempo a la reflexión, solo a ejecutar lo que Dios me puso por delante en cada momento

2.-        “"ver” a Jesús en todos ha cambiado todas las relaciones. "Lo habéis hecho a Mí" anima a las personas de la comunidad y el ambiente cambia. Tratamos de hacer circular el  amor en la comunidad parroquial acogiendo a las personas cuando llegan a la iglesia y saludándolas al final de la celebración. Estamos atentos por si necesitan algo, les alcanzamos una silla si están de pie, o damos la hoja de la misa a quien no la tiene.
            Son pequeños gestos, pero tratamos de hacerlos con amor y por Jesús. Crean familia, hacen casa, las personas se sienten amadas. Hay personas que vienen justamente por el clima de acogida que encuentran

3.-        “ayer te eché muchísimo de menos en mi Confirmación, pero sentí que tú también pediste y te acordaste de nosotros. Fue un día precioso, emocionante y muy, muy feliz ... Mi marido fue mi Padrino y estaba guapísimo y elegante. La peque estaba preciosa, parecía un hada de cuento... todo resultó sencillo, precioso e inolvidable ... un día que atesoraré para siempre, como el día de mi Primera Comunión,  de mi Boda y del nacimiento de nuestra "princesita"... todos en Mayo, el mes dedicado a Nuestra Madre del Cielo ... nuestra Querida Virgen María presente en los mejores momentos de nuestra vida ... por algo será ...
            En cuanto tenga fotos de la celebración te las envío ... de momento, te remito algunas de las canciones… para que te hagas idea de lo precioso que resultó todo ... el Templo estaba repleto de gente ... nos confirmamos 18 (3 adultos) ... en la homilía el Obispo comentó que le parecía muy bonito que el Espíritu Santo fuera a llegar a personas que somos jóvenes desde hace ya unos cuantos añitos ... y animó a los presentes a que, si alguno no estaba confirmado… que todos hacemos falta ... Ya te digo, resultó todo muy EMOCIONANTE Y PRECIOSO ...
            … os sentí a todos conmigo, al igual que a mis padres a los que recordé en todo momento y a los que también sentí en espíritu junto a mí ...
            Después de la ceremonia algunos de los confirmados, preparamos un pequeño ágape en uno de los salones parroquiales, cada uno de nosotros preparamos algunas cosillas para comer y estuvimos todos, con sus familias y los amigos… incluso el Obispo… todo verdaderamente inolvidable”.

N.B.: Puedes leer "pinchando" AQUÍ otras experiencias de gente de todo el mundo.


viernes, 16 de mayo de 2014

RECONCILIACIÓN CON DIOS Y CON LOS HERMANOS

Os ofrezco un par de textos que nos ayuden a comprender y vivir mejor la Palabra de vida que tenemos este mes:

CULTURA DEL ENCUENTRO
         Pensemos en el episodio de los discípulos de Emaús. Es necesario saber entrar en diálogo con los hombres y las mujeres de hoy para entender sus expectativas, sus dudas, sus esperanzas, y poder ofrecerles el Evangelio, es decir, a Jesucristo, Dios hecho hombre, muerto y resucitado para liberarnos del pecado y de la muerte. Este desafío requiere profundidad, atención a la vida, sensibilidad espiritual. Dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir, acoger su punto de vista, sus propuestas. Dialogar no significa renunciar a las propias ideas y tradiciones, sino a la pretensión de que sean únicas y absolutas.
PAPA FRANCISCO, Mensaje para la jornada de comunicaciones sociales de junio, 24 enero 2014
   "Pincha" AQUÍ para leer entero el Mensaje.

RECONCILIACIÓN CON DIOS Y CON LOS HERMANOS
         A través de los sacramentos de iniciación cristiana, el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, el hombre recibe la vida nueva en Cristo. Ahora, todos lo sabemos, llevamos esta vida «en vasijas de barro» (2 Cor 4, 7), estamos aún sometidos a la tentación, al sufrimiento, a la muerte y, a causa del pecado, podemos incluso perder la nueva vidaEl sacramento de la Reconciliación es un sacramento de curación. Cuando yo voy a confesarme es para sanarme, curar mi alma, sanar el corazón y algo que hice y no funciona bien…
         El sacramento de la Penitencia y de la Reconciliación brota directamente del misterio pascual. En efecto, la misma tarde de la Pascua el
Señor se aparece a los discípulos, encerrados en el cenáculo, y, tras dirigirles el saludo «Paz a vosotros», sopló sobre ellos y dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados» (Jn 20, 21-23)…
el perdón de nuestros pecados no es algo que podamos darnos nosotros mismos. Yo no puedo decir: me perdono los pecados. El perdón se pide, se pide a otro, y en la Confesión pedimos el perdón a Jesús. El perdón no es fruto de nuestros esfuerzos, sino que es un regalo, es un don del Espíritu Santo, que nos llena de la purificación de misericordia y de gracia que brota incesantemente del corazón abierto de par en par de Cristo crucificado y
 resucitado. En segundo lugar, nos recuerda que sólo si nos dejamos reconciliar en el Señor Jesús con el Padre y con los hermanos podemos estar verdaderamente en la paz. Y esto lo hemos sentido todos en el corazón cuando vamos a confesarnos, con un peso en el alma, un poco de tristeza; y cuando recibimos el perdón de Jesús estamos en paz, con esa paz del alma tan bella que sólo Jesús puede dar, sólo Él.
         …la comunidad cristiana el lugar donde se hace presente el Espíritu, quien renueva los corazones en el amor de Dios y hace de todos los hermanos una cosa sola, en Cristo Jesús. He aquí, entonces, por qué no basta pedir perdón al Señor en la propia mente y en el propio corazón, sino que es necesario confesar humilde y confiadamente los propios pecados al ministro de la Iglesia. En la celebración de este sacramento, el sacerdote no representa sólo a Dios, sino a toda la comunidad, que se reconoce en la fragilidad de cada uno de sus miembros, que escucha conmovida su arrepentimiento, que se reconcilia con Él, que le alienta y le acompaña en el camino de conversión y de maduración humana y cristiana.          Uno puede decir: yo me confieso sólo con Dios. Sí, tú puedes decir a Dios «perdóname», y decir tus pecados, pero nuestros pecados son también contra los hermanos, contra la Iglesia. Por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia, a los hermanos, en la persona del sacerdote. «Pero padre, yo
me avergüenzo...». Incluso la vergüenza es buena, es salud tener un poco de vergüenza, porque avergonzarse es saludable. Cuando una persona no tiene vergüenza, en mi país decimos que es un «sinvergüenza». Pero incluso la vergüenza hace bien, porque nos hace humildes, y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios perdona.
         También desde el punto de vista humano, para desahogarse, es bueno hablar con el hermano y decir al sacerdote estas cosas, que tanto pesan a mi corazón. Y uno siente que se desahoga ante Dios, con la Iglesia, con el hermano… Quisiera preguntaros —pero no lo digáis en voz alta…—: ¿cuándo fue la última vez que te confesaste?... Y si pasó mucho tiempo, no perder un día más,
ve, que el sacerdote será bueno. Jesús está allí, y Jesús es más bueno que los sacerdotes, Jesús te recibe, te recibe con mucho amor. Sé valiente y ve a la Confesión.
         Queridos amigos, celebrar el sacramento de la Reconciliación significa ser envueltos en un abrazo caluroso… cada vez que nos confesamos, Dios nos abraza, Dios hace fiesta…

PAPA FRANCISCO, Audiencia General de los miércoles, 19 febrero 2014
"Pincha" AQUÍ para leer entera la catequesis 

jueves, 1 de mayo de 2014

CONVERTIRNOS EN RECONCILIADORES

PALABRA DE VIDA              mayo 2014
 
«En nombre de Cristo os pedimos
que os reconciliéis con Dios»
(2 Co 5, 20)
          Esta es la exhortación de Pablo a los corintios después de un gran anuncio que constituye el núcleo de todo el Evangelio: Dios ha reconciliado al mundo consigo por medio de Cristo (cf. 2 Co 5, 19).
          En la cruz, con la muerte de su Hijo, Dios nos ha dado la prueba suprema de su amor. Por medio de la cruz de Cristo Él nos ha reconciliado consigo.
          Esta verdad fundamental de nuestra fe está hoy de plena actualidad. Es la revelación que toda la humanidad espera: sí, Dios está cerca con su amor a todos y ama apasionadamente a cada uno. Nuestro mundo necesita este anuncio, pero lo podremos dar si antes lo anunciamos una y otra vez a nosotros mismos, hasta sentirnos envueltos por este amor, incluso cuando todo nos llevaría a pensar lo contrario.

          «En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios»

          Pero esta fe en el amor de Dios no puede permanecer encerrada en la interioridad de cada cual, como bien explica Pablo: Dios nos ha dado el encargo de llevar a otros a la reconciliación con Él (cf. 2 Co 5, 18), encomendando a cada cristiano la gran responsabilidad de testimoniar el amor de Dios por sus criaturas. ¿Cómo?
          Todo nuestro comportamiento debería hacer creíble esta verdad que anunciamos. Jesús dijo claramente que antes de llevar la ofrenda ante el altar deberíamos reconciliarnos con nuestro hermano o hermana si estos tuviesen algo contra nosotros (cf. Mt 5, 23-24).
          Y esto vale ante todo dentro de nuestras comunidades: familia, grupo, asociación, Iglesia. Es decir, estamos llamados a abatir todas las barreras que se oponen a la concordia entre personas y pueblos.
[…]

          «En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios»

          «En nombre de Cristo» significa «en su lugar». Haciendo sus veces, viviendo con Él y como Él, amémonos como Él nos ha amado, sin cerrazones ni prejuicios, sino abiertos a captar y apreciar los valores positivos de nuestro prójimo, dispuestos a dar la vida unos por otros.  Este es el mandato por excelencia de Jesús, el distintivo de los cristianos, válido también hoy, como lo era en tiempos de los primeros seguidores de Cristo.
          Vivir esta palabra significa convertirnos en reconciliadores.

          Y si todos nuestros gestos, nuestras palabras y nuestras actitudes están impregnados de amor, serán como los de Jesús. Seremos, como Él, portadores de alegría y de esperanza, de concordia y de paz; en definitiva, de ese mundo reconciliado con Dios (cf. 2 Co 5, 19) que toda la creación espera.