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jueves, 15 de mayo de 2025

¿ME AMAS? SÍ, SEÑOR, TÚ SABES QUE TE QUIERO

VIDA DE LA PALABRA            primeras semanas de MAYO

 


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero», Jn 21, 17) y la de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?», Is 43, 19):

1.-        Al final de la pasada Cuaresma, viendo al mundo y a la gente a mi alrededor tan dividida, me sentía yo un poco desolado interiormente y, por pura providencia, alguien me envió una oración que ya conocí hace años en los “talleres de oración y vida”. En ese preciso momento no la leí ni me fijé. Pero, a pesar de ese despiste, la Virgen como buena Madre me la volvió a poner ante los ojos el Lunes Santo. Me dio mucha luz para afrontar la abundante tarea pastoral de esos días y las dificultades de esas relaciones entre las personas.

         Te comparto esa oración por si a ti también te ilumina:

Súplica a María en el cansancio: Madre, vengo del tumulto de la vida. El cansancio me invade todo el cuerpo y sobre todo el alma.

          Es tan difícil aceptar con paz todo lo que sucede alrededor de uno durante una jornada de trabajo y lucha… Las cosas en las que habíamos depositado tanta ilusión, decepcionan. Las personas a las que queremos entregar bondad, nos rechazan. Y aquellas otras a las que acudimos en una necesidad, intentan sacar provecho.

          Por eso vengo a Ti, Madrecita, porque dentro de mi camina un niño inseguro. Pero junto a Ti me siento fuerte y confiado. Sólo el pensar que tengo una madre como Tú, me da ánimo. Me siento apoyado en tu brazo y guiado por tu mano. De esta manera puedo, con tranquilidad, retomar el camino.

          Renuévame por completo para que consiga ver lo hermoso de la vida. Levántame para que pueda caminar sin miedo. Dame tu mano para que acierte siempre con mi camino. Dame tu bendición, para que mi presencia sea, en medio del mundo, un signo de tu bendición. Amén

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero», Jn 21, 17), la de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?», Is 43, 19) y la de marzo («¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo?», Lc 6, 41):

1.-        “aún estoy "aterrizando" en el mundo después de un fin de semana espectacular en el Centro Mariápolis con las anuales “Gotas de espiritualidad”.

Tema: la cercanía, proximidad, fraternidad. Nos han hablado de la proximidad a Dios. Dios está en nuestro interior, es ahí donde tenemos que buscarlo, en el centro de nuestra alma que es donde está el verdadero yo. Lo descubrimos en el silencio.

Y si Dios está en mí, ¡también está en el prójimo! ¿Quién es el otro para mí? Debemos mirar al prójimo con amor, sin ver las diferencias:

Dios no hace acepción de personas. Con un Dios así, ¿cómo no tener en el corazón la fraternidad universal?

¡Uf, tantas cosas: ahora hay que llevarlo al mundo. En este ambiente es fácil, pero en el mundo es difícil. ¡¡¡Y es tan sencillo!!!: es ver a Jesús en el otro, en tu prójimo y llevar a Jesús contigo siempre. Las dos cosas fáciles de decir y menos fácil de hacer 😊 pero para Dios no hay nada imposible. Y no hay que ir muy lejos a practicar, yo pensaba tengo que empezar por los más cercanos, mi familia, mis hermanos…

Hemos sido un grupo numeroso, pero se ha respirado un ambiente familiar, como si nos conociéramos de toda la vida. Es un regalo grande, muy grande. Nos daba pena despedirnos, pero seguimos unidos por un mismo ideal, unos más lejos otros menos: unidad.

¡Ah!, y el sábado por la noche tuvimos fiesta amenizada por una familia, que son geniales!!! Nos lo pasamos chupi, rechupiii.

A mí no sé qué me pasa, pero cuando cruzo la puerta del Centro Mariápolis me entra un rayo de felicidad en el cuerpoooo, es mágicooo.

 

2.-        “nuestro Abril ha terminado con la comunión de mi hija pequeña, a quien bautizaste ya hace 10 años y por el sacramento y celebración que te conocí. 

Quisiera decirte, (porque nunca lo hice), que gracias a ti me volví a acercar a Él, a la iglesia y a la fe; y gracias a mi hija, he sido catequista durante 2 años y me siento aún más cerca de Jesús que nunca. 

         Te deseo un mes de la Virgen lleno de alegría, salud y que nos traiga a un nuevo Papa, aunque tu tocayo deja un legado difícil de superar… pero la fe me dice que será el que venga el que Dios quiera que nos guíe y así lo recibiremos. 

Te leo todos los meses, aunque no te escriba.

         Algún domingo subiré a misa a Las Matas y me encantará saludarte.

Gracias, Paco, por seguir mandándome estas lecturas y experiencias tuyas y de gente como yo.

 

3.-        “después del primer mes en mi nuevo trabajo, muy bien: los compañeros son encantadores y compartimos experiencias y esfuerzos, mucho mejor que antes en una nave encerrado. De hecho, ahora que estamos arreglando baches, la gente se alegra cuando nos ve: se quejaban que llevan tiempo reclamando para no tropezar y caerse, así que les da gusto vernos trabajar. Y yo encantado de hacer feliz a la gente. Poder ver una sonrisa en la cara de los demás es un alivio que te hace sentirte bien, dejar las cosas mejor que estaban.

 

4.-        “…el lunes del gran apagón me pilló en la universidad, a la que no se puede acceder andando. Yo tenía coche, pero muchos amigos que se mueven solo con medios públicos, se temían tener que pasar allí el resto del día y quién sabía si también la noche.

Ofrecí llevar en mi coche a los que cabían. Sabía que iba a ser problemático sin semáforos y múltiples atascos. Tuve que entrar y salir en diversas poblaciones para ir dejando a cada uno, ¡sin GPS! Tardé varias horas en regresar a mi casa (en vez de la media hora habitual), pero estaba contenta de ese “brote nuevo” en mí y en los que pude ayudar.

Vi también muchos “brotes” de ese algo nuevo que debe nacer en la sociedad: p.ej. mi tío vio coches totalmente bloqueados durante horas en la autopista cerca de su casa y se dedicó a cruzar andando varias veces para llevarles agua y algunas cosas para comer y él veía como la gente fuera de los coches charlaba amigablemente dentro de la incertidumbre y compartiendo las cosillas que tenían para comer….

 

4.-        “Señor, Tú lo sabes todo: Tú sabes que te quiero. ¡Qué difícil es demostrártelo las 24 horas del día y los 7 días de la semana!

¡Qué difícil es demostrártelo en el cuidado de todos tus hijos!

Tengo un compañero con un carácter muy complicado y la mayoría de los trabajadores de la empresa no quieren trabajar con él y se alejan. Yo veo a un hermano que sufre, sufre mucho. Mantengo la calma, aguanto sus desplantes y sus contestaciones. 

Señor, sabes que te quiero y por este motivo todos los días empiezo la jornada mirando con cariño a mi compañero, me armo de paciencia y le perdono todo lo ocurrido en días anteriores, empatizo y trato de ayudarle intentando comprenderle en sus circunstancias.

Señor, ayúdame a seguir queriéndote a través de mi compañero.

 

 


miércoles, 14 de febrero de 2024

AMAR SIEMPRE PARA SER SANTOS

 VIDA DE LA PALABRA               primeras semanas de FEBRERO

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de febrero («Haced todo con amor», 1 Co 16, 14) y la de enero («Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo», Lc 10, 27):

1.-        El lunes en mi pueblo, mi madre (como siempre) me pide que la confiese, (aunque a mí siempre me da mucha vergüenza, confesar a mi propia madre). En un momento dado, dejándome muy perplejo me dice: “Paco, no eres santo; yo quiero que mis 5 hijos sean santos”. Al terminar, le pregunto: “mamá, ¿en qué ves que debo corregirme?; ¿en qué puedo mejorar?”. Reflexiva y muy pensativa me fue diciendo 4 ó 5 cosillas, entre ellas que, a veces, cuando comunico las cosas, puedo dar la impresión de que me estuviera lamentando, en vez de acoger con agrado a las personas y situaciones que el Señor me pone delante viéndole en ellas a Él en la Cruz y ofreciéndolo todo”.

            La semana anterior una buena amiga también me había dicho: “necesito que seas santo; si no, dime dónde hay sacerdotes santos en Madrid y voy a hablar con ellos en vez de contigo”.

En fin, todo ello me vino muy bien para esa tarde cuando me confesé yo. Buen preámbulo para iniciar el camino cuaresmal.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Haced todo con amor», 1 Co 16, 14), la de enero («Amarás al Señor tu Dios… y a tu prójimo como a ti mismo», Lc 10, 27) y la de diciembre («Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros», 1 Ts 5, 16-18):

1.-        “la Cuaresma siempre me recuerda el “pacto de los 40 días”. En él, Chiara Lubich, inspirándose en San Juan de la Cruz –‘se progresa más en 40 días de muerte a sí mismo, que en 40 años de mortificaciones’– nos proponía 40 días de “morir” a nosotros mismos amando al hermano para que triunfe el Resucitado; ¿cómo viviríamos si supiéramos que nos quedan 40 días de vida?.

 

2.-        “gracias, Paco, por tus experiencias compartidas y por tu constancia; a veces me siento mal porque no correspondo con mi falta de respuesta. Aprovecho para asegurarte que vivimos a cuerpo la PdV de este mes de febrero. Este fin de semana en un encuentro… he sentido de verdad ese hacer "todo por amor". Expuse una dificultad, (una sobrina está desarrollando una anorexia), a alguna persona y al momento hubo un despliegue de información y ayuda por parte de algunas personas del campo de la sanidad. Volví a sentir el ideal genuino…, el amor concreto que Chiara nos enseñó a vivir. En tus oraciones ten presente a esta sobrina… y es un ángel que ahora le está viviendo un gran sufrimiento.

 

3.-        “ayer me dice una compañera de Cáritas que una amiga suya ofrece ropa si alguien la necesita: “lo quieres para tus pobres? Llámala”. Quedé con ella a la hora que ella quiso, a las 15 h, un poco pronto, pero bueno. Hemos ido a por ello de punta a punta. Me ha  hecho preguntas y la he contestado amablemente. Cuál ha sido mi sorpresa que luego se ha desahogado conmigo. Al principio estaba un poco nerviosa, pero la digo: “tú tranquila, puedes contarme lo que quieras”. Yo me repetía en mi interior: “tienes que escucharla a fondo”. Ella estaba más tranquila. Cuando ha terminado me ha dicho que dos de sus hermanos a veces la agobian. “Ofréceselo al Señor y fíate de Él y te irá bien”, le digo. Yo cuando me fío de Él siempre me salen bien las cosas. La he dejado dónde quería y la digo me puedes llamar cuando me necesites. Me ha dado las gracias y ha dicho que lo mejor que le ha pasado es conocerme.

 

Si quieres leer más experiencias similares, 

de gente de todo el mundo,

puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ o AQUÍ

o también AQUÍ

 


jueves, 30 de junio de 2022

ESCUCHAR AMANDO, AMAR ESCUCHANDO A JESÚS

PALABRA DE VIDA                               julio 2022

 


«Solo una cosa es necesaria»

(Lc 10, 42)

Jesús va camino de Jerusalén, donde ya está a punto de cumplirse su misión, y se detiene en un pueblo, en casa de Marta y María. El evangelista Lucas describe así la acogida que le reservan a Jesús las dos hermanas: Marta, que desempeña el papel tradicional de señora de la casa, «estaba atareada en muchos quehaceres» (Lc 10, 40)[1] propios de la hospitalidad, mientras que María, «sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra» (v. 39). La atención de María se opone a la agitación de Marta; y, en efecto, a sus quejas por haberse quedado sola sirviendo, Jesús replica: «Marta, Marta, andas inquieta y preocupada con muchas cosas; solo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no le será quitada» (vv. 41-42)[2]. Este pasaje se sitúa entre la parábola del buen samaritano –tal vez la página más elevada en relación con la caridad hacia el prójimo– y esa otra en la que Jesús enseña a sus discípulos cómo rezar –seguramente la página más elevada en la relación con Dios-Padre–, lo que constituye casi el justo medio entre el amor al hermano y el amor a Dios.

 

«Solo una cosa es necesaria».

 

Las protagonistas de este pasaje del Evangelio son dos mujeres. El diálogo que se desarrolla entre Jesús y Marta describe su relación de amistad, que le da pie a esta a lamentarse ante su Maestro. Pero ¿cuál es el servicio que Jesús desea? Lo que Él desea es que Marta no se afane, que salga del papel tradicional asignado a las mujeres y se ponga también ella a escuchar su Palabra, como María, que adopta una nueva categoría, la de discípula. A menudo se ha reducido el mensaje de este texto a una contraposición entre la vida activa y la vida contemplativa, casi como dos enfoques religiosos alternativos. Pero tanto Marta como María aman a Jesús y quieren servirle. De hecho el Evangelio no dice que sea más importante orar y escuchar la Palabra que la caridad; lo que hace falta más bien es encontrar el modo de unir estos dos amores indisolublemente. Dos amores –el amor a Dios y el amor al prójimo– que no se contraponen, sino que son complementarios, porque el Amor es uno.

 

«Solo una cosa es necesaria».

 

Así pues, falta por entender bien qué es lo único necesario. En esto nos puede ayudar el inicio de la frase: «Marta, Marta…» (v. 41). La repetición del nombre, que puede sonar casi como anunciadora de un reproche, en realidad responde a la modalidad propia de la «llamada-vocación». O sea, parece que Jesús llama a Marta a un nuevo modo de relacionarse, a tejer un vínculo que no sea el de una servidora sino el de una amiga que entra en una relación profunda con Él. Escribe Chiara Lubich: «Jesús se valió de esta circunstancia para explicar lo más necesario en la vida del ser humano. […] Escuchar la Palabra de Jesús. Y para Lucas, que escribió este pasaje, escuchar la Palabra significa también vivirla. […] Y esto es lo que tienes que hacer también tú: acoger la Palabra y dejar que obre en ti una transformación. No solo eso, sino permanecer fiel a ella, guardándola en el corazón para que modele tu vida, como la tierra guarda en su seno la semilla para que germine y dé fruto. O sea, dar frutos de vida nueva, efectos de la Palabra»[3].

 

«Solo una cosa es necesaria».

 

¡Cuántas ocasiones tenemos también nosotros de acoger al Maestro en la intimidad de nuestra casa, precisamente como Marta y María, a cuyos pies podemos ponernos a escucharlo como auténticos discípulos! Con frecuencia, la ansiedad, la enfermedad, las obligaciones e incluso las alegrías y satisfacciones nos distraen, en la vorágine de tantas cosas por hacer, y no nos dejan tiempo para detenernos a reconocer al Señor ni para escucharlo.

Esta Palabra es una ocasión excelente para ejercitarnos en elegir la mejor parte, es decir, escuchar su Palabra y así adquirir la libertad interior que nos lleva a actuar en consecuencia en nuestra vida diaria: una acción que es fruto de una relación de amor que da sentido al servicio y a la escucha.

 

LETIZIA MAGRI

 

 

 

 

 



[1] Lc 10, 40. El verbo perispáomai tiene dos sentidos: puede significar «estar completamente ocupado, estar fuertemente sobrecargado» o bien «estar distraído».

[2] En estos versículos seguimos la Biblia de la CEE en lugar de la Biblia de Jerusalén porque se acerca más a la versión italiana.

[3] C. Lubich, Palabra de vida, julio 1980, en Ead., Palabras de vida/1, Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 181-182.