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jueves, 15 de julio de 2021

NO TEMAS: BASTA QUE TENGAS FE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de julio («Ánimo, hija, tu fe te ha salvado», Mt 9, 22) y la de junio («No todo el que me diga “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial», Mt 7, 21):

 


1.-        Ayer por la tarde tuve una oportunidad bonita de acompañar más de dos horas a un buen amigo en el hospital el rato que su familia no podía estar con él, (aparte de haberlo visitado también un ratillo por la mañana en el recorrido habitual de habitaciones).

Por un lado sentí la confianza de la familia, por otro el regalo que Dios me hacía para intercambiar tanto cariño que él y su mujer siempre tan desinteresadamente me han dispensado (entre otras muchas cosas, solo por señalar algunos gestos, me han prestado su coche unos días en varias ocasiones, he dormido en ocasiones en su casa y luego bien temprano me han llevado a deshora al aeropuerto, fueron desde muy lejos al entierro de mi padre…).

         A su familia yo les había dicho que podía estar yo poco más de una hora y me habían comentado que, aunque luego se quedara solo un rato, no pasaría nada. Pero, viendo yo que no llegaban ellos, preferí seguir con él y traté de solventar, (“tu fe te ha salvado…”), por teléfono las cosas que tenía yo. Hubo un momento en el que se empezaba él a poner nervioso (menos mal que me quedé) y como casi ni se le entiende, le propuse rezar juntos el rosario y se serenó y me fue respondiendo claramente a todas las oraciones.

 

2.-        Estas dos semanas he tenido varias situaciones, (junto con la que conté en la experiencia hace quince días), que no sabía yo bien cómo resolver o hacia dónde orientar.

La PdV dice «ánimo, hija, tu fe te ha salvado» y, unos versículos después, algo que me ha ayudado a mantener la paz y seguir confiando: «no temas, basta que tengas fe». Era como si Él me repitiera, (casi como si lo oyera), en muchísimos momentos eso, cada vez que me venía a la mente una de esas situaciones o cuando me notaba sensación de ahogo. Como si Él me dijese: “yo haré las cosas, de modo distinto al que tú pides o piensas, y no en el momento que prefieres tú, pero lo iré realizando ¡y mejor que tú!”. Me daba paz y seguridad, incluso para dormir cuando había que dormir.

 

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de julio («Ánimo, hija, tu fe te ha salvado», Mt 9, 22), la de junio («No todo el que me diga “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial», Mt 7, 21) y la de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16):

 

1.-        me alegro mucho de recibir tus correos y aprender las PdV para poder llevarlas a cabo. En cierto modo son formas de vernos a nosotros mismos cómo nos comportamos en el pasado y cómo hemos de hacerlo verdaderamente. 

Mi salud está bien, me recupero lentamente de los días pasados en el hospital. En breve, me han de hacer algunas pruebas esta semana, comenzaré el tratamiento de quimioterapia… Para mí ha sido todo un shock del que voy saliendo y asimilando la nueva situación. No faltan personas, familiares y amigos que me den ánimos. Sin embargo, lo positivo de esto es que nos hará más fuertes y mejores, (si por desgracia no a mí), a las personas de mi entorno. Sin embargo, me entristece el hecho de pensar que tal vez no pueda volver a la enseñanza. Ahora más que nunca, hay que hablar a los más jóvenes y adolescentes del espíritu humanista y religioso, que empieza a desaparecer en muchos centros de enseñanza, y volver a retomar el camino que algún día se abandonó. Hay tanto que hacer..... 

Mantengo en mi mente cuando todo acabe, el pertenecer a un grupo o hermandad religiosa, como te dije, así como el devolver la ayuda que estoy recibiendo a otras personas de alguna manera cuando me recupere, pues después de la quimio me someterán a una nueva operación... Antes de recibir la quimio espero escaparme una tarde a Toledo y rezar, es algo que en cierto modo necesito, creo que tal vez Dios me lo indica. Nunca fui muy practicante, pero siempre creyente y con fe, recibida de mis padres desde pequeño, y fue hace unos 15 años cuando sentí la necesidad de rezar en la iglesia, y Toledo, ciudad de mi juventud, me invitaba a ello.

         Gracias por tu apoyo en estos momentos de dificultad y salud mermada.

 

2.-        tal como decías, un poco convulso, como el tiempo, que ha caído pedrisco y ha dejado las cepas medio mondadas. Pero gracias a Dios, aún quedan algunas uvas para hacer vino con menos de la mitad de pámpana. Aprieta, pero no ahoga. Eso sí, un riego excelente, que todo hay que decirlo.

Sigo haciendo rezos en maitines, con el sol levantándose mientras quito cardos a las cepas, con la compañía de los pájaros y el viento…

Llevo una vida tipo san José, trabajar, comer y dormir. Así que pienso que me he acostumbrado a ser poco sociable. Me dedico a mi mujer y a mis hijos y a una vida con pocos lujos. Veo a mi alrededor cómo la gente se divorcia y no valora lo que tiene, siempre queriendo cambiar, pensando que lo de los demás es mejor, siempre queriendo más.

Tal vez debo empezar a ser más sociable, hablar más con los demás: será mi meta de aquí a fin de año. Espero que estés bien y gracias por las palabras de vida.

 

3.-        Muchas gracias, Paco, por la Palabra de Vida que me has enviado. La fe mueve montañas y no hay que perderla. 

Hay momentos en la vida que te preguntas cosas que ves que no tienen respuesta. Yo reconozco que a la muerte de mi madre cuando tenía 19 años, que era tan creyente, perdí la fe porque no lo entendía. Incluso pensé en la reencarnación de mi madre. Después pasó el tiempo y comprendí que quizás Dios le evitó más sufrimiento en esta vida terrenal, aunque a los que nos quedamos nos llenó de sufrimiento y tuvimos que aprender a vivir otra vida muy diferente.

 

4.-        como siempre mil gracias x la Palabra y las experiencias de Vida!! Aunque ya había leído la Palabra, hoy me he parado a leer las experiencias... Agradezco x lo que cuentas sobre tomar una determinada decisión y como me encuentro en una situación parecida y no sé por dónde tirar, si te parece le confiamos al Espíritu Santo que nos dé una poquita de su luz para entender un poco mejor.

 

 

 

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jueves, 1 de julio de 2021

FE EN JESÚS

 PALABRA DE VIDA                                     JULIO 2021

 


«Ánimo, hija, tu fe te ha salvado»

(Mt 9, 22)

 

Jesús va caminando, rodeado por la muchedumbre: un padre desesperado le ha rogado que vaya a socorrer a su hija, que está muriendo. Mientras va de camino, sucede otro encuentro: entre la gente se abre paso una mujer que sufre pérdidas de sangre desde hace muchos años; una condición física de graves consecuencias, pues la obliga a limitar los contactos familiares y sociales. La mujer no llama a Jesús, no habla; se acerca por detrás y se atreve a tocar la orla de su manto. Tiene una idea muy clara: «Con solo tocar su manto, quedaré sanada de este sufrimiento que me atormenta».

Y entonces Jesús se vuelve, la mira y la tranquiliza: su fe le ha obtenido la salvación. No solo la salud física, sino el encuentro con el amor de Dios a través de la mirada de Jesús.

 

«Ánimo, hija, tu fe te ha salvado».

 

Este episodio del Evangelio de Mateo nos abre también a nosotros una perspectiva inesperada: Dios está siempre en camino hacia nosotros, pero espera también nuestra iniciativa para no faltar a la cita con Él; nuestro camino de fe, aunque accidentado y marcado por errores, debilidades y desilusiones, tiene un gran valor. Él es el Señor de la Vida verdadera y la quiere derramar sobre todos nosotros, hijos e hijas suyos, depositarios a sus ojos de una dignidad que ninguna circunstancia puede suprimir. Por eso, hoy Jesús nos dice también a nosotros:

 

«Ánimo, hija, tu fe te ha salvado».

 

Puede ayudarnos a vivir esta Palabra lo que Chiara Lubich escribió meditando precisamente sobre este pasaje evangélico: «Por su fe, el hombre demuestra claramente que no se fía de sí mismo sino que se abandona en Alguien más fuerte que él. […] Jesús llama “hija” a la mujer curada para ponerle de manifiesto lo que en verdad desea darle: no solo un don para su cuerpo, sino la vida divina que la puede renovar enteramente. Pues Jesús obra milagros para que sea acogida la salvación que Él trae, el perdón, ese don del Padre que es Él mismo y que, al comunicarse al hombre, lo transforma. […] ¿Cómo vivir, pues, esta Palabra? Manifestándole a Dios toda nuestra confianza en las necesidades graves. Esta actitud, claro está, no nos descarga de nuestras responsabilidades, no nos dispensa de hacer toda nuestra parte […] sino que puede poner a prueba nuestra fe. Lo vemos precisamente en esta mujer que sufre y sabe superar el obstáculo de la muchedumbre que se interpone entre ella y el Maestro. […] Así pues, debemos tener fe, pero una fe que no duda ante la prueba. Aún más: tenemos que demostrarle a Jesús que hemos comprendido el inmenso don que Él nos ha traído, el don de la vida divina. Y estarle agradecidos. Y corresponder»[1].

 

«Ánimo, hija, tu fe te ha salvado».

 

Esta certeza, además, nos permite llevar la salvación, «tocar» con delicadeza a quien sufre, al necesitado, al que pasa por la oscuridad, por el desconcierto.

Así le pasó a una madre de Venezuela que encontró el ánimo para perdonar: «Buscando ayuda a la desesperada, participé en un encuentro sobre el Evangelio en el que oí comentar las frases de Jesús: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9) y “Amad a vuestros enemigos” (Lc 6, 35). ¿Cómo podía yo perdonar al que había matado a mi hijo? Pero en mí había entrado una semilla y finalmente prevaleció la decisión de perdonar.  Ahora puedo llamarme verdaderamente «hija de Dios». Recientemente me llamaron para un careo con el que había matado a mi hijo, que había sido detenido. Fue duro, pero intervino la gracia. En el corazón no tenía odio ni rencor, sino solo una gran piedad y la intención de encomendarlo a la misericordia».

LETIZIA MAGRI



[1] C. Lubich, Palabra de vida de julio de 1997: Ciudad Nueva 334 (1997/7), p. 29.




lunes, 31 de mayo de 2021

EXPERIMENTAR A DIOS-AMOR

 VIDA DE LA PALABRA                     últimas semanas de MAYO

"Dios es amor" en lengua griega (en la que fue escrito el Nuevo Testamento)


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16) y la de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas», Jn 10, 11):

1.-        Ayer salí a pasear con mi madre, (como cada vez que estoy con ella). No le apetecía mucho porque le parecía que le faltaban las fuerzas.

         Pasito a pasito con su bastón, llegamos a un banco y se sentó. Y ahí empezó a notar el aire dando gracias a Dios, diciendo varias veces que hacía una temperatura ideal y que menos mal que sí habíamos salido, que estaba disfrutando mucho. Y en seguida se puso a tararear canciones religiosas para dar gracias a Dios. Estaba ella feliz y Dios me hizo feliz a mí de verla a ella: con qué poquito se contenta. Me emocionaba porque estaba viendo palpablemente (en ella y en mí) que «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él».

 

2.-        La otra mañana estaba en el horario de confesiones esperando yo a que entrara alguien a recibir este sacramento de la reconciliación en la sala que ahora dedicamos a ello.

         Al rato aparece alguien y… después de saludar yo… no viene a confesarse: me pregunta si está el otro sacerdote (era evidente que no; además, era su día de descanso); hace ademán de irse, pero añade “quería hablar con él para encargar la intención de una Misa”; se queda dubitativa: “es que quiero que celebre una Misa en sufragio por el alma de mi padre, que falleció anteayer”. Le dije que hasta la tarde él no estaría. Y salió, pero al cruzar la puerta no entendí si murmuró algo.

         A los 10 minutos vuelve a entrar: “¿en qué le he ofendido?, ¿tiene usted algo contra mí?”. Sin entender yo nada, le pido perdón si es que he dicho o he hecho algo que pudiera molestar. Sigue con lo mismo y solo al final dice: “es que he mencionado que ha fallecido mi padre y usted no me ha dado el pésame; ¿qué le he hecho yo?”. Y entonces caí en la cuenta… pensando en qué iba a querer si no era hora de despacho y no se iba a confesar, y pensando solo en que quería hablar con el otro compañero, yo no quería interferir…: ¡no caí en la cuenta! Le pedí mil veces perdón.

         Noté ahí a Dios Amor que me corregía, (aunque me tuviera que poner colorado): siempre contando yo actos de amor y, ante uno tan pequeño y tan evidente, ¡ni se me había ocurrido! Debo estar más atento, igual que lo estoy con personas con las que hay mucho trato, o con aquellos que vienen por primera vez, para que se sientan acogidos en parroquia como en familia. ¡Y con esta, (que viene casi a diario, pero no hemos hablado casi nunca), metí la pata hasta el fondo! Traté de arreglarlo un poco poniéndome a amar en ese momento presente: preguntando si estaba ya malito, cómo se llamaba, etc. Agradecí que me lo dijera, pues seguro que alguna vez más me ha ocurrido y tampoco estuve atento, y la persona se quedaría mal y no comentó nada. Agradezco al Señor el mal rato, y ahí vi Su Amor, pues en ocasiones similares creo que a partir de ahora no me descuidaré.

         La Misa que inmediatamente después celebré, la ofrecí por su padre, aunque no me lo había pedido.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16), la de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas», Jn 10, 11) y la de marzo («Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas», Sal 25, 4):

 

1.-        “Me gustó mucho la experiencia que contaste atendiendo a la viejecita que había fallecido sola en una habitación del hospital. Gracias.

Yo estuve trabajando con una anciana y tengo el gozo de haberla acompañado siempre y, sobre todo, en los últimos días e instantes de su vida; al principio ella (aunque era una persona con fe) no rezaba el Rosario, pero poco a poco conmigo fue aprendiendo y al final era una oración que le agradaba mucho.

Después que ella falleció, logré encontrar trabajo con otra señora mayor; como ya tengo algo de confianza con ella, desde hace unas semanas también le estoy enseñando a recitar el Rosario y a sacarle gusto espiritual.

 

2.-        “y gracias como siempre por tu email con la Palaba de Vida y las experiencias.

En esta ocasión al abrirlo, he leído justo lo que necesitaba escuchar y en mayúsculas, como si Dios me lo estuviera diciendo claramente; TAMBIÉN EN MEDIO DE LAS TRIBULACIONES, CONFIAR EN EL AMOR DE DIOS.

            ¡Qué importante y qué bonita la Palabra de Vida de este mes! «Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él»

            No te lo he contado antes porque hasta esta semana, por el COVID, no hemos podido reunirnos con la familia para decírselo en persona, así que no lo sabe casi nadie. Estoy embarazada de 5 meses, va todo bien en el embarazo y estamos muy felices, pero la verdad es que estoy bastante preocupada con toda esta situación y porque mi marido cada vez está peor…, aunque tenemos fe en que finalmente y tras varios años esperando, pueda recibir ese tratamiento (en el que los médicos no le piden que haga algo antiético si lo recibe) tan caro e inaccesible que te comenté. Confiemos en Dios en ambas cosas y dejemos nuestras vidas en Sus manos: me lo voy a tener que apuntar bien grande en algún sitio visible para recordarlo a todas horas 😃.

 

3.-        “muchas gracias Paco. Estamos viviendo el mes lo mejor que podemos aunque siempre se puede hacer mejor. Dios nos mantiene juntos día tras día aunque nuestros achaques vayan avanzando.

 

 

 

 

 

 

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