jueves, 31 de diciembre de 2015

ANUNCIAD LAS MARAVILLAS DEL SEÑOR

            Para empezar bien el Año, no sólo el día 1 (fiesta de Sta. María Madre de Dios y Jornada mundial de oración por la paz), sino todo el mes, te envío la Palabra de Vida de enero y, previamente un texto del Papa con el cual…
deseo a ti y a los tuyos
que tengáis una muy buena salida y entrada de año
y un próspero 2016
colmado de la bendición del Señor
(año santo de la Misericordia):

"Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz año!
…en el clima gozoso de la Navidad,
la Iglesia nos invita a fijar nuestra mirada de fe y de amor
 en la Madre de Jesús.
En Ella, humilde mujer de Nazaret,
«el Verbo se hizo carne y vino a habitar entre nosotros» (Jn 1, 14).
…le dio su amor y su carne humana.
… auténtica humanidad del Hijo de Dios…
«Nuestro Salvador fue verdaderamente hombre
y de Él vino la salvación de toda la humanidad».
… Cristo asumió la condición humana
liberándola de la cerrada mentalidad legalista.
La ley, en efecto, privada de la gracia,
se convierte en un yugo insoportable,
y en lugar de hacernos bien nos hace mal…
el fin por el cual Dios manda a su Hijo a la tierra a hacerse hombre:
una finalidad de liberación,
es más, de regeneración.
… Incorporados a Él,
los hombres llegan a ser realmente hijos de Dios.
Este paso estupendo tiene lugar en nosotros con el Bautismo,
que nos inserta como miembros vivos en Cristo
y nos introduce en su Iglesia.
Al inicio de un nuevo año
nos hace bien recordar el día de nuestro Bautismo:
redescubramos el regalo recibido en ese Sacramento
que nos regeneró a una vida nueva:
la vida divina. …
Gracias al Bautismo hemos sido introducidos
en la comunión con Dios
y ya no estamos bajo el poder del mal y del pecado,
sino que recibimos el amor, la ternura y la misericordia del Padre celestial. …A María, Madre de Dios y Madre nuestra,
presentamos nuestros buenos propósitos.
A ella le pedimos que extienda sobre nosotros y sobre cada uno,
todos los días del nuevo año,
el manto de su protección maternal…"



PALABRA DE VIDA                       Enero 2016

«Llamados a anunciar las proezas del Señor”»
(cf. 1 P 2, 9).

Cuando el Señor actúa, realiza proezas. Apenas hubo creado el universo, vio que era «bueno y bello», y el hombre y la mujer le parecieron «muy bellos» (cf. Gn 1, 31). Pero su última obra supera a todas, es la que realiza Jesús: con su muerte y resurrección ha creado un mundo nuevo y un pueblo nuevo. Un pueblo al cual Jesús le ha dado la vida del cielo, una fraternidad auténtica con la acogida recíproca, el compartir, el don de uno mismo. La carta de Pedro hace que los primeros cristianos sean conscientes de que el amor de Dios los ha convertido en «un linaje elegido, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido por Dios» (1 P 2, 9-10).
Si también nosotros, como los primeros cristianos, tomásemos conciencia realmente de lo que somos, de lo mucho que la misericordia de Dios ha obrado en nosotros, entre nosotros y en torno a nosotros, nos quedaríamos atónitos, no podríamos contener la alegría y senti­ríamos la necesidad de compartirla con los demás, de «anunciar las proezas del Señor».
Pero es difícil, casi imposible, testimoniar de modo eficaz la belleza de la nueva «socialidad» a la que Jesús ha dado vida si permanecemos aislados unos de otros. Por eso es normal que la invitación de Pedro vaya dirigida a todo el pueblo. No podemos mostrarnos pendencieros y sectarios, o simplemente indiferentes unos con otros, y luego proclamar: «El Señor ha creado un pueblo nuevo, nos ha liberado del egoísmo, de odios y rencores, nos ha dado como ley el amor recíproco, que hace de nosotros un corazón solo y un alma sola…». En nuestro pueblo cristiano claro que hay diferencias en el modo de pensar, en las tradiciones y culturas, pero estas diversidades hemos de acogerlas con respeto, reconociendo la belleza de esta gran variedad, conscientes de que la unidad no es uniformidad.
Es el camino que recorreremos durante la «Semana de oración por la unidad de los cristianos» –que en el hemisferio norte se celebra del 18 al 25 de enero– y durante todo el año. La Palabra de vida nos invita a tratar de conocernos mejor entre los cristianos de Iglesias y comunidades diversas, a narrar mutuamente las proezas del Señor. Entonces podremos «anunciar» de manera creíble dichas obras, testimoniando que estamos unidos entre nosotros precisamente en esta diversidad y que nos sostenemos de modo concreto unos a otros.
Chiara Lubich alentó con fuerza este camino: «El amor es la fuerza más potente del mundo: desencadena la revolución pacífica cristiana en torno a quien lo vive, de modo que los cristianos de hoy pueden repetir aquello que decían los primeros cristianos hace tantos siglos: “Somos de ayer y ya llenamos el orbe”. […] ¡El amor! ¡Cuánta necesidad de amor en el mundo! ¡Y en los que somos cristianos! Todos nosotros juntos, de distintas Iglesias, somos más de mil millones. O sea, muchos, y deberíamos ser bien visibles. Pero estamos tan divididos, que muchos no nos ven ni ven a Jesús a través de nosotros. Él dijo que el mundo nos reconocería como suyos y, a través de nosotros, lo reconocería a Él por el amor recíproco, por la unidad: “En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros” (Jn 13, 35). […] De este modo, el tiempo presente reclama de cada uno de nosotros amor, reclama unidad, comunión, solidaridad. Y llama también a las Iglesias a recomponer la unidad rota desde hace siglos».


N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 

en más de 30 idiomas.



miércoles, 30 de diciembre de 2015

NAVIDAD ABRIENDO LA PUERTA A JESÚS

VIDA DE LA PALABRA                  últimas semanas de diciembre 
 

Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de vida de diciembre
(«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3), la de noviembre («…para que todos sean uno», Jn 17, 21) y la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35):
1.-        El domingo quise ir a visitar, (en coche, si no, no me daría tiempo; y la semana anterior no había podido ir), a José en su Residencia.
Después de perderme (sigo sin manejarme por Madrid) y de cortes de tráfico por contaminación y afluencia de gente por compras y luces madrileñas, llegué 5 minutos tarde y la portera ya no me dejó subir a verlo. Se me “encendió” el “hombre viejo” por dentro, (¡encima de lo que me fastidia entrar en coche a Madrid…!). Sin embargo reaccioné: las horas y el gasto de tiempo y de coche yo los empleé por amor, y eso basta. Pero luego imaginé que a José le haría verdadera ilusión verme, así que volví a insistir. Ante la nueva negativa, el “abrir las puertas a Cristo” de la PdV, el “allanar el camino”, era dar la razón a la portera con una sonrisa, (aunque dentro me quería nacer toda la impotencia), pues ella no hacía más que cumplir con su deber.
            Cuando ya estaba yéndome al coche, se me ocurrió llamar a la madre superiora de la Residencia, por lo menos para que luego le dijera a José que alguien había ido a visitarle y para preguntar qué tal lo veía ella últimamente. Me dijo que me esperara y bajó a contármelo. La empleada entonces se acercó a pedirme disculpas y le volví a decir por 3 veces que no se preocupara, que ella cumpliera bien con su oficio.
            Providencialmente, dos días después sí que pude con otros 2 compañeros ir a visitar a José: lo vimos contento, como siempre; y, por primera vez en este sitio, ya no tan desubicado. Así que, me vine contento (las veces anteriores salí con un nudo en la garganta y una lagrimilla).

2.-        Desde el verano he tenido bastantes, ¡muchos!, “frentes” abiertos a la vez. Meses de niebla cada vez más espesa.
Ayer me venía el refrán “mañanita de niebla, tarde de paseo”. Pero mientras tanto, ¡qué difícil es orientarse! La PdV invita a abrir la puerta al Señor que llega (¡y hay que prepararle el camino, se presente como se presente!) y es la esperanza de que de verdad Él cumple sus promesas; como suelo añadir: “ni un minuto antes, pero tampoco uno después”.
Algunos “frentes” se han ido cerrando por sí solos. Con la presencia de “Jesús en medio” por el amor recíproco “donde dos o más…”, algunos campos se van despejando e incluso solucionando; otros, en cambio, complicándose cada vez más. Pero la certeza de que Él es “el único Bien”, permanece más allá de todo: y ahí trato de allanarle el camino olvidándome de mí y estando atento a amar a los demás.


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de vida de diciembre («Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3), la de noviembre («…para que todos sean uno», Jn 17, 21) y la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35):
1.-        “el domingo pasado fue la segunda vez que hacemos nosotros los niños Jesús (campaña han desalojado a Jesús). Pues este año, primero las niñas se reunieron para empezar a hacerlos con los moldes de escayola…
La que les ayuda este año anda a tope porque trabaja en un colegio jornada completa y también los sábados, (súmale el bebe y su hija de 4 años). Así que me ofrecí a llevarme a casa los moldes y hacer una buena tirada para presentarlos al domingo siguiente en la parroquia de ella en Boston.
¡Qué estrés y agobio en dejarlos terminados, bonitos y presentables…!: porque aquí, (al contrario que en España), no hay ambiente de Natividad, no hay belenes y en las tiendas tampoco encuentras nada para algo parecido. Las distancias son largas y yo aún desconozco los comercios específicos.
Y lo que se suponía fácil, fue complicadísimo, (tanto que, cuando al final me preguntó si quería redactar la experiencia, le solté tal cual que “no”). Pero te cuento desde el principio: primero no había cestitas, ni nada parecido donde acomodar al Niño Jesús… Me cuesta encontrar bolsas que no sean de plástico común. Escojo por fin unas pequeñas transparentes de papel de celofán a juego con un lacito de seda de los pocos discretos que había.
Pero… me queda el material donde acomodar al niño. Por fin se me ocurrió ir a la zona de plantas y artículos naturales. Allí había bolsas de musgo seco natural, que además olía muy bien. ¡Para mí fue una odisea!
El barniz… el pobre hombre hizo varias mezclas más, mientras atendía a otros clientes. Llegamos a un color natural de piel después de cinco intentos: paciencia la del señor, que entendía que iba a barnizar más de cincuenta figuras ya preparadas.
Todo perfecto el domingo por la mañana: ¡prueba familiar superada! Pero mi amiga no me había pasado la dirección de la parroquia, así que a la aventura nos vamos a su barrio y visitamos dos iglesias. Mi amiga no estaba y nosotros, la familia entera, con nuestros Jesusitos. Los colocamos todos preciosos en una mesita.
Y ese momento, le dije al Señor: “Nosotros hemos hecho nuestro esfuerzo de traerte a los demás, ahora te toca a Ti hacer el trabajo con ellos”. Nada había sido fluido, ni fácil.
Mi amiga por fin llegó, (el día anterior, en urgencias con su bebé; y se le había roto el móvil). Respiré.
Me dispuse tranquila por fin a participar en la misa… Al final mi amiga y los cuatro niños subieron a presentar las figuritas, el proyecto y el sentido que tiene el llevar a Jesús a la vida de los demás, y que la Navidad solo tiene sentido porque nace Jesús.
Mi hijo comentó que este año los donativos irían destinados a refugiados de Siria, “…familias sin hogar; nosotros somos unos afortunados”… Mi hija dijo un cándido “gracia” que resonó en el templo y emocionó a todos. Las pequeñas sonreían serenas y felices de ser partícipes y especiales.
En ese momento supe que debía yo también compartir la experiencia contándola; yo hice mi esfuerzo, pero Jesús hizo su trabajo a través de mis hijos…
         Luego en casa, felices durante la comida comentamos todo. ¡Ah!: además, 237 dolares!!! …en fin Paco, tú ya lo sabes. Jesús nunca defrauda!!

2.-        “nuestro amigo con esquizofrenia (¿recuerdas?) llevaba tiempo viviendo con una chica divorciada. Él es muy religioso: ha luchado mucho contra el sexto mandamiento y hacía tiempo que ya estaba muy bien, centrado y aceptando ese “rostro” de Jesús Abandonado. Cuando hace tiempo me comentó lo de la chica... me puse triste: él estaba radiante, muy feliz por estar acompañado, pero yo veía que dejaba al Señor de lado. Tengo muchísima confianza con él y algo le dije al respecto... Sabía él la doctrina de la Iglesia…, pero me decía que por su enfermedad no se puede casar y que no es consagrado... Sabe que todos debemos vivir la castidad cada uno según su estado, pero...
Así que yo empecé a rezar por él... Hoy me ha dicho que ha cortado. Ella estaba "enganchada" a él y ha tenido él que cambiar de número de móvil, pero él estaba feliz. De nuevo su prioridad es hacer la Voluntad del Señor y riéndose me ha dicho: “¿Sabes? He decidido que con la única Mujer que me voy a dormir es con la Virgen María”, (y reza una salve antes de dormirse).
Y la otra alegría... Esta tarde cuando salía de la "pelu", viene a despedirme la dueña y me dice: “¿recuerdas que me trajiste un Rosario…?”, (ella cree algo, pero no va a Misa), “pues este domingo me entraron ganas de rezarlo y me fui a una iglesia y también me quedé a la Misa

3.-        “gracias por todo lo que nos habéis dado en los Ejercicios Espirituales: para mí han sido los mejores…
         …oír hablar de la misericordia fue impresionante: ahora cada vez que voy hacer esto o lo otro, me acuerdo. Me digo: “tengo que hacer esto”; cambio la cosa y me siento bien.
El otro día una madre y su hija se ponen a discutir por la política; intento poner paz; ellas lo interpretan a su manera. No saben estar la una sin la otra, pero luego están 2 ó 3 días sin hablarse y yo estoy en medio entre las dos. Cuando están enfadadas, trato de escuchar a cada una; con la madre solo puedes hacer eso, porque está tan nerviosa, que poco la puedes decir. Te contesta: “¡claro!, ya la estás defendiendo!”.
El segundo día, acordándome de lo que había vivido el fin de semana de Ejercicios, me dije: “no pueden pasar más días”. Me pongo a pensar lo que les voy a decir y me dirijo a la Virgen: “¡María, ayúdame TÚ!”. Llego donde habíamos quedado y no tuve que decir nada: la cosa no estaba del todo normal, pero no quise hablar para no hacerles recordar.
…tengo que fiarme siempre

4.-        “este año en verdad me apetecía una Navidad diferente, quizás más centrada en la oración y reflexión que pendiente de otras cosas.
Me hizo mucha ilusión acudir a Misa en Nochebuena y ayer, a la Misa de las familias: era la primera vez que iba y disfruté yendo a la catedral con mi familia; juntarnos allí con otras tantas familias y además ver a tantos sacerdotes; y recibiendo y saludando a todos, ver al obispo como un buen padre de familia. 
A la salida una señora me regaló un belén hecho de jabón que habían realizado las monjas y me hizo mucha ilusión…: tener ahora algo suyo entre mis manos me produjo una sensación de cercanía difícil de definir.
Allí estaba yo con mi marido y mi hijo, pero con la sensación cierta de que la familia era mucho más amplia: que todos los que estábamos allí, laicos o sacerdotes, más los que no estaban pero se sentía su cercanía, pertenecíamos a la misma familia.
Esta mañana he estado en un centro de niños necesitados: no íbamos muchos, pero entre los pocos que íbamos estaba, de nuevo, mi hijo y me ha hecho ilusión compartir ese momento con él: si ayer acudíamos juntos a rezar y dar gracias, hoy dedicábamos el tiempo, también juntos, a los más pequeños



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sábado, 19 de diciembre de 2015

¡FELIZ NAVIDAD 2015!

«A menudo nosotros somos llevados, por el lenguaje que usamos, a hacernos una idea no exacta de lo que sucedió en Nazaret, en el momento en el que el ángel le comunicó a la Virgen santa que el Verbo se haría carne. La mentalidad antropomórfica nos lleva a considerar a Dios lejano, en lo alto, en los cielos, que manda a su Hijo a un lugar remoto para hacerse hombre.
No es así. Dios está en todas partes, está en el cielo, en la tierra y en cada lugarPor lo tanto, Dios estaba en la pequeña habitación de la Virgen en Nazaret cuando se le apareció el ángel. Pero era infinitamente distante de las criaturas por el abismo de pecado y por su natural pequeñez.
Dios, en el instante que la Virgen pronunció su “sí”en el seno purísimo de ella se desposó con la naturaleza humana, desposó a la criatura, obrando un acercamiento inimaginable entre la divinidad y el universo.
Desde entonces Él está en medio de nosotros.
Aquella distancia infinita que nuestra imaginación ha expresado poniendo a Dios lejos de nosotros, por encima de los cielos, se ve anulada: Él está en la tierra, Él es nuestro conciudadano».

PASQUALE FORESI, Teologia della socialità, Città Nuova 1963, pág. 66



Este es mi deseo para
UNA SANTA Y FELIZ NAVIDAD.
Lo dirijo con afecto a ti,
a tus familiares, a todos,
en particular si hubiera alguno enfermo o que sufre.
                                                                 

 Y como regalo que acompañe esta felicitación, a mitad de mes, (y dado que todavía estamos en el Adviento, cuya segunda parte comienza siempre el 17 de diciembre), además del texto anterior, otro más, para que nos ayuden a todos a intensificar el practicar la Palabra de vida de diciembre («Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3), para que le abramos puertas de casas y corazones y así sea auténticamente Navidad:

Pero Tú estás en mi puerta
si yo, Señor, aplico el oído
y aprendo a discernir los signos de los tiempos,
oigo claramente las señales
de tu tranquilizadora presencia en mi puerta.
Y cuando te abro
y te acojo como huésped grato en mi casa,
el tiempo que pasamos juntos
me serena.
En tu Mesa, parto contigo
el pan de la ternura y de la fuerza,
el vino de la alegría y del sacrificio,
la palabra de la sabiduría y de la promesa,
la plegaria de acción de gracias
y del abandono en las manos del Padre,
y regreso al afán de vivir
con paz indiscutible.
El tiempo que he pasado contigo,
tanto si comemos como si bebemos,
se sustrae a la muerte.
Ahora, aunque sea ella la que llamase,
yo sé que serás Tú quien entre:
el tiempo de la muerte ha terminado.
Tenemos todo el tiempo que queramos
para explorar, danzando,
las iridiscentes huellas de la Sabiduría de los mundos,
e infinitas miradas de entendimiento
para saborear su Belleza.

Card. Carlo Maria Martini

miércoles, 16 de diciembre de 2015

FRUTO DE EJERCICIOS ADVIENTO: NACE JESÚS

VIDA DE LA PALABRA                          primeras semanas de Diciembre
Capilla del Centro Mariápolis "Luminosa" de Las Matas,
(diseñada por el "Centro Ave", de Loppiano)
Esta vez una sola EXPERIENCIA (mía y vuestra entremezclada) que tiene como denominador común el fin de semana de Ejercicios Espirituales, pero también como trasfondo el poner en práctica la Palabra de Vida de estos meses, tanto la de diciembre  («Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3) como la de noviembre («…para que todos sean uno», Jn 17, 21):

1.-      Hemos terminado con alegría esperanzada verdaderamente de Adviento el fin de semana de Ejercicios Espirituales en el Centro Mariápolis. Un reto: en 48 horas, experimentar una profunda unión con Dios de modo personal y, a la vez, comunitario, para (a pesar de ni conocernos unas horas antes entre la mayoría) sentirnos así todos familia de Dios, pueblo suyo con Él en medio. Sentirnos unos de otros, hermanos.
         Han participado 30 personas de diferentes edades (de Burgos, Málaga, Villarrobledo-AB… y Madrid y su provincia); había algunas personas de los Focolares, del Camino Neocatecumenal, de Cursillos de Cristiandad…, de formación jesuítica…, de parroquias de diverso tipo. Unos 8 ó 10 era la primera vez que venían al Centro Mariápolis.

1a.-         Recién comenzado el “Año jubilar extraordinario de la Misericordia”, el lema general de los Ejercicios ha sido “con misericordia eterna te amé” (Jer. 31, 3).
Hemos recorrido la Misericordia en el Antiguo Testamento y la hemos vislumbrado con toda su plenitud y consciencia en el Nuevo (pasando también cada uno de nosotros de Alianza antigua a nuevo descubrimiento de Dios Amor).
El segundo nombre de Dios es Misericordia: nos ha permitido darnos cuenta que justicia y misericordia van juntas (precedidas siempre por esta) gracias a la Verdad, y la hemos aplicado a cada uno de los misterios del Rosario.
La meditación profunda de las 3 parábolas de Lc 15 nos ha permitido descubrir con su riqueza renovadora el sacramento de la confesión.
Vivir la Palabra, hace nacer a Jesús en nosotros; vivir el amor al prójimo, hace nacer a Jesús en el otro; vivir el amor recíproco, hace nacer a Jesús en medio del hogar, de la Iglesia y de la sociedad: cumplimiento del Adviento, verdadera Navidad.
Y coronando cada uno de los temas que predicábamos los 3 sacerdotes, el testimonio-experiencia concreta de alguien de la comunidad de alrededor, que solo ya con la mirada y la sonrisa transmitían. Y luego, imbuirnos en los diversos tipos de oración, (descubrimiento, además, de la oración de alabanza). No menor unión con Dios producían los momentos guiados de comunión-comunicación de lo que Dios va obrando en cada uno, (¡¡qué pena no haber grabado lo que cada uno dijo!!: queda en el gusto espiritual y el gozo de la presencia de Dios que producía; al final, sólo y todo para gloria de Dios).
Al acabar, la alegría contagiosa era desbordante al “palpar” la presencia de Jesús, con lo que era natural que prorrumpiéramos en el cántico “Adeste fideles”.
         Gracias a cada uno por su colaboración y a todos por su oración, los que vivieron los Ejercicios, y los que pasaron por el Centro Mariápolis para las Misa u otros momentos, y las focolarinas que lo atienden. Gracias a los que han orado desde la
distancia. Gracias a los que querían venir y, en el último momento, no pudieron: una, por parto de urgencia de una hija; otra, por cristal roto del coche (y robado lo de dentro y arrancado el radiocasete) en el momento de ir a buscarlo para venir aquí; etc. Dolores ofrecidos por amor, de unos y otros: cimiento seguro para los frutos espirituales, que al final se extienden también a todos.

1b.-      Quedaron por escrito algunas impresiones. Entre otras, estas:
Lo que más me ha gustado: las experiencias de la gente. La paz y serenidad que se transmite, en la normalidad”.
         “He vivido con mucha paz; estoy agradecida a Dios profundamente. Sentía cómo poco a poco la puerta del alma se abría. Con cada hermano, era un encuentro muy especial de comunión de alma. Me llevo la alegría de sentir a Jesús en mí que me ama, me habla y me mueve a seguir buscando el encuentro con el hermano”.
         “Gracias a los 3 sacerdotes por los temas, las experiencias y la UNIDAD que transmitían: realmente está Jesús en medio. Sigo pidiendo a Jesús que me aumente mi fe”.
         “Impresión que me ha causado verme, en los temas tratados. Me han hecho reflexionar en las muchas actitudes negativas que llevo por dentro de mi vida y, al mismo tiempo, sentir que Dios está a mi lado siempre, siendo misericordioso conmigo”.
         “La sugerencia que os hago es que no cambiéis y cuidéis este tesoro tan grande que Dios os ha regalado. Yo lo necesito: gracias por dejarme compartirlo y beber de esta fuente de Gracia”.
         “Los testimonios de los seglares me han parecido un ejemplo a seguir, una vida muy auténtica en el amor al Padre e inspiradores en el amar. Las meditaciones muy instructivas”.
         “Han sido unos Ejercicios muy buenos. Una experiencia muy buena realmente. Yo me he encontrado con Dios, le he podido escuchar y me ha perdonado y vuelto con Él. Son los primeros Ejercicios Espirituales que hago”.

1c.-      En diversos grupos de WhatsApp durante los viajes de regreso continúa la comunión:
 “Sentimos muchísimo no haber podido despedirnos de todos vosotros.  Por favor, si puedes, dales a todos un abrazo muy fuerte de nuestra parte y las gracias por haber compartido parte de sus vidas con nosotros.  Ha sido un fin de semana fantástico y un retiro genial”.

         Y correos-e. personales que continúan llegado:
- “me gustaron mucho las charlas y aprendí novedades que me ayudarán a poner el amor de Dios en práctica con el prójimo, a pesar de los disfraces” 
- “Muchas gracias por haberme recibido y aceptado de una manera tan bonita y tan llena de amor. Como sabes, han sido unos días intensos… con un final maravilloso. Me he sentido muy a gusto y he podido compartir y vivir la Fe como a mí me gusta y que me parece es fundamental, es decir, en COMUNIDAD. He interiorizado vuestras meditaciones y me habéis dado “pistas” para sentir y vivir la Palabra mejorando el día a día. No es fácil, pero sí posible. ¿Quién me iba a decir que, después de un tiempo largo, y a punto de no ir a los ejercicios, iba a recibir de manera no premeditada el sacramento del perdón y la reconciliación? Gracias, Paco, por tus palabras y la paz que  me has transmitido. Te agradezco también que me envíes la Palabra de Vida y testimonios de la gente. Es una preciosa manera de estar conectados todos en el Señor.”

1d.-      Y uno de los grupos de WhatsApp, adquirió ese lunes “olor divino”:
- “Yo no quiero perder lo que he encontrado... No quiero
perder el contacto. Me ha tocado muy profundo. Me siento rara, triste y alegre, una sensación muy especial. Ahora escribiendo esto, tengo ganas de llorar. ¡Dios, no te vayas! ¡¡Quédate conmigo!!”.
- “Después de lo que hemos vivido, para mí es como una señal de Cielo que no sé muy bien cómo interpretar. En estos momentos estoy llorando😂 porque en el alma siento tantas cosas, momentos vividos en silencio con el Señor... entre tantas cosas que le he dicho a Jesús le pedí almas con las que poder vivir realmente eso tan hermoso…: "Que Jesús vivo en cada corazón nos conceda experimentar el gozo del amor recíproco que genera su presencia en medio de los que le aman"”.
- “Bendigo a Dios por la historia  q lleva con cada uno y por ese remanso de paz y ternura con el q me he encontrado este finde. Se me ha ido el agobio, y trabajo con alegría.

Bendigo  tb a los Focolares, gente muy normal, como podemos ser nosotros neocatecumenales. Hoy beso la cruz de mi vida y de mi historia…”.

         - “Muchas gracias a todos x vuestros testimonios. La verdad, es emocionante ayudar al prójimo a vivir la Palabra a través de comunión de hermanos. Yo tb me encuentro serena y alegre!!!”.


1e.-      Y en días sucesivos continúan goteando correos-e. con la propia impresión:
“…tengo la sensación que Jesús ha estado muy cerquita de todos nosotros, nos ha tocado el corazón y nos ha hecho más hermanos. Gracias”     

“… aunque no he parado desde que llegamos, tengo en la recámara de la mente todo lo que he vivido este fin de semana, y
me asombra cómo me ha afectado (para bien): ¡han sido solo dos días! Se lo contaba a mis hijas… me veían hablar con tanto entusiasmo… Lo cierto es que solo tengo palabras de agradecimiento. Mi suegra decía una frase que a mí me hacía mucha gracia: “No tenemos boca para dar gracias a Dios” y lo cierto es que a mí siempre me acaba ayudando. Las semanas previas yo me sentía mal: decía que podía ser un virus o que tenía bajas las defensas. El jueves me llamó una amiga para decirme que se había enterado de este retiro… Era difícil para mí porque el sábado celebrábamos en mi casa el quinto cumpleaños de una nieta, pero Dios lo organizó todo para que yo pudiera ir. Y hoy tengo la determinación de mejorar mi vida de fe y poder ayudar a mis hijos y a mis hermanos  a acercarse más a Dios. Muchísimas gracias por tu cercanía y generosidad y por saber escuchar tan bien y con tanta comprensión. Gracias también por la Palabra de Vida…”.


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miércoles, 2 de diciembre de 2015

SER UNO ENTRE NOSOTROS

VIDA DE LA PALABRA                                        últimas semanas de Noviembre
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de noviembre («…para que todos sean uno», Jn 17, 21) y la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35):
1.-        A primeros de noviembre nos ofrecieron para José la plaza que desde hace muchos meses teníamos solicitada en la Residencia del clero en Madrid. ¡Ahora que ya se iba adaptando a esta otra en Colonia Torrelodones!
Para discernir qué sería lo mejor para él, han sido días de mucho dialogar entre nosotros, con él, con su familia, con todos los demás sacerdotes amigos de otras ciudades, con la comunidad del movimiento de los focolares… Todo ello ha colaborado a nuestro “ser uno” entre todos nosotros.
Al final, veíamos que quizá lo más conveniente para él era trasladarlo; para mí era de nuevo un “pellizco” en la garganta y el corazón: hasta ahora, tan cerca, (en cuanto yo
tenía media hora), lo visitaba 4 ó 5 veces por semana, (y en la nueva, ya veremos si podré una vez por semana); además, se ha creado una relación tan bonita de José y nuestra con respecto a los demás residentes, directiva, trabajadores de esta  Residencia… que a ellos y a mí se nos hizo un nudo en la garganta cuando les anuncié el cambio: verdaderamente José se los ha ganado a todos con su alegría, su aceptación de todo, su fe, su carcajada…
            Me vino la tentación de pensar… si hubiera habido paciencia mes y medio, en vez de ingresarlo tan rápidamente, lo hubiéramos llevado ya directamente a esta y nos habríamos ahorrado trámites, quebraderos de cabeza, dinero, etc. Pero… en seguida me di cuenta y reaccioné: si hubiéramos hecho eso, nunca habríamos conocido (y menos entablado amistad) con personas tan buenas como los directivos, residentes y trabajadores de esta Residencia; ¡y eso es un tesoro!; más aún: ¡¡eso es un granito de arena para el anhelo por el que Jesús vino al mundo: “que todos sean uno”!!
Y todo ello, aparte del bien, (así nos lo han asegurado los sacerdotes de la Parroquia de la que depende esa Residencia), que José (muchas veces con su sola presencia) ha hecho a los otros residentes y a los que allí trabajan o van de voluntarios o pasan de visita.
Desde ayer ya está en la del clero, en la C/ San Bernardo. José me dijo cuando lo decidimos: “no importa si
no nos vemos tanto; tenemos a Jesús en medio, estamos siempre unidos”. Han sido 12 años viviendo en comunidad, tratando de merecer la promesa de Jesús “donde dos o más están unidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”. Mientras lo llevaba en el coche, me decía: “hay que estar dispuesto  cambiar; y estar contento en cada sitio; yo estoy contento”. Ahora… desde la distancia (y con varias llamadas al día para asegurarla, como hemos venido haciendo estos 2 meses).
Ayer mismo empezaban las dificultades: desde ahí no lo llevan a citas médicas a su actual hospital, hay que pedir sus medicinas al pueblo donde está la anterior Residencia… Se me caía el alma a los pies: ¡más tareas, aparte de tantísimas pendientes! Pero recordando la PdV, aproveché para unas llamadas y pedir si alguien podía: sirvió esa dificultad para renovar la unidad con algunos.


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de practicar tratando de llevar a la vida diaria la Palabra de noviembre («…para que todos sean uno», Jn 17, 21), la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros», Jn 13, 35) y la de septiembre («Amarás a tu prójimo como a ti mismo», (Mc 12, 31):
1.-        “Ya tenemos el piso!! La firma el otro día fue muy bien, aunque apareció un rostro de Jesús Abandonado: lo que tardaron en llegar (horas) los del Banco a la notaría. Menos mal que entre nosotros ha surgido una amistad muy bonita y estuvimos charlando muy a gusto con los anteriores dueños. Habíamos pensado después comer todos juntos pero desde las 13:30 nos dieron las 17:45... Así que lo hemos dejado para otra ocasión.
Fue la dueña (es viuda) con sus tres hijos y hemos quedado en vernos y, por supuesto, cuando ya estemos en casa, vendrán...
Nos despedimos dándonos fuertes y largos abrazos entre todos y nos decían que deseaban que fuésemos muy felices en la casa.
El de la agencia inmobiliaria decía que nunca había tenido una venta igual, que había un clima precioso, familiar entre nosotros.
La dueña estaba buscando piso más pequeño por la zona y la última vez que nos vimos le dije que rezaría. Al verme me dijo que ya había encontrado y que se acordó mucho de mí: que estaba segura que había influido mi oración. Es cierto que le pedí al Señor y a la Virgen que ella, como nosotros, encontrara un lugar donde se sintiese muy a gusto

2.-        “reconozco que, desde el viernes de los atentados en París, tengo el corazón encogido, una idea me tiene aterrada: pensar en que yo pudiese ser la siguiente víctima.
Me aterroriza pensar que me pille la muerte de sopetón y no estar preparada para ello.
         Me siento mal, la verdad. Tiempo dediqué a preparar mi boda, no digamos con la ilusión que esperé la llegada de mi hijo, meses estuve pensando en su primera comunión y, sin embargo, hasta ahora, ni un minuto me he parado a pensar en ese acontecimiento que algún día me ocurrirá.
         Recientemente hice un viaje a África, con mucha antelación tuve que ponerme las vacunas, preparar la documentación….
No ha llegado Navidad, pero ya estamos planeando dónde iremos; no digamos nada si es el verano lo que se acercase: la de tiempo que invertimos en buscar, planear, preparar maletas…
         A todos los viajes que hacemos le dedicamos tiempo y atención, a todos menos a uno; el más importante que vamos a realizar: la vuelta a casa con el Padre.
¿Estoy preparada para ello? No, me doy cuenta que no. Hace meses que no me confieso, así que ni siquiera tengo el corazón en paz y esa idea me agobia. Pensar en que mi partida hacia Él pueda ser en cualquier instante , llegar allí, a su presencia y sentirme tan mal que no me atreva ni siquiera a mirarle a los ojos.
         No. Así que he hecho el propósito de confesarme en breve (resérvame hueco en tu horario para el viernes) y, desde ese instante , estar y vivir en paz conmigo misma, con Dios y con los que me rodean. Y cuando no lo esté, acudir al sacerdote más cercano para volver a confesarme y empezar de nuevo. Así cuando llegue ese instante de encontrarme con mi Padre sea en un mes, en diez años o cincuenta pueda ir corriendo hacia Él y darle un abrazo y un beso

3.-        “normalmente antes de irme a la capilla paso a los salones de los abuelos a ver cómo están y si alguno tiene necesidad, aunque sea solo de agua, ya que es la hora de cambio de turnos y a veces los ancianos se levantan queriendo coger algo y se caen o se pierden entre los pasillos.
Hay una auxiliar que siempre cuando paso me pregunta dónde voy: “a visitar a Jesús”. Pues ese día pasé y la chica me preguntó lo de siempre... que si me iba a la capilla y la dije que sí. Me dijo que me iba a acompañar en la visita a Jesús.
Fuimos a la capilla: nada más entrar noté cómo entraba con respeto sabiendo que ahí vive Dios. Llegamos cerca del altar y me preguntó:"¿puedo subir?". Subió, tocó el altar y se santiguó; se dio vuelta y me preguntó que si el Señor estaba en el Sagrario y le dije que sí. De la misma manera tocó el Sagrario con mucho respeto y se santiguó. Luego bajó y me preguntó qué íbamos a rezar. Pensando en ella, le pregunté que si se acordaba del Padre Nuestro, Ave María y el Gloria; y lo rezamos.
Al terminar mis oraciones con ella, la chica se emocionó, puso su cabeza sobre mi hombro y lloró amargamente, y yo también, porque seguro que Dios le habló al corazón y yo, viendo su situación, la humildad que tenía de sentirse nada ante Dios, lloré también.
Salimos de la capilla y me dijo que todos los días me va a acompañar a rezar o a estar un ratito con el Señor. Ella no va a misa desde que la bautizaron, no se ha confesado y, lo reconoce, tiene fe pero no lo practica.
Sigo rezando con y por ella ya que su experiencia me ha dejado una marca en mi corazón


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