sábado, 30 de noviembre de 2019

VER DESDE EL LUGAR DEL OTRO

VIDA DE LA PALABRA               últimas semanas de NOVIEMBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12, 15) y la de octubre («Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros», 2 Tm 1, 14)
1.-        Al acabar la Misa y todas las actividades parroquiales, normalmente no me toca cerrar por las tardes, pero el otro día sí. Y pensé dejar abierto y quedarme rezando mientras se mantenía el calorcillo del templo después de haber apagado la calefacción (estaba yo saliendo de un constipado). Cuando luego salí, ya sí, a cerrar las puertas, vi que alguien bajaba de un coche y me esperé un instante por si quería algo, aunque era muy tarde. ¡Efectivamente!: “iba a cerrar, pero espero a que reces y todo el tiempo que quieras estar con el Señor”. Al instante contesta a mi sonrisa: “también quiero confesarme, que hace mucho tiempo”.
A mitad de la confesión, caí en la cuenta que (a esta solo la vi una vez) era hermana de una persona de mediana edad que había fallecido en el hospital quince días antes y… ¡providencialmente me vino el nombre! Se sorprendió y entonces me dijo que por eso había venido a esta parroquia, aunque es de otro sitio: por lo bien que habíamos atendido a su hermana y porque su madre recordaba con mucho agradecimiento todas las palabras que tanto otro compañero como yo habíamos dicho cada día cuando la visitábamos. Realmente aquella había sido una situación muy difícil, de las que no sabes si hablar ni qué decir, pero el empuje de “llorar con los que lloran…”, al menos a mí, me iluminó en breves cosas que me salían más del alma que de los labios (recordándolo ahora, yo creo que fue el Espíritu Santo, en respuesta a mi tratar de “hacerme uno” con esa familia).
En esa misma tesitura de “ponerme en el pellejo del otro” continuamos la confesión y fue un rato de consuelo para ella y de reencuentro con Dios: se la notaba llena de paz. Y quiere incorporarse a recibir también ella estos correos quincenales de la PdV y a la vida de su parroquia.
1b.-      Cuando estaba ya casi terminando de confesarla, vi por el rabillo del ojo que entraba otra persona a rezar y, aunque me apetecía ya subirme a casa y descansar, le dije que podía estar todo el tiempo que quisiera.
Después de salir a despedir a la otra persona, me acerqué con una sonrisa a saludar a la que había llegado hacía unos minutos: recordé entonces que la conocía porque, aunque es de otro lugar, venía de vez en cuando por aquí, y entonces me contó todos los problemas con sus 4 hijos pequeños, sobre todo, porque su marido padece trastornos psicológicos.
Escuché en silencio (poniéndome en su lugar, como recomendaba la PdV); le prometí oraciones; y le dije que se quedara otro rato con el Señor en la iglesia rezando, que yo iba a terminar dentro otras cosas y luego a bajar la basura. Cuando terminé todo, justo se levantaba para irse y salí a despedirla: agradeció mucho ese rato a solas con Jesús Eucaristía en la penumbra de la iglesia.
            ¡Menos mal que no había cerrado cuando pensé!

2.-        El “hacerse uno”, también nos lleva a rezar incluso por personas que ni conocemos.
En referencia a la Experiencia n. 2 del correo de primeros de noviembre, me encuentro el siguiente mensaje: “…precisamente hoy iba a escribirte para agradecerte por los emails de la Palabra de Vida, que son tan bonitos e inspiradores; se me saltaron las lágrimas el otro día releyendo la historia de esa chica amiga tuya que ayudaba a una señora alcohólica, entre otras cosas, y estuve rezando por el pobre hombre que tiene 3 hijos y que no tenía trabajo fijo ni con qué pagar el alquiler pero que quería confesarse…”.
          Le contesto al instante: “…Lo que son las cosas: justo hoy hace un rato me ha llamado la amiga que atendió a la mujer alcohólica, porque se la había vuelto a encontrar y se acordaba (a pesar de la borrachera) perfectamente de ella y que la había atendido y ayudado y cuidado; y le dio infinitas gracias porque se sintió persona, respetada y amada; y que desde entonces (y de eso hace ya más de tres semanas) no había vuelto a probar ni una gota de alcohol; y mi amiga me ha llamado porque estaba feliz de eso y no paraba de bendecir la grandeza de Dios; y me decía que estaba segura que detrás hay oración: ella pensaba que mía, (por eso me llamaba), pero ya le he explicado que sobre todo era tuya (y quizá de otras personas que leen los correos o mi blog)…”.
          Y me responde: “…¡Qué alegría Paco, qué bonito! Yo creo que hay muchas personas que, de diferentes maneras la estamos ayudando: seguro que muchas más personas que han sabido de esta historia están pidiendo y, sobre todo, el acto de amor tan bonito que ha tenido tu amiga; eso vale un mundo y Dios debe estar muy contento. Es maravilloso que siga habiendo mucho amor y bien en el mundo a pesar de todas las cosas horribles que pasan. Hoy la Misa la ofrezco por ellas, por el hombre sin trabajo y por…”.



Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12, 15), la de octubre («Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros», 2 Tm 1, 14) y la de septiembre («Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros», 1 Ts 5, 11):

1.-        “vivencia a medio mes me ayuda a reforzar y examinar cómo vamos y a estar atentos a la gracia que pasa a nuestro lado, a veces con tanta normalidad que, si no estamos atentos, se nos va. 
Este mes la PdV me ha dado muchas oportunidades: he sufrido mucho por y con quien ha estado a mi lado.
Una Sra., madre de 9 hijos, con 59 años, de mi pueblo y que tiene dos hijas religiosas. En tres meses… el domingo partió para la casa del Padre: …ha sufrido con la quimio lo indecible y no le ayudó, al contrario, el tumor le iba creciendo. Una mujer de fe, de Misa diaria; no te imaginas qué impacto al marido y los hijos como a todo el personal del hospital, los 10 alrededor de su cama, cuando recibió la santa Unción consciente y con unos dolores tremendos, pero con gran paz; su madre, al lado, con 93 años ¡qué dolor! y en todo momento he procurado estar y compartir con fe la esperanza y te diré que casi siempre desde el silencio: estando; es tan profundo, que en muchos momentos las lágrimas era todo lo que podía.
También… me está ayudando mucho todos los días el pasapalabra (esa frasecita diaria que ayuda a recordar-profundizar la PdV mensual): cada día se pone el acento en lo mismo, pero desde un aspecto concreto; hoy, por ejemplo, “que nuestro amor sea gratuito”, ayudando a examinar nuestra intención a veces tan egoísta, en el fondo a estar siempre “en salida”, cuando lo que por desgracia hacemos es estar buscándonos.
Así es como lo voy viviendo y lo comparto siempre que puedo, el amor nos coloca en el mar sin fondo que es Dios mismo. Gracias, hermano, siempre en unidad y en nuestra oración..

2.-        “reflexionando sobre el fragmento de PdV que nos leíste en la reunión sobre reforzar nuestra relación con Dios día a día y cómo iremos viendo un cambio en los lugares donde estamos, empezando por las relaciones familiares, te estamos muy agradecidos los tres porque con tu trato cercano y tus homilías estás consiguiendo que aumentemos nuestra fe y es cierto que se transmite a todos los ámbitos de nuestra vida. Muchas gracias.




Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ o AQUÍ  

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N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
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sábado, 16 de noviembre de 2019

PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO

          Aquí tienes algunos textos (y experiencias) que nos estimulen a seguir viviendo (¡y con intensidad!) la Palabra del mes («alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran»):



REFORZAR NUESTRA RELACIÓN CON DIOS

¿Qué es la primera cosa que hacemos cuando queremos reforzar nuestra relación con alguien?
Empezamos a prestarle atención, a hacer su voluntad, encontramos tiempo para estar con esa persona, queremos que esté presente en todo momento de nuestra vida, y viceversa.
Con Dios no es diferente: tenemos que encontrar momentos exclusivos de relación con Él, pero también hacer de todo nuestro día una ocasión para reforzar la relación con Él, tratando de hacer Su voluntad.
Una vez, una persona me dijo que sentía a Dios muy lejos. Le pregunté quién se había distanciado, ella o Dios. Después de pensarlo un poco, dijo que había sido ella.
Dios está siempre presente en nuestra vida, pero depende de nosotros reforzar esa relación.
Como hablamos antes, encontrando tiempo para estar con Él, haciendo Su voluntad, reconociendo Su presencia en cada persona que encontremos.
Nuestra vida puede ser una continua oración y una intensa relación con Dios.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario, 10 de noviembre 2019




HACERSE CARGO DE LOS PROBLEMAS DE QUIEN ESTÁ CERCA
  
[…]  se advierte una irrevocable llamada a preferir, por lo que respecta también a las penitencias, las que comporta la caridad hacia el hermano. De hecho, aunque a veces puede traer alegría, muchas otras se encuentra con el esfuerzo, con el peso, el sufrimiento, porque es imposible amar a los hermanos sin hacerse cargo de sus pesares.
…desde los comienzos, han encontrado en la práctica de la caridad, el modo característico de llevar la cruz, de renegarse a sí mismos, elementos esenciales para seguir a Jesús. [...]

CHIARA LUBICH, La carità L’amore reciproco: nucleo fondamentale della spiritualità dell’unità - Ai giovani religiosi, Castel Gandolfo, 3.1.1989





AYUDAR CON GESTOS CONCRETOS

La compasión es un sentimiento que nos hace sentir el dolor del otro y ponernos en su lugar para entender cómo podemos ayudarlo. Es la delicadeza de ayudar sin causar vergüenza, de orientar y enseñar sin humillar, es “hacerse uno” con el otro en su necesidad.
La compasión es una expresión sublime del amor al hermano, que no hiere su dignidad y lo hace igual a nosotros, porque no lo deja en la condición de necesitado.
Compasión no es igual a solo tener lástima de su situación, porque no se pone en un nivel superior al hermano; al contrario, significa que tenemos su misma pasión.
Para vivir la compasión de modo real y eficaz, debemos ayudar con gestos concretos a quien se encuentra en necesidad.


APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario 14 noviembre 2019





viernes, 15 de noviembre de 2019

VIVIRLO DESDE EL CORAZÓN DEL OTRO

VIDA DE LA PALABRA                  primeras semanas de NOVIEMBRE

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12, 15) y la de octubre («Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros», 2 Tm 1, 14):
1.-        La PdV me ha resultado muy sugerente este mes y me está ayudando a escuchar con más atención todavía a cada persona que se me acerca, (también en el confesonario), y a vivir desde mi corazón sus inquietudes y alegrías: un examen de conducir, presión en el trabajo, problemas de relación, ilusión con proyectos, preparación de oposiciones, intentar vencer un vicio, satisfacción por objetivos cumplidos, salud propia o de un familiar… Y, de vez en cuando, mandarles un mensajito de apoyo y de preguntar cómo va.
Además, la primera PdV de la que fui consciente (allá por febrero del ’82), aunque no sé cuánto la viví, era muy similar (también de S. Pablo): “me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos" (1 Cor 9,22). 

1b.-      Una de las muchas ocasiones, p. ej.: llevábamos ya un buen rato en unas jornadas para sacerdotes y en el descanso vi un whatsapp en un chat grupal en el que un compañero avisaba que estaba llegando a la estación de cercanías y pedía si alguno podríamos subir con un coche a recogerlo. En una milésima de segundo me pasó por la mente la tentación “que vaya otro”, pues íbamos a empezar ya la segunda parte que iba a ser interesantísima y me perdería los 15 primeros minutos y, por tanto, el “hilo”.
Sin embargo, escribí enseguida pensando en “hacerme uno” con él: “voy”.
Después de recibirlo con alegría y preguntarle cómo estaba, en esos minutillos traté de explicarle todo lo visto hasta el momento para que pudiera integrarse de modo pleno.
Al llegar, nos encontramos con la sorpresa que también todos se habían “hecho uno” con nosotros dos y estaban hablando otras cosas menores esperando nuestra llegada para empezar juntos el tema relevante.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12, 15) y la de octubre («Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros», 2 Tm 1, 14):

1.-        “… estaba entrando a llevar el ramo de flores en la iglesia cuando, de pronto, vino a mi corazón esa advertencia de Jesús: “si cuando vas a poner tu ofrenda ante el altar, te acuerdas allí mismo que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda, vete a reconciliarte primero con tu hermano y luego vuelve a presentarla”. En seguida pensé en alguien de mi familia política a quien no podía yo ni mirar. Tuve una lucha interior: era superior a mis fuerzas. Pero la Palabra resonaba más fuerte y no me dejaba tranquila y… ¡finalmente lo logré!: no solo la miré, sino que hablé con ella y… ¡la paz inundó mi corazón…!, aunque sé que no va a seguir siendo fácil….


Si quieres leer más experiencias similares, 
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lunes, 11 de noviembre de 2019

CHIARA LUBICH, SIERVA DE DIOS

PROCESO DE BEATIFICACIÓN DE CHIARA LUBICH

             Esta es la oración oficial con la cual se pueden pedir gracias y favores a Dios por intercesión de la Sierva de Dios Chiara Lubich (1920-2008).
             El 27 de enero de 2015 fue iniciado el proceso de beatificación de una de las grandes mujeres contemporáneas, maestra de vida y espiritualidad cristiana no sólo para los católicos, sino también para otras denominaciones cristianas y, sorprendentemente, también para otras religiones y para personas de buena voluntad con convicciones distintas a las religiosas.

"Pinchando" en la siguiente imagen, tienes un vídeo tipo telediario (poco más de un minuto) en el que se anuncia la apertura del proceso: 


         Y "pinchando" en esta, puedes ver otro interesante reportaje brevísimo con la crónica del acto de Apertura del Proceso de beatificación de Chiara Lubich:

Fue un momento  muy emotivo para todos los que gracias a ella hemos conocido y amado, (al menos un poco más), a Dios. 
Impresionante también cuando se mencionaron a la veintena de personas que, (viviendo el
 carisma de la unidad que Dios le dio a ella para servicio de toda la Iglesia), hace ya tiempo que se abrieron sus respectivas causas de beatificación. Una santidad comunitaria, de pueblo que se hace santo con el Santo "en medio" cuando todos juntos están unidos en su nombre "donde dos o más...".

          El domingo 10 de noviembre de 2019 se cerró la fase diocesana del proceso de beatificación y a continuación empieza la fase vaticana; pinchando a continuación puedes ver un resumen: concluye la primera fase del proceso de beatificación de Chiara Lubich. ¡Es un gran paso adelante!

          Aquí te recuerdo, además, el enlace a otro par de vídeos breves sobre Chiara Lubich que en su día colgué en este blog, así como a un artículo traducido de L'Osservatore Romano, que también viene a colación puesto que 2015 es precisamente año del Centenario de Santa Teresa: Dos Castillos, dos mujeres.




Pinchando aquí puedes leer más sobre la causa de canonización y otras informaciones, pero aquí te copio el mensaje del Papa para el momento de la Apertura de la Causa:
«En ocasión de la apertura de la causa de beatificación y canonización de Chiara Lubich…, Su Santidad el Papa Francisco dirige su cordial pensamiento, auspiciando que el luminoso ejemplo de vida de la fundadora del Movimiento de los Focolares suscite en cuantos conservan su preciosa herencia espiritual, renovados propósitos de fiel adhesión a Cristo y de generoso servicio a la unidad de la Iglesia. El Santo Padre invoca abundantes dones del divino Espíritu sobre cuantos están comprometidos en la Postulación y exhorta a hacer conocer al pueblo de Dios la vida y las obras de aquella que, acogiendo la invitación del Señor, ha encendido para la Iglesia una nueva luz en el camino hacia la unidad y, mientras pide que se rece para sostenerlo en su universal ministerio como sucesor del apóstol Pedro, por intercesión de la Virgen Santa, envía a vuestra Excelencia, a la Postulación, a la entera Obra de María y a cuantos participan en el gozoso evento la implorada bendición apostólica».

PIETRO PAROLÍN, CARDENAL SECRETARIO DE ESTADO DE SU SANTIDAD, Mensaje del Santo Padre
 ante la Apertura del Proceso de Beatificación de la Sierva de Dios Chiara Lubich, 27 enero 2015


viernes, 1 de noviembre de 2019

HACERSE UNO CON EL OTRO EN SUS PENAS Y ALEGRÍAS

PALABRA DE VIDA                         noviembre 2019


«Alegraos con los que se alegran;
llorad con los que lloran»
(Rm 12, 15)

Después de haber ilustrado a los cristianos de Roma sobre los grandes regalos que Dios ha hecho a la humanidad en Jesús y al donar el Espíritu, el apóstol Pablo indica cómo responder a la gracia recibida, sobre todo en las relaciones entre ellos y con todos.
Pablo invita a pasar del amor por quienes comparten la misma fe, al amor evangélico, dirigido a todos los seres humanos, pues para los creyentes el amor no tiene fronteras ni se puede limitar a unos pocos.
Un detalle interesante: en el primer lugar encontramos la alegría compartida con los hermanos. En efecto, según el gran padre de la Iglesia Juan Crisóstomo, la envidia hace mucho más difícil compartir la alegría de los demás que sus penas.
Vivir así podría parecer una montaña demasiado impracticable de escalar, imposible de coronar. Sin embargo, es posible porque los creyentes están sostenidos por el amor de Cristo, del que nada ni nadie podrá nunca separarlos (cf. Rm 8, 35).

«Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran».

Comentando esta frase de Pablo, Chiara Lubich escribió: «Para amar cristianamente hace falta “hacerse uno” con cada hermano […]; entrar lo más profundamente posible en el ánimo del otro; comprender de verdad sus problemas, sus necesidades; compartir sus sufrimientos y alegrías;
inclinarse sobre el hermano; hacerse en cierto modo él, hacerse el otro. Esto es el cristianismo; Jesús se ha hecho hombre, se ha hecho hombre para hacernos a nosotros Dios; de ese modo el prójimo se siente comprendido, aliviado»[1].
Es una invitación a ponerse «en el pellejo del otro» como expresión concreta de una caridad verdadera. Quizá el amor de una madre sea el mejor ejemplo para ilustrar la práctica de esta Palabra: la madre sabe compartir la alegría con el hijo que goza y el llanto con el que sufre, sin juicios ni prejuicios.

«Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran».

Para vivir el amor con esta dimensión, sin cerrarnos en nuestras preocupaciones, en nuestros intereses o en nuestro mundo, hay un secreto: reforzar la unión con Dios, la relación con Aquel que es la fuente misma del Amor. Se dice que la copa de un árbol suele estar en proporción al diámetro de sus raíces. Así nos sucederá también a nosotros: si día a día hacemos crecer en profundidad nuestra relación con Dios, también en nosotros crecerá el deseo de compartir la alegría y llevar los pesos de quienes están a nuestro lado; nuestro corazón se abrirá y se hará cada vez más capaz de contener todo lo que vive en el momento presente el hermano que tenemos al lado. A su vez, el amor al hermano nos hará entrar aún más en la intimidad con Dios.
Viviendo así veremos un cambio en los lugares donde estamos, comenzando por las relaciones familiares, en la escuela, en el trabajo y en comunidad, y experimentaremos con gratitud que, más pronto o más tarde, el amor sincero y gratuito vuelve y se hace recíproco.
Esta es la fuerte experiencia de dos familias, una cristiana y una musulmana, que han compartido dificultades y momentos de esperanza. Cuando Ben cae gravemente enfermo, Tatiana y Paolo están en el hospital con su mujer, Basma, y sus dos hijos hasta el final. Aun en medio del dolor por haber perdido a su marido, Basma reza con sus amigos cristianos por otra persona gravemente enferma, con su esterilla dirigida a La Meca. Dice: «La alegría más grande es sentirse parte de un solo cuerpo donde cada uno tiene en el corazón el bien del otro».

LETIZIA MAGRI





[1] C. Lubich, El amor recíproco: núcleo fundamental de la espiritualidad de la unidad, congreso de los ortodoxos, Castel Gandolfo 30-3-1989, p. 4.


N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 
 y en MP3 para escuchar en el móvil.


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