martes, 29 de enero de 2013

SPRINT EN VIVIR LA PALABRA DE VIDA DE ENERO 
Para dar un último "sprint" en estos 3 días que quedan del mes viviendo la Palabra que nos hemos propuesto ("... misericordia quiero y no sacrificios..."):


"«Amad a vuestros enemigos». ¡Esto sí que es fuerte! ¡Esto sí que transforma nuestro modo de pensar y nos hace a todos dar un giro al timón de nuestra vida!

Porque..., no nos engañemos, algún enemigo…, pequeño o grande, todos lo tenemos.
Está ahí, detrás de la puerta del piso de al lado, en esa señora tan antipática e intrigante, que trato de evitar cada vez que va a entrar conmigo en el ascensor…
Está en ese familiar que hace treinta años ofendió a mi padre y por ello le he negado el saludo…
«Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, rezad por los que os maltratan» Construir la comunidad.

¿Es difícil? ¿Es costoso? ¿Nos quita el sueño sólo con pensarlo? ¡Ánimo! No es el fin del mundo; un pequeño esfuerzo por nuestra parte y luego el 99 por 100 restante lo hace Dios y… en nuestro corazón habrá un torrente de alegría."



CHIARA LUBICH, 
Palabra de Vida escrita en mayo de 1978, publicada en “Ser tu Palabra”, 
Ed. Ciudad Nueva, Madrid, 1980, pág. 17-20

domingo, 20 de enero de 2013

LO QUE EL SEÑOR EXIGE DE TI

LO QUE EL SEÑOR EXIGE DE TI 
Lema de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos 2013:

"Se te ha hecho conocer lo que está bien,
lo que el Señor exige de ti, ser mortal:
tan sólo respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios"
(Miq 6, 6-8)


"...La Iglesia es la esposa de Cristo, el cual la hace santa y bella con su gracia. Sin embargo, esta esposa, formada por seres humanos, está siempre necesitada de purificación. Y una de las culpas más graves que desfiguran el rostro de la Iglesia es la que va contra su unidad visible, en particular las históricas divisiones que han separado a los cristianos y que no han sido aún superadas del todo. Y justamente en estos días del 18 al 25 de enero, se desarrolla la anual Semana de oración por la unidad de los cristianos, un momento siempre grato a los creyentes y a las comunidades, que despierta en todos el deseo y el compromiso espiritual para la plena comunión.

        En este sentido ha sido muy significativa la vigilia que he celebrado hace casi un mes, en esta Plaza, con millares de jóvenes de toda Europa y con la comunidad ecuménica de Taizé; un momento de gracia en el cual hemos experimentado la belleza de formar una sola cosa en Cristo. Animo a todos a rezar juntos para que podamos realizar “Aquello que el Señor exige de nosotros” (cfr. Mi 6,6-8), como dice este año el tema de la Semana; un tema propuesto por algunas comunidades cristianas de la India, que invitan a caminar con decisión hacia la unidad visible entre todos los cristianos y a superar, como hermanos en Cristo, todo tipo de injusta discriminación. El viernes próximo, al concluir estas jornadas de oración, presidiré las Vísperas en la Basílica de San Pablo extramuros, en presencia de los Representantes de las otras Iglesias y Comunidades eclesiales.
        Queridos amigos, a la oración por la unidad de los cristianos quisiera agregar todavía una vez más la oración por la paz, para que, en los diversos conflictos por desgracia en acto, cesen las masacres de civiles inermes, tenga fin toda violencia, y se encuentre el coraje del diálogo y de la negociación. Para ambas intenciones, invoquemos la intercesión de María Santísima, mediadora de gracia."
BENEDICTO XVI,
Ángelus durante la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos,
domingo 20 de enero de 2013

¡QUE TODOS SEAN UNO!

¡QUE TODOS SEAN UNO!
Un texto de Juan Pablo II para seguir ilustrando esta semana de oración por la unidad de los cristianos:
"Ut unum sint! La llamada a la unidad de los cristianos, que el Concilio Ecuménico Vaticano II ha renovado con tan vehemente anhelo, resuena con fuerza cada vez mayor en el corazón de los creyentes…
         Cuando afirmo que para mí, Obispo de Roma, la obra ecuménica es «una de las prioridades pastorales» de mi pontificado, pienso en el grave obstáculo que la división constituye para el anuncio del Evangelio. Una Comunidad cristiana que cree en Cristo y desea, con el ardor del Evangelio, la salvación de la humanidad, de ningún modo puede cerrarse a la llamada del Espíritu que orienta a todos los cristianos hacia la unidad plena y visible. Se trata de uno de los imperativos de la caridad que debe acogerse sin compromisos.
         El ecumenismo no es sólo una cuestión interna de las Comunidades cristianas. Refleja el amor que Dios da en Jesucristo a toda la humanidad, y obstaculizar este amor es una ofensa a El y a su designio de congregar a todos en Cristo. El Papa Pablo VI escribía al Patriarca ecuménico Atenágoras I:«Pueda el Espíritu Santo guiarnos por el camino de la reconciliación, para que la unidad de nuestras Iglesias llegue a ser un signo siempre más luminoso de esperanza y de consuelo para toda la humanidad»."
JUAN PABLO II, Encíclica "Ut unum sint" sobre el empeño ecuménico, nn. 1 y 99



viernes, 18 de enero de 2013

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS
 Hoy ha empezado el Octavario de Oración por la Unidad de todos los cristianos de distintas denominaciones y comunidades eclesiales. Os copio a continuación parte de la homilía que el año pasado, en la clausura de ese evento, pronunció el Papa en la Basílica de San Pablo extramuros.

          Pedimos, pues, intensamente con las mismas palabras de Jesús en Jn 17: “Padre, que todos sean uno, como Tú en Mí y Yo en Ti, que ellos sean uno en nosotros para que el mundo crea”.


"[…] Mientras elevamos nuestra oración, confiamos en ser también nosotros transformados y conformados a imagen de Cristo. Esto es verdad de modo especial en la oración por la unidad de los cristianos. En efecto, cuando imploramos el don de la unidad de los discípulos de Cristo, hacemos nuestro el deseo expresado por Jesucristo en la víspera de su pasión y muerte en la oración dirigida al Padre: «para que todos sean uno» (Jn 17, 21). Por este motivo, la oración por la unidad de los cristianos no es más que participación en la realización del proyecto divino para la Iglesia, y el compromiso activo por el restablecimiento de la unidad es un deber y una gran responsabilidad para todos.
Aun experimentando en nuestros días la situación dolorosa de la división, los cristianos podemos y debemos mirar con esperanza al futuro, en cuanto que la victoria de Cristo significa la superación de todo aquello que nos priva de compartir la plenitud de vida con él y con los demás. La resurrección de Jesucristo confirma que la bondad de Dios vence al mal, y que el amor supera la muerte. Él nos acompaña en la lucha contra la fuerza destructora del pecado que hace daño a la humanidad y a toda la creación de Dios. La presencia de Cristo resucitado nos llama a todos los cristianos a actuar juntos en la causa del bien. Unidos en Cristo, estamos llamados a compartir su misión, que consiste en llevar la esperanza allí donde dominan la injusticia, el odio y la desesperación. Nuestras divisiones hacen que nuestro testimonio de Cristo sea menos luminoso. La meta de la unidad plena, que esperamos con una esperanza activa y por la cual rezamos con confianza, es una victoria no secundaria, sino importante para el bien de la familia humana.
En la cultura hoy dominante, la idea de victoria se asocia con frecuencia a un éxito inmediato. En la perspectiva cristiana, en cambio, la victoria es un proceso -largo y, a nuestros ojos humanos, no siempre lineal- de transformación y de crecimiento en el bien. Esa victoria tiene lugar según los tiempos de Dios, no según nuestros tiempos, y requiere de nosotros fe profunda y perseverancia paciente. Aunque el reino de Dios irrumpió definitivamente en la historia con la resurrección de Jesús, aún no está plenamente realizado. La victoria final se producirá sólo con la segunda venida del Señor, que nosotros aguardamos con esperanza paciente. También nuestra espera de la unidad visible de la Iglesia debe ser paciente y confiada. Sólo con esta disposición encuentran pleno significado nuestra oración y nuestro compromiso cotidianos por la unidad de los cristianos. La actitud de espera paciente no significa pasividad o resignación, sino respuesta pronta y atenta a toda posibilidad de comunión y fraternidad que nos dona el Señor.
BENEDICTO XVI, Homilía al final de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, 25 de enero de 2012


miércoles, 16 de enero de 2013

TODOS LOS DÍAS EL PADRE CUIDA DE MÍ

"EN LA SALUD Y EN LA ENFERMEDAD... TODOS LOS DÍAS..." EL PADRE CUIDA DE MÍ
VIDA DE LA PALABRA
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS sobre la Palabra de Vida del mes de diciembre (“…les dio poder de ser hijos de Dios”):

1.-     “la verdad es que cosas tan cotidianas como hacer las comidas, servir la mesa, se pueden convertir, especialmente en estos días de Navidad, en ocasiones importantes para amar...
2.-     “de tarde en tarde, pero te leo. Ya he visto que hasta tienes blog.
         Recuerdo que cuando empezaste a mandarme la PdV trabajaba en otra empresa, que cerró a comienzos de 2011 y de la que yo me marché (con una mano delante y otra detrás, sin un duro de indemnización tras trece años), resuelto a reiniciar la aventura profesional por mi cuenta. Se trataba entonces de aprovechar el mercado y los clientes que dejaba vacantes aquella empresa y tratar de ofrecerles el mismo servicio, pero bajo un nombre nuevo. No era cosa de quedarse esperando el subsidio de desempleo con cuatro hijos que vacían la cuenta bancaria con facilidad pasmosa.
         Me propuse en aquel momento decir "gracias a Dios" cada vez que hablara de cómo nos iban las cosas, cada vez que recapitulara sobre nuestros logros, cada vez que lanzara un nuevo proyecto o que consiguiera un nuevo cliente. Y si las cosas hubieran ido mal, también habría dado gracias a Dios porque no nos hubieran ido peor.
         Hoy, dos años después, puedo decir que tengo una empresa saneada, que en los difíciles tiempos que corren mantenemos buenas expectativas, que tenemos buen crédito en el mercado y que ya somos doce (y ando buscando otro) los que nos ganamos el sueldo aquí. Y todo ello gracias a Dios

3.-        “quiero compartir en esta entrada de año una pequeña y sencilla vivencia que en estos días he tenido.
Todos sabemos que la entrega a los demás enriquece más que cualquier cosa, todos hemos tenidos momentos de esos que enriquecen el alma, ¿verdad? Al darnos, recibimos mucho más y en estos días yo he podido vivir esto con un añadido, pues todos sabéis de mi salud delicada y que en días atrás tuve un pequeño contratiempo, debilitándome más aún no sólo física, sino también emocionalmente.
Es verdad que con el tiempo voy afrontando mejor estas pequeñas recaídas, pero, siendo sincera, hay momentos que me cuesta remontar.
Sin embargo, el domingo ya teníamos hablado que subiría para echar una mano… y gracias a ello viví en mi interior una bonita experiencia de saber aparcar mis cosillas para darme a los demás... No quise quedarme en casa, no quise que mi cosillas me impidiesen vivir un precioso día, no quise lamentarme ni quejarme y eso, amigo mío, me llevó ya en la noche, cuando todo es silencio, a tener un ENCUENTRO precioso con Dios...
Todo lo vivido en este año ha hecho que hoy asuma con total normalidad mi debilidad, he podido pasar toda la tarde aceptando que hoy debía estar en reposo y recordando que en mi debilidad, Dios se hace más fuerte, así que he querido y necesitado bajar para "estar" en la Eucaristía y recibir el Alimento que me dará FUERZA para afrontar este Nuevo Año...
…con el nuevo brote de infección que me salió, tuvieron que darme mucho antibiótico y ello me debió bajar las defensas y, justo cuando íbamos a celebrar el cumple de mi hijito con sus amigos, comencé a encontrarme indispuesta y en cuestión de minutos se complicó todo con diarreas y vómitos. ¡Madre mía!, Paco, no te imaginas el mal rato,… ¡me asusté mucho, mucho! … y claro, la debilidad extrema en mi caso, se agudiza; vamos, que ando como un pingo; pero ello no me ha detenido en estos días para SONREÍR y compartir como ya has leído…
 4.-     “… hace unos días, durante una revisión anual, el médico me dijo que no se veía con claridad la ecografía y que podría ser un tumor: tenían que hacerme un ultrasonido.
Anteayer, el ultrasonido no resolvía las dudas: tanto mi médico como el radiólogo me dijeron, con gran delicadeza, que algunas características podrían ser indicativas de cáncer, y sus caras durante el examen no eran en absoluto tranquilizadoras. Habría que hacerme un TAC y me dieron hora para esta mañana.
Estos últimos días, la noticia me ha dejado una gran paz, porque me ayudó a decir "sí" a todo lo que la Voluntad de Dios dispusiera, incluso si se tratara del comienzo del proceso de “dejar la escena de este mundo que pasa”. Le dije: "como Tú quieras, cuando Tú quieras, donde Tú quieras”. También me ayudó a entender que TODO es amor de Dios por mí y por los demás: tanto el no tener un tumor como el tenerlo y empezar de operaciones y tratamientos: ¡todo es amor!
Te confieso que no he pedido al Eterno Padre ni una sola vez que no fuera cáncer. Me venía sólo decir lo que Jesús nos enseñó: "hágase Tu Voluntad"…
Ayer por la noche, en respuesta a una pregunta… (sospechando al verme ir y venir tantas veces de médicos), sin ningún dramatismo, pero tratando de mantener los pies en el suelo, he podido explicarles este concepto: todo es Amor de Dios. Fue un shock, pero ha sido una experiencia fuerte y saludable para todos.
Esta mañana, después de mi hora diaria de caminar, me fui sereno al hospital. Hecho el TAC, vino mi médico (que de nuevo se había desplazado a radiología para las pruebas) y me dijo que el tumor no está. Sí hay otra cosilla que debe ser tratada.
Al regresar, … me estaban esperando y han dicho: "¡gracias a Dios!". Me vino espontaneo decirles: "¡incluso si hubiera sido un tumor, teníamos que agradecer a Dios por Su Amor!". Me dijeron que eso requiere una gran fe.
El tumor no está, pero ha sido una gracia en el sentido de que me ha ayudado a decir "sí" con el alma y un acto de verdadera fe en el Amor de Dios en este "Año de la Fe"…

5.-     “…las cosas con mi familia van mejor. Estoy convencida que la clave está en ponerse en manos de Jesús, abandonarse en Él y decir “hágase Tu voluntad”. De todas formas sigue rezando por nosotros...

martes, 15 de enero de 2013

DIOS ES MI PADRE: ¡QUÉ FELIZ SOY!

"DIOS ES MI PADRE: ¡QUÉ FELIZ SOY! "
VIDA DE LA PALABRA
Alguna de mis EXPERIENCIAS todavía sobre la Palabra de Vida de diciembre (“…les dio poder de ser hijos de Dios”):
1.-     En las últimas semanas del año, para recordarme más la Palabra de vida, a menudo iba tarareando una canción que hace años enseñaba yo a los niños de catequesis:
Dios es mi Padre, ¡qué feliz soy!
Soy hijo suyo, hijo de Dios.
Si Dios cuida de mí,
¿qué me puede faltar?
ni un solo instante,
no, me deja de mirar;
mi vida suya es,

cual diestro tejedor,
la va tejiendo Él

con infinito amor.
Hilo por hilo tejiendo va,
si tú le dejas ¡qué bien lo hará!
Después del huracán
un pájaro cayó,
no creas que eso fue

sin permitirlo Yo;
el pajarillo aquel

se vende por un as,
no tienes que temer,

tú vales mucho más
No ves con qué primor Él sabe engalanar
al lirio que tal vez mañana han de cortar;
pues si a una humilde flor cuida tu Dios así,
¡con qué infinito amor no cuidará de ti!
En el cielo se ven mil estrellas brillar;
Dios las conoce bien, Dios las puede contar.
Si Él mismo fue a buscar la oveja que perdió,
jamás me ha de olvidar aunque le olvide yo.
         Y desde esa óptica pude “repasar” cada mes del año aprovechando mis 4 días con gripe en cama, (¡sí, también el inicio de 2013, igual que el 2012!): medio adormilado esos días, pude dar gracias a Dios detenidamente por tantas cosas del año, pedirle perdón por tantas otras y ofrecerle como página en blanco el año que empezaba para que Él “me lo escribiese”.
Menos mal que, unos días antes, “me dio” por preparar el correo de final de año y dejarlo listo para que se mandara por sí solo ese día (así, lo pudiste recibir entero y puntualmente); ahí también vi un detalle de atención del Padre.
         Y, (repasando el año), lo mismo un par de “sustos” de este verano: después de estos 5 meses, he visto que, en cambio, han sido una verdadera gracia y, a pesar del sufrimiento, me han ayudado a estar con mayor cercanía al Padre (¡y a la Virgen-Madre!) y más atento a cada persona.

2.-     Y otro detalle (por mencionar sólo uno de tantos). Iba a mi pueblo a pasar los días de fin de año. Mi hermano se venía conmigo desde Madrid, pero él no podía salir pronto; aunque yo quería llegar al pueblo para concelebrar en la Misa de despedida de las reliquias de San Juan de Ávila (el nuevo Doctor de la Iglesia), me fie de Dios Padre.
         Me hubiera gustado estar una hora antes. Encima, mi hermano se retrasaba en llegar adonde yo esperaba para recogerlo. Pensé: “es más importante ir juntos que impacientarme”. Al llegar él, dijo que, además, tendríamos que pasar unos minutos a buscar algo en su casa; más retraso, pero más confianza en el Padre, como si Él mismo me dijera: “no te inquietes, sigue sonriendo que, aunque con el tiempo justo, yo me encargo de que llegues; lo único que tienes que hacer tú es amar”.
En el viaje, la tentación de pisar el acelerador; pero no: el Padre quiere el respeto y la legalidad, y tenemos que ser dignos hijos de tal Padre. Por otro lado, fueron preciosas esas dos horas y media en animada conversación con mi hermano.
Al llegar al pueblo, todavía teníamos que ir a recoger a mi padre para que se viniera a esa Misa. Yo me notaba con paz, muy unido al Padre: no importa nada, sólo amar. El compañero que prepara esas ceremonias me iba a reprender si no llegaba al menos 10 minutos antes, ¡cuánto ni más si llegaba con 1 minuto! Para colmo, una grúa tenía cortada calzada y acera: mi hermano se quedó con el coche para aparcarlo y yo fui andando los últimos 70 m. con mi padre; ¡el pobre hasta echó unas carreritas (hacía años que, con su parkinson, no lo hacía!). Lo tranquilicé: “no importa, si no llegamos; no te preocupes”. 
Entrábamos en el convento justo a la hora… demasiado tarde si ellos eran puntuales… Por supuesto, me regañaron por llegar con el tiempo justo, (pero para mí todo había sido preparación). Y luego… ¡me dio tiempo a revestirme tranquilamente, a concentrarme y hasta me sobró para saludar a todos serenamente en la sacristía!
Disfruté la ceremonia (a pesar de que empezaban los síntomas de la gripe).
En fin, todo este “rollo” de detalles para decirte que estamos en manos de un Padre que todo lo tiene previsto en su momento justo: ni un minuto antes, ¡pero tampoco uno después! ¿De qué me hubiera servido no haber vivido con paz y con alegría? ¡¡Y quedé feliz de haber ido fiándome de Él durante todas las vicisitudes del día y del viaje!! 
Y lo mismo con respecto a llegar a final de mes y no acabar con déficit el año. Acabo de terminar las cuentas. ¿Te acuerdas que por estas fechas el año pasado te comentaba que eso me hacía sentir el estómago como cuando vas en la montaña rusa? ¡Pues al final hemos logrado acabar con los dos pies en el suelo (gracias a la Divina Providencia que se ha servido de la generosidad de tantos de vosotros)!

sábado, 5 de enero de 2013


Palabra de Vida de enero en distintos formatos.

Formatos:
- audio mp3 para descargar en el móvil y oírla todos los días;
- fichero pdf para descargar (español de América);
- viñetas para que coloreen los niños;
- viñetas ya coloreadas, en "plan bonito";
- adaptada para adolescentes;
- adaptada para jóvenes…:

- presentación power point en 30 idiomas, “pincha” en “algunas direcciones útiles”, arriba a la derecha de la página principal de este blog: http://www.santuariosancalogero.org/parola_di_vita_mese.asp
 (ahí tendrás que recorrer la ventana hacia abajo, hasta que empiece a aparecer la lista de idiomas y encuentres en la letra “s” la palabra spagnolo; lo hay en versión para América y en versión para España). Si no logras abrirlo, dime y te mando la presentación por correo-e.


                    Espero que presentada de todas estas maneras, la Palabra de Vida pueda ser meditada bien todos los días del mes, en cualquier lugar, y, además, pueda ser puesta en práctica  en todas las circunstancias de la vida diaria por personas de todas las edades.
Luego, si quieres, aquí abajo en “comentarios”, puedes escribir tus experiencias de cómo la has vivido, (¡vida de la Palabra!), porque "lo que no se comunica, al final, se pierde".

viernes, 4 de enero de 2013

EN LA PALABRA HABÍA VIDA... Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS

"EN LA PALABRA HABÍA VIDA... 
Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS..."
"...Y LOS DISCÍPULOS SE LLENARON DE ALEGRÍA AL VER..."


VIDA DE LA PALABRA
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo las Palabras de Vida de meses pasados y la de diciembre (“…les dio poder ser hijos de Dios…”) preparando la Navidad:
1.-     "Tengo tantas cosas que contarte... Nuestras bodas de plata y el "efecto del Card. Van Thuan" están siendo increíbles. Hay personas que les cuento y se emocionan. La "pelu" a la que voy…: ese día fue precioso, porque ninguna va a Misa, pero acabamos hablando de Jesús. La dueña se emocionó y me dijo que era increíble verme con esa ilusión, que parecía que era el día de mi boda, no los 25 años. Cada vez que vuelvo, me cuentan cosas más profundas, me preguntan de la Iglesia…
         Ya me han traído las fotos de la ceremonia. Por cierto, los "curas" habéis salido genial y casi más que la "novia"... ja,ja. El fotógrafo me dijo: "fíjate si habré ido a bodas haciendo reportajes… y tengo que decirte que me emocioné: fue preciosa la Misa". También dijo que eso le había hecho pensar en celebrar sus 40 años. Y así... ¡¡muchísimas anécdotas...!!"

2.-     "intentando vivir el Adviento de la mejor forma posible. Hemos puesto una Corona con las 4 velas en el salón y eso nos sirve de excusa para encontrar un rato de oración en familia los domingos. Espero que les quede poso en su corazoncito de todo esto y de verdad el Señor nazca en su corazones esta Navidad."

3.-   "…¿Qué tal están tus padres? ¿Dónde pasarás la Navidad?
     Nosotros la pasaremos cuidando de mi madre en sus últimos días, puesto que el cáncer le ha ido venciendo y se encuentra ingresada en el Hospital para recibir unos cuidados paliativos que le puedan ayudar al final.
     Ayer pensaba que van a ser las mejores Navidades de mi vida, al cuidar a Jesús sufriente y abandonado en la persona de mi madre. Me han contado muchas veces que cuando nos llega una cruz, es porque Jesús nos quiere dar una caricia, y así lo estoy experimentando: me está dando una caricia como la da un niño pequeño a sus padres o a sus hermanos.
     ¡Qué buena oportunidad para dejar que Jesús-Niño me dé caricias y agradecérselas!…"

4.-        “…sólo un detalle que compartir: Hoy puedo decir que ha habido un instante o dos o tres que he amado como nos enseña el Señor: como Él nos ha amado, sin límites. He sido capaz de vencerme, de olvidar mis juicios hacia unas personas que últimamente me incomodan y hoy les he saludado con una cálida sonrisa y con suma delicadeza.
Doy gracias al Señor porque me hace capaz, con su Espíritu, de saltar mis limitaciones, mis defectos, mis juicios... y amar con libertad, sin limitación.
Creo que he comprendido cómo ha de ser el Amor que Jesús nos enseña…

5.-          “Gracias, Paco, por tu comunicación. Acabo de echar un vistazo a tu blog, y fíjate, me ha encantado la anécdota de las facturas de teléfono. A mí me ha ocurrido muchas veces tener una sensación similar: he atendido con corrección a personas que demandaban cualquier asunto relacionado con mis servicios en el tren, pero luego me he dado cuenta de que sólo les había prestado atención… Y entonces el vacío se adueña de mi ser…
En fin, ¡qué tontería! Pero tu meditación posterior me hace pensar, y aunque mi “pasta” probablemente sea diferente, (ya sabes que no soy creyente), ya es mucho ese meditar…

6.-     ayer tuvimos la fiesta de Navidad de la comunidad local, y llegué muy cansado. Entre eso y que soy tímido, no me veía con fuerzas para "lanzarme" a saludar, conocer nuevos, etc. Pero fue decir "Jesús, ¡ayúdame!", y empezar, y… una maravilla...
Después, con la unidad construida (porque no era sólo amar yo, sino que recibía también) me fui lleno de alegría. ¡Con la ayuda de Jesús, es posible "lanzarse" hacia el hermano!
  
7.-     Hola Paco: he estado viendo tu blog y está muy bien. Hoy te doy un testimonio, aunque no se me da muy bien esto de la informática así que lo hago por mail: hoy, día de Navidad, hemos ido toda la familia a adorar al Santísimo después de comer.  Había un matrimonio y una señora. Le he preguntado al matrimonio si no les importaba que rezáramos en alto y hemos comenzado a hacer el oficio de lecturas de hoy turnándose los niños y mi marido para leer. A la señora que no le había pedido permiso, se le iba poniendo cara de pocos amigos.  Al terminar le hemos cantado las mañanitas a Jesús, cambiando la letra y donde dice "…hoy por ser día de tu santo…", cantábamos "…hoy por haber nacido…".  Bueno, pues resulta que la señora… ¡era mejicana!, y se le ha transformado la cara de repente y se ha puesto a cantar con nosotros emocionadísima. Ha sido muy bonito, la verdad

miércoles, 2 de enero de 2013

Misericordia quiero y no sacrificios

PALABRA DE VIDA – enero 2013
Del 18 al 25 de enero se celebra en muchas partes del mundo la Semana de oración por la unidad de los cristianos, (en otros lugares se celebra en Pentecostés).
Este año, la frase elegida para la Semana de oración es: «Lo que quiere de ti el Señor» (Mi 6, 6-8).
Ya que, cuando vivía, Chiara Lubich solía comentar el versículo bíblico, proponemos un texto suyo sobre Mt 9,13 (cf. Os 6, 6), escrito en junio de 1996 y que podría ser una aportación para profundizar en esa Palabra que se nos propone como lema.
«Andad, aprended lo que significa:
“Misericordia quiero y no sacrificios”»
(Mt 9, 13)
«Misericordia quiero y no sacrificios». ¿Recuerdas cuándo dijo Jesús estas palabras?
Mientras estaba sentado a la mesa, varios publicanos y pecadores se sentaron con Él. Al darse cuenta de esto, los fariseos presentes les dijeron a sus discípulos: «¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?». Y Jesús, al oír estas palabras, respondió:

«Andad, aprended lo que significa: “Misericordia quiero y no sacrificios”».
Jesús cita aquí una frase del profeta Oseas, lo cual demuestra que le gusta el concepto allí contenido: en efecto, es la norma según la cual Él mismo se comporta, y que expresa la primacía del amor sobre cualquier otro mandamiento, sobre cualquier otra regla o precepto.
Esto es el cristianismo: Jesús vino a decir que lo que Dios quiere de ti con respecto a los demás –hombres y mujeres– es ante todo el amor, y que esta voluntad de Dios ya había sido anunciada en las Escrituras, como demuestran las palabras del profeta.
Para todo cristiano, el amor es el programa de su vida, la ley fundamental de sus acciones, el criterio para saber cómo moverse.
El amor siempre debe prevalecer sobre las demás leyes. Más aún: el amor a los demás debe ser para el cristiano la sólida base sobre la cual apoyarse para poner legítimamente en práctica cualquier otra norma.

«Misericordia quiero y no sacrificios».
Jesús quiere amor, y la misericordia es una de sus expresiones.
Y quiere que el cristiano viva así, ante todo porque Dios es así.
Para Jesús, Dios es ante todo el Misericordioso, el Padre que ama a todos, «que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos» (Mt 5, 45).
Jesús, porque ama a todos, no teme estar con los pecadores, y de este modo nos revela quién es Dios.
Por tanto, si Dios es así, si Jesús es así, también tú debes albergar idénticos sentimientos.

«Misericordia quiero y no sacrificios».
«…y no sacrificios». Si no amas a tu hermano, a Jesús no le agrada tu culto. No acoge tu oración, ni tu asistencia a la Eucaristía, ni las ofrendas que puedas hacer… si todo ello no brota de un corazón en paz con todos, rico de amor por todos.
¿Recuerdas aquellas palabras suyas tan incisivas del sermón del monte? «Por tanto, si cuando vayas a presentar tu ofrenda ante el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda» (Mt 5, 23-24).
Estas palabras te indican que el culto que más agrada a Dios es el amor al prójimo, que ha de ser la base también de tu culto a Dios.
Si quisieras hacerle un regalo a tu padre mientras estás enemistado con tu hermano (o tu hermano contigo), ¿qué te diría tu padre? «Reconcíliate antes y luego ven a ofrecerme lo que desees».
Pero hay más. El amor no es sólo la base del vivir cristiano, sino también el camino más directo para estar en comunión con Dios. Lo dicen los santos, testigos del Evangelio que nos han precedido; lo experimentan los cristianos que viven su fe, pues si ayudan a sus hermanos, sobre todo a los necesitados, crece en ellos la devoción, la unión con Dios se hace más fuerte, perciben que existe un vínculo entre ellos y el Señor; y esto es lo que más alegra sus vidas.

«Misericordia quiero y no sacrificios».
¿Cómo vivirás entonces esta nueva Palabra de vida?
No hagas discriminación alguna entre las personas que tengan contacto contigo, no margines a nadie; más bien ofrece a todos lo más que puedas darles, imitando a Dios Padre. Repara esas pequeñas o grandes desavenencias que disgustan al Cielo y te amargan la vida; como dice la Escritura (cf. Ef 4, 26), no dejes que se ponga el sol sobre tu ira hacia nadie.
Si te comportas así, todo lo que hagas agradará a Dios y quedará para la eternidad. Cuando estés trabajando o descansando, jugando o estudiando, con tus hijos o acompañando a tu mujer o a tu marido de paseo, cuando reces o cuando te sacrifiques, o mientras realizas las prácticas religiosas acordes a tu vocación cristiana…: todo, todo, todo será materia prima para el Reino de los Cielos.
El Paraíso es una casa que construimos aquí y habitamos allá. Y la construimos con el amor.
Chiara Lubich