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domingo, 1 de junio de 2025

DAR DÁNDOSE

 PALABRA DE VIDA                                    JUNIO 2025

«Dadles vosotros de comer»

(Lc 9, 13)


Estamos en un lugar solitario cerca de Betsaida, en Galilea. Jesús está hablando del Reino a la muchedumbre. El maestro había ido allí con los apóstoles para que descansasen después de su larga misión por aquella región, en la que habían predicado la conversión «anunciando la Buena Nueva y curando por todas partes» (Lc 9, 6). Cansados, pero con el corazón rebosante, contaban lo que habían vivido.

Sin embargo, la gente se entera y acude. Jesús acoge a todos: escucha, habla, cuida. La muchedumbre aumenta. Se acerca la noche y empiezan a tener hambre. Los apóstoles se dan cuenta y le proponen al maestro una solución lógica y realista: «Despide a la gente para que vayan a los pueblos y aldeas del contorno y busquen alojamiento y comida». Después de todo, Jesús ya había hecho mucho… Pero Él les responde:

 

«Dadles vosotros de comer».

 

Se quedan desconcertados. Es impensable: solo tienen cinco panes y dos peces para varios miles de personas; no es posible encontrar lo necesario en la pequeña Betsaida, y tampoco tendrían dinero para comprarlo.

Jesús quiere abrirles los ojos. Conmovido por las necesidades y los problemas de las personas, se dispone a dar una solución. Y lo hace partiendo de la realidad y valorando lo que hay. Es cierto, lo que tienen es poco, pero les encomienda una misión: ser instrumentos de la misericordia de Dios, que piensa en sus hijos. El Padre interviene, y sin embargo, los necesita: el milagro requiere nuestra iniciativa y nuestra fe, la cual de ese modo crecerá.

 

«Dadles vosotros de comer».

 

Así pues, a la objeción de los apóstoles, Jesús responde ocupándose, pero les pide que hagan su parte, aunque sea pequeña. No la desdeña. No resuelve el problema en lugar de ellos. El milagro sucede, pero requiere que participen con todo lo que tienen, con lo que han podido conseguir y han puesto a disposición de Jesús para todos. Esto implica algún sacrificio y confianza en Él.

El maestro parte de la situación para enseñarnos a ocuparnos, juntos, los unos de los otros. Ante las necesidades de los demás no valen excusas («no nos compete»; «no puedo hacer nada»; «tienen que apañarse, como hacemos todos»…). En la sociedad que Dios ha pensado, son bienaventurados quienes dan de comer a los hambrientos, quienes visten a los pobres y van a ver a quienes lo necesitan (cf. Mt 25, 35-40).

 

«Dadles vosotros de comer».

 

La narración de este episodio nos recuerda la imagen del banquete que describe el libro de Isaías, un banquete que Dios mismo ofrece a todas las gentes, cuando Él «enjugará las lágrimas de todos los rostros» (Is 25, 8). Jesús manda que se sienten en grupos de cincuenta, como en las grandes ocasiones. Siendo Hijo, se comporta como el Padre, lo cual subraya su divinidad.

Él mismo lo dará todo hasta hacerse alimento por nosotros en la Eucaristía, el nuevo banquete de la comunión.

Ante tantas necesidades como surgieron en la pandemia del covid-19, la comunidad de los Focolares de Barcelona creó un grupo a través de las redes sociales en el que comparten las necesidades y ponen en común bienes y recursos. Y es impresionante ver cómo circulan muebles, alimentos, medicinas, electrodomésticos… Porque «solos podemos hacer poco –dicen–, pero juntos se puede hacer mucho». Aún hoy, el grupo Fent família contribuye a que nadie entre ellos pase necesidad, como en las primeras comunidades cristianas (cf. Hch 4, 34).

 

SILVANO MALINI y el equipo de la Palabra de Vida

 




lunes, 15 de abril de 2024

EL RESUCITADO EN MEDIO POR EL AMOR MUTUO

 VIDA DE LA PALABRA                         primeras semanas de ABRIL


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de abril («Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía», Hch 4, 33) y la de marzo («Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme», Sal 51, 12): 

1.-        Las horas inmediatamente previas a la Vigilia Pascual y luego todo el Domingo de Resurrección me nacía espontáneo en el fondo del alma muchísimas veces “este es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Y casi sin darme cuenta me ponía a tararearlo. E incluso a veces a cantarlo en casa o cuando estaba en la iglesia, incluso a pleno pulmón. Cuando me encontraba con algún conocido, además de desearle “feliz Pascua”, a veces también cantaba algo de la canción. Me suele suceder todos los años, pero quizá este más todavía.

La verdad es que estaba yo con un gran gozo interior por la resurrección de Cristo: es necesario celebrarlo cada año, (y tener toda la cincuentena pascual), para que nos entre bien que ¡llevamos dos mil años de Pascua los 365 días de cada año!; ¡¡Cristo resucitó y camina con nosotros!!

 

2.-        La semana I de Pascua todos los años promovemos, organizamos y participamos en un encuentro de sacerdotes y seminaristas para toda España, alternando un año en el centro Mariápolis y otro fuera. Esta vez ha tocado en Baeza.

            Yo creo que personal y comunitariamente de verdad ha sido un testimoniar la presencia del Resucitado en medio de nosotros por el amor recíproco tanto en los momentos de oración, como en los de formación, como en los de descanso y turismo.

Hemos estado una treintena de 10 diócesis y, cosa curiosa, ¡de  4 continentes, (pues había un filipino, un angoleño y dos venezolanos, junto con todos los españoles!: desde un recién ordenado, hasta algunos que ya rondaban sus bodas de oro sacerdotales.

En la convivencia y en los detalles de servicio de unos hacia otros, o en los paseos turísticos, percibíamos nosotros y también los demás, (tanto las monjitas y el personal de servicio de la casa de espiritualidad que nos hospedaba, como los que nos veían al recorrer Baeza y Úbeda, y también Jaén), la paz y la serena alegría que son huella de la presencia del Resucitado.

Cada día con una temática diversa, pero complementaria: reavivar la vocación, equiparnos para la fidelidad y la misión hoy.

He vuelto renovado y, algunos, al verme llegar, (tanto en mi casa como en la parroquia), me comentaban con una sonrisilla de complicidad: “¡se nota de dónde vienes, eh!”. También eso es testimoniar, (transparentar), al Resucitado.

2b.-     En el viaje de regreso, llevé a un compañero venezolano y a otro angoleño: ¡tres continentes en el mismo coche! Rezando la liturgia de las horas juntos y el rosario y charlando amigablemente, continuamos en el mismo “clima” de presencia del Resucitado en medio de nosotros. También con las horas de parada que hicimos en mi pueblo para ver a mi madre: traté de compaginar el estar con ella junto con el que conocieran mi pueblo, así que nos la llevamos de “copiloto” a visitar la Virgen de la Teja en las Clarisas, una bodega y el Santuario de la Patrona la Virgen de la Caridad, (donde, por cierto, uno de ellos se encontró con una feligresa). Mi madre contentísima. Ellos, también. Y después de la siesta continuamos viaje y los llevé a la parroquia de uno de ellos.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía», Hch 4, 33), la de marzo («Crea en mí, oh Dios, un corazón puro, renueva en mi interior un espíritu firme», Sal 51, 12) y la de febrero («Haced todo con amor», 1 Co 16, 14):

1.-        “…como se cuenta en las experiencias que enviaste en enero, hace varios meses que he empezado yo también a leer la Biblia y a rezar cada día. Sea sola que junto con mi pareja y mi cuñada. Es una costumbre que poco a poco estoy incluyendo en mi día a día y me permite sentir la presencia del Señor más cerca.

Como sabes, en los últimos meses, por la enfermedad de él, necesitamos un “extra” de apoyo y fuerza para superar el día, para no dejar que “las tinieblas” se apoderen de nosotros. Y ahí es donde Dios está, acompañándonos e iluminándonos el camino….

 

2.-        “…¡Qué bonito es encontrarme tus correos!: me llevan a reflexionar cada uno de los momentos de la semana, en particular desde estos últimos tiempos... “¡Cristo ha resucitado, que se me note!”. Eso es lo que me repito a cada instante y se lo repito a mis peques: ¡que se nos note! y busco oportunidades para que así sea.

El sábado me he quedado muy conmovida con lo que comentaste del niño de vuestra parroquia que ha fallecido... Te dije que uno nunca está preparado para perder un hijo, hablando como madre, a lo que me respondiste con fe, que debemos estar preparados para partir y soportarlo, dejando todos nuestros asuntos en paz y en plena entrega a Dios y así es... ¡Cuánta razón!: ¡ cómo preparar el corazón para cualquier evento que nos sorprenda, cómo tener un corazón puro...!

Ayer en mi aula de catequesis, dos de “mis” niños eran compañeritos de cole de ese niño y a medida que iban llegando, me iban anticipando que debíamos rezar por él... Estaban muy impresionados, (se me encogía el alma) y así lo hicimos, muchas oraciones tomados de las manitas para él y su familia.

Dios crea en nosotros un corazón puro cuando nos toca de cerca el sufrimiento: cada día lo entiendo mejor en mí y en los demás.

Pero voy entendiendo también que este descubrimiento no debe quedar solo en mí: debo transmitirlo con mi comportamiento, mi forma de proceder, mis oraciones y pensamientos y a veces se me hace difícil.

2b.-     El jueves santo fui a misa con mi hija mayor. El templo estaba lleno de gente y faltaba un poco el aire. Ella decidió ir a confesarse y yo me quedé de pie en la parte de atrás, no lejos del confesionario. Después de un buen rato, se escuchó un golpe: nos acercamos al confesionario y ¡era mi hija que se había desmayado en el momento de recibir la bendición luego de la confesión! ¡No sabes qué susto tenía el sacerdote! Solo fue una lipotimia, pero mi hija, que es muy sensible, me contó luego que sintió muchas cosas y se sintió abrumada por la confesión... ¡Dios toca nuestro corazón!

Muchas gracias nuevamente por tus correos, ¡qué bien me hacen!.

 

 

 

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viernes, 30 de abril de 2021

PRESTAR NUESTRAS MANOS AL BUEN PASTOR

VIDA DE LA PALABRA                               últimas semanas de ABRIL


 Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas», Jn 10, 11) y la de marzo («Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas», Sal 25, 4)

1.-        Buscando un alquiler barato, una familia marchó a otro pueblo, (y, al final, con muchas humedades), justo antes del primer confinamiento. Los 4, además, añoraban y anhelaban el ambiente de nuestra parroquia (y del Centro Mariápolis) y les ha surgido la oportunidad de regresar, pero el inmenso obstáculo era la fianza de 2 mensualidades para un pequeño piso cerca de aquí. Acordándome de la PdV, del Buen Pastor, les dije que no dudaran y se pusieran en movimiento ya: yo, rebuscando, en unas horas les adelantaría el dinero y ya me lo irán devolviendo poco a poco en años futuros si pudieran. Una segunda dificultad era que no  tenían muebles ni apenas otras cosas.

Comenté todo ello “como de paso” ese mismo día en alguna reunión y en la homilía, pues la primera lectura de la Misa era precisamente: “los primeros cristianos eran un solo corazón (= “cor unum”) y una sola alma; nadie llamaba suyo propio a lo que tenía, sino que todo estaba a disposición según la necesidad de cada uno…”. Varias personas se sintieron impulsadas por dentro y, discretamente, han venido a ofrecer un somier y colchón, útiles de cocina, frigorífico y mesa (esto último al final sí lo tenía el piso), etc. Había que hacerlo todo ya al día siguiente, para no comenzar una nueva quincena, pues el alquiler anterior lo tenían que dar a mitad de mes.

            Ellos pensaban usar el transporte público yendo y viniendo un montón de veces: yo me ofrecí con la furgoneta de la parroquia a ayudarles al día siguiente a hacer el traslado de sus pertenencias y a recoger las cosas que les regalaban y llevárselas. Al final, todo lo relacionado con la furgo lo realizó el responsable de nuestro comedor social: ahí vi también el cuidado del Buen Pastor no solo por ellos, (pues él lo hace fenomenal), sino también por mí, (pues francamente mi tiempo era limitado y más ese día).

            Luego he sabido, que tras la primera reunión a la que llevaban sin asistir desde que estaban en la otra población, una persona quedó después con la mamá de esta familia y la llevó a un centro comercial para regalarle todos los útiles de cocina que todavía le faltasen.

 

2.-        Uno de los días haciendo la ronda normal de visitas por las plantas en el hospital, entré en la habitación donde el otro capellán había administrado la unción de los enfermos a la paciente el día anterior. Estaba dormida (o inconsciente). Una ancianita de apariencia entrañable, muy consumidita por la edad o la enfermedad. Cuando no hay acompañante, yo me quedo en el umbral de la puerta rezando una oración en voz alta y le doy la bendición. Para dejar constancia de que había estado atendiéndola, dejé una estampa de Cristo en el brazo del sillón.

            A la mañana siguiente, llamaron para una urgencia justo cuando yo estaba arrancando con el coche en dirección contraria para ir a Madrid a una reunión importante como arcipreste con el Vicario. ¿Podría esperar el enfermo 4 ó 5 horas? La voz del Buen Pastor me hizo enfilar hacia el hospital, (poniendo un mensaje al grupo de la reunión avisando que llegaría yo hora y pico tarde: me da auténtica vergüenza llegar incluso un minuto tarde a los compromisos).

Una vez administrada la unción de los enfermos, aunque iba yo con muchísima prisa, de nuevo la PdV, el impulso del Buen Pastor, me hizo asomarme en esa misma planta a la ancianita arriba mencionada: de nuevo puerta abierta…, solita… Pensé como el día anterior hacer una oración rápida por ella y darle la bendición, pero me percaté que la estampa que yo había dejado, estaba exactamente en la misma posición (Cristo, en el brazo del sillón vacío): aparte del personal, ¡nadie había ido a acompañarla desde que yo estuve! Y se me conmovieron las entrañas por su soledad en ese trance. Mientras me santiguo y empiezo a hablarle casi con lágrimas que me empezaban a aflorar… me fijo bien y… yo diría… que está excesivamente pálida y no respira… Voy a avisar al control de enfermería. “No te preocupes… le ha pasado varias veces… y luego da un suspiro y continúa respirando”. Le contesto: “oye, creo que… no…: ves en cuanto puedas; yo, por lo pronto, estaré allí rezando en voz alta por ella”. Mientras así lo hacía, (el oído se mantiene, aunque parezca inconsciente; y, en cualquier caso, el alma oye), al instante llegó la enfermera y después de examinarla con todo cariño, mediante un gesto (con todo respeto para no interrumpirme) me da a entender que, efectivamente, ha fallecido. La voz se me entrecorta en medio de las oraciones pensando en que ha estado solita al menos las últimas 28 horas y en ese momento crucial, pero el Buen Pastor justo ha estado a su lado a través de mí: cambio las oraciones por la salud por la “recomendación del alma” y un responso, dedicando más tiempo que en otras ocasiones que alguien tiene acompañantes.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas», Jn 10, 11), la de marzo («Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas», Sal 25, 4) y la de febrero («Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso», Lc 6, 36):

1.-        “…en resumen, lo que a mí me pasó fue que yo toda mi vida fui a un colegio religioso y tenía fe, mi madre y mi tía son muy creyentes y practicantes y así me crie hasta que tuve 18 años y ya salí del colegio y me vine a estudiar a la capital. Desde entonces yo siempre he creído, pero no practicaba; y sinceramente, solo me acordaba de Dios cuando tenía un problema. Sobre todo cuando algún familiar enfermaba o algo así.

Durante el confinamiento, yo me empecé a encontrar mal: sentía que estaba sola, me replanteé si verdaderamente existía un Dios, y si existía, que no me hacía caso o no me escuchaba... Estuve muy mal; la verdad, me sentía muy sola y muy perdida.

No sé cómo, empecé a sentir las ganas de encontrarme de nuevo con Dios. Al principio no sabía ni qué hacer. Y empecé por ponerme algunos días la Misa de la tv y a ver si así sentía algo y descubrí que estaba muy a gusto escuchando el evangelio, hasta que me atreví a ir a misa a la parroquia. También me ayudó una amiga mía que es muy creyente y practicante.

Y ahora estoy muy feliz: me siento llena, tengo una tranquilidad dentro que no sé cómo explicarla, pero ya no me siento sola. Lo que pasa es que… bueno, han sido muchos años de “desconexión“ y ahora no sé muy bien cómo hacer las cosas: yo quiero hacerlo bien, pero claro, el tema de rezar y de pedir perdón por los pescados aún no sé muy bien cómo hacerlo... Estoy en proceso de todo eso. Por eso me gusta buscar información y leer para saber hacer las cosas bien.

 

2.-        “gracias nuevamente por compartir conmigo la Palabra y las experiencias de todos. Ya espero con ilusión tu correo. Unas veces lo leo con la emoción de quien recibe una carta esperada; otras, me espero y lo leo por partes, observando cada detalle e interiorizando, pensando en lo que Dios quiere mostrarme... 

…me ha emocionado al leer la experiencia con el paciente en UCI: me sentí identificada con el aspecto de no saber cómo actuar; personalmente como médico, siento que la pandemia está siendo difícil de manejar, porque el cansancio ya nos dificulta las palabras de ánimo y hay que respirar profundo. Me mantengo fuerte en que los designios de Dios son perfectos, aunque yo no los comprenda, pero no todas las personas responden igual frente a esto. Creo que por ellos debemos rezar también.

 

3.-        “¡qué historias más emocionantes recoge tu correo! ¡Qué maravilla de vida… sabiéndonos acompañados por Jesús, sintiendo Su presencia en cada circunstancia de nuestra vida!

Mi Cuaresma fue un tiempo de abandono en el Señor, de la mano de San José y, aunque tuve mi cruz dolorosa por lo que ya sabes, al final resucité con Él; mi hermana, (empezando la misma noche, después de la Vigilia Pascual): pasé por su casa a llevarle la luz del Señor en una de esas velitas preciosas que preparasteis en la Parroquia y, ¡sorpresa!, me recibió alegre y con mucho cariño. Al día siguiente, el Domingo de Resurrección, comimos en mi casa, (así ella compartió conmigo la alegría del Resucitado), luego tuvimos que ir a ayudarla a ella y a mi cuñado a limpiar la piscina, (mi sobrina estaba con fiebre), y me repetía yo esto en mi corazón: “Señor, ya sé que es tiempo de celebrar este gran día, comiendo y alegrándonos por tu Resurrección, pero la fiesta no es completa si ellos no están dentro”. Así que ese trabajo sucio, literalmente sucio, se lo ofrecí al Señor y noté enseguida su bendición. ¡¡Bendito sea Jesucristo Resucitado, que hace nuevas todas las cosas!!

Desde entonces mi alma rebosa de alegría y de amor, un amor que a veces me cuesta respirar, me ahoga y quiere salir, darse a todos.

Por todo lo demás, me mantengo firme en la Fe y el Señor me acompaña en todo lo que hago.

 

4.-        “he disfrutado mucho en la Semana Santa... Es una época tan profunda, hay tanta riqueza en la Palabra de Dios y en las celebraciones... Y el tiempo de Pascua me llena de un gozo inmenso...

         En medio de esta alegría íntima y profunda, doy también gracias a Dios porque Jesús Abandonado está a mi lado de distintas formas. Ya los años pesan y cada noche me despierta el dolor de cadera o de estómago... Veo que es una oportunidad para pensar en tantos enfermos que sienten fuertes dolores, soledad... Y lo ofrezco por ellos. Entonces se hace más liviano. Me siento más unida a Jesús en su dolor y pudiendo compartir algo de su sufrimiento...

María es la guía segura cada día... Ella me alienta, sostiene, acompaña.

 

 

 

 

 

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jueves, 15 de octubre de 2020

HUMILDES COMO JESÚS

 VIDA DE LA PALABRA                        primeras semanas OCTUBRE


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado», Lc 14, 11) y la de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38):

1.-         

 

2.-        Después del verano veíamos en la Parroquia que íbamos a tener dificultades para seguir ofreciendo las comidas que damos en el comedor social: una de nuestras dos “fuentes” nos dejaba; la otra estaba sobrecargada (la fundación Anístemi: ha hecho un esfuerzo titánico y encomiable con nosotros desde que comenzó la pandemia) y debemos dejarla descansar.

Cuando iba llegando octubre, fecha de perder ambos grifos, me venía la preocupación de que eso supusiera el final de nuestro comedor para necesitados, pero a la vez también me nacía dentro la plena confianza en el Padre nuestro (“… danos hoy nuestro pan…”). Y, como a menudo experimento, (los que me conocéis, sabéis mis experiencias al respecto): el Señor sale a nuestro encuentro… “ni un minuto antes, ¡¡¡pero tampoco un minuto después!!!!”; y más con la PdV de todo septiembre, ¡que era la mejor para seguir confiando! Así que, ¡a seguir dando en todos los ámbitos!

Y llegó el final de septiembre… ¡y justo ha brotado una nueva fuente gracias a Dios!: un catering que precisamente da empleo a gente que sale de situación de desarraigo y no logra colocar diariamente todas sus comidas.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de octubre («Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado», Lc 14, 11), la de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38) y la de agosto («¿Quién nos separará del amor de Cristo?», Rm 8, 35):

 

1.-        “he leído la Carta Apostólica sobre las Sagradas Escrituras y al principio hace  una descripción de San Jerónimo como experto guía espiritual, de gran generosidad y ternura que bien podría describirle a usted. Y también porque se preocupaba de que todos entendieran la Palabra de Dios y conocieran las Escrituras: "ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Por ello es tan importante  para mí seguir aprendiendo en las reuniones del grupo... 

            En cuanto a la PdV de este mes, hace mucho tiempo aprendí a cumplirla, pues me sucedió hace como 15 años que fui a hacer compras navideñas y me sentía tan orgullosa con mi carro lleno. Pues bien, ese mismo día hubo una importante discusión familiar, y pasé la Navidad más triste de mi vida, pues no fue posible celebrarla juntos. Posteriormente todo se solucionó, gracias al amor y al perdón, pero desde entonces tuve clarísimo que "el que se enaltece será humillado", y todo por no ponerme en el lugar del otro. Se vive mucho mejor siendo uno más entre los hermanos y procurando no caer en el egoísmo.

Muchas gracias por todo lo que nos enseñas, ya que sin duda, nos va transformando poco a poco, haciéndonos mejores personas.

 

2.-        “voy leyendo despacio el libro de recopilación de Palabras de Vida de Chiara porque dice muchas cosas que son para pensar con calma y me voy parando en ellas: además a la par me estoy leyendo otro de ella, “Ese palpitar silencioso”, y ambos los compagino con S. Isidoro, la Biblia... Esta mañana antes de Misa seguía con el Palpitar silencioso y leía un texto que me ha gustado muchísimo, entre otras cosas porque me he sentido identificada con sus palabras:

“Padre nuestro

.... Ante Ti no siento la necesidad de explicarme, de decir algo,

de analizarme antes de presentarme,

Solo siento la necesidad de darme a Ti completamente, tal como soy

.... Y Tú, en el secreto, me escuchas, me sigues y me acoges como a una hija tuya.

.... ¿Quién me ha revelado la realidad de tu ser que tanto me concierne?

No cabe duda, es el Espíritu Santo...”

Bueno, hay muchos párrafos, frases, diseminados por el libro que me gustan mucho. Con calma los iré copiando… para después releerlo y no tener que andar buscando en todo el libro. Me voy haciendo mi pequeño libro particular con las cosas, citas, que me llaman la atención por aquí por allá y luego las releo para pensar y que se me queden grabadas para llevarlas a la práctica que es de lo que se trata. 

A lo largo de la semana haré una “redada” de llamadas de las compañeras para saber de ellas.

 

3.-        “quiero darte las gracias por la Palabra de Vida de Octubre, siempre tan esperanzadora. 

Esta misma mañana le agradecía a Mi Señor Jesús por permitirme empezar un nuevo día, por atender mis súplicas, por transformar mi corazón al llenarlo de vida y paz, y le rogaba por el eterno descanso de tu padre en el nuevo aniversario de su fallecimiento junto con el Rosario y la Santa Misa de hoy. Nunca dejaré de orar por Ud. y los suyos.

 

4.-        “ya leo en tus mensajes que sigues dándote a los demás con felicidad y sin descanso. Espero que tu madre esté mejor en casa.

Terminé el verano y empecé el curso con coronavirus, dando gracias a Dios todos los días, porque afortunadamente fue todo muy leve, incluso para mi suegra que tiene 83 años. 

Ahora en el colegio hay muchísimo trabajo, empiezan a salir casos de niños y profesores que se ponen enfermos: yo soy la “responsable covid” del cole, y los días son muy intensos, pero después de leer la palabra de vida me doy cuenta de que soy afortunada, ¡puedo acompañar a los niños enfermos y animarles! Gracias, por seguir enviando tus correos.

 

 

 

 

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miércoles, 16 de septiembre de 2020

DAR DÁNDOSE

VIDA DE LA PALABRA                  primeras semanas de SEPTIEMBRE

  

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38) y la de agosto («¿Quién nos separará del amor de Cristo?», Rm 8, 35):

 

1.-        Estas semanas ha habido muchas oportunidades de dar y de darme… sobre todo mi tiempo: por un lado, con el regreso de vacaciones (¡muchas personas que tenía en espera para atenderlas!) y, por otro, con la despedida del otro sacerdote de la parroquia y con otras tareas como arcipreste (despedidas o toma de posesión de otros sacerdotes en distintos pueblos; reuniones; suplir a algún confesor de monjitas; etc).

Así que, en todo ello continuamente me repetía: “dad”. Me ha tocado prácticamente solo el servicio religioso en el hospital (y su teléfono permanente de urgencias) y casi todas las tareas de la parroquia. “¡Dad…!”. Y, a la vez, estar pendiente de las noticias que mis hermanos mandaban sobre la hospitalización de mi madre… y otras personas que necesitaban un cuidado especial. ”¡Dad!”. Lo mismo la participación en la Mariápolis de fin de semana en Las Matas, (por cierto, ¡ha resultado preciosa tanto para la veintena de presenciales como para los muchos on-line!), compaginando el estar atento a cada persona, y a la vez no dejar descuidada la parroquia.

Todo han sido oportunidades de darme tratando de derrochar escucha, servicialidad… sobre todo tiempo y cariño. Y, aunque acababa algunos días totalmente agotado y tarde (y sin haber tenido tiempo de sentarme ni un minuto a leer y algún día a malcomer), a la vez percibía yo ese “os será dado” en el hecho de que me encontraba con serenidad y alegría en el corazón y que, (a pesar de que siempre duermo regular nada más), a la mañana siguiente me notaba con fuerza y ánimo para emprender con ilusión otra jornada repleta. También veía el “os será dado” en tantas personas que se han ofrecido de muy distintas maneras para ayudarme o prepararme cosas, y en que gracias al nuevo sacerdote, he podido ir casi 48 horas con mi madre (y le dieron el alta estando yo allí, aunque tiene que seguir con antibióticos).

1b.-     Por otro lado, soy muy descuidado para hacer regalos (y encima nunca sé qué regalar), y estos días también he tratado de ser más desprendido y generoso. Un ejemplito: ayer en mi pueblo me regalaron uvas e higos, y he tratado de distribuirlos.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38), la de agosto («¿Quién nos separará del amor de Cristo?», Rm 8, 35) y la de julio («Todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre», Mt 12, 50):

 

1.-        “muchísimas gracias por acordarte. Aunque no te escriba, estás muy presente en nuestras vidas gracias a la puntual palabra de vida que me envías cada mes. No sabes lo que me ayuda a entender mis sentimientos y a darme cuenta que yo no soy la que manejo mi vida sino Él, y la tranquilidad que eso me aporta. Muchísimas gracias.

 

2.-        “que alegría que estés de vuelta!! La verdad, he descansando bien poco, pero ya sabes: cuando uno se lo ofrece al Señor,  es Gloria bendita… debo estar un poco más pendiente de la niña para ver si hay deberes y demás… Una cosa: me he apuntado a clases de guitarra para cuando puedas darme alguna tú, no ser tan zote 😊. Te he visto muy bien y no vemos pronto!! Gracias por la Palabra.

 

3.-        “agosto tuve la oportunidad de conocer el norte de España a través del camino de Santiago que hice con otros amigos... Un regalazo de Dios. 

…me aproximo a empezar el nuevo curso con mucha ilusión, confiando en que Dios nos iluminará  para seguir sembrando en estas circunstancias tan especiales en las que estamos todos.

 

4.-        “espero te encuentres bien en medio de la cierta normalidad. Gracias por enviarme la palabra de Vida: me conforta e impulsa mucho.

En cuanto a la participación de la Mariápolis me gustaría… inician el segundo semestre acá, y como me encuentro de descanso, qué mejor que participar de la Mariapolis. Te pido me ayudes con tus oraciones por la encomienda que tengo.

 

 

5.-        “¡Gracias Paco! Por ahora, todo bien gracias a Dios. En Cáritas hemos estado dando alimentos todo el mes de julio y ahora, en septiembre, volveremos a empezar. Las listas y los problemas son cada vez más largos, pero seguiremos adelante con la ayuda y el apoyo de mucha gente.

 

 

 

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martes, 15 de septiembre de 2020

DAR DE TODO CORAZÓN

           Para vivir bien la incerteza del ya próximo otoño, nos da luz y fortaleza la Palabra de vida del mes de septiembre («Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos», Lc 6, 38). Así, pues, a mitad de mes, ¡renovarnos en vivirla con intensidad (y a ello nos impulsarán estos textos)!:

 


  

NUESTRO DAR NACE DEL CORAZÓN

 

Por eso es tan importante cuidar el corazón. Para que no se vuelva indiferente; para que "vea" dónde dar amor. Yo le regalo hoy a la Madre un corazón de hijo, y Ella me enseña a transformar los Dolores en "brotes de resurrección".

 

P. MANUEL MORALES, O.S.A, Comentario al Pasapalabra diario del martes 15 septiembre

 

 

 

 

CREER EN LA GENEROSIDAD DE LOS DEMÁS

 

Creer en la generosidad de otra persona significa creer en su amor por mí y por todos.

Me ocurrió que alguien no creyó en mi generosidad e incluso malinterpretó un gesto de amor hecho sin esperar nada a cambio. A menudo reconozco la presencia de Jesús en el otro, de manera que, aunque el otro no crea en mi amor, Jesús conoce mi sinceridad. Y para mí, esto es lo más importante.

Cuando veo a alguien que ama a todos con generosidad, trato de creer sin el menor juicio, aunque parezca exagerado. Y si este amor me llega, acepto ser amado con humildad y gratitud.

Dios conoce el corazón de cada persona. Conoce quien practica con sinceridad los actos concretos de amor.

El que ama, conoce a Dios, y sus acciones lo revelan.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del martes 24 de agosto

 

 

 

 

LA MANSEDUMBRE SIEMPRE ES CONSTRUCTIVA

 

Hay personas que confunden mansedumbre con omisión.

Con la mansedumbre aprendemos a decir nuestra opinión sin herir al otro y sin omitir la verdad. Y sobre todo, sin faltar a la caridad.

La omisión es cuando no hablamos por miedo a la reacción del otro, cuando cerramos los ojos a las injusticias, cuando callamos delante de la violencia.

La mansedumbre es una expresión del amor y por eso es creativa. Con la mansedumbre, decimos la verdad al otro sin humillarlo y sin causarle vergüenza.

La mansedumbre y la humildad son dos características distintivas de la personalidad de Jesús, y debemos aprender de Él a vivirlas en todas nuestras relaciones interpersonales. “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón” (Cf. Mt 11,29).

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 23 de agosto

 

 

 

 

FIARNOS DE DIOS Y ENCOMENDARNOS A ÉL

 

Debo estar preparado para todo en la vida.

Debo prepararme bien para cada decisión a tomar. Aprovechar al máximo mi formación profesional, asumir mi papel de ciudadano, mis responsabilidades en la familia y en la comunidad. Debo estar preparado, bien formado y bien informado.

Pero sobre todo y más allá de todo, debo confiar en Dios y entregarme completamente a Él.

Antes de cualquier acción, debo repetir en mi corazón: “hágase Tu voluntad y no la mía”. Esta es la mayor garantía de que todo se hará de la mejor manera.

En las pequeñas o grandes decisiones que vayamos a tomar, ante todo, encomendarnos a Dios. Después, hacer nuestra parte buscando la perfección del amor.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra diario del 22 de agosto

 

 

 

 

QUE NUESTRO DAR SEA SIEMPRE DESINTERESADO

 

El corazón se ensancha o se encoge: depende de nosotros. Damos largamente, y largamente nos sentimos retribuidos para seguir dando.

Tener confianza en la Providencia de Dios. Y si algún sabor amargo invita al desprendimiento, es porque Dios no quiere para sus hijos falsas ilusiones y enseña una verdad dura, necesaria, que equilibra la vida: todo cae, todo es vanidad; y "pasa deprisa la escena de este mundo".

 

P. MANUEL MORALES, O.S.A, Comentario al Pasapalabra diario del 10 septiembre

 

 

 



lunes, 31 de agosto de 2020

DAD Y OS SERÁ DADO

 PALABRA DE VIDA                      septiembre 2020

 

«Dad y se os dará;

una medida buena, apretada, remecida, rebosante

pondrán en el halda de vuestros vestidos»

(Lc 6, 38)

 

«Había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírlo…» (Lc 6, 17-18): así introduce el evangelista Lucas el largo discurso de Jesús que proclama las bienaventuranzas, las exigencias del Reino de Dios y las promesas del Padre a sus hijos.

Jesús anuncia libremente su mensaje a hombres y mujeres de distintos pueblos y culturas que han acudido a escucharlo; es un mensaje universal, dirigido a todos y que todos pueden acoger para realizarse como personas, creadas por Dios Amor a su imagen.

 

«Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos».

 

Jesús revela la novedad del Evangelio: el Padre ama a cada uno de sus hijos personalmente, con un amor «desbordante», y le da la capacidad de expandir el corazón hacia los hermanos, cada vez con mayor generosidad. Son palabras acuciantes y exigentes: dar de lo nuestro; bienes materiales, pero también acogida, misericordia, perdón; con generosidad, a imitación de Dios.

La imagen de la recompensa abundante vertida en el regazo nos da a entender que la medida del amor de Dios para con nosotros es desmedida, y que sus promesas se realizan por encima de nuestras expectativas, a la vez que nos libera de la ansiedad de nuestros cálculos y plazos y de la desilusión de no recibir de los demás según nuestra medida.

 

«Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos».

 

A propósito de esta invitación de Jesús, Chiara Lubich escribió: «¿Nunca te ha pasado, al recibir un regalo de un amigo, que también tú has sentido la necesidad de hacerle otro…? […] Si te sucede así a ti, imagínate a Dios, a Dios, que es Amor. Él recompensa siempre cada regalo que hacemos a nuestro prójimo en su nombre. […] Dios no se comporta así para enriquecerte o para enriquecernos. […] Lo hace porque cuanto más tenemos, más podemos dar; para que –como verdaderos administradores de los bienes de Dios– hagamos circular todas las cosas en la comunidad que nos rodea […]. Ciertamente, Jesús pensaba en primer lugar en la recompensa que tendremos en el Paraíso, pero todo lo que sucede en esta tierra es ya preludio y garantía de ello»[1].

 

«Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos».

 

Y ¿qué sucedería si nos comprometiésemos a practicar este amor juntos, con muchos otros hombres y mujeres? Ciertamente daría origen a una revolución social.

Cuenta Jesús, de España: «Mi mujer y yo trabajamos en consultoría y formación. Nos apasionaron los principios de la Economía de Comunión[2] y quisimos aprender a mirar al otro: a los empleados, considerando los sueldos y las alternativas a los despidos necesarios; a los proveedores, respetando los precios, los pagos, las relaciones de larga duración; a la competencia, con cursos conjuntos y ofreciendo nuestra experiencia; a los clientes, aconsejándoles en conciencia aun a costa de nuestro propio interés. La confianza que se generó nos salvó cuando llegó la crisis de 2008. Más tarde, a través de la ong «Levántate y Anda», conocimos a un profesor de español en Costa de Marfil que quería mejorar las condiciones de vida en su pueblo mediante un paritorio. Estudiamos el proyecto y le dimos la cantidad necesaria. No se lo podía creer. Tuve que explicarle que eran los beneficios de la empresa. Actualmente la maternidad «Fraternidad», construida por musulmanes y cristianos, es símbolo de la convivencia. En los últimos años los beneficios de nuestra empresa se han multiplicado por diez».

 

LETIZIA MAGRI



[1] C. Lubich, Palabra de vida, junio 1978, en Ead., Palabras de vida/1 (1943-1990) (ed. F. Ciardi), Ciudad Nueva, Madrid 2020, pp. 106-108.

N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 

En viñetas para los niños, adaptada para adolescentes y para jóvenes,

 y en MP3 para escuchar en el móvil.

 

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