sábado, 31 de diciembre de 2016

FELIZ AÑO NUEVO 2017

¡ FELIZ AÑO NUEVO 2017 !


deseo a ti y a los tuyos
que tengáis una muy buena salida y entrada de año
y un próspero 2017
colmado de la bendición del Señor:


“Al comienzo de este nuevo año
formulo mis más sinceros deseos de paz
para los pueblos y para las naciones del mundo…
Deseo la paz a cada hombre, mujer, niño y niña,
a la vez que rezo
para que la imagen y semejanza de Dios en cada persona
nos permita reconocernos unos a otros
como dones sagrados
dotados de una inmensa dignidad.
Especialmente en las situaciones de conflicto,
respetemos su «dignidad más profunda»
y hagamos de la no violencia activa
nuestro estilo de vida…”

MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA XLVII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ 1 DE ENERO DE 2017

LA NO VIOLENCIA: UN ESTILO DE POLÍTICA PARA LA PAZ



PALABRA DE VIDA                                        enero 2017 

«Porque el amor de Cristo nos apremia»
(2 Co 14)

«Ayer fui a cenar fuera con mi madre y una amiga suya. Pedí como guarnición un plato de guisantes, que decidí dejarme para comerme el postre, que me apetecía más. Pero mamá dijo que no. Estaba a punto de ponerme de morros, pero recordé que Jesús estaba justo al lado de mamá, así que me puse a sonreír».
«Hoy he vuelto a casa cansado y, mientras veía la tele, mi hermano me ha quitado el mando de las manos. Me he enfadado mucho, pero luego me he calmado y le he dejado ver la tele».
«Hoy mi padre me ha dicho una cosa y yo le he respondido mal. Le he mirado y he visto que no estaba contento. Entonces le he pedido perdón y él me ha perdonado».
Son experiencias de la Palabra de vida contadas por niños de 5º de Primaria de un colegio de Roma. Puede que no haya una relación directa entre esas experiencias y la Palabra que vivían en ese momento, pero este es precisamente el fruto de vivir el Evangelio: que incita a amar. Independientemente de la Palabra que nos propongamos vivir, los efectos son siempre los mismos: nos cambia la vida, nos pone en el corazón el acicate a estar atentos a las necesidades del otro, hace que nos pongamos al servicio de los hermanos y las hermanas. No puede ser de otro modo: acoger y vivir la Palabra hace que nazca en nosotros Jesús y nos lleva a actuar como Él. Es lo que deja entender Pablo cuando escribe a los corintios.
Lo que apremiaba al apóstol a anunciar el Evangelio y a trabajar por la unidad de sus comunidades era la profunda experiencia que había hecho con Jesús. Se había sentido amado y salvado por Él; había penetrado tanto en su vida, que nada ni nadie podría separarlo nunca de Él; ya no vivía Pablo, porque Jesús vivía en él. Pensar que el Señor lo había amado hasta dar la vida lo volvía loco, no lo dejaba tranquilo, y lo incitaba con una fuerza irresistible a hacer lo mismo con el mismo amor.
¿Nos apremia también a nosotros el amor de Cristo con la misma vehemencia?
Si de verdad hemos experimentado su amor, no podemos dejar de amar a nuestra vez y entrar con valentía donde hay división, conflicto u odio para llevar concordia, paz y unidad. El amor nos permite proyectar el corazón por encima del obstáculo para ponernos en contacto directo con las personas, comprenderlas, compartir con ellas y buscar juntos la solución. No se trata de algo optativo. La unidad hay que conseguirla a toda costa, sin dejarnos frenar por una falsa prudencia, por dificultades o posibles enfrentamientos.
Esto se demuestra especialmente urgente en el campo ecuménico. Esta Palabra ha sido elegida en este mes en que se celebra la «Semana de oración por la unidad de los cristianos» de distintas Iglesias y comunidades, para que nos sintamos todos estimulados por el amor de Cristo a ir los unos hacia los otros y así recomponer la unidad.
Afirmaba Chiara Lubich el 23 de junio de 1997 en la apertura de la II Asamblea Ecuménica Europea en Graz (Austria): «Será un auténtico cristiano de la reconciliación solo quien sepa amar a los demás con la misma caridad de Dios, esa caridad que nos hace ver a Cristo en cada uno, que está destinada a todos –Jesús murió por todo el género humano–, que toma siempre la iniciativa, que es el primero en amar; esa caridad que lleva a amar a todos como a uno mismo, que nos hace uno con los hermanos y las hermanas en los dolores y en las ale­grías. Y también las Iglesias deberían amar con este amor».
Vivamos también nosotros la radicalidad del amor con la sencillez y la seriedad de los niños de ese colegio de Roma.





N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 
 y en MP3 para escuchar en el móvil.

en más de 30 idiomas.






viernes, 30 de diciembre de 2016

JESÚS NACE... Y SALVA HOY

VIDA DE LA PALABRA               últimas semanas de Diciembre

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4) y la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13):
1.-        Tras la Misa del Gallo, (la 4ª del día –más un bautizo– y otras 4 que me esperaban el domingo de Navidad, y la correspondiente media hora previa a cada una confesando), dos jóvenes quieren confesarse. A pesar de mi absoluto cansancio, (y de estar a la vez improvisando un “piscolabis” en el salón parroquial para festejar con los parroquianos que buenamente quisieran cantar un par de villancicos), me pareció un regalo de Navidad poder atenderles con paz: Jesús quiere nacer en todos. “Dios viene… y os salvará”.
         Esa misma tarde, otra persona que se confesó, -fue un rato precioso de fraternidad-, se ofrece para ayudar como voluntaria en Caritas parroquial o en su comedor. Dios viene… y os salvará”. A la Misa que celebré instantes después en la capilla del hospital, se había ofrecido a tocar la guitarra un señor de otra parroquia. “Dios viene… y os salvará”: ¡y yo que días antes temía que sin música no pareciese todo lo festiva que merecía el Señor por su Navidad!
Una señora me cuenta que hace bastantes años fue sola a una clínica a abortar por toda la presión familiar y de amistades (varios hijos, edad mayor…). Cuando le llegó su turno y la nombraron, de pronto ella dijo: “un momento, está abajo; voy a llamarla”. ¡Y se escapó! Y me decía: “nunca he sido más feliz que bajando esa escalera; y ahora lo sigo pensando: nunca me lo hubiera perdonado
a mí misma; y nunca hubiera podido mirar a los ojos a mis otros hijos”. Y su marido, con sonrisa angelical, sentencia: “yo sabía que no lo haría”. Y al rato señalan triunfantes y sonrientes un grupo de jóvenes: “allí está ahora”.
Al día siguiente, una chica de otro pueblo viene a hablar conmigo: pensaba abortar, fue a la clínica, pero no se atrevió; seguía indecisa, pero necesita ayuda. Le cuento la historia del día anterior, y sonríe esperanzada. “Dios viene… y os salvará”. Busco contactos que la apoyen y ayuden: los llamamos. Al final, le digo: “y ahora te voy a pasar la factura de mis honorarios: si un día decidieras bautizar a tu criatura, –ella no es creyente, o por lo menos, no practicante–, me pido realizar el Bautismo”. Sonríe y afirma que así sería.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4), la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13) y la de octubre («Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados», Si 28, 2):

1.-        “hace unos días, llamaron a mi puerta. Generalmente no abro... pero… delante de mí, dos guardias civiles con esa presencia imponente que... impone: "Tiene una denuncia por agredir a una enfermera y eso está penado". ¿Yo…?,- respondí-, si es a mí a la que han agredido !! "Búsquese  abogado y algo que lo acredite"
Me dan ganas de gritar, de llorar y finalmente hago lo último como desahogo lamentando mi suerte: ¡no me lo podía creer y todavía sigo sin creérmelo!, pero leo las vivencias de otros, que me envía felizmente el padre Paco (a él y a Dios las gracias) y sonrío comprobando que todos, absolutamente todos por una causa u otra andamos a trancas y barrancas.
Tomo la hojita de la PdV que prometí leer de vez en cuando y que por la "agresión" desagradable dejé de leer, y me encuentro de nuevo llamándome "cobarde" ya que a las primeras de cambio, tiro la toalla. Nada, a empezar de nuevo gracias a este correo que me invita a remontar de nuevo. Gracias, padre Paco

2.-        “gracias, Paco. Una experiencia que hice hace 2 días es que estaba preocupado por el ambiente entre profesores. Alguno había "explotado", y en otros sus caras mostraban malestar. El clima famoso y precioso de unidad de nuestro centro es lo que estaba en peligro. Lo compartí con dos compañeros… y por supuesto con el Señor: "¡Él viene a salvarnos!".
Cuando empezamos las juntas de evaluación vi que el ambiente era el de siempre, las caras también, a pesar de la preocupación por los alumnos porque no han trabajado en general nada este trimestre... Y me siento salvado

3.-        “yo sigo todo el día con gente en casa terminando la obra. ¡Qué paciencia! Hoy, por ejemplo había quedado a comer con una amiga y justo se ha presentado el cristalero y no he podido ir. Procuro ser amable con todos y lo agradecen. El otro día se iban a comer los ebanistas y llovía, así que les dije que cogieran un paraguas. En el paragüero sólo había uno de hombre y estaba medio roto, les dije que ese no y que iba a buscar otro. Uno dijo: “no se moleste, llevamos ese, si nosotros somos obreros”. Dije que para mí todas las personas !qué bonito! ¡Y además que es verdad!...”. Les di uno nuevo: es más, lo estrenaron.
eran iguales y me gustaba tratarlas lo mejor posible. Contestó: “
Y otra experiencia... El otro día en el catecumenado de confirmación les propuse (como el año pasado) una experiencia para Navidad: debían pensar en una persona y hacerle un regalo que no costara dinero. A la vuelta compartiremos la experiencia. Pero ya dijeron los regalos: “dedicar tiempo a mi abuela”, “ayudar el día de Nochebuena más a mi madre”, “no protestar cuando mis hermanos propongan planes”, etc... Y una dijo: “pues yo haré las paces con mi padre, que no nos hablamos desde el verano”. ¡¡Creo que serán unos regalos verdaderamente preciosos!!

4.-        “…os deseo Feliz Navidad y un genial Año Nuevo y que estos días tus trabajos eclesiásticos tengan un buen resultado. El día de Navidad voy de voluntaria a repartir comida y regalos a personas sin hogar, ¡estoy muy contenta por realizar esta labor humanitaria!…

5.-        “…estos días están siendo un poco particulares. No sólo por la Navidad. Por un lado tengo que confiarme a Él como un niño y por otro tengo que poner toda mi parte en hacer las cosas correctamente. Amar inteligente y diligentemente. Es una experiencia ver que Él me acompaña si le abro la puerta de mi corazón más que intentar confiar solo en mis fuerzas…

6.-        “vine con toda la ilusión a pasar la Navidad con mi familia, después de 3 años… El día 23… un TAC craneal a mi madre, porque no la veía bien...: y la sorpresa de un tumor. Estamos todos destrozados. Dentro de lo malo, el tratamiento es sólo quirúrgico… pero tenemos mucho miedo. Pongo en unidad contigo y a través de ti… para que recéis por su recuperación…
 …Son las pruebas que Dios Padre nos pone. Sé, que en su infinita misericordia, nos la pone para que nos fortalezcamos como familia.
Hay un ambiente caótico por disgusto, pero de armonía y unión familiar ante la adversidad. Todos estamos unidos frente a un mismo propósito. En la cena de Nochebuena mi madre hizo la bendición de los alimentos y pidió por todos. Y luego el brindis, todos dijimos que no necesitábamos decir lo que le pedíamos al Niño.... es agridulce.... pero es nuestra realidad en este momento



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ
y otras también AQUÍ


N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,

mándamela por correo-e.



jueves, 22 de diciembre de 2016

¡FELIZ NAVIDAD 2016!

¡FELIZ  NAVIDAD 2016!

“La Gracia 
que ha aparecido 
en el mundo
 es Jesús,
nacido de María Virgen,
Dios y hombre verdadero.
Ha venido a nuestra historia,
ha compartido nuestro camino.
Ha venido para librarnos de las tinieblas
y darnos la luz.
En Él ha aparecido la gracia,
la misericordia, la ternura del Padre:
Jesús es el Amor hecho carne.
No es solamente un maestro de sabiduría,
no es un ideal al que tendemos
y del que nos sabemos por fuerza distantes,
es el sentido de la vida
y de la historia
que ha puesto su tienda entre nosotros.
Los pastores fueron los primeros que vieron…
porque eran de los últimos, de los marginados.
Y fueron los primeros
porque estaban en vela aquella noche,
guardando su rebaño.
Es condición del peregrino velar,
y ellos estaban en vela.
Con ellos nos quedamos ante el Niño,
nos quedamos en silencio.
Con ellos damos gracias al Señor
por habernos dado a Jesús,
y con ellos, desde dentro de nuestro corazón,
alabamos su fidelidad:
Te bendecimos, Señor, Dios Altísimo,
que te has despojado de tu rango por nosotros.
Tú eres inmenso, y te has hecho pequeño;
eres rico, y te has hecho pobre;
eres omnipotente, y te has hecho débil.
Que en esta Noche
compartamos la alegría del Evangelio:
Dios nos ama,
nos ama tanto que nos ha dado a su Hijo
como nuestro hermano, como luz para nuestras tinieblas...
…Y Él es nuestra paz. Amén.”.

PAPA FRANCISCO,
Homilía en la Santa Misa de medianoche
de la Solemnidad del Nacimiento del Señor,
Basílica de San Pedro, 24 diciembre de 2015





Este es mi deseo para
UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD.
Lo dirijo con afecto a ti,
a tus familiares, a todos,
en particular si hubiera alguno enfermo o que sufre.


Navidad
Natividad
Nativitate
Natus vita te

Nati = nacimiento
vita = de la vida
te = para ti
Por lo tanto, «Navidad» significa en español: «Nacimiento de la vida para ti»

Nace la Vida en ti.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, dice Jesús
Pues, eso:
¡feliz nacimiento en ti de Aquel que es la Vida!

¡¡Así sea!!



martes, 20 de diciembre de 2016

VEN, SALVADOR: VEN SIN TARDAR

VIDA DE LA PALABRA             primeras semanas de DICIEMBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4) y la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13):
1.-        En el comentario a la PdV de diciembre se dice “…su intervención es decisiva, de la máxima importancia: ¡viene (en presente) a salvarnos! ¿De qué? ¿Estamos en grave peligro? Sí. A veces… no nos damos cuenta”.
Esto me ha impulsado a reflexionar muy seriamente cuáles puedan ser los peligros que yo tengo: ¿el activismo?, ¿el estar tan contento en parroquia-hospital-Centro Mariápolis y tan bien acogido por todos, y me haga olvidar que eso es Amor de Dios y darle las gracias y alabarlo?, ¿orgullo, engreimiento…?
¿Apegos? Y algunos otros…
Desde ahí, en esas circunstancias, el pensar “Él viene…” (en presente) a salvarme, a salvarnos, me ayuda a resituar en cada instante presente cada situación, cosa y actividad desde Su perspectiva… y me siento más libre.

2.-        El viernes pasado por la tarde comenzábamos los Ejercicios Espirituales de Adviento que predicamos en el Centro Mariápolis. Imprevistos de última hora…, 3 cosas a la vez en la parroquia, algunos temas todavía sin imprimir… Y en el mismo momento que iba yo a coger el coche hacia el Centro Mariápolis…: ¡teléfono 24 h urgencia del hospital! Hay que ir a dar el sacramento de la unción a un hombre que acaban de hospitalizar.
            Pero el Señor “viene a salvarme” del agobio (y vergüenza de empezar media hora tarde los Ejercicios, pues me gusta ser puntual). Importa no perder la paz, ni la alegría…, importa no dejar de amar… ni en el hospital, ni en la carretera, ni al llegar.
Ya en el Centro Mariápolis, una que venía de Santander, con sus 75 años, nos cuenta que se le acaba de romper la correa de la distribución del coche y tendrá que salir (y alguien llevarla) varias veces a un taller.
Una seguridad: si hay estas 2 raíces de cruz (y tantas otras de cada uno) encuentro con el Crucificado (con Jesús Abandonado), los Ejercicios producirán mucho fruto.
            Algunos inscritos no vienen a participar. Menos ejercitantes que nunca: “a más tocamos”, se me ocurre bromear (más Espíritu Santo para cada uno “en el reparto”). ¡Pero con más variedad de edades! Y la edad media más joven de los últimos años. Y muy distintos todos. ¡¡Reto: unidad en la diversidad, reflejo de la Trinidad!!: “crear” familia, a imagen de la de Nazaret.
            Y creo que lo uno y lo otro así fue realmente, por eso como conclusión, me venía espontáneo leerles al acabar: “…os anunció una gran alegría… hoy en la ciudad de… ¡¡aquí y ahora!!, os ha nacido el Salvador, el Mesías, el Señor... Y una multitud del ejército celestial alababa a Dios cantando: ‘gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que Dios ama…’!”
En el rato de compartir los frutos, más o menos uno se expresaba así al final (y creo que recoge lo esencial de todos): “He logrado rezar mucho y bien, con más sosiego y profundidad que a diario. He sentido la unión con Dios a través del trato y la relación y la comunicación con los demás. ¿Siento paz? ¡Sí! ¿Siento alegría? ¡Sí!...”.
            Paz y alegría multiplicadas después en la corriente de comunión y vida compartida estos días posteriores a través del grupo de WhatsApp creado como consecuencia, que nos hace continuar con esos ejercicios ya en la vida diaria.

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35, 4), la de noviembre («Todo lo puedo en Aquel que me conforta», Flp 4, 13) y la de octubre («Perdona a tu prójimo el agravio, y, en cuanto lo pidas, te serán perdonados tus pecados», Si 28, 2):

1.-        “desde luego, Dios nos ayuda y nos habla siempre cuando lo necesitamos, a través de lo que sea. Hoy he leído la Palabra de vida de diciembre y dos de las experiencias parecían haber sido escritas específicamente para mí: gracias, Señor, y gracias a vosotros. Un abrazo a todos, aunque no os conozca, pero eso no impide estar unidos

2.-        “…había tenido un “rifi rafe” con mi marido. Y pensé: “pues te vas a quedar sin patatas fritas”, (a él le encantan). Y de pronto, me vino a la cabeza el “dado del amor” que en Misa con los niños habíais tirado y había salido “ver a Jesús en el prójimo”. Fue un relámpago. Solo para una patata, monté todos los preparativos para hacerle patatas fritas. Me invadió la felicidad…”.

3.-        “no sé ni qué decirte. Acabo de leer los testimonios que me envías y me siento muy pequeñita.
Desde mi puesto de trabajo intento asesorar lo mejor que sé y dar todo de mí, pero en ocasiones como en esta semana me he saturado mucho y lo que más me preocupaba es que me sentía totalmente desplazada, como si no encontrase mi ubicación.
Desde mi separación, he salido de mi zona de confort y me enfrento sola a muchas historias personales que no me creía capaz y eso es también crecer.
Cuando a veces hacía cosas, no acababa de entender la razón de darles ese sentido que he percibido en los testimonios que me mandas y ahora lo he reconocido: por eso me ocupo de hacer las cosas con ese valor añadido, aunque me desgaste. Mi máxima es que la vida es un intercambio y aunque estoy cansada, (ya que siempre suelo ser el “motor” de las cosas), necesito invertir tiempo en ayudar a alguien al que destino mi apoyo, como es el caso de este trimestre que es mi vecina, de la que te hablé.
Quizás mi vida está más llena con esa vocación de servicio...
Encontrarte no es causal, Paco: Alguien te ha puesto en mi camino y todavía no sé para qué, pero ya lo iré descubriendo. Hablar contigo sin que me juzgues, me da paz y me acerca más a Cristo.
La llegada del Adviento es para mí un tiempo de ilusión, de acercamiento de familia, de desarrollo del amor en todas sus dimensiones, pero por encima de todo es un agradecimiento a nuestro Creador que me llena de luz y me hace sentir la dicha de estar viva

4.-        “gracias por ponernos en pie en este vivir para el Señor y ayudarnos, en este caminar diario. Este mes he visto la palabra tan real en mi vida:todo lo puedo en aquel que me conforta”. Una persona sumamente dura conmigo, trata de manejarme otra vez. Y recé: que sabes todo. Tengo que amar a esta persona con lo duro que es para y como es. Y aceptarla, ya que no va a cambiar. Y me sentí con paz y fortalecida, libre: con su ayuda podré, y por Él.
Otro aspecto importante ha sido ver cómo Dios nos conforta con pequeños detalles. Me he sentido juzgada y tengo que callar para evitar dañar a otros. Lo cual me acarrea incomprensión, marginación, medias verdades en el diario. Y me hace sufrir. Pero Dios, que es grande, me ha devuelto antiguas amistades, que por el whastapp son una bendición. Y me confortan… Toda una riqueza en este compartir. Y por la que doy gracias a Dios, con la oportunidad de trasmitir mi fe en Él

5.-        “te estoy muy agradecida por la PdV: siempre me ayuda a acercarme un poquito a Dios.
…nosotros otra vez a las puertas del quirófano: operan nuevamente a mi marido del tumor…
…también se podría decir que tengo a mi cargo a mis padres con 82 y 91… Siempre me digo: “Dios no me va a dar más carga de la que yo pueda llevar y no va a permitir que estén los tres enfermos a la vez”, aunque este otoño he tenido una temporada en la que ha estado mi padre ingresado una semana, y alrededor de unas tres semanas han necesitado médicos los tres y no he salido del Puerta de Hierro; pero ya ha pasado…
…a pesar de todo, aún me queda tiempo para colaborar en actividades de la parroquia y para visitar a los abuelitos de la residencia de mi pueblo: esto sobre todo, llena mi interior, es un bien para mí, me ayuda a acercarme a Jesús, porque es totalmente voluntario…; cuando algún día me cuesta hacerlo le digo a Jesús: “te lo ofrezco”; cojo el coche y voy a la residencia. Dios cruzó en mi camino a una anciana muy egoísta, pero muy sola y necesitada de compañía.
Ya te conté que yo había estado muy lejos de la Iglesia: aún hoy me siento lejos de Jesucristo; me aleja el pecado, la falta de amor, caridad, con las personas que más quieres y… …le digo a Jesús “sola no puedo, ayúdame”…
…y lo que es más importante: amar a Dios sobre todas las cosas, si sólo pensarlo me asusta, me es tan difícil. Y al prójimo, fíjate; ya te he contado. Pero sí quisiera poderlo hacer.
De verdad, que te estoy muy agradecida y, si Dios quiere,  puede que en enero te vaya a visitar


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jueves, 1 de diciembre de 2016

SOLO DIOS SALVA

PALABRA DE VIDA                        diciembre 2016


«Dios viene… y os salvará»
(Is 35, 4)

El verbo está en presente: Él viene. Es una certeza de ahora. No tenemos que esperar a mañana o al final de los tiempos, o a la otra vida. Dios actúa inmediatamente; el amor no admite dilación o demora. El profeta Isaías se dirige a un pueblo que esperaba con ansia el final del exilio y el regreso a la patria. En estos días de espera de la Navidad, no podemos dejar de recordar que a María se le hizo una promesa semejante: «El Señor está contigo» (Lc 1, 28); el ángel le anunciaba el nacimiento del Salvador.
No viene para una visita cualquiera. Su intervención es decisiva, de la máxima importancia: ¡viene a salvarnos! ¿De qué? ¿Estamos en grave peligro? Sí. A veces somos conscientes de ello y a veces no nos damos cuenta. Dios interviene porque ve el egoísmo, la indiferencia hacia quienes sufren y están necesitados, el odio, las divisiones. El corazón de la humanidad está enfermo. Él viene lleno de compasión por su criatura; no quiere que se pierda.
¡Nos tiende la mano como a un náufrago que se está ahogando! Por desgracia, en estos tiempos tenemos siempre ante los ojos esta imagen, que se repite cada día con los refugiados intentando cruzar nuestros mares, y vemos con cuánta presteza se aferran a la mano tendida, al chaleco salvavidas. También nosotros, en todo momento, podemos aferrar la mano tendida de Dios y seguirlo con confianza. Él no solo nos cura el corazón de un replegarnos en nosotros mismos que nos cierra a los demás, sino que además nos hace capaces de ayudar a quienes están necesitados, tristes o pasando una prueba.
Escribía Chiara Lubich: «Ciertamente no es el Jesús histórico o Jesús como Cabeza del Cuerpo místico quien resuelve los problemas. Lo hace Jesús-nosotros, Jesús-yo, Jesús-tú… Es Jesús en la persona, en esa persona determinada –cuando su gracia está en ella–, quien construye un puente o abre un camino… […] Todo ser humano, como otro Cristo, como miembro de su Cuerpo místico, da su propia aportación en todos los campos: en la ciencia, en el arte, en la política, en la comunicación, etc.». De ese modo el hombre es cocreador y corredentor con Cristo. «Así la encarnación continúa, la encarnación completa, que atañe a todos los Jesús del Cuerpo místico de Cristo».
Precisamente eso le sucedió a Roberto, un exrecluso que encontró a alguien que lo «salvó» y se transformó a su vez en «salvador». Contó su experiencia ante el papa el 24 de abril, cuando intervino en la Mariápolis de Villa Borghese, en Roma. «Al final de un largo encarcelamiento quería comenzar una nueva vida, pero, como se sabe, aunque hayas cumplido tu pena, para la gente sigues siendo un tipo poco recomendable. Estaba buscando trabajo y se me cerraban todas las puertas. Tuve que pedir por la calle, y durante siete meses ejercí de mendigo. Hasta que me encontré con Alfonso, quien, mediante la asociación creada por él, ayuda a las familias de los presos. “Si quieres volver a empezar –me dijo–, ven conmigo”. Ahora, desde hace un año, ayudo a preparar los paquetes de la compra para las familias de presos que vamos a visitar. Para mí es una gracia inmensa, porque en estas familias me veo a mí mismo. Veo la dignidad de esas mujeres solas con hijos pequeños, que viven en situaciones desesperadas, que esperan que alguien vaya a llevarles un poco de consuelo, un poco de amor. Dándome, he recuperado mi dignidad de ser humano; mi vida tiene sentido. Tengo una fuerza añadida porque tengo a Dios en el corazón; me siento amado».




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