miércoles, 30 de septiembre de 2020

QUIEN SE HUMILLE SERÁ ENSALZADO

 PALABRA DE VIDA                                 octubre 2020

 

«Todo el que se ensalce, será humillado;

y el que se humille, será ensalzado»

(Lc 14, 11)


Con frecuencia los Evangelios nos muestran a Jesús aceptando gustosamente invitaciones a comer, pues son ocasiones de encuentro para trabar amistad y consolidar relaciones sociales.

En este pasaje del Evangelio de Lucas, Jesús observa el comportamiento de los invitados: hay una pugna por ocupar los primeros puestos, reservados a las personalidades; se palpa el ansia de destacar los unos por encima de los otros.

Pero Él tiene en mente otro banquete: el que se ofrecerá a todos los hijos en la casa del Padre, sin «derechos adquiridos» en nombre de una presunta superioridad.

Es más: los primeros puestos estarán reservados precisamente a quienes elijan el último lugar, al servicio de los demás. Por eso proclama:

«Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

Cuando nos ponemos nosotros en el centro, con nuestra avidez, nuestro orgullo, nuestras pretensiones y nuestras quejas, caemos en la tentación de la idolatría, es decir, de adorar a falsos dioses, que no merecen honor ni confianza.

Por eso, Jesús parece invitarnos ante todo a bajarnos del «pedestal» de nuestro yo para no poner en el centro nuestro egoísmo, sino a Dios mismo. ¡Él sí que puede ocupar el puesto de honor en nuestra vida!

Es importante hacerle sitio, profundizar en nuestra relación con Él, aprender de Él el estilo evangélico del humillarse. Ponernos libremente en el último lugar es elegir el lugar que Dios mismo eligió en Jesús. Este, siendo el Señor, eligió compartir la condición humana para anunciar a todos el amor del Padre.

«Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

Partiendo de esta enseñanza, aprendamos también a construir la fraternidad, es decir, la comunidad solidaria de hombres y mujeres, adultos y jóvenes, sanos y enfermos, capaces de construir puentes y servir al bien común.

Como Jesús, también nosotros podemos acercarnos a nuestro prójimo sin miedo, ponernos a su lado para caminar juntos en los momentos difíciles y gozosos, valorar sus cualidades, compartir bienes materiales y espirituales, animar, dar esperanza, perdonar. Alcanzaremos el primado de la caridad y de la libertad de los hijos de Dios.

En un mundo enfermo de arribismo, que corrompe a la sociedad, esto es en verdad ir a contracorriente, es una revolución plenamente evangélica.

Esta es la ley de la comunidad cristiana, como escribe también el apóstol Pablo: «con humildad, considere cada cual a los demás como superiores a sí mismo» (cf. Flp 2, 3).

«Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

Como escribió Chiara Lubich: «¿Te das cuenta? En el mundo, las cosas siguen un orden completamente distinto. Rige la ley del yo […] Y sabemos cuáles son las dolorosas consecuencias […]: injusticias y prevaricación de todo tipo. Sin embargo, el pensamiento de Jesús no se dirige directamente a todos estos abusos, sino más bien a la raíz de la que brotan: el corazón humano. […] Para Él, es necesario precisamente transformar el corazón y asumir, en consecuencia, una actitud nueva, necesaria para establecer relaciones auténticas y justas. Ser humildes no quiere decir solamente no ser ambiciosos, sino además ser conscientes de nuestra nada, sentirnos pequeños ante Dios y ponernos en sus manos, como un niño. […].

»¿Cómo vivir este humillarse? Practicándolo, como Jesús, por amor a los hermanos y hermanas. Dios considera hecho a Él lo que haces a los demás. Así pues, humillarse: servirles. […] Y el ensalzamiento llegará ciertamente en el mundo nuevo, en la otra vida. Pero para quien vive en la Iglesia, ya se da este cambio radical de las situaciones. Pues quien manda debe ser como el que sirve. Así pues, la situación ya ha cambiado. De este modo, allí donde se viven las palabras en las que hemos profundizado, la Iglesia es ya para la humanidad un signo del mundo futuro»[1].

 

LETIZIA MAGRI

 

 



[1] Cf. C. Lubich, Palabra de vida, octubre 1995: Ciudad Nueva n. 314 (10/1995), p. 33.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

DAR DÁNDOSE

VIDA DE LA PALABRA                  primeras semanas de SEPTIEMBRE

  

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38) y la de agosto («¿Quién nos separará del amor de Cristo?», Rm 8, 35):

 

1.-        Estas semanas ha habido muchas oportunidades de dar y de darme… sobre todo mi tiempo: por un lado, con el regreso de vacaciones (¡muchas personas que tenía en espera para atenderlas!) y, por otro, con la despedida del otro sacerdote de la parroquia y con otras tareas como arcipreste (despedidas o toma de posesión de otros sacerdotes en distintos pueblos; reuniones; suplir a algún confesor de monjitas; etc).

Así que, en todo ello continuamente me repetía: “dad”. Me ha tocado prácticamente solo el servicio religioso en el hospital (y su teléfono permanente de urgencias) y casi todas las tareas de la parroquia. “¡Dad…!”. Y, a la vez, estar pendiente de las noticias que mis hermanos mandaban sobre la hospitalización de mi madre… y otras personas que necesitaban un cuidado especial. ”¡Dad!”. Lo mismo la participación en la Mariápolis de fin de semana en Las Matas, (por cierto, ¡ha resultado preciosa tanto para la veintena de presenciales como para los muchos on-line!), compaginando el estar atento a cada persona, y a la vez no dejar descuidada la parroquia.

Todo han sido oportunidades de darme tratando de derrochar escucha, servicialidad… sobre todo tiempo y cariño. Y, aunque acababa algunos días totalmente agotado y tarde (y sin haber tenido tiempo de sentarme ni un minuto a leer y algún día a malcomer), a la vez percibía yo ese “os será dado” en el hecho de que me encontraba con serenidad y alegría en el corazón y que, (a pesar de que siempre duermo regular nada más), a la mañana siguiente me notaba con fuerza y ánimo para emprender con ilusión otra jornada repleta. También veía el “os será dado” en tantas personas que se han ofrecido de muy distintas maneras para ayudarme o prepararme cosas, y en que gracias al nuevo sacerdote, he podido ir casi 48 horas con mi madre (y le dieron el alta estando yo allí, aunque tiene que seguir con antibióticos).

1b.-     Por otro lado, soy muy descuidado para hacer regalos (y encima nunca sé qué regalar), y estos días también he tratado de ser más desprendido y generoso. Un ejemplito: ayer en mi pueblo me regalaron uvas e higos, y he tratado de distribuirlos.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38), la de agosto («¿Quién nos separará del amor de Cristo?», Rm 8, 35) y la de julio («Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre», Mt 12, 50):

 

1.-        “muchísimas gracias por acordarte. Aunque no te escriba, estás muy presente en nuestras vidas gracias a la puntual palabra de vida que me envías cada mes. No sabes lo que me ayuda a entender mis sentimientos y a darme cuenta que yo no soy la que manejo mi vida sino Él, y la tranquilidad que eso me aporta. Muchísimas gracias.

 

2.-        “que alegría que estés de vuelta!! La verdad, he descansando bien poco, pero ya sabes: cuando uno se lo ofrece al Señor,  es Gloria bendita… debo estar un poco más pendiente de la niña para ver si hay deberes y demás… Una cosa: me he apuntado a clases de guitarra para cuando puedas darme alguna tú, no ser tan zote 😊. Te he visto muy bien y no vemos pronto!! Gracias por la Palabra.

 

3.-        “agosto tuve la oportunidad de conocer el norte de España a través del camino de Santiago que hice con otros amigos... Un regalazo de Dios. 

…me aproximo a empezar el nuevo curso con mucha ilusión, confiando en que Dios nos iluminará  para seguir sembrando en estas circunstancias tan especiales en las que estamos todos.

 

4.-        “espero te encuentres bien en medio de la cierta normalidad. Gracias por enviarme la palabra de Vida: me conforta e impulsa mucho.

En cuanto a la participación de la Mariápolis me gustaría… inician el segundo semestre acá, y como me encuentro de descanso, qué mejor que participar de la Mariapolis. Te pido me ayudes con tus oraciones por la encomienda que tengo.

 

 

5.-        “¡Gracias Paco! Por ahora, todo bien gracias a Dios. En Cáritas hemos estado dando alimentos todo el mes de julio y ahora, en septiembre, volveremos a empezar. Las listas y los problemas son cada vez más largos, pero seguiremos adelante con la ayuda y el apoyo de mucha gente.

 

 

 

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de gente de todo el mundo,

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martes, 15 de septiembre de 2020

DAR DE TODO CORAZÓN

           Para vivir bien la incerteza del ya próximo otoño, nos da luz y fortaleza la Palabra de vida del mes de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38). Así, pues, a mitad de mes, ¡renovarnos en vivirla con intensidad (y a ello nos impulsarán estos textos)!:

 


  

NUESTRO DAR NACE DEL CORAZÓN

 

Por eso es tan importante cuidar el corazón. Para que no se vuelva indiferente; para que "vea" dónde dar amor. Yo le regalo hoy a la Madre un corazón de hijo, y Ella me enseña a transformar los Dolores en "brotes de resurrección".

 

P. MANUEL MORALES, O.S.A, Comentario al Pasapalabra diario del martes 15 septiembre

 

 

 

 

CREER EN LA GENEROSIDAD DE LOS DEMÁS

 

Creer en la generosidad de otra persona significa creer en su amor por mí y por todos.

Me ocurrió que alguien no creyó en mi generosidad e incluso malinterpretó un gesto de amor hecho sin esperar nada a cambio. A menudo reconozco la presencia de Jesús en el otro, de manera que, aunque el otro no crea en mi amor, Jesús conoce mi sinceridad. Y para mí, esto es lo más importante.

Cuando veo a alguien que ama a todos con generosidad, trato de creer sin el menor juicio, aunque parezca exagerado. Y si este amor me llega, acepto ser amado con humildad y gratitud.

Dios conoce el corazón de cada persona. Conoce quien practica con sinceridad los actos concretos de amor.

El que ama, conoce a Dios, y sus acciones lo revelan.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del martes 24 de agosto

 

 

 

 

LA MANSEDUMBRE SIEMPRE ES CONSTRUCTIVA

 

Hay personas que confunden mansedumbre con omisión.

Con la mansedumbre aprendemos a decir nuestra opinión sin herir al otro y sin omitir la verdad. Y sobre todo, sin faltar a la caridad.

La omisión es cuando no hablamos por miedo a la reacción del otro, cuando cerramos los ojos a las injusticias, cuando callamos delante de la violencia.

La mansedumbre es una expresión del amor y por eso es creativa. Con la mansedumbre, decimos la verdad al otro sin humillarlo y sin causarle vergüenza.

La mansedumbre y la humildad son dos características distintivas de la personalidad de Jesús, y debemos aprender de Él a vivirlas en todas nuestras relaciones interpersonales. “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Cf. Mt 11,29).

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 23 de agosto

 

 

 

 

FIARNOS DE DIOS Y ENCOMENDARNOS A ÉL

 

Debo estar preparado para todo en la vida.

Debo prepararme bien para cada decisión a tomar. Aprovechar al máximo mi formación profesional, asumir mi papel de ciudadano, mis responsabilidades en la familia y en la comunidad. Debo estar preparado, bien formado y bien informado.

Pero sobre todo y más allá de todo, debo confiar en Dios y entregarme completamente a Él.

Antes de cualquier acción, debo repetir en mi corazón: “hágase Tu voluntad y no la mía”. Esta es la mayor garantía de que todo se hará de la mejor manera.

En las pequeñas o grandes decisiones que vayamos a tomar, ante todo, encomendarnos a Dios. Después, hacer nuestra parte buscando la perfección del amor.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 22 de agosto

 

 

 

 

QUE NUESTRO DAR SEA SIEMPRE DESINTERESADO

 

El corazón se ensancha o se encoge: depende de nosotros. Damos largamente, y largamente nos sentimos retribuidos para seguir dando.

Tener confianza en la Providencia de Dios. Y si algún sabor amargo invita al desprendimiento, es porque Dios no quiere para sus hijos falsas ilusiones y enseña una verdad dura, necesaria, que equilibra la vida: todo cae, todo es vanidad; y "pasa deprisa la escena de este mundo".

 

P. MANUEL MORALES, O.S.A, Comentario al Pasapalabra diario del 10 septiembre