miércoles, 29 de abril de 2015

REÍR CON LOS QUE RÍEN, LLORAR CON LOS QUE LLORAN

VIDA DE LA PALABRA              últimas semanas de ABRIL
           Unos avisos previos, antes de compartir los testimonios cotidianos sobre la Palabra de Vida:

           - Como cada vez que hay una necesidad, también ahora estamos ayudando a los damnificados de los terremotos de Nepal. Aquí tienes los datos si sabes de alguien que quiera y pueda colaborar: ayuda-a-los-damnificados-de-nepal

            - Del 1 al 6 de agosto, como cada año, tendremos la Mariápolis (=ciudad de María; convivencia para gente de todas las edades, vocaciones y procedencias): información-invitación sobre la Mariápolis en Astorga (1-6 agosto 2015)


Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de abril («Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos», 1 Cor 9, 22) y la del mes de marzo («El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga», Mc 8, 34):
1.-        José, (el sacerdote anciano, de los 4 que estamos en casa), ha estado ingresado ocho días y medio en el hospital. Así que, cuando yo acababa en el “trabajo”, me iba para allá.
            Te cuento, p.ej., el primer día: después de que Christian lo acompañara casi 3 horas, (pisar un hospital no es lo más recomendable para su estado: ¡qué ejemplo!), estuve de pie con José en urgencias casi 6 horas, (cerca de su cama, de su box, no había silla, y tampoco había espacio); me venía la tentación de irme a la sala de espera, (para mi espalda, no favorece el estar “a pie quieto”), pero entonces ni yo lo vería a él, ni él a mí. Por “hacerme uno”, pensé que en esas circunstancias… una cara amiga… o si necesitaba algo… era lo mejor para él. Aproveché para leer y rezar, y recordaba lo que el día anterior comentó un joven, (que ha cambiado radicalmente de vida para bien): “la oración, nos tiene que costar esfuerzo”.
Después de mucho esperar, nos dijeron que no le daban el alta y que había que aguardar para que lo llevaran a planta, porque era el cambio de turno: yo veía que se me pasaba la
hora para poder celebrar la Misa, pues no convenía dejar solo a José, dado que no se le entiende al hablar; luego, casi dos horas ya en la habitación, esperando a que nos tomaran sus datos. Ese día, finalmente pude celebrar ¡¡a las 24:10!! ¡Yo que ese día tenía planeado haberme acostado a las 21:00 porque estaba verdaderamente agotado! Fue muy bonito: Endi tuvo el detalle de esperarme para que no celebrara yo solo, (los lunes no tenemos compromiso de Misa en otros sitios), y una amiga, (que me había llamado dos horas antes), me dijo: “…iría a la hora que fuese a esa Misa, pero ayer se reventó un neumático de mi coche; cuando vayas a empezarla, me pones el "emoticono" de las manos juntas rezando, y yo desde aquí me uno en oración”; y nada más acabar la Misa, como si nos hubiera "visto" entrar a la sacristía, manda un whatsApp: "Amén. ¡Gracias! Que Dios te dé mucha fuerza y buen descanso. Gracias x existir".

1b.-     El tercer día, fuimos todos los de mi focolar, después de un precioso mini-encuentro, para acabarlo con José en el hospital: nos hicieron luego una foto a todos. Como cosa simpática se la mandamos unos y otros a familiares y amigos. La mayoría, con terminología diversa, nos contestaba lo que una buena amiga, (bautizada adulta hace 2 años): “Gracias x la foto: se nota q Jesús está en medio; estáis tan alegres todos... Dan deseos de tener siempre Al que vosotros amáis las 24 horas".

1c.-      La verdad es que todos esos días hemos visto muchísimo amor concreto de tanta gente que se "hacía uno" con nosotros, (y no sólo focolarinos/as y familias del movimiento): turnos para acompañar a José continuamente en el hospital cuando no podíamos nosotros (o simplemente para que yo pudiera descansar); comida preparada cada día que nos llevaban a turno a casa porque no hubiéramos tenido tiempo de hacérnosla nosotros; alguien que me acercaba al hospital algo de cenar por la noche; un matrimonio que visitando a José observó un roto en mis zapatos y anteayer me trajeron un sobre para que me compre otros; alguien que nos planchó las muchas camisas que teníamos acumuladas en el tendedero de casa; otros matrimonios que se ofrecían para llevar a Christian a sus revisiones a otro hospital...
El sábado, un amigo nos hizo darnos cuenta que uno de los servicios de nuestra vivienda necesitaba una reparación urgente… ¡y muy costosa! ¡¡Pero Dios Padre piensa en todo!!: dos días después me visita otra amiga para regalarme una tablet, (que he dado a otro compañero, y yo me he quedado con la suya, aunque tiene un par de años y menos prestaciones), y añade: "comentaste que para el entierro tuviste que pedir prestado un coche a unos amigos; ¿el tuyo finalmente no se pudo arreglar?; tengo unos ahorros aparcados y pueden servirte para un primer plazo de uno… o para alguna obra que tengáis que hacer en casa". ¡¡Me quedé pasmado!!
            Nos hemos sentido verdaderamente amados por Dios (¡abrumados casi!) a través de estas y otras tantas y tantas personas, (y de los médicos y enfermeros/as que en seguida se encariñaron con José), y de otros muchos que habéis estado rezando y haciéndoos presentes de mil maneras. Hemos "visto" verdaderamente al Resucitado con nosotros más allá de nuestro cansancio en tantísimos detalles de todo el mundo. ¡Gracias a Dios y a cada uno!

2.-        Una de esas noches, en nuestro pueblo, mi primo "partió hacia la casa del Padre" un par de horas antes de su 51 cumpleaños, con mucha serenidad y fe, después de un año de lucha contra la enfermedad (y de buena preparación en la fe de él y su mujer y sus hijas) y de oración intensa e incesante de tantos, (¡gracias a cada uno!). (Cfr. mis experiencias, n. 1 de mitad de este mes de abril). Como tenía apagado mi móvil, me enteré ya a la mañana siguiente después de haber desbrozado lo más urgente del trabajo. Por whatsApp organizamos los turnos para acompañar a José. A un matrimonio del movimiento de los focolares, que viven al lado de mi trabajo, les pedí prestado su coche para no tener que perder hora y media yo en venir a buscar el mío a Las Matas: y al poco rato, (mientras iba yo terminando lo más urgente), me lo tenían en la puerta, (¡y con 2 bocadillos en el asiento del copiloto, aunque las monjitas también me habían preparado algo, tan atentas siempre!). Quería llegar yo cuanto antes, (era el modo de "hacerme uno"), para acompañar en el velatorio a su mujer y sus hijas, y a mis otros primos y mi tío. Incluso me quedé yo solo, (mientras unos se habían ido y otros comían en un salón contiguo), rezando el rosario ante el cuerpo de mi primo. Fue una oración intensa.
Celebré luego el entierro junto con otros 7 sacerdotes. Fue todo conmovedor pero nada sensiblero: todo lleno de fe y de esperanza. Un verdadero testimonio de fe y de comunidad eclesial viva para la mucha gente que participó.

3.-        Por compartir también una cosa menor, de las muchas de esa semana. Uno de los días con José en el hospital, otro compañero en diversos momentos me había pedido varios documentos (que ya se los mandé en su día), así que al volver sobre las 24:00 a casa, (recordando el “hacerse uno en todo”), aunque cansadísimo y con sueño, y a pesar de que mi ordenador tarda mucho en arrancar, lo encendí (no me gusta, porque el fijar la vista en la pantalla luego también hace dormir peor) para mandárselos.


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de abril («Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos», 1 Cor 9, 22), la del mes de marzo («El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga», Mc 8, 34) y la de febrero  («Por eso, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios», (Rm 15, 7):
1.-        “el mes de marzo la PdV... intenté vivirla…
                   Un día me llama mi hermano y me dice que ha estado en el hospital, pero no estoy muy bien yo. Voy al día siguiente y veo que están malos los dos, (el matrimonio)… El segundo día hay que llevarles a urgencias a los dos; sus hijas tenían que trabajar. Yo le hablaba a Jesús: “quiero que se haga Tu voluntad, pero si es posible, déjamelo  disfrutar un poco más, pues ya se fue uno; déjame este un poco más; solo me voy a fiar, el resto te lo dejo en TUS MANOS”. De momento está en casa y hace lo que puede.
1b.-     “Otra. Mi hermana se enfadó mucho con dos sobrinas, (por nada; porque a veces entiende mal), las pone verdes; otras veces es conmigo: esta vez no dije nada porque es mejor no contestar, pues se altera mucho. Al día siguiente se le suele pasar, pero esta vez, no.  Les pregunto que dónde estaban; me responde: “no sé”. Le comento que el Evangelio dice: “hay que reconciliarse”. Ella responde que “no”. Añado: “esta es la cruz de cada uno y hay que llevarla con amor”. Su contestación: “la llevo hace años”. “Desde que nacemos, ya nacemos con ella”, le digo. Se ha callado. No hemos hablado de ese tema: se lo ofrezco al Señor.
            Gracias por todo: me hace vivir y estar más pendiente de la PdV. Antes pocas experiencias contaba, ahora procuro

2.-        “pues te debía este correo para contarte que mi hermana ¡se ha confesado! Mi otra hermana y yo hemos estado rezando mucho y logró que se confesara... Un día había vuelto a discutir con su esposo, (¡es que tiene un carácter!), pero bueno, paso a paso,
¿verdad? Eso significa que debemos seguir "molestando" a Chiara y a Dios para que continúen los milagros.
          Vivir para quien está a nuestro lado. Otro Milagro: te cuento que hemos logrado juntar el dinero para la compra de la Casa del Albergue Divina Misericordia, nos hemos pasado ya un buen tiempo viendo la forma de comprar la casa para ya no pagar el alquiler, que por cierto, siempre llevamos como 7 meses de deuda pero los dueños siempre nos perdonan los atrasos. Esta semana hemos juntado el dinero y próximamente iniciaremos los trámites de la compra.....
          Estos días un amigo de mi esposo muy enfermo de repente, joven de 35 años lo más...empezó a sufrir dolores de cabeza y a la semana supo de un tumor en su cabeza, lo operaron el martes ¡y todo salió muy bien!: justo hoy le dan el alta... Nos pusimos con ellos a rezar y llevar su Cruz y… hoy tan alegres con las noticias.
          Así que por mi parte me da gusto haber "molestado" a Dios, a la Virgen y a Chiara

3.-        “¿sabes una cosa? Aunque varias veces me he confesado, creo que, realmente, en paz, no me he sentido hasta la de este viernes en vuestra casa. Hoy sí que me siento reconciliada con Dios, con los demás y sobre todo, lo más difícil, conmigo misma.
          Creo que, por primera vez, soy capaz de mirar a la cruz sin rechazar la mirada de Jesús. 
          Ya no siento que llevo un peso encima. Ni tengo la sensación de tener que estar justificando todo, ni me siento una intrusa por ser mujer. 
          No, en verdad me siento en paz, libre y sobre todo contenta porque, si yo estoy feliz, significa que lo puede ser cualquiera



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ 


N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela.


jueves, 16 de abril de 2015

PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO


Si la Cuaresma dura 40 días, el tiempo Pascual se prolonga durante 50. Para experimentar su plenitud de alegría y descubrir la presencia del Resucitado entre nosotros, te copio unos textos (que nos ayuden a profundizar-vivir la Palabra para poner en práctica durante todo el presente mes de abril:


HACER PROPIOS LOS INTERESES DEL PRÓJIMO

          La benevolencia implica querer el bien del otro. Es “hacerse uno” con él, acercarse a él completamente vacíos de nosotros mismos, de nuestros intereses, de nuestras ideas, de muchos prejuicios que nos nublan la vista, para hacernos cargo de lo que le pesa, de sus necesidades, sufrimientos, para compartir sus alegrías. Es entrar en
el corazón de aquellos con quienes nos relacionamos para compartir su mentalidad, su cultura, sus tradiciones y, en cierto modo, hacerlas nuestras; tratar de comprender verdaderamente qué necesitan y saber captar esos valores que Dios ha sembrado en el corazón de cada persona. En pocas palabras: vivir para quien está a nuestro lado

CHIARA LUBICH, Comentario a Ef 4, 32



CORTAR O POSPONER TODO

         con fina pedagogía, Chiara identifica también los obstáculos cotidianos que se interponen en el ‘hacerse uno’: «A veces son las distracciones, otras veces el deseo inoportuno de expresar precipitadamente nuestra idea, de dar un consejo a destiempo.
En otras ocasiones estamos poco dispuestos a hacernos uno con el prójimo porque no creemos que comprenda nuestro amor, o nos vemos frenados por otros juicios con relación a él. Otras veces el obstáculo que nos lo impide es un interés oculto de conquistarlo para nuestra causa». Por eso «es totalmente necesario cortar o posponer todo cuanto llene nuestra mente y nuestro corazón para hacernos uno con los otros».



ENTRAR EN EL MISTERIO DE LA PASCUA

          para eso estamos aquí: para entrar, para entrar en el misterio que Dios ha realizado con su vigilia de amor.
          No se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio. No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer... Es más, es mucho más.
          «Entrar en el misterio» significa capacidad de asombro, de contemplación; capacidad de escuchar el silencio y sentir el susurro de ese hilo de silencio sonoro en el que Dios nos habla
(cf. 1 Re 19,12).
          Entrar en el misterio nos exige no tener miedo de la realidad: no cerrarse en sí mismos, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes...
          Entrar en el misterio significa ir más allá de las cómodas certezas, más allá de la pereza y la indiferencia que nos frenan, y ponerse en busca de la verdad, la belleza y el amor, buscar un sentido no ya descontado, una respuesta no trivial a las cuestiones que ponen en crisis nuestra fe, nuestra fidelidad y nuestra razón.
          Para entrar en el misterio se necesita humildad, la humildad de abajarse, de apearse del pedestal de nuestro yo, tan orgulloso, de nuestra presunción; la humildad para redimensionar la propia estima, reconociendo lo que realmente somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores necesitados de perdón. Para entrar en el misterio hace falta este abajamiento, que es impotencia, vaciándonos de las propias idolatrías... adoración. Sin adorar no se puede entrar en el misterio.
          Todo esto nos enseñan las mujeres discípulas de Jesús. Velaron aquella noche, junto la Madre. Y ella, la Virgen Madre, las ayudó a no perder la fe y la esperanza. Así, no permanecieron prisioneras del miedo y del dolor, sino que salieron con las primeras luces del alba, llevando en las manos sus ungüentos y con el corazón ungido de amor. Salieron y encontraron la tumba abierta. Y entraron. Velaron, salieron y entraron en el misterio. Aprendamos de ellas a velar con Dios y con María, nuestra Madre, para entrar en el misterio que nos hace pasar de la muerte a la vida.

4 abril 2015




HACERSE UNO HASTA SER ‘COMIDO’ POR LA GENTE

          …el Padre que le dice a Jesús: «Tus amigos, los que te aman, me podrán decir de una manera especial: “Tú eres mi Padre”» (cf. Jn 14,21). Y, si el Señor piensa y se preocupa tanto en cómo podrá ayudarnos, es porque sabe que la tarea… es dura; nos lleva al cansancio y a la fatiga. Lo experimentamos en todas sus formas: desde el cansancio habitual de la tarea apostólica cotidiana hasta el de la enfermedad y la muerte e incluso a la consumación en el martirio…
          … las tareas mencionadas por Jesús implican nuestra capacidad de compasión, son tareas en las que nuestro corazón es «movido» y conmovido. Nos alegramos con los novios que se casan, reímos con el bebé que traen a bautizar; acompañamos a los jóvenes que se preparan para el matrimonio y a las familias; nos apenamos con el que recibe la unción en la cama del hospital,
lloramos con los que entierran a un ser querido... Tantas emociones, tanto afecto, fatigan el corazón del Pastor. Para nosotros sacerdotes las historias de nuestra gente no son un noticiero: nosotros conocemos a nuestro pueblo, podemos adivinar lo que les está pasando en su corazón; y el nuestro, al compadecernos (al padecer con ellos), se nos va deshilachando, se nos parte en mil pedacitos, y es conmovido y hasta parece comido por la gente: «Tomad, comed». Esa es la palabra que musita constantemente el sacerdote de Jesús cuando va atendiendo a su pueblo fiel: «Tomad y comed, tomad y bebed...». Y así nuestra vida sacerdotal se va entregando en el servicio, en la cercanía al pueblo fiel de Dios

PAPA FRANCISCO, Homilía en la Misa Crismal, Jueves Santo 2 abril 2015



HACERSE UNO

El modo que el Apóstol Pablo tiene de comportarse en su extraordinaria misión, se podría expresar así: hacerse todo a todos. El, en efecto, trata de comprender a todos, de entrar en la mentalidad de cada uno, por tanto se hace judío con los judíos, y con los no judíos ‑es decir, con aquellos que no tienen un
ley revelada por Dios‑ se hace como alguien que no tiene ley.
El se adhiere a las costumbres judías cada vez que esto sirve para salvar obstáculos, para reconciliar ánimos, y, trabajando en el mundo grecorromano, asume la forma de vivir y la cultura propias de este ambiente.
Y dice: "Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos".

Te preguntarás: ¿Quiénes son estos "débiles"?
Son cristianos que, porque tienen una conciencia frágil y poco conocimiento de las cosas, se escandalizan fácilmente.
Así podía suceder por la cuestión de las carnes inmoladas a los ídolos. ¿Se podían comer o no?
Pablo sabe que hay un solo Dios y que los ídolos no existen. En consecuencia no existen carnes sacrificadas a los ídolos.
Pero los "débiles" acostumbrados a un cierto modo de razonar y por la poca instrucción podían pensar lo contrario y quedar desorientados.
Pablo se pone en la mentalidad endeble de estos cristianos y, para no turbarlos, piensa que no es oportuno alimentarse de esas carnes.

¿Qué es lo que empuja a Pablo a tal actitud?
Frente al apóstol se ha abierto como un abanico el gran horizonte de libertad, que ofrece el Evangelio de Cristo: la libertad del pecado, de la ley
de la muerte, del imperio de Satanás, de las barreras impuestas por las naciones, por las clases, el sexo, por todo despotismo humano, por los tabúes de la comida y de las costumbres...
Pablo vive estas libertades en su mismo ser y se las ofrece con el Evangelio a las comunidades fundadas por él.
Sin embargo, en la libre realidad del cristianismo que él anuncia, advierte la exigencia, es más, el imperativo de hacerse esclavo de alguien: de sus hermanos, de cada prójimo.
Él ve en Cristo este imprescindible deber suyo, que se dejó crucificar para llegar a cada hombre, donde quiera que esté, para hacerse servidor de todos.
Dios, encarnándose se hizo cercano a cada hombre, pero, en la cruz, se hizo solidario con cada uno de nosotros pecadores, con nuestra debilidad, con nuestro sufrimiento, con nuestras
angustias, con nuestra ignorancia, con nuestros abandonos, con nuestros interrogantes, con nuestras cargas...
Pablo también quiere vivir así, y por esto afirma: "me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos".
Y entonces ¿cómo podemos vivir también nosotros esta nueva Palabra de Vida?
Tú sabes que el porqué de la vida que posees y de sus días es llegar a Dios. Y no llegar solo, sino con los hermanos. También hasta ti, cristiano, ha llegado una llamada de Dios parecida a la que tuvo Pablo. También tú, como el Apóstol, debes "ganar" a alguien, "salvar a toda costa a algunos".
¿El camino? "Hacerte uno" con tu prójimo.
Tienes hermanos pequeños o hermanos adultos; tienes prójimos ignorantes o cultos; ricos o pobres, hombres o mujeres, compatriotas o extranjeros...
Tienes a los que están junto a ti durante el día, a los que encuentras por la calle, con los que hablas por teléfono, para los que trabajas...
Ama a todos.
Pero esta vez, prefiere a los más débiles. Hazte "débil con los débiles para ganar a los débiles". Dirígete a los que flaquean en su fe, a los indiferentes, a los alejados, a quien se confiesa ateo, a quien desprecia la religión...
Si te haces uno con ellos, incluso en sus "debilidades" experimentarás el infalible método apostólico de Pablo: ¡los conquistarás!

¿Tienes una mujer que no ama absolutamente a la Iglesia y le gusta estar horas y horas delante del televisor? Hazle compañía, como puedas, cuanto puedas, interesándote por lo que más le gusta ver.
¿Tienes un hijo que ha hecho del fútbol su ídolo, desinteresándose por cualquier otra cosa, hasta
olvidarse de cómo se reza? Apasiónate por el deporte más que él...
¿Tienes un amigo al que le gusta viajar, leer, instruirse y ha desechado todo principio religioso? Intenta comprenderlo en sus gustos, en sus exigencias y, si puedes, échale una mano...
Hazte uno, uno con todos; en todo, en lo que puedas, menos en el pecado. Si pecan, apártate.
Verás que el hacerse uno con el prójimo no es tiempo perdido, sino completamente ganado.
Un día ‑no muy lejano‑ ellos querrán saber lo que te interesa a ti. Y, agradecidos, descubrirán, adorarán y amarán a ese Dios que ha sido el resorte de este comportamiento cristiano tuyo.


CHIARA LUBICH, Palabra de Vida de febrero/'82


lunes, 13 de abril de 2015

SE 'HIZO UNO' CON NOSOTROS POR AMOR

VIDA DE LA PALABRA                                   primeras semanas de ABRIL

Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de abril («Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos», 1 Cor 9, 22) y la del mes de marzo («El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga», Mc 8, 34):
1.-        El mes pasado, el organismo de mi primo, (casi de mi edad, sólo trece meses mayor), empezó a dejar de responder a la quimio. Cuando lo visité por entonces, (aprovecho, una vez al mes, al ir al pueblo a atender a mis padres), estaban él y su mujer muy serenos,
en un ambiente pleno de esperanza, de fe. Pocos días antes había sido el 7º aniversario del fallecimiento de Chiara Lubich y les habían llevado la estampa con la oración para pedir al Señor por intercesión de ella, así que ellos mismos me la pasaron para que la rezara en ese momento en nombre de los tres.
Ya el año pasado, (cfr. “vuestras experiencias 1”, de segunda mitad de julio), con mis hermanos nos habíamos puesto de acuerdo, (¡sin conocer toda la gravedad!), para pedir el milagro al Señor por intercesión de “Luminosa” y… fue concedido… un año… Dios es Amor y sabe lo que mejor conviene a cada uno en cada instante.
Este domingo pasado también fui a visitarlo, teniendo muy grabadas en mente y corazón las Palabras de vida tanto de marzo como de abril.
Estando allí, llegó el párroco con Jesús-Eucaristía; le di yo la comunión: leyendo el Evangelio del día,
(aparición del Resucitado a los Apóstoles, estando luego Tomás también), me vino el recalcar que la segunda vez que Jesús se dejó ver también “estaban cerradas las puertas”, como la primera, pero ya no añade “por miedo a los judíos”, puesto que habían experimentado ya al Resucitado; y Jesús recalca a Tomás ya con ellos: “dichosos los que crean sin haber visto”, (también por nosotros, siglos después; y, además, nosotros somos “Tomás” de apellido).
Nada más comulgar, suena el timbre y, ¡los 4 pensamos lo mismo!: el párroco se ofrece a abrir la puerta y entretener unos minutos a la visita. Nos quedamos en absoluto recogimiento mi primo, su mujer y yo: verdaderamente se “respiraba” a Jesús-Resucitado, vivo en la Eucaristía ya dentro de ellos.
Tras un buen rato de silencio, les propuse recitar la oración de Chiara y, al acabarla, el Padrenuestro, (se tomaron de la mano ellos dos, y luego, cuando me di cuenta, yo a ambos), Avemaría y Gloria. El fraterno abrazo que uno y otra me dieron reflejaba la intensidad de fe, de oración y de esperanza que acepta todo.
La despedida, (como un rato antes cuando su hija se había marchado a la universidad toda la semana), ellos muy serenos… yo en ambos momentos, con un disimulado nudo en la garganta: ¿quizá… la última o penúltima… antes de “reencontrarnos en el Reino”…? Pero… ¡no cejamos en pedir el milagro y las Gracias para vivir cada uno de estos momentos y los que vengan!


2.-        Al acabar de celebrar la Misa en mi pueblo, entra a la sacristía mi sobrinillo de diez años. Yo estaba hablando con personas mayores que también se habían acercado a saludarme y, sin dejar de prestarles atención, tendí la mano a mi sobrino para que se acercara. En seguida vino, jugueteando para que le hiciera cosquillas. Mi duda: “hacerse uno” dice la Palabra del mes…, pero… ¿con los adultos o con el niño…? Mis amigos adultos, (era charla informal con cada uno que me saludaba), entenderán: ¡con el
“peque”! Así que, sin apartar la vista de los mayores y tratando de seguir la conversación con ellos, me puse a hacerle cosquillas a mi sobrino como a él le gusta, y le susurré que, dentro de unos minutos, “en casa de los abuelitos” tendría la “ración completa” tirándonos también por el suelo.


Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando de practicar la Palabra de Vida de abril («Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos», 1 Cor 9, 22), la del mes de marzo («El que quiera venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga», Mc 8, 34) y la de febrero («Por eso, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios», (Rm 15, 7):
1.-       le digo a Jesús q le quiero cuando intento curar las "llagas de los pobres": ayer vino a hablar conmigo una señora con muchos problemas q se quería suicidar; desde mi ego, rechazaba totalmente su compañía (no por ella sino por lo q trasmitía), pero al final estuve
escuchándola (por dentro decía: "Jesús, q sean tus palabras q la consuelen"). Me lo agradeció muchísimo y me ponía por los cielos: es una mujer q le gusta alabar mucho al prójimo o el otro extremo. Yo sabía que este agradecimiento era para Jesús y me alegré de (aunque con dificultad) haber elegido escucharla….
            Cuando le escribo pidiéndole “permiso” para poner esto en este correo, me contesta que no es nada, que sólo estuvo hora y media escuchando.
     Le respondo que “nada hay pequeño de lo que hagas por amor” (Chiara Lubich). Al día siguiente me escribe de nuevo:
            “…me acaba de llamar la señora de la que te hablé: después de verme, le dio un "subidón" (ella habla así) de energía para Vivir y tener más Fe, Amar a Jesús. Me daba mil gracias y mejor no te cuento todos los elogios q me ha dicho, ya q lo q le dije no era yo la q hablaba: lo había pedido con antelación.
Ella me dice: -pero si Jesús no te manda…?
Yo le digo: -hubiera mandado a otro.
Ella me dice que no.
            Es grato sentirse utilizado por Jesús para hacer felices a los demás.
            También pensaba en cómo mi vida ha cambiado…, si Jesús no te hubiera mandado, no me puedo imaginar a ningún otro….
     Le contesto: “ya sabes, recogemos tus flores y las mías, y… ¡las flores todas a María!”.

2.-        “no sé si es la mejor palabra de vida que has mandado jamás, o la que más me ha tocado a mí. En todo caso, ¡gracias! 
          No sabes cómo me ayuda en este Jueves Santo y cómo me va a acompañar en todo el Triduo tu magnifico resumen, esquema, que graba las bases de forma sintética y clara en mente y corazón. 
          "Hacerse todo para todos" adquiere un nuevo, y pleno,
significado para mí. Nunca había oído hablar de la diplomacia de la caridad, de la diplomacia de Dios, pero es algo que pareciera haber estado esperando para mí toda la vida. 
          Y las experiencias... Cómo me ayudan a entender, comprender, abrazar el día a día, unirme espiritualmente a personas que viven cruces y momentos duros de forma extraordinariamente callada, discreta, sobrenatural, haciendo que el cielo toque la tierra


3.-        “ayer me acordé un montón de ti porque viví una experiencia muy del estilo de las que cuentas tú.
            Había quedado con una amiga a las 11 en Madrid...: un café rápido porque a las 13 tenía que estar en el cole dando catequesis a mis niños.
            Dejé a mi hijo en el cole a las 8:45. Me fui a casa, aparqué y fui andando hasta un supermercado cerca de casa de mi madre. La compré el pan y un par de cosas que me había encargado, se las subí a su casa y fui a la parada de autobús… y el autobús que no llega. Alguien comenta que había habido un accidente en la carretera y que iban con mucho retraso.
            ¿Lo posponía para otro día?... Pero si lo posponía, no sabía cuándo podríamos volver a quedar. Decidí esperar un poco. Me
 acerqué andando hasta otra parada más céntrica por si allí pasaban con más regularidad los autobuses. Pensé darme un margen: si a las 10:15 no había pasado el autobús, me iría.
            Justo a las 10:15 pasó y estaba en el lugar de la cita a las 10:50. A las 11 me llama y me dice si podíamos quedar en otro café diferente... No estaba lejos de allí, pero eso implicaba contar con cinco minutos menos para mi regreso, (lo cual no era mucho, pero sí me lo parecía en esas circunstancias, dado que no sabía el atasco que me encontraría a la vuelta).
Entre que nos sentamos y pedimos, eran las 11:15; yo había pensado irme como muy tarde a las 11:30...
Y cuando yo iba a decirla que me tenía que ir...: "¿tienes un momento libre? ¿Me gustaría preguntarte una cosa sobre algo que leí en uno de tus escritos? Sé que tienes prisa pero si quieres nos damos un margen hasta las 11:50".
¿Me daría tiempo? “Seguro que no”, me decía a mí misma... Le pedí a Dios que me ayudara a decidir...
Pensé que no podía desaprovechar la ocasión de escucharla. Si me hacía esa pregunta, por algo sería… En catequesis siempre me podrían sustituir, pero ese instante, esa oportunidad de escucharla tal vez no se repetiría hasta Dios sabe cuándo...
Me hizo una pregunta y ahí que nos pusimos a charlar. No recuerdo ni de lo que hablamos, pero sí de lo sorprendida que me quedé.: no sé cuántas veces he quedado para hablar con alguien, tratando de recuperar la confianza que algún día perdí, y nunca lo conseguí. Ahora que no me lo había propuesto, que no tenía pensado para nada hablar con esa persona de mi vida, resulta que me encuentro contándole cosas que nunca le he contado a nadie con una tranquilidad absoluta como hacía años que no recordaba. ¡De sopetón yo había recuperado lo que llevaba años anhelando!
Dieron las 11:55, me tenía que ir. Ya pensaba que ni de broma llegaba... Fui al metro, por los pelos lo cogí. Llegué a la estación, ¡en un minuto hice trasbordo! A las 12:23 salía el autobús, ¡ni rastro del atasco que poco antes había visto! A las 12:50 estaba cogiendo mi coche y a las 13 en punto estaba entrando en catequesis

4.-        “me alegra y me ayuda que te hayas acordado de mí de forma más concreta esta semana enviándome este mail.
Llevo una semana liada yendo y viniendo del pueblo, recogiendo y limpiando la casa, también con alguna que otra “montaña rusa” con los sentimientos, pues no sé si sabrás, pero el
sacerdote que me aconsejaba, marchó a...
Pero por otro lado me alegra poder decirte que mi experiencia con los 5 peques esta Semana Santa me ha hecho no solo encontrarme, sino también encontrar el significado verdadero de SERVIR, encontrando “independencia” en la dependencia



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