martes, 31 de marzo de 2020

PEQUEÑAS COSAS, GRAN AMOR, EN LUCHA CONTRA CORONAVIRUS

VIDA DE LA PALABRA                         marzo 2020

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque esta es la Ley y los Profetas», Mt 7, 12) y de febrero («¡Creo, ayuda a mi poca fe!», Mc 9, 24):

1.-        Durante las primeras semanas de este marzo continué yendo al hospital, pero ya no 3 ó 4 días a la semana, sino todas las mañanas. Las PdV de marzo y febrero me impulsaban y ayudaban.
El “estar en el mismo barco” hacía bien a los médicos, enfermeros, limpiadoras que me cruzaba y a los que dirigía una palabra de ánimo, tanto a los que siempre me paraba con ellos como a los demás: su “gracias, padre” o “me alegro de verle” se notaba que esos días no eran frases hechas: les salía mucho más del corazón, (y a veces con un atisbo de lágrima de emoción). Y los enfermos y sus familias, ¡más todavía! Experiencias muy duras, pero reconfortantes a la vez por haber podido darles a Jesús dándome yo.

1b.-     Pero mañana justo hará una semana que ya no me permitieron ir al hospital: sensación muy agridulce y me dijeron que atendiera sólo por teléfono o por videollamada.
Gracias a los documentos que la Santa Sede publicó hace unos 12 días, era menos duro hacer eso, explicándoselos bien a enfermos y familiares para que pudieran acceder a una unión con Dios que por su misericordia va más allá incluso que los sacramentos que Él mismo nos ha dado.

1c.-      Un ejemplo: ayer lunes ya a las 7:45 tuve la primera llamada desde el hospital; un hombre muy mayor que tenía gravísima a la mujer con la que quería casarse y me pedía hacer un matrimonio “in articulo mortis”; por varias razones iba a ser imposible (entre otras porque ella estaba ya inconsciente y no podía dar consentimiento), y traté de explicárselo con paciencia para que lograra entenderme bien y con calma, sin añadir desasosiego a su ya mucho dolor.
Cuando ya me iba a dormir ese mismo día, (no quiere decir que todo el día me estuvieran llamando, ¡eh!), a las 23:55 un whatsapp de una feligresa diciéndome que habían ingresado con coronavirus a su marido. Lo llamé, le expliqué bien (como hago con todos) que hiciera un arrepentimiento de todos sus pecados y contrición perfecta, una (¡varias al día!) comunión espiritual y que ofreciera la enfermedad (más un credo, padrenuestro y oración a la Virgen) para obtener indulgencia plenaria. Después de esos veinte minutillos, quedó confortado, (también todos los que he ido hablando estos días). Al día siguiente supe que lo mandaban a casa porque, a pesar del susto nocturno, no estaba grave y era mejor seguir el tratamiento desde el hogar.

1d.-     No solo hay llamadas en relación con el hospital. P. ej. hace justo una semana, a las 2:15 de la madrugada (estando yo en pleno sueño profundo) me llamó una persona. Me agradó la confianza.
Procuré dejar que “Jesús en mí” (como trato de hacer con todos, aunque a veces me olvide) fuera el que escuchara, es decir, intenté estar vacío de mí, por amor; y, a la vez, con la consciencia de que Jesús, (que está, -o al menos quiere estar-, en el corazón de la otra persona), le resolvería lo que yo no podía y no sabía. Creo que después de más de media hora, sobre todo de escucha, se serenó.

2.-        Estas semanas de confinamiento trato de tener más tiempo de oración sosegada. Además, hacer en casa ejercicio por amor a Dios (y amor al prójimo: aunque no tenga ninguno cerca, el intentar realizar bien la Voluntad de Dios del momento presente, beneficia a todos por la “comunión de los santos”);
descansar y dormir el tiempo adecuado, (ni más ni menos), y mantener un horario, por amor a Dios que me da la salud (y al prójimo: así estoy despejado y no soñoliento para escuchar bien al teléfono o a los poquitos que vienen al templo o al despacho);
arreglarme todos los días (a la hora de siempre), limpieza y cocinarme por amor a Dios (y al prójimo: para tener energía y seguir sirviéndoles con el ofrecimiento, la oración y la escucha);
ver las noticias, (solo un telediario al día, o dos como mucho a veces, que si no, satura y deprime), por amor a Dios (y al prójimo: ¡las estadísticas no son números, son personas!, ¡¡rezando por ellos!!);
atender el whatsapp, (pero sin desvivirme por él, mirándolo solo de tanto en tanto; que si no, agobia), leyendo mensajes personales o comunicaciones de vivencias y no dejarme llevar por curiosidad (borrar videos y fotos o carteles: ¡¡no hay tiempo para tantísimos como mandan!!) por amor a Dios (y al prójimo: contestar, a veces, con un simple “gracias” o con un emoticono, pero buscando poner ahí el corazón; o escribiendo personalmente algún mensaje más largo, si calculo que el otro lo necesita…);
las reuniones de pastoral o formación, realizándolas (y retransmitiéndolas) por facebook o por zoom, (incluso duplicando su periodicidad si a los otros les puede venir bien)… todo tratando que sea por Jesús y por los demás; buscando ponerme en el lugar del otro, (aunque a veces meta la pata con toda mi buena voluntad).


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque esta es la Ley y los Profetas», Mt 7, 12), la de febrero («¡Creo, ayuda a mi poca fe!», Mc 9, 24) y la de enero («Nos trataron con una solicitud poco común», Hch 28, 2):

1.-        “aquí estamos los tres pasando estos días de aislamiento en casa, pues aplicando la PdV creo que todos queremos lo mejor para los demás y en consecuencia para uno mismo, colaborando para frenar esta situación en lo que depende de nosotros (yo que soy alérgica al polen, ya estoy con antihistamínicos, pero los primeros días estornudaba mucho y con la que está cayendo... mejor evitar espacios cerrados).
En lo que ya no depende de nosotros, estamos en manos de Dios y hay que orar más y confiar en la Virgen que nos protege. 
Mi hijo está haciendo los trabajos que le han mandado a través del aula global, mi marido teletrabajando y, si hay que sacar lo positivo de estos momentos, principalmente estamos juntos, hablamos de muchas cosas y estamos compartiendo buenos ratos y también las oraciones y comentarios del YouCat. 
Pido porque te encuentres bien de salud, porque nos haces tanta falta como el personal sanitario o más.

2.-        “hemos escuchado la Misa del domingo pasado que retransmites en directo a través de tu facebook a las 17:30 y nos gustó mucho.
Quería comentarte un poco de mis experiencias y decirte cómo Dios se manifiesta siempre. El día 13, (previo a las medidas de alerta), perdí mi billetera con dinero en efectivo y todos mis papeles; ni me había dado cuenta y a la hora me llama la guardia civil para comunicarme que una mujer la había llevado al cuartel y ellos me estaban llamando para decirme que estaba ahí; además de llamarme, me la vinieron a dejar a casa con todo; les agradecí y pedí si podrían decirme el nombre de la persona para darle las gracias, pero me comentaron que no podían. No me faltaba nada y en menos de una hora había recuperado todo.
2b.-     Asimismo…, no estoy trabajando… Por cuestiones laborales, no había podido disfrutar de la niña y hoy estoy gozando de cada beso, de cada danza, de cada cariño… que por estar trabajando no había podido ver; la bondad de mi niña y el amor que me da es otra bendición.
2c.-     … con mi marido nos estamos llevando mejor: cada vez que hay un bajón de fe, intentamos uno del otro ser luz, rezamos juntos con nuestra hija para que Dios siempre nos guíe.
2d.-     Con respecto a mis compañeros que están trabajando, les envío mensajes de apoyo y oro por ellos porque todos tenemos miedo: es una situación de incertidumbre y que Dios sea nuestra luz en este mundo tribulado.
Como decías, uno propone y Dios dispone: ¡cómo nos ha cambiado la vida en cuestión de unos días, pero quiero decirte que le doy gracias a Dios por un día más!
Mi marido os echa de menos a los del YouCat y por mi parte orando por todos… gracias por ser luz y ayudarnos a crecer.

3.-        “nosotros en casa estamos muy bien gracias a Dios.
En el hospi sigue habiendo mucho trabajo, pero ahí estamos para hacer la voluntad de Dios con la limpieza.
Sí, yo voy mirando y preguntando a los enfermos si alguien necesita hablar contigo.

4.-        “a mi madre le ha costado hacerse a la idea de no salir para nada, pero hemos tenido la suerte de que la farmacia y el supermercado del barrio se lo llevan a casa, y desde fuera hemos podido gestionárselo. La gente está actuando muy bien.
Yo estoy trabajando desde casa y salgo lo mínimo, pero esta mañana tenía que salir y, ayer en los “aplausos”, por el balcón le dije a mi vecina que si necesitaba algo, y les acabo de traer todas las medicinas que le tocaban… Ellos encantados y yo reconfortada x poder ayudar. Sus hijos no viven aquí, así q entre unos u otros tenemos que ayudarnos y rezar porque pase pronto 😞
️ ¡hombre!, el tiempo q invertiste con nosotros cuando éramos niños, algo de frutos da, jeje. Y no creas q no lo pensé! Con “por Ti, Jesús”. Tenemos que cuidarnos.

5.-        “unidos en oración, ayudemos como podamos, sobre todo a VIVIR EN ESPERANZA, seguros del Amor Providente de Dios Padre. Un abrazo, desde mi "soledad acompañada" de mi ancianidad (la Santísima Trinidad, el Ángel de la Guarda, mi querida hermana y tantas personas que nos ayudan aquí y desde "allí"): ¡creo en la Comunión de los Santos! .




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domingo, 15 de marzo de 2020

LA ESPERANZA: UN ANTIVIRUS

DOMINGO III CUARESMA
Homilía Misa

Retransmisión Radio Nacional de España "Radio 5"
Centro Mariápolis "Luminosa"
C/ Poniente 33 - Las Matas (Madrid)
15 marzo 2020

Ex 17, 3-7
Sal 94
Rom 5, 1-2.5-8
Jn 4, 5-42

El pueblo de Israel, -hemos escuchado en la primera lectura-, durante su camino por el desierto, se queja una vez más contra Dios y contra Moisés: ¡falta agua! Moisés toca la roca con el bastón y brota un
surtidor[1]: Dios saca agua de una roca en el desierto.
  Siglos después en Samaría, más de uno diría: “esa mujer no tiene remedio”. Nosotros hoy día sentenciamos a menudo: “con esta persona es imposible entenderse”. Y, sin embargo, Jesús hizo brotar agua viva en el desierto corazón de aquella mujer samaritana[2]. Y puede hacerlo hoy a través de nosotros. Él emplea un arte: el diálogo.
El Papa Francisco afirma que “dialogar significa estar convencidos de que el otro tiene algo bueno que decir; acoger su punto de vista, sus propuestas…” [3]. Nuestra luminosidad no debe provenir de palabrerías o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino[4].
Y con esa misma ternura Jesús desvela a la samaritana que conoce su pasado y su actual vida de pecado. La libera: ya no tiene ella, entonces, necesidad de disimular ni de camuflar su vida y sus actitudes.

Ayer era el aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich, (fundadora del Movimiento de los Focolares), dentro de todo este año en el que se celebra el centenario de su nacimiento: en este marco, estos días
vivimos en toda Europa una circunstancia existencial y colectiva muy particular, que nos deja sin palabras.
Chiara Lubich comenzó con sus primeras compañeras en Trento, (su ciudad natal en el norte de Italia), en una situación más difícil incluso que la nuestra hoy: era plena Segunda Guerra Mundial, con todos sus horrores y calamidades. Ellas se dieron cuenta que “todo pasa, y solo Dios permanece”; y que Dios es Amor; y que si, todo es “vanidad de vanidades”, hay que emplear bien cada momento presente que Dios nos regala, “colmándolo de amor” (como también diría décadas después el Cardenal Van Thuan en sus 13 años de confinamiento[5] y que él bien lo había aprendido de la misma Chiara). Hay que hacer la “elección de Dios” y decirle a cada momento con las palabras del salmo: “Tú, Señor, eres mi único Bien”. Y, por tanto, vivir cada instante su Voluntad, por amor a Él, y vivir bien la regla de oro “haced a los demás, cuanto quisierais que hicieran con vosotros”.

Esta es la Cuaresma especial que el Señor quiere que vivamos este año. Cada Cuaresma se inicia el miércoles de ceniza con ese gris elemento, pero tiene como meta la Pascua con la Resurrección de Cristo, y en Él, la limpieza y transparencia del agua bautismal en la cual renovaremos nuestras promesas de hijos de Dios.
En esta Cuaresma, (a pesar de los progresos y estudios de la humanidad hoy día), nos vemos impotentes ante esta pandemia que a todos nos preocupa, pero podemos que hacer un redescubrimiento formidable: la Revelación, la Palabra de Dios dirigida a los hombres en palabras humanas, es una bocanada de aire fresco que nos hace encontrar un sentido trascendente sobre la profundidad de la vida y de la historia. Solo la Palabra de Dios nos da respuestas para el momento que estamos viviendo, porque solo ella custodia una sabiduría eterna que sobrepasa los tiempos sin perder significado[6].
En el salmo de hoy hemos repetido: Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.»
A la luz de la Palabra de Dios nos damos cuenta de un hecho tan desconcertante como paradójico: que vivimos un tiempo de gracia en medio de este estado de alarma. De una cosa estamos seguros: la victoria final es de la misericordia de Dios”[7].

  Recordemos que Jesús comenzó el diálogo con la samaritana poniéndola en tesitura de amar: “dame de beber”. Le ofreció la oportunidad de hacer un
acto concreto de amor al prójimo, (aunque en este caso fuera Él mismo ese prójimo); es decir, hizo que ella dejara de pensar en sí misma y se pusiese en el lugar del otro. Cuando la persona se pone a amar, encuentra la sintonía con su verdadera esencia, (que es ser “imagen y semejanza de Dios”). Se abre, pues, a la interrelación a la que constitutivamente está llamada cada persona como imagen de la Trinidad. “Fraterna condivisión y respetuoso anuncio, superando contraposiciones”[8], decía Benedicto XVI.

Jesús decía a la samaritana algo que resuena hoy más fuerte que nunca ante las restricciones y la supresión de actos litúrgicos con público: “se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén daréis culto al Padre… se acerca la hora, ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero, adorarán al Padre en espíritu y verdad, porque el Padre desea que le den culto así; Dios es espíritu, y los que le dan culto deben hacerlo en espíritu y verdad”.

María Voce, la actual presidenta del movimiento de los Focolares decía ayer: “(…) incluso en condiciones extremas, nadie puede quitarnos a Dios, nadie puede impedirnos amar. (…) Son muchos los modos con los que podemos ofrecer apoyo y consuelo: antes que nada con la oración; además, podemos multiplicar los actos de amor: una llamada telefónica, un
mensaje..., para que nadie se sienta solo, ni los que están en casa, ni los enfermos, ni los que se esfuerzan por curar, consolar, acompañar a todos los que sufren las consecuencias de esta situación. (…) Solo así, solo compartiendo los gestos de amor que siempre podremos hacer, nos contagiaremos con el antivirus de la esperanza, el antivirus de la fraternidad (…)[9].

Nos convertiremos también nosotros, como la samaritana, en surtidores del agua viva de Cristo para con los demás.
Que la Virgen María nos acompañe de su mano en este caminar custodiándonos con ternura a todos en su Corazón de Madre.

Francisco-T. Tomás Rodríguez



"Pinchando" aquí puedes volver a escuchar la grabación: Misa domingo 15 marzo 2020Es una pena que el coro magnífico que tenemos no haya podido ir por las restricciones de la epidemia.


            En las fotos que siguen, (agrándalas), puedes leer la monición de entrada:


"Pinchando" aquí puedes volver a escuchar una grabación de otra Misa en ocasión similar: audio Misa enero 2019


"Pinchando" a continuación puedes leer la homilía también retransmitida por Radio hace años en ocasión similar: Misa Centro Mariápolis Las Matas septiembre 2008






[1] Cfr. Ex 17,3-7.

[2] Jn 4.

[3] PAPA FRANCISCO, Mensaje Jornada Comunicaciones Sociales para el domingo 1 de junio de 2014, hecho público el 24-I-’14.
[4] PAPA FRANCISCO, Idem.

[5] F.X. NGUYEN VAN THUAN Testigos de esperanza, Ciudad Nueva, Madrid 200413, pp. 101-125; Cfr. ID., Cinco panes y dos peces , Ciudad Nueva, Madrid 200012.

[6] Cfr. JESÚS MORÁN, (Copresidente del Movimiento de los Focolares), Homilía Misa de aniversario de Chiara Lubich, Rocca di Papa (Roma)  14 marzo 2020. 
Pinchando aquí puedes leer la homilía completa: homilía Vivimos un tiempo de gracia .

[7] Cfr. JESÚS MORÁN, (Copresidente del Movimiento de los Focolares), Homilía Misa de aniversario de Chiara Lubich, Rocca di Papa (Roma)  14 marzo 2020.

[8] BENEDICTO XVI, Mensaje para la Jornada mundial del Migrante y del Refugiado 2012.

[9] MARÍA “EMAÚS” VOCE, (Presidenta del movimiento de los Focolares), Videomensaje 14 marzo 2020.
Pinchando aquí puedes verlo completo con subtítulos en español: centenario Chiara Lubich-Mensaje de Maria Voce .



sábado, 14 de marzo de 2020

NADA PUEDE QUITARNOS A DIOS

Estos textos nos ayudarán a vivir más y mejor la Palabra de Vida del mes en medio de esta Cuaresma del todo especial:


NADIE PODRÁ QUITARNOS A DIOS O IMPEDIRNOS AMAR

(…) Incluso en condiciones extremas, nadie puede quitarnos a Dios o puede impedirnos amar. (…) Son muchos los modos con los que podemos ofrecer apoyo y consuelo: antes que nada con la oración; además, podemos multiplicar los actos de amor: una llamada telefónica, un mensaje de WhatsApp, un correo electrónico..., para que nadie se sienta solo: los que están en casa, pero también los enfermos, y los que se esfuerzan por curar, consolar, acompañar a todos los que sufren las consecuencias de esta situación. En resumen: pongamos en acción la creatividad, la fantasía... (…) Solo así, solo compartiendo los gestos de amor que siempre podremos hacer, nos contagiaremos con el antivirus de la esperanza, el antivirus de la fraternidad” (…).

MARIA (EMMAUS) VOCE, Presidenta Obra de María (Movimiento Focolares),
Videomensaje 14 marzo 2020
Pinchando aquí puedes ver completo con subtítulos en español: centenario Chiara Lubich-Mensaje de Maria Voce




LA VICTORIA FINAL ES DE LA MISERICORDIA DE DIOS

(…) “cuando pensaba en las cosas que en los últimos años se han escrito sobre el fenómeno de la cultura en nuestros tiempos, los innumerables análisis y contraanálisis (…) me invadía un sentimiento de desolación y de tristeza casi paralizante. Pero fue entonces cuando llegué a un redescubrimiento formidable: la Revelación, la Palabra de Dios dirigida al hombre (…) con palabras humanas sobre las profundidades de la vida y de la historia; una bocanada de sentido.
De hecho, creo que solo la Palabra de Dios nos da respuestas para este momento que vivimos, porque solo ella conserva una sabiduría eterna que va más allá de los tiempos sin perder el significado. A la luz de la Revelación nos damos cuenta de un hecho que es tanto más desconcertante cuanto paradójico: que vivimos un tiempo de gracia.
¡Sabiduría! Esta es la clave exacta. Este es verdaderamente el momento de la sabiduría, un tiempo para la sabiduría; una visión de la realidad que viaja en otros parámetros (…) 
La competición no ha terminado. Estamos seguros de una cosa: el triunfo será de la misericordia Dios”.

JESÚS MORÁN, Co-Presidente Obra de María (Movimiento Focolares),
Homilía en el XI aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich,
Rocca di Papa (Roma) 14 marzo 2020
Pinchando aquí puedes leer la homilía completa: homilía vivimos un tiempo de gracia




RESPETAR A QUIEN NO PIENSA COMO YO

Es natural que nos irrite la falsedad y el engaño, y no es bueno que la tolerancia se nos convierta en indiferencia. Pero nuestro mejor servicio a la verdad es la consideración y el aprecio a toda persona. La verdad y el amor no son separables.

P. Manuel Morales, O.S.A., comentario al Pasapalabra 8 marzo 2020



CADA DÍA RESPONDER  MEJOR QUE  AYER
A LAS NECESIDADES DE NUESTRO PRÓJIMO

Sí, porque hoy conocemos mejor el problema, lo asumimos más en serio. Y, sobre todo, nos preguntamos con humildad cómo quiere que reaccionemos el Padre del cielo, para el cual "hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados".

P. Manuel Morales, O.S.A., comentario al Pasapalabra 13 marzo 2020




ORACIÓN PARA PEDIR EL FINAL DE LA PANDEMIA

Oh María,
Tú resplandeces siempre en nuestro camino
como un signo de salvación y esperanza.
A Ti nos encomendamos,
Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,
manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros que proveerás,
para que, como en Caná de Galilea,
vuelvan la alegría y la fiesta después de esta prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y a hacer lo que Jesús nos diga,
Él, que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo
y cargó nuestros dolores
para guiarnos, a través de la cruz,
a la alegría de la resurrección. 
Amén.

Bajo tu amparo nos acogemos,
Santa Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas
en las necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro,

oh Virgen gloriosa y bendita. 
Amén.


PAPA FRANCISCO, marzo 2020


PACIENCIA CON TODOS

VIDA DE LA PALABRA                     primeras semanas de MARZO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque esta es la Ley y los Profetas», Mt 7, 12) y de febrero («¡Creo, ayuda a mi poca fe!», Mc 9, 24):

1.-        Hace unas semanas en el hospital, visitando a un enfermo corriente, de pronto entró un médico y, sin saludar siquiera, (cuanto menos, pedir disculpa o solicitar si le dejaba a él antes), me interrumpió y se puso a hablar con los familiares y el enfermo. Vamos: como si yo no existiera; creo que ni me vio.
         Aunque me indigné interiormente, me acordé que hay que amar siempre, (la PdV hacer a los demás…”, a mí me hubiera gustado que me cedieran el atender primero), y mansamente me salí sin decir nada y haciendo un gesto a la familia de que volvía luego.
         Me puse a esperar fuera pacientemente, en frente de la puerta, en vez de ir a visitar otra habitación: pensaba con todo el respeto decirle algo cuando saliera. Pero me acordé de la PdV: ¡pobrecitos!, están con mil ocupaciones para curar a todos y tantos dependiendo de sus manos, (aunque era semanas antes de esta emergencia sanitaria). Así que, cuando salió simplemente me quedé mirando con paz…, ¿quizá… a lo mejor esperando que se disculpara por interrumpir y casi “echarme”?: ¡ni me miró!, (yo creo que ni se percató de mi presencia).
         Pero quizá me debió ver con el rabillo del ojo o luego recapacitar: al día siguiente me saludó tímidamente y cruzó unas palabras conmigo. Hasta entonces era de las personas que, (aunque yo saludo a todos con una sonrisa e intento pararme unos segundos), apenas había logrado un serio “hola y adiós”.
Pero desde ese día, incluso conversamos sonrientes después de saludarnos.
         Quizá eso yo lo hubiera impedido (“estropeado”) si aquel día no hubiera tenido paciencia o si le hubiera “dicho algo”.

2.-        Estas semanas (cuando todavía la gente no había empezado a tomarse en serio lo de los contagios) mi vivir la PdV era estar pendiente de tocar el menor número de cosas (a veces ni sentarme) y hacer mi penitencia de no tocarme la cara o la cabeza, (y menos aún ojos, nariz o boca), aunque me picara o hubiera cosquilleo. Y todo pensando en el “haz a los demás, lo que ellos quisieran que hicieran contigo”.
Si cada día me lavo despacio y muchas veces las manos, estas dos semanas, muchísimas veces más. Soy consciente que a mí se acerca mucha gente en distintos ámbitos. Y esta última semana, además, ofrecer junto a la cruz, (como paradójico acto de amor al prójimo), el no poder saludar de cerca o dar un abrazo como suelo a tantos amigos.
Extremando las precauciones hasta el más mínimo detalle, por amar, por vivir la PdV, sin embargo pongo la confianza solo en el Señor;  y a Él, en unidad con vosotros, sigo pidiendo con la fe que nos recordaba la PdV del mes pasado.

3.-        Ayer y anteayer han sido los días de mi vida que más tiempo he dedicado a correo-e. y sobre todo WhatsApp, (muchos me pedían orientación; otros sin decirlo se sentían desconcertados o solos; otros querían tomar decisiones no individualistamente, sino en unidad; como arcipreste que soy, tenía que hacer circular rápido muchos avisos, etc.). Cada mensaje he tratado de vivirlo como una experiencia concreta de “haced… lo que queráis que os hicieran…”.
         Por ello mismo, además, estos tres días estoy invirtiendo tiempo en aprender determinadas herramientas de internet para seguir con las reuniones de los grupos, (pero virtualmente), para retransmitir la Misa que celebraré con poca o ninguna gente, etc.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de marzo («Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque esta es la Ley y los Profetas», Mt 7, 12), la de febrero («¡Creo, ayuda a mi poca fe!», Mc 9, 24) y la de enero («Nos trataron con una solicitud poco común», Hch 28, 2):

1.-        “qué buena es esa frase que  nos escribiste: estar "al paso de Dios" según lo que Él nos va marcando. Lo normal es querer lo contrario: que Dios vaya a nuestro paso, según lo que le vayamos marcando nosotros. De ahí viene la frustración, el desánimo, el ¿enfado?, el pensar que no nos escucha, el...
Me hacía ilusión ir a los ejercicios en el Centro Mariápolis después de la experiencia del año pasado, de lo bien que me vinieron, así que por un instante caí en esa tentación, la de enfurruñarme por no poder ir este año, pero en seguida pensé que si aquello fue bueno en ese instante, igual, en este momento, era en otro sitio donde Dios quería que estuviera. Pensando en ello acepté con santa paz el no poder acudir en esta ocasión y centrarme en lo que fuera que quisiera Dios que hiciera este fin de semana. 
Como bien dices: estar a su paso, no al mío. No pretender marcarle yo la ruta sino seguir la que Él me vaya trazando. Gracias por esa frase: la voy a imprimir con letras grandotas. A este paso voy a empapelar la casa.

Hoy… en un banco del parque… parece q al levantarme se me cayó el bono mensual de bus y no me di cuenta (¡yo no cambio!). Un hombre  ha corrido para alcanzarme, porque al tener yo puestos unos auriculares, él me llamaba gritando, pero yo no oía y al dármelo casi no podía él respirar (¡me dijo q estaba recién operado del corazón!).
Me dio tanta compasión porque vi La bondad pura de Dios pensando en el otro antes que en él (también me recuerdan muchos de tus actos) en este hombre. Hizo que me fuera corriendo a rezar en casa.

3.-        “agradecida con el Señor, que siempre está en cada momento de mi vida, de mi familia, de  todos los que Le aman y los que no Le aman; el Señor es amor, paciencia, Alegría, fuerza, fortaleza, luz, sabiduría… en nuestras vidas. Soy muy afortunada de  sentir  el amor del nuestro Padre todopoderoso cada segundo de mi vida. Mil gracias al Señor por todas las criaturas que Él pone en mi camino para hablarme de cuan maravilloso y amoroso es Él con sus hijos: Dios es amor.



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