viernes, 31 de agosto de 2018

TODO ES AMOR DE DIOS

VIDA DE LA PALABRA                          agosto 2018


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de agosto («Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti», Jr 31, 3) y la de julio («Mi gracia te basta, que mi fuerza se realiza en la flaqueza», 2 Co 12, 9):

1.-        Este agosto ha sido distinto. Para empezar, no hubo la Mariápolis tradicional grande para toda España (este año ha habido varias pequeñas en distintos lugares en varios fines de semana a lo largo del año; todavía queda la del puente del Pilar, que será en la que yo participe).
Después de haber estado atendiendo a mi madre en el hospital de Villarrobledo la primera semana del mes, después de que finalmente le dieran el alta tras 11 días, cuando ya se encontraba repuesta fui, 2 días a Granada, (casa parroquial de la Virgen de las Angustias): momentos preciosos de la vida diaria con los de allí (reactualizando los 7 años que viví en focolar sacerdotal yendo allí todos los lunes); un día comimos 6, otro día 9, aparte de algún otro que vino en visita por la tarde; en varias circunstancias vi a unos 15 sacerdotes con los cuales compartimos unos momentos de fraternidad que tenían el sabor de la presencia de Jesús en medio: p.ej., yendo con otro a visitar a uno muy enfermo, amigo común de nosotros dos, al que habían administrado la Unción para los enfermos esa mañana, fue un momento de cielo; tenía él entre sus manos un cojín en el cual estaba bordado: “hoy también he amado”.
Después estuve 4 días en Málaga con 2 familias y la conclusión era unánime: “están siendo días de verdadera Mariápolis”.
A través de todo ello he podido experimentar con sencillez ese “amor eterno” que la PdV del mes anuncia-promete-cumple.


2.-        El miércoles pasado, circulando por mi pueblo, otro coche me golpeó por detrás justo cuando yo empezaba a arrancar, después de ponerse verde mi semáforo, (estaré sin mi coche al menos dos semanas). Después del susto inicial, ver el amor eterno de Dios porque no me pasó nada, (bueno, esa noche y estos días molestias en las cervicales y en las dorsales), porque si hubiera sido 4 ó 5 segundos antes habría resultado mucho peor (al estar yo parado y con el freno pisado), porque el que me dio parecía buena persona y en seguida reconoció su culpa, porque el taller me dijo que me prestaría desde ayer un coche (se calienta mucho, muy viejecillo, pero anda).
En esos momentos me parecía perder unas horas y un día de vacaciones, perder los proyectos de llevar al día siguiente a mi hermana al aeropuerto, etc., pero pensando qué podía querer el Señor, quizá era transmitir paz y entablar relaciones, como así traté de hacer con el otro conductor (que no se sintiera abrumado), con la policía local, con los del seguro y con el de la grúa. Y luego, dejarme querer fortaleciendo amistad: a mi sobrina también se le cambiaron los planes y me trajo a Madrid con su coche, unos de la parroquia me dejaron el suyo mientras me prestaban el del taller, etc. Todo amor eterno de Dios.

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de agosto («Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti», Jr 31, 3) y la de julio («Mi gracia te basta, que mi fuerza se realiza en la flaqueza», 2 Co 12, 9):

1.-        “…padre Paco, ¿me puedes hacer el favor de regalarme una nota de voz?: es para una señora con quien trabajo, que se encuentra muy enferma; le he hablado mucho de Dios, y le he dicho que crea en Él. Para darle un poco de fe. Y la veo motivada. La operaron de un tumor, y los dolores no la dejan. Le dije que buscara a Dios y Le ofreciera esa enfermedad, que Dios la iba a utilizar a ella para que el día de mañana ella predique el milagro que Dios hará con su salud. Está hospitalizada. Y cuando le hablo de Dios, llora: el pesimismo le gana y le digo que tenga fe. Vive con su madre y cuida de ella…
Quiero que cada día seamos más los que seguimos a Dios. Quiero que sienta a Dios en tu voz…

2.-        “…la vida es un REGALO 🎁 de Dios 💛 sin duda !!!
Ayer tuve también el REGALAZO de acompañar por la noche, solo con él, en su partida (muerte) a un familiar (fue "mi segundo padre")... es tan bonito 💛 ese momento de la partida, las oraciones 🙏 que posee la Iglesia y que todo bautizado😇 puede utilizar para acompañar a su familiar moribundo, pero sobre todo es tan lindo✨⭐ ver a tu ser querido en un instante vivo (cuerpo y alma juntos) y ver con total claridad segundos después cómo el alma 💛✨ salió, dejo de habitar en ese cuerpo, partió ... es un minuto maravilloso para el que acompaña, porque en pocos segundos ves/experimentas que "somos un alma en un cuerpo" y no un cuerpo que muere… y después, aunque la tristeza es lógica 😥 (ya no podré abrazarle) la experiencia en todos nosotros de la Paz es súper real (y sobrenatural) en el corazón.
La promesa💛 de Jesús es cierta no solo porque Él se apareció resucitado a los discípulos... sino porque cada día, todos nosotros vivimos experiencias interiores (el sagrario interior) que nos confirman lo sobrenatural de esta vida y esas son señales de confianza en las promesas de Jesús sobre la otra vida…

3.-        “A MÍ ME OCURRE CON LA PALABRA DE VIDA DEL MES ANTERIOR EN CIERTO MODO LA RESONANCIA QUE TIENE EN TÍ...: ES UNA CONFIANZA TAN FUERTE, QUE ACTÚA EN RAZÓN INVERSA- MATEMÁTICAMENTE- CUANTO MÁS DÉBIL ME SIENTO, MÁS GRANDE ES MI ABANDONO EN ÉL.
LA DEL MES DE AGOSTO SÓLO LEERLA ME LLENA Y PLENIFICA EL ALMA... QUÉ GRANDE ES DIOS QUE NOS DA TANTOS REGALOS






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miércoles, 1 de agosto de 2018

DIOS TE AMA INMENSAMENTE

PALABRA DE VIDA                                    agosto 2018


«Con amor eterno te he amado:
por eso he reservado gracia para ti»
(Jr 31, 3)

El profeta Jeremías es enviado por Dios al pueblo de Israel, que está viviendo una dolorosa experiencia de exilio en tierra babilónica y ha perdido todo lo que había representado su identidad y su elección: la tierra, el templo, la ley…
Sin embargo, la palabra del profeta desgarra este velo de dolor y turbación. Es cierto: al entregarse a la destrucción, Israel se ha demostrado infiel al pacto de amor con Dios. Pero he aquí el anuncio de una nueva promesa de libertad, de salvación, de renovada alianza, que Dios, con su amor eterno y nunca revocado, prepara para su pueblo.

«Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti».

La dimensión eterna e irrevocable de la fidelidad de Dios es una cualidad de su amor: Él es el Padre de toda criatura humana, un Padre que toma la iniciativa en el amor y que se compromete para siempre. Su fidelidad alcanza a cada uno de nosotros y nos permite arrojar en Él cualquier preocupación que pueda frenarnos. Gracias a este Amor eterno y paciente podemos crecer y mejorar en la relación con Él y con los demás.
Somos muy conscientes de que no nos mantenemos firmes en nuestro compromiso, aunque sincero, de amar a Dios y a los hermanos. Pero la fidelidad de Él para con nosotros es gratuita, nos precede siempre, independientemente de nuestras «prestaciones». Con esta gozosa certeza podemos liberarnos de nuestro horizonte limitado, ponernos cada día de nuevo en camino y convertirnos también nosotros en testigos de esta ternura «materna».

«Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti».

Esta mirada de Dios sobre la humanidad pone de manifiesto también un gran designio de fraternidad, que encontrará en Jesús su pleno cumplimiento. Pues Él testimonió su confianza en el amor de Dios con la palabra y sobre todo con el ejemplo de toda su vida.
Nos abrió el camino para imitar al Padre en el amor a todos (cf. Mt 5, 43ss.) y nos desveló que la vocación de todo hombre y mujer es contribuir a edificar relaciones de acogida y diálogo en su entorno.
¿Cómo viviremos la Palabra de vida de este mes?
Chiara Lubich invita a tener un corazón de madre: «[…] Una madre acoge siempre, ayuda siempre, espera siempre, lo cubre todo. […] De hecho el amor de una madre es muy parecido a la caridad de Cristo, de la que habla el apóstol Pablo. Si tenemos el corazón de una madre o, para ser más exactos, si nos proponemos tener el corazón de la madre por excelencia, María, estaremos siempre dispuestos a amar a los demás en todas las circunstancias y, por tanto, a mantener vivo en nosotros al Resucitado. […] Si tenemos el corazón de esta Madre, amaremos a todos: no solo a los miembros de nuestra Iglesia, sino también a los de las demás; no solo a los cristianos, sino también a los musulmanes, a los budistas, a los hin­dúes, etc.; también a los hombres de buena voluntad y a todo hombre que habita la tierra […]».

«Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti».

Esto cuenta una joven esposa que comenzó a vivir el Evangelio en la familia: «Sentía una ale­gría que nunca antes había experimentado y el deseo de derramar este amor más allá de las cuatro paredes de casa. Recuerdo por ejemplo que corrí al hospital para acompañar a la mujer de un compañero de trabajo que había intentado suicidarse. Conocía desde hacía tiempo sus dificultades, pero, absorta en mis problemas, no me había preocupado de ayudarla. Ahora sí hice mío su dolor, y no me quedé tranquila mientras no se resolvió la situación que la había empujado a dar ese paso. Este episodio marcó para mí el inicio de un cambio de mentalidad. Me hizo comprender que, si amo, puedo ser para cada uno que pasa a mi lado un reflejo –aunque sea pequeñísimo– del mismo amor de Dios».
Y ¿qué pasaría si también nosotros, sostenidos por el amor fiel de Dios, nos pusiésemos libremente en esta actitud interior ante todos aquellos con quienes nos encontremos durante el día?

LETIZIA MAGRI



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