viernes, 30 de octubre de 2015

OS RECONOCERÁN COMO DISCÍPULOS

VIDA DE LA PALABRA                                   últimas semanas de octubre

Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros»,  Jn 13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo», Mc 12, 31):
1.-        La PdV de octubre, (junto con la fe y la esperanza en la vida eterna, la misericordia de Dios y la resurrección de la carne), nos ha guiado también al preparar la Misa funeral por mi padre en Las Matas: desde decidir la familia si hacíamos o no recordatorio (y cómo) para agradecer las oraciones, con la comunidad del movimiento fijar fecha, preparar las sillas, los cantos…, el ponernos de acuerdo para acoger y hacer que se sintiera en familia todo el que viniere, la colaboración y participación de los amigos, etc. Todos escuchando a cada uno, sabiendo perder la propia idea para acoger la del otro, pensando qué agradaría más a Dios y a todos, etc.
            Participó mucha gente a pesar de ser viernes por la tarde. Al finalizar, todos salían con serenidad y sonrisa en el rostro y la mirada, agradeciendo el haber podido participar;
muchos decían que se encontraban como en su casa (incluso los que habían ido por primera vez al Centro Mariápolis) y que en la celebración se “respiraba” un “clima” especial, etc.
Me encantaron algunas de las cosas que dijiste. Fue un aprendizaje estupendo...”, “fue muy entrañable; me gustó mucho cuánto cariño. La verdad q fue maravilloso escuchar lo q queréis a vuestro padre; me gustó muchísimo”: estas y otras expresiones de muchos, la cordialidad que se creó entre unos y otros aunque no se hubieran visto antes, el conocer el Centro Mariápolis y la capilla... esperamos y era el objetivo (junto con rezar y ofrecer por mi padre) que “en esto conocerán…” (como pide la PdV del mes), porque “donde dos o más… allí estoy Yo en medio…” y así “…para que el mundo crea…”, o como siempre repite mi madre (que vino) hasta en la cosa más pequeña (tanto antes, como después si sale bien para que no seamos unos “creidos”): “que todo sirva solo para gloria de Dios”.

2.-        Copio aquí lo que mi hermano puso el martes en su “muro” de facebook, porque yo también lo comparto y me refleja plenamente: «Mañana mi papá cumpliría 78 años... pero como sabéis, hace 18 días que su parkinson dijo: "¡Paco, hasta aquí hemos llegao!"
Qué dura ha sido su enfermedad, qué bonica ha sido su vida tan llena, qué momentos tan plenos de fe y de paz hemos vivido toda su familia y amigos estas últimas semanas... No me canso de dar gracias a Dios por su vida y porque me transmitió su fe con ella.
Creo que la muerte no es el final. Como cristiano católico, mi padre me enseñó a Esperar en la Resurrección y en la Vida eterna. Así que, vivo absolutamente convencido de que ahora seguiremos disfrutando de su cariño siempre, convencido de que nos cuidará ahora mejor que nunca, ... Convencido de que ya estará organizando "alguna movida" con toda la gente que se haya encontrado allí arriba para ver de qué manera pueden acercar a todo el mundo a Dios.
De grande me gustaría poder ser, por lo menos, un poquito como él…»
Estamos serenos, con paz; con plena confianza en Dios. Como añade mi madre: "Felices, (lo cual no excluye alguna lagrimilla de vez en cuando)".


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de practicar tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo», Mc 12, 31):
1.-        “…hemos traído de nuestro país a vivir con nosotros al hijo de unos buenos amigos, para que pueda formarse bien aquí en el instituto, dado que allí la educación está cada vez peor y la situación social es más complicada a cada momento. También a mi prima, a la que en seguida le he encontrado trabajo. Así que, de 4, ahora hemos pasado a ser 6 en casa, lo cual supone un cambio total, empezando por las mañanas: los voy llevando a todos a sus respectivos sitios, (como has comprobado las veces que te he recogido después de llevar a la peque a su guardería)…

2.-        “cuando puedas, celebras misa por el padre de un amigo mejicano. Ya te daré el estipendio cuando nos veamos. Su nombre: … Sabes que tengo costumbre de encargarte una Misa en sufragio cuando alguien cercano fallece. Es el mejor "regalo" que le puedo hacer como "nacimiento" a la otra vida... ¡¡la verdadera!! Y lo hago aunque a veces ni conozca a la persona, (pero sí a alguien cercano a ella), como en este caso.
¡¡Y tu padre no iba a ser menos!! Ya sé que teniéndote a ti de hijo tendrá muchísimas... pero no por ello voy a dejar de encargarte de nuestra parte que celebres una por él

3.-        “el otro día tenía una reunión de trabajo bastante importante a la que no podía asistir y había preparado todo minuciosamente. Una persona que había tenido alguna relación con el asunto a tratar quería participar, aunque el resto no lo consideraban oportuno. Es una persona algo “especial”... y tal vez podía perjudicar nuestra postura en la reunión. Sabía que le dolería si le decía que no estuviera. Me agobié, porque cualquier decisión que tomara molestaría a alguno; así que cogí el Rosario y le pedí a la Virgen no por el éxito de la reunión, sino para que ninguno se molestase. Al poco recibí un whastapp diciéndome que esa persona asistió, pero que todo se desarrolló amigablemente. Estoy seguro que fue Ella!!

4.-        “todo bien, gracias al Dios... este embarazo ha sido un regalo, ha ido todo bastante bien, excepto que ahora al final… pero estoy controlada.
Durante este embarazo, mi marido y yo hemos vivido en la fe, creyendo en la providencia del Padre para todo: y se ha ido cumpliendo. Es muy especial, porque nos hemos relajado al entregar nuestra salud, nuestro trabajo y nuestros hijos, confiando en que cada momento lo va a decidir Dios. El bebé se va a llamar Daniel (=”Dios es mi juez”). Gracias por acordarte, a pesar del sensible momento por el que estas pasando. En cuanto llegue el bebé, te avisaremos… y ya te dijimos que estás invitado a venir para bautizarlo

5.-        “hace unas semanas una abuela me contaba con orgullo que a su nieta le habían felicitado en el colegio por una oración que ella, por teléfono, le había ido enseñando: "Fíjate, con lo larga que es y se la ha aprendido", me contaba.
Pensando que lo que es bueno para uno puede serlo para otros, le pedí que la escribiese... 
         Se me quedó mirando, noté que dudaba: “no me atrevo, es que… ¿sabes?, no sé escribir muy bien y tiene muchas faltas de ortografía”. 
“Pero mujer, ¡eso no importa!: lo importante es el mensaje”. Me ofrecí, pues, a ayudarla; pero no estaba muy convencida, así que no insistí. A la semana siguiente, se me acercó con la oración escrita: en verdad estaba llena de faltas, pero nada que no se pudiese solucionar con una pequeña ayuda.
¡Cuánto talento habrá en el mundo escondido por miedo! Es importantísimo, pues, estar atento a las personas que tengamos cerca y ayudarlas a sacar lo mejor de sí, que a veces ni siquiera son conscientes de que lo llevan dentro

jueves, 15 de octubre de 2015

EL SIGNO DE AUTENTICIDAD

Como refuerzo para comprender y vivir mejor la Palabra de Vida de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros»,  Jn 13, 35), aquí tienes un par de textos: 
AMOR RECIPROCO

                  …Si lo que un padre dice antes de morir, no se olvida jamás, ¿qué será de las palabras de un Dios?
Tómalas, pues, muy en serio…: "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros".

Jesús está a punto de morir y todo lo que dice, refleja este próximo acontecimiento. Su marcha inminente, de hecho, reclama, sobre todo, la solución de un problema. ¿Cómo puede hacer Él para quedarse entre los suyos, y llevar adelante a su Iglesia?
Tú sabes que Jesús está presente, por ejemplo, en las acciones sacramentales: en la Eucaristía...
Pues bien, también donde se vive el amor recíproco, Jesús
está presente. De hecho, ha dicho: "Donde dos o tres están reunidos en mi nombre (y esto es posible mediante el amor recíproco), yo estoy en medio de ellos".

Él puede, por tanto, permanecer eficazmente presente en la comunidad en la que es vida el amor recíproco. Y a través de la comunidad puede seguir revelándose al mundo, puede seguir influyendo en el mundo.

¿No te parece espléndido? ¿No te vienen ganas de vivir en seguida este amor junto con los demás cristianos, prójimos tuyos?

Juan, que refiere las palabras que estamos profundizando, ve el amor recíproco, el mandamiento por excelencia de la Iglesia, cuya vocación es precisamente ser comunión, ser unidad.

Jesús dice después, en seguida: "En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros".
Si quieres, por tanto, buscar el verdadero signo de autenticidad de los discípulos de Cristo, si quieres conocer su distintivo, tienes que individualizarlo en el amor recíproco vivido. Los cristianos se reconocen por este signo. Y, si éste falta, el mundo no descubrirá nunca a Jesús en la Iglesia.

El amor recíproco crea la unidad. Pero, ¿qué es lo que hace la unidad?: "...que sean uno, ‑dice además Jesús‑ para que el mundo crea...". La unidad, al revelar la presencia de Cristo, arrastra al mundo a seguirlo. El mundo ante la unidad, ante el amor recíproco, cree en Él.

 "Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros".
En el mismo discurso de despedida, Jesús llama "suyo" a este mandamiento.
Es suyo, y por tanto, le tiene particular cariño.

No tienes que entenderlo sencillamente como una norma, una regla o un mandamiento como los demás. Aquí, Jesús quiere revelarte un modo de vivir, quiere decirte cómo orientar tu existencia. De hecho, los primeros cristianos ponían este mandamiento como fundamento de sus vidas. Pedro decía: "Sobre todo, conservad entre vosotros una gran caridad" (1 Pe 4,8).
Antes de trabajar, antes de estudiar, antes de ir a Misa, antes de cualquier actividad, comprueba si reina entre ti y quien vive contigo el amor recíproco. Si es así, sobre esta base, todo tiene valor. Sin este fundamento, nada agrada a Dios.

Jesús te dice, además, que este mandamiento es "nuevo". "Os doy un mandamiento nuevo".
¿Qué quiere decir? ¿Tal vez que este mandamiento no era conocido?
No. "Nuevo" significa hecho para los "nuevos tiempos".

¿De qué se trata, por tanto?
Mira, Jesús ha muerto por nosotros. Por tanto, nos ha amado hasta la medida extrema. Pero, ¿qué amor era el suyo? No ciertamente como el nuestro. El suyo era un amor "divino". Él dice: "Como el Padre me ha amado a mí, así también yo os he amado a vosotros". Nos ha amado, pues, con el mismo amor con el cual Él y el Padre se aman.
Y con ese mismo amor, nosotros tenemos que amarnos mutuamente, para llevar a la práctica el mandamiento "nuevo".

Sin embargo, un amor así, tú, como hombre, no lo tienes. Pero, estate contento porque como cristiano lo recibes. ¿Y quién te lo da? El Espíritu Santo lo infunde en tu corazón y en los corazones de todos los creyentes.
Existe, entonces, una afinidad entre el Padre, el Hijo y nosotros, los cristianos, por el único amor divino que poseemos. Es este amor el que nos injerta en la Trinidad. Es este amor el que nos hace hijos de Dios.

Es por este amor por lo que el cielo y la tierra están unidos, como por una gran corriente. Por este amor, la comunidad cristiana se eleva a la esfera de Dios y la realidad divina vive en la tierra donde los creyentes se aman.

¿No te parece divinamente hermoso todo esto y extraordinariamente fascinante la vida cristiana?

CHIARA LUBICH, Comentario a Jn 13,34, mayo 1980




NO LOBOS, SINO CORDEROS

Siempre que seamos corderos, venceremos y aunque estemos rodeados de muchos lobos, conseguiremos superarlos. Pero si nos convertimos en lobos, seremos derrotados, porque nos faltará la ayuda del Pastor.
El reino de Cristo no se extiende con el poder, con la fuerza, con la violencia sino con el don de uno mismo, con el amor llevado al extremo".


BENEDICTO XVI, Audiencia general, miércoles 26 octubre 2011

martes, 13 de octubre de 2015

LA MUERTE ES VIDA

VIDA DE LA PALABRA                    primeras semanas de OCTUBRE

Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros»,  Jn 13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo», (Mc 12, 31):
1.-        Durante estos últimos meses, turnándonos la familia, no habíamos dejado solo ni un rato a mi padre. Y estas últimas 6 semanas, (4 y pico de hospital; una y media en la Residencia), las más importantes de su vida, ni un instante ni de día, ni de noche, (no sólo para atenderlo y cuidarlo en su enfermedad, sino también para que pudiera estar bien preparado para el momento cumbre de tener que presentarse ante el Señor, ante el Amigo): para que oyera la voz de los que le querían…, muchos ratos susurrando oraciones, cantando en voz queda…). O nosotros directamente, o algunos ratos personas amigas de la comunidad, a las que cada tanto les preguntábamos por WhatsApp.
Ya te conté en el correo del pasado viernes cómo celebramos la Misa en la habitación de mi padre apenas hora y media antes de que él dejara de respirar y te pedía oraciones para ese instante: el más importante de su vida, ¡el paso a la Vida! Una amiga contestaba por WhatsApp: “Gracias por hacerme saber q este también será el momento más importante d mi vida. Que tu papi vea la Luz del Amor y la Verdad”.        
            Antes de empezar esa Misa le había estado yo susurrando a mi padre: “te quiero mucho; y mamá te quiere mucho y (el nombre de cada uno de los hermanos) te quiere mucho; y lo mismo tus yernos y nuera; y cada uno de los nietos”. Y después le decía: “sé que me quieres mucho; y mamá sabe que la quieres mucho…” (y lo mismo con el nombre de cada uno de los hermanos). “Gracias por ser el mejor papá del mundo; te lo agradecemos todo; no tenemos conciencia de tener que perdonarte nada, pero si lo hubiera, ¡por supuesto que desde el primer momento está perdonado!; estate tranquilo”.

1b.-     Poco después de expirar volvimos a celebrar la Misa, (de cuerpo presente), ya en su capilla ardiente, en la Residencia “Ntra. Sra. de la Caridad”, (hogar por el que él tanto se había entregado y trabajado toda su vida). Tanto en una Misa como otra quisimos cantar; y ambas las empezamos con “qué alegría cuando me dijeron, vamos a la Casa del Señor…”, (mi hermana siempre con su guitarra y toda la familia como coro, arropados por tantos amigos).
            En el velatorio, además de atender las muestras de cariño y cercanía de tanta gente (¡¡gracias a cada uno, también a los que no pudimos saludar personalmente!!), cada tanto íbamos alternando con un rato de oración (lecturas bíblicas, horas litúrgicas, Rosario, etc.).
En uno de esos ratos se hizo presente el señor Obispo (dado que por la tarde no iba a poder participar en la Misa exequial): al inicio entonamos el salmo “el Señor es el lote de mi heredad, ¡aleluya!, por siempre tu nombre cantaré, ¡aleluya!...; tengo siempre presente al Señor, con Él a mi derecha no vacilaré…; yo digo al Señor: “Tú eres mi Bien… los dioses y señores de la tierra no me satisfacen…”. Como te imaginarás, entre lágrimas de emoción, (bueno, yo, en concreto, en esos versículos, sin poder cantar por el nudo en la garganta, pensando en que mi padre tantas veces se lo había cantado al Señor y ahora se lo podría estar diciendo ya cara a cara); lo mismo que cuando en medio de alguna de las oraciones, el Obispo comentó: “…ahora ya no lo podéis acariciar, como habéis hecho siempre y sobre todo en su larga enfermedad, pero lo acarician ya el Señor y la Virgen”; eran las palabras en nombre de la madre Iglesia asegurando la misericordia infinita de Dios, que a mí me llenaron de consuelo y de esperanza cumplida; en el canto posterior, de nuevo el nudo en la garganta prestando nuestra voz a papá (en la esperanza, y por ello alegría, de que en realidad él se lo estaría ya diciendo cara a cara): “junto a Ti, María, como un niño quiero estar, tómame en tus brazos…; quiero que me eduques, que enseñes a rezar… hazme transparente, lléname de paz…; ¡¡Madre, Madre, Madre!!”.

1c.-      Mi padre, (como ya te conté en uno de los últimos correos), como ministro extraordinario de la Comunión (con una dedicación, ilusión, fe y amor admirables y admirados por enfermos, familiares y sacerdotes) la llevaba todos los domingos con una fidelidad inquebrantable (más allá de viajes o enfermedades propias) a sus respectivos domicilios a decenas de personas delicadas de salud. En la pequeña ceremonia hogareña, (como recuerda mi madre, siempre “pegada” a él, como copilotos ambos siempre en todo durante toda la vida), cada vez terminaban rezando el “Alma de Cristo”. Hace pocas semanas, mi madre oyó en Radio María (la escuchaban y seguían ambos estos últimos años muchas horas al día) una versión musicalizada de esa oración y ha querido que la cantáramos en el entierro. Así que, en el velatorio, toda la familia y gente de la comunidad, estuvimos repitiéndola muchas veces como oración, que a la vez nos sirviera a todos los demás como ensayo, pues nadie la sabíamos excepto una de mis sobrinas.
            Trataba yo de cantar a pleno pulmón, pero siempre en los 3 últimos versos, se me arrasaban los ojos y se me ponía el nudo en la garganta, poniéndome en el lugar de mi padre que se estaba presentando ante el Señor: “…defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos”.
            En este mismo blog supongo habrás leído la semblanza que preparamos y que leyó mi hermano al final de la Misa cuando dio el agradecimiento a todos en nombre de la familia: breve semblanza de mi padre y perfil espiritual.

2.-        ”Es la Misa más bonica que he visto en mi vida. Así no te da nunca hartura. Y lo mismo en el cementerio con los cánticos y oraciones”, comentaba una vecina. “Esta Misa de entierro de tu padre y la de vuestro primo en abril, han
sido un verdadero testimonio de fe y de esperanza”. “Gracias, Paco, por la lección  que nos habéis dado de fe, alegría, de unión familiar, en definitiva, de amor. Tu padre estará bien orgulloso de vosotros. Os queremos”, rezaba alguno de los cientos de WhatsApp que tras la Misa de exequias recibimos.
Éramos 26 los sacerdotes (¡y eso que era sábado por la tarde!!), 5 coros que se alternaban entre sí, el templo parroquial repleto (no cabía nadie más, ni de pie; y por lo visto en la calle había incluso más gente que dentro por falta de espacio).
En la entrada, (el coro interparroquial en el que hasta el último momento han cantado mis padres), entona el “Resucitó”, que cada año en la Vigilia Pascual y en la Misa solemne de Resurrección la timbrada voz de bajo de mi padre interpretaba el solo de una de las estrofas, (precisamente la que habla de la muerte vencida por la resurrección de Cristo), con honda expresión de fe.
            En la monición de entrada, la mayor de mis sobrinas, con una energía y soltura de adulto, (sin papeles), invitó a todos a participar en la celebración con alegría, porque Cristo ha resucitado y en Él reside nuestra esperanza.
            El Evangelio: “el que come mi carne y bebe mi sangre, habita en Mí y Yo en él…; y yo lo resucitaré en el último día”. La Eucaristía es prenda de salvación, y mi padre desde adolescente había querido recibirla a diario.
            Aunque la voz se me quebró bastantes veces durante la homilía, el ver a mi madre que me escuchaba serena en primera fila, me ayudaba a seguir adelante.
            Durante esas 24 horas de velatorio, Misa y entierro, el clima de unidad entre los diversos grupos parroquiales, los coros, las personas de distintos movimientos eclesiales, sacerdotes de varias diócesis, gentes venidas no sólo del pueblo, sino de otros muchos lugares incluso lejanos para acompañarnos… creo que ha podido ser reflejo y testimonio de la PdV de octubre: “en esto conocerán que sois discípulos míos: si os amáis mutuamente”.
Al finalizar y dar las gracias a todos, mi hermano trazó una breve semblanza de mi padre, tras la cual hubo un cerrado aplauso con lágrimas en muchos ojos. Me pareció como si se bajara el telón y se hubiera cumplido el objetivo... y en ese momento se acababa "la representación de este mundo" y comenzaba ya la Vida real, la Vida verdadera: la Vida eterna ya sí.
            Repito: y si me atrevo a contar cada una de estas cosas, es solo para alabar la grandeza de Dios que puede servirse de la pequeñez de las personas humanas para realizar maravillas.

3.-        Ha sido muy bonito entre todos los hermanos y junto con mi madre, (con el espíritu de colaboración, y de salir cada uno en ayuda de todos en seguida, que siempre nos inculcan mis padres), el tener que tomar las decisiones correspondientes a estos días, siempre pensando cada uno en los otros.
            P.ej., al día siguiente del entierro de mi padre, pensamos en ir todos juntos a la Residencia “Ntra. Sra. de la Caridad” que nos había acogido durante sus últimos 11 días y tanto cariño han derrochado con él (y con nosotros). Rápidamente a cada uno se nos iba ocurriendo algo y entre todos lo preparábamos: llevar un rosario de regalo (aunque tengan muchos, era el gesto de agradecimiento) a cada una de las religiosas, una carta para la Junta-patronato (y otro rosario más especial para su responsable) con una postal de Cristo joven firmada por todos nosotros por detrás, una gran bandeja de pasteles y una caja grande de bombones. En rapidez y coordinación, pensado y hecho: en menos de media hora estábamos allí.
Después de un ratito de verdadera comunión entre las monjas y nuestra familia, llamaron también a todo el personal y fue precioso el intercambio de vivencias y de mutuos agradecimientos, nosotros a todos ellos por su profesionalidad y cariño, ellos a nosotros por el testimonio, la fe y la unidad, (“no lo habéis dejado solo ni un minuto de las 24 horas todos estos días”). Me parecía un eco precioso a la PdV de este mes: y para sola gloria de Dios.


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS:
1.-        “he sentido muchísimo la noticia del fallecimiento de tu padre, aunque la esperábamos. Esta misma mañana, dentro de un rato, cuando celebre la misa…, rezaremos especialmente por él. He tenido la suerte de haberlo conocido en la adolescencia, y de haber sido amigo suyo. He sido testigo de su vida orientada hacia Dios, desde niño, viviendo siempre en la presencia de Dios. Estoy convencido de que su persona y su vida han tenido mucho que ver en mi vocación cristiana y sacerdotal. Doy gracias a Dios por su vida santa. Ha sido siempre guiado por la fe y el amor. Ejemplo de vida cristiana en todas las etapas y situaciones de la vida: como adolescente y joven casto, alegre y apostólico; como adulto responsable y honesto; dispuesto siempre a entregar su tiempo a obras de misericordia con toda delicadeza y discreción. Hombre enérgico en la defensa de los ideales cristianos, que lo llevaron incluso al compromiso político. Esposo y padre ejemplar, y muchas veces, heroico. Y, en los últimos años, clavado a la cruz, unido con Cristo, su Amigo de siempre, para el que ha vivido hasta el último suspiro. Estoy seguro de que la vela que recibió en el bautismo la ha tenido encendida hasta su entrada en la luz de Dios. Me uno a todos vosotros en el dolor y en la esperanza


2.-        “Hola Paco: Dios os lo pague a ti y a tu familia porque habéis sido un ejemplo de fe para los que os hemos visto en un momento tan doloroso; hemos estado admirados de la serenidad y la sonrisa que habéis tenido todo la familia y eso no puede ser sino fruto de una profunda fe. Ese ha sido el sentimiento que habéis dejado en mi familia estos días y ha calado hondo. Querer y honrar tanto a un padre en estos días que corren no puede ser más que un ejemplo para cualquier familia. Fíjate qué cosas, pero yo nunca había hablado con tu padre: qué pena ahora no haber tenido esa suerte, porque me estoy formando una imagen impresionante de él con todo lo que me están comentando. Por ejemplo, el comentario de su doctora: "Paco era bueno, pero bueno de verdad, único por su bondad", "…por menos, a otros los han hecho santos...". No pienses que fue por decir, lo dijo tan emocionada que yo no dejo de pensar en ello. Yo creo que se puede ser buen hombre, buen padre, buena persona, buen cristiano, etc... Pero ser "bueno" sin más, lo abarca todo... ¡Qué adjetivo tan corto pero tan grande! Precioso tu blog sobre tu padre: se lo he mandado a mi madre y está llorando , palabras textuales, como un "majuelo"


Si quieres leer experiencias sobre la Palabra de Vida del mes, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ

N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela; o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,
mándamela por  correo-e.


viernes, 9 de octubre de 2015

ORAD POR MI PADRE


A las 6 de la tarde de hoy viernes 9 de octubre, (día del santo Patriarca Abraham, nuestro "padre en la fe", modelo de "esperanza más allá de toda esperanza" no sólo para los cristianos), mi padre ha llegado al momento más importante de su vida: emprender la última etapa del “santo viaje”, el que conduce hacia la casa de Dios Padre, a Quien había tratado de amar sobre todas las cosas.
            Os ruego oraciones para que goce ya de lo que “ni el ojo vio, ni el oído oyó... lo que Dios ha preparado para los que le aman”. Y cuando podáis y donde estéis, ofrezcáis la participación en una Misa.
            Nosotros lo estamos haciendo en su capilla ardiente, en la Residencia “Ntra. Sra. de la Caridad” (al lado del Santuario del mismo nombre, de la Patrona de nuestro pueblo) y continuaremos hasta un rato antes de la Misa exequial (mañana sábado día 10 a las 5 de la tarde en nuestra Parroquia de Sta. María, también en nuestro pueblo). Y luego el entierro.
            Uníos desde donde estéis. ¡Gracias por vuestra oración y cercanía! ¡Dios os lo pague!
            Hoy al llegar, a las 4 pude celebrar la Misa en su habitación, y poquito a poco iba abriendo más los ojos y se notaba que la seguía: hasta el punto que me animé a darle una gotita del cáliz (¡llevaba 6 semanas sin comulgar, -dado que no podía tragar-, él, que desde adolescente, había participado en la Misa cada día incluso de diario!). Esta mañana el capellán le había dado la santa Unción de los enfermos. Y yo mismo lo volví a confesar el domingo pasado, casi siguiendo una inspiración, antes de regresar a Madrid. 
Acabado el primer misterio del Rosario que rezaban en voz alta mis hermanas ante él, esperamos que la Virgen María, (quien tan presente ha estado estas últimas semanas en nuestras vidas), haya venido a recogerlo para presentarlo ante Dios Padre. Poco antes habíamos recitado todos en torno a él la oración de la familia, que tanto les gusta a mis padres.
            Gracias a todos y cada uno de los que ya habéis mandado cientos (no exagero) de whatsApp, correos-e., llamadas (perdidas) y sms. Me será imposible contestar a todos.
            Gracias a todos los del pueblo que estáis pasando por aquí en su capilla ardiente a hacer una oración por él y a muchos ni os he podido saludar.





APUNTES PARA UNA BREVE SEMBLANZA DE PAPÁ

Una gran persona”, “un cristiano ejemplar”, “si Paco no ha ido derecho al cielo, todos los demás nos quedamos fuera”… dice la gente hablando de Francisco Tomás Martínez por la calle al enterarse de la noticia. “Hoy no sería sacerdote, y puede que ni siquiera cristiano, si no hubiera sido por tu padre” y así muchas otras personas comentan lo que su fe o su matrimonio o sus necesidades materiales deben a mi padre.

                Autodidacta en su formación, mi padre fue:
 -  corresponsal de prensa en nuestro pueblo ("La Verdad", -premio "Graciano Atienza de periodismo" 1984-, "agencia Logos", "La Tribuna") durante muchas décadas, y luego dirigió y presentó los programas de radio local y de televisión comarcal (la retransmisión de la Misa dominical durante lustros con las famosas entrevistas subsiguientes; y luego el quincenal "Familia S.A." de los jueves, que alcanzó más de 200 programas -¡qué imaginación para no repetirse en tantas mesas redondas!-);
 - concejal 12 años y diputado provincial 8 (recordado por no querer recibir sueldo por ello, y cuando le obligaron, por donarlo a instituciones benéficas);
 - miembro activo o presidente o secretario en multiplicidad de asociaciones, (de padres, de vecinos...), sobre todo de la Junta de la Residencia de Mayores de “Ntra. Sra. de la Caridad”, que han tenido en él un gran participante e impulsor.
 Su gran amor, sin embargo, y lo que le llevaba a comprometerse en estas y otras decenas de actividades a favor de los demás,
fue su profunda fe en Dios. 
 De todo ello jamás recibió sueldo; muchos esfuerzos y sinsabores, ciertamente sí. Todo altruista y generosamente, con derroche de tiempo, energía e iniciativas.
 Famosa la sombrerería "Casa Paco", (en la C/ Resa 2, frente a una de las puertas de S. Blas), no tanto por lo que ahí se vendía, -poco, y cada vez menos con los años-, cuanto por ser lugar de profundas conversaciones y confidencias, casi de dirección espiritual para muchos, durante los años '60, '70 y '80.
               Sus únicos ingresos eran de su sencillo trabajo de representante de comercio: todo el mundo lo recuerda, primero con el Seat 850 amarillo y luego con el 131 familiar de tercera mano repletos de cajas de comestibles, (cuando en realidad hubiera necesitado una pequeña furgoneta), repartir por todas las tiendas del pueblo, donde, además, a todos ayudaba y de todos recibía confidencias.
             Y todo por amor a Dios y a la Virgen.
        Su otro gran amor era la familia (la nuestra, todas las del pueblo y todas las del mundo):
durante 30 años han participado en la organización de los cursillos prematrimoniales y prebautismasles; y han ayudado a salvar de la crisis a decenas de matrimonios. Catequista de Confirmación tanto de jóvenes como de adultos.
      Siempre buscaba lo positivo de todos y, con discreción pero energía, no permitía que ante él nadie hablara mal de nadie. Lo recuerdan leal en política: "nunca se calló nada de lo que en conciencia creía que debía ser y lo hacía con prudencia y serenidad, sin hacer de menos a nadie", recuerda un ex-alcalde. 

Su compromiso con Jesús comienza de adolescente, al igual que mi madre, queriendo recibir la Eucaristía todos los días de la semana.
Mis padres eran presidentes de los jóvenes de Acción Católica, ella de las chicas y él de los chicos. Hizo los Cursillos de Cristiandad. Incluso en la mili, que él realizó en Melilla: era el único que, a la hora de la comunión, rompiendo fila entre cientos de soldados, caminaba firme para recibir a Jesús Eucaristía.
Porque mis padres veían que su vocación era el matrimonio y que Dios los llamaba a compartir la vida bajo su mirada, decidieron casarse aunque no tenían los recursos económicos, pero sí una fuerte seguridad en la Providencia divina. Como viaje de novios hicieron las "Ejercitaciones por un Mundo Mejor" del P. Lombardi en Segovia (además de peregrinación a Lourdes), 
luego han participado en el Movimiento Familiar Cristiano (fueron presidentes regionales varios años),
desde 1981 participan en las Mariápolis del Movimiento de los Focolares (y en la reunión mensual) y (sin dejar esto último) en 1993 o así empezaron, además, el Camino Neocatecumenal, (estas dos últimas cosas las han mantenido hasta hace pocos meses, así como el ser Terciarios Franciscanos que comenzaron hace pocos años).
El amor a Dios, a su mujer, a nosotros sus 5 hijos y luego a todo lo de cada uno de ellos y sus 8 nietos, eran su ilusión. La familia unida.

La música era su afición. De joven tocaba algo el saxofón. De adulto nos inculcó el amor al canto y a la música a todos los hijos. Estuvo en la coral de la AMEV y en el coro interparroquial hasta hace bien poco, con su timbrada voz de bajo con la cual simplemente quería alabar a Dios.
Le encantaba la música clásica y la zarzuela: disfrutaba viendo conciertos en la tele y movía los brazos como dirigiendo la orquesta llevado por la música. Si los místicos afirman que el Paraíso es la mejor de las armonías y músicas ("música celestial") y danzas, pedimos que esté allí moviendo los brazos como un director de orquesta, integrado en la gran coral de los "mejores hijos de la Iglesia", el coro de los ángeles y de los santos.

Los últimos 11 años, la enfermedad del parkinson empezó a minar su salud paralizando todo por dentro menos su fe. Siempre austero y sacrificado, nos ha dado muestra increíble de paciencia y de amor a Dios y a todos nosotros y a cualquier persona con quien se encontrara, ante cada uno de los cuales parecía como "resucitar" (aunque un instante antes fuera casi arrastrando), para saludar, sonreír e interesarse por él.

Esperamos que sea la Virgen María quien ha venido a llevárselo mientras rezaban el Rosario para presentarlo ante su Hijo Jesús en la gloria del Cielo. El próximo día 28 de este mes hubiera cumplido sus 78 años.


¡Gracias, Señor, por nuestro padre!
¡Gracias, Virgencita María, por nuestro padre!
¡¡¡Gracias, papá!!!

Que esto y toda su vida y todas las nuestras, sean para lo que tiene que ser todo en el universo: para gloria y alabanza de la Trinidad.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
como era en el principio,
ahora
y siempre por los siglos de los siglos.
AMÉN




PETICIONES

-          Por la Iglesia universal, por su libertad y unidad; por el sínodo de los obispos sobre la familia, tema sobre el que Paco siempre ha sentido verdadera pasión. Roguemos al Señor

-          Por las naciones y los que las dirigen, para que busquen no el provecho propio, sino el bien común y la fraternidad, cuestiones sociales por las que Paco vibró por amor a Dios todos los años que estuvo en la política municipal y provincial. Roguemos al Señor.

-          Por los profesionales de los medios de comunicación y de la palabra, para que difundan a través de ellos los valores del Reino de Dios, como Paco siempre buscó en sus décadas de corresponsal o en sus programas en la radio y en la televisión comarcal. Roguemos al Señor.

-          Por todos los movimientos y comunidades eclesiales, por todos los comprometidos en las distintas actividades parroquiales; para que tanto las 3 parroquias de Villarrobledo como el Movimiento Familiar Cristiano, el Movimiento de los Focolares, el Camino Neocatecumenal, movimiento MI.ES., los Terciarios Franciscanos, (realidades todas, entre otras), que Paco llevó tan dentro del corazón. Roguemos al Señor.

-          Por todos los que difunden la belleza de Dios a través de la música (una de las grandes aficiones de Paco); para a través del arte puedan testimoniar que no hay nada más precioso que gastar la vida por Cristo y manifestarlo a través del arte. Roguemos al Señor.

-          Por todos nuestros hermanos que hoy han partido hacia la casa de Dios Padre, por Paco; para que Dios Amor los reciba en la felicidad eterna de la asamblea celestial. Roguemos al Señor



jueves, 1 de octubre de 2015

EL SIGNO DISTINTIVO

PALABRA DE VIDA                                  septiembre 2015
«En esto conocerán todos que sois discípulos míos:
si os amáis unos a otros»
 (Jn 13, 35)

Este es el distintivo, la característica propia de los cristianos, el signo para reconocerlos. O al menos debería serlo, porque así concibió Jesús a su comunidad.
Un escrito fascinante de los primeros siglos del cristianismo, la Carta a Diogneto, declara que «los cristianos no se distinguen de los demás hombres ni por la nación ni por la lengua ni por el vestido. En ningún sitio habitan ciudades propias, ni se sirven de un idioma diferente ni adoptan un género peculiar de vida». Son personas normales, como todas las demás. Y sin embargo, poseen un secreto que les permite influir profundamente en la sociedad y ser como su alma.
Es un secreto que Jesús entregó a sus discípulos poco antes de morir. Como los antiguos sabios de Israel, como un padre respecto a su hijo, también Él, Maestro de sabiduría, dejó como herencia el arte del saber vivir y del vivir bien, que había aprendido directamente de su Padre: «Todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15, 15), y era fruto de su experiencia en la relación con Él. Consiste en amarse unos a otros. Esta es su última voluntad, su testamento, la vida del cielo que ha traído a la tierra y que comparte con nosotros para que se convierta en nuestra misma vida.
Y quiere que esta sea la identidad de sus discípulos, que se los reconozca como tales por el amor recíproco:
«En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

¿Se reconoce a los discípulos de Jesús por su amor recíproco? «La historia de la Iglesia es una historia de santidad», escribió Juan Pablo II. Y sin embargo, «hay también no pocos acontecimientos que son un antitestimonio en relación con el cristianismo». Durante siglos, los cristianos se han enfrentado en
guerras interminables en el nombre de Jesús y siguen estando divididos entre ellos. Hay personas que a día de hoy siguen asociando a los cristianos con las Cruzadas y los tribunales de la Inquisición, o los ven como defensores a ultranza de una moral anticuada, opuestos al progreso de la ciencia.
No ocurría así con los primeros cristianos de la comunidad naciente de Jerusalén. La gente sentía admiración por la comunión de bienes que vivían, la unidad que reinaba entre ellos, la «alegría y sencillez de corazón» que los caracterizaba (Hch 2, 46). «La gente se hacía lenguas de ellos», seguimos leyendo en los Hechos de los Apóstoles, con la consecuencia de que cada día «crecía el número tanto de hombres como de mujeres que se adherían al Señor» (Hch 5, 13-14). El testimonio de vida de la comunidad tenía una fuerte capacidad de atracción. ¿Por qué hoy no se nos conoce como aquellos que se distinguen por el amor? ¿Qué hemos hecho con el mandamiento de Jesús?

«En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

Tradicionalmente, el mes de octubre se dedica en el ámbito católico a la «misión», a la reflexión sobre el mandato de Jesús de ir a todo el mundo a anunciar el Evangelio, a la oración y al sostenimiento de todos los que están en primera línea. Esta palabra
de vida puede ayudar a todos a esclarecer la dimensión fundamental de todo anuncio cristiano. No consiste en imponer un credo, hacer proselitismo o ayudar de modo interesado a los pobres para que se conviertan. Tampoco debe primar la defensa exigente de valores morales ni el adoptar una postura ante las injusticias o las guerras, aun cuando sean actitudes obligadas que el cristiano no puede eludir.
El anuncio cristiano es ante todo un testimonio de vida que todo discípulo de Jesús debe ofrecer personalmente: «El hombre contemporáneo prefiere escuchar a los que dan testimonio que a los que enseñan». Incluso los que son hostiles a la Iglesia suelen sentirse conmovidos por el ejemplo de quienes dedican su vida a los enfermos o a los pobres y están dispuestos a dejar su patria para ir a lugares de frontera a ofrecer ayuda y cercanía a los últimos.
Pero lo que Jesús pide sobre todo es el testimonio de toda una comunidad que muestre la verdad del Evangelio. Esta debe mostrar que la vida que Él trae puede generar realmente una sociedad nueva, en la que se viven relaciones de auténtica fraternidad, de ayuda y servicio mutuo, de atención coral a las personas más débiles y necesitadas.
La vida de la Iglesia ha conocido testimonios así, como las reducciones para indígenas que los franciscanos y jesuitas construyeron en Sudamérica, o los monasterios, con las aldeas que surgían alrededor. También hoy, comunidades y movimientos eclesiales dan lugar a ciudadelas de testimonio donde se pueden ver los signos de una sociedad nueva fruto de la vida evangélica, del amor recíproco.

«En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros».

Sin apartarnos de los lugares en que vivimos ni de las personas que nos rodean, si vivimos entre nosotros esa unidad por la que Jesús dio la vida, podremos crear un modo de vivir alternativo y sembrar en torno a nosotros brotes de esperanza y de vida nueva. Una familia que renueva cada día su voluntad de vivir de modo concreto en el amor recíproco puede convertirse en rayo de luz en medio de la indiferencia de su vecindad. Una «célula local», o sea, dos o más personas que se asocian para practicar con radicalidad las exigencias del Evangelio en su entorno de trabajo, en clase, en la sede sindical, en la administración o en una cárcel, podrá desbaratar la lógica de la lucha por el poder, crear un ambiente de colaboración y favorecer que nazca una fraternidad inesperada.

¿No actuaban así los primeros cristianos de tiempos del Imperio romano? ¿No es así como difundieron la novedad transformante del cristianismo? Nosotros somos hoy los «primeros cristianos», llamados como ellos a perdonarnos, a vernos siempre nuevos, a ayudarnos; en una palabra, a amarnos con la misma intensidad con que Jesús amó, seguros de que su presencia en medio de nosotros tiene la fuerza de arrastrar también a los demás a esta lógica divina del amor.



N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 

en más de 30 idiomas.