ENTENDER LA RENUNCIA DEL PAPA
Ofrezco tres breves e
iluminadores artículos para entender el calado y la significación de este gesto
del Santo Padre Benedicto XVI:
(traducción propia de este
blog)
El Papa Benedicto XVI renuncia
11-02-2013 de P. Fabio Ciardi, o.m.i.
fuente: Città Nuova
http://www.cittanuova.it/c/425557/Papa_Benedetto_XVI_si_dimette.html
Hablando en latín, en el Consistorio para la
canonización de los mártires de Otranto, el Papa Benedicto XVI anunció que, el
28 de febrero, dejará su cargo porque, según ha explicado, "mis fuerzas, por
la edad avanzada, ya no son las adecuadas para ejercer adecuadamente el
ministerio petrino ".
"¡Es un grande!". Es la primera palabra que me ha salido
tras la noticia de la renuncia de Benedicto XVI. En el libro-entrevista con el
periodista alemán Peter Seewald, "Luz
del Mundo", ya había previsto esta posibilidad: "Si un Papa comprende
que ya no es capaz física, psicológica y espiritualmente, para desempeñar las
funciones de su cargo, entonces tiene el derecho y, en algunos casos también la
obligación, de renunciar".
En la larga historia del pontificado romano se conocen cinco
o seis papas que han renunciado a su cargo; famosísimo, Celestino V. Se trata de una posibilidad prevista en el Código de Derecho Canónico. Y sin
embargo, es una circunstancia tan rara y lejana en el tiempo, que deja a todos
sorprendidos.
Sorprendidos y admirados por la lucidez y por la humildad de
la decisión. La presentación que hizo de sí mismo al inicio de su pontificado
como "sencillo y humilde siervo en la viña del Señor" no era
retórica. Materializa la llamada de Jesús a "renunciar", después de
trabajar por su causa, como "siervo que ha cumplido su misión".
Sí, es un grande Benedicto XVI. Muestra a todos que el
ejercicio del poder es auténtico servicio, hasta el punto de que cuando ya no se
tiene la capacidad para cumplirlo, se lo deja a los demás.
Pero ¿en realidad no tiene la capacidad? El 2 de febrero,
tuve la alegría de encontrarme con él personalmente en una breve conversación
intensa en la que he captado su profundidad de espíritu, su lucidez de
pensamiento, pero también su extrema fragilidad física. Con su gesto muestra que
mide sus fuerzas con la magnitud de la tarea, y el gesto refuerza el papado y
la persona de Joseph Ratzinger.
(traducción propia de este
blog)
Una renuncia para el bien de la Iglesia
http://www.cittanuova.it/c/425560/Una_rinuncia_per_il_bene_della_Chiesa.html
El gesto del Papa abre una nueva época en la forma de entender y gestionar el ministerio del papado. El estupor que sentimos, por lo tanto, está abierto a la gratitud por la humildad y el coraje de un acto que pasará a la historia.
"Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus
amigos". Benedicto XVI, desde el principio de su ministerio, nos
sorprendió porque con la sencillez y radicalidad del Evangelio ha hablado de su
relación con Jesús, y la relación que en Jesús estamos llamados a vivir entre
nosotros, en los términos más bellos e intensos de nuestra experiencia: la
amistad.
El gesto inesperado con el que hoy ha anunciado su renuncia
al ministerio como Obispo de Roma y Sucesor del apóstol Pedro, es el mayor
signo de la amistad que nos ha dado. Una gesto alto, que no sólo pone un sello extraordinario
sobre este pontificado, sino que se abre una nueva etapa en la forma de
entender y gestionar el ministerio del papado. El estupor que sentimos, por lo
tanto, se abre a la gratitud por la humildad y el coraje de un acto que hará
historia. Y eso, nos hace sentir cada vez más cerca del corazón de Benedicto
XVI, nos hace sentir aún más cerca los unos a los otros por los caminos de luz
y esperanza trazados por el Concilio Vaticano II.
[N.B.: si sabéis italiano, os animo a leer los primeros
20 ó 25 comentarios que los lectores han compartido en la web correspondiente a
cada uno de estos artículos]
Desde todo el
mundo, un gran eco a las palabras y al gesto del Pontífice.
http://www.focolare.org/it/news/2013/02/11/con-benedetto-xvi/
(traducción propia del blog)En nombre del Movimiento de los Focolares, por ejemplo, llega al Santa Padre también un mensaje de afecto y agradecimiento de la presidenta María ("Emmaus") Voce:
«Santidad, el Movimiento
de los Focolares se estrecha entorno a Usted en un conmovido y grande gracias
por todo el amor paterno del cual siempre se ha sentido acompañado y sostenido.
Quisiéramos que nos supiese a su lado, en profunda y continua oración por la
nueva fase que se abre ahora en su vida y en la vida de la Iglesia, con la fe
segura en el amor de Dios al cual nos ha vuelto a llamar particularmente este
año. ¡Le queremos y le querremos siempre!».
me da pena no haber rezado más por el Papa, por su persona; comprendo que ha tenido que sufrir mucho (por responsabilidad) hasta tomar la decisión.
ResponderEliminarTambién admiro su humildad: Él, siendo un gran intelectual…, reconocerse sin fuerzas para llevar a buen término la misión encomendada…
Me servirá de lección para incluir al nuevo Papa en mi oración diaria, (no sólo por sus intenciones, sino por Él mismo)
Al enterarme de la dimisión, primero me entró una congoja por dentro..., como sentido de orfandad... y también de no poder seguir disfrutando de sus magníficos discursos y homilías (sencillos, profundos, cercanos... ¡sabios!). Estoy pidiendo mucho por él para los próximos días y por el Cónclave para que sea una verdadera efusión del Espíritu Santo la elección del nuevo Papa.
ResponderEliminarJuan Pablo II dio un magnífico ejemplo hasta el último aliento sirviendo a la Iglesia hasta con su enfermedad.
ResponderEliminarBenedicto XVI está dando otro magnífico ejemplo por la humildad audaz de reconocer que no se ve con fuerzas.
Ambos han dejado para la historia dos magníficos ejemplos de escuchar la voz interior del mismo Espíritu Santo, quien, para las diferentes personas y en circunstancias distintas, muestra un mismo camino para ambos y para todos: la entrega por amor a Dios y, por Él, a la Iglesia y a todos. Ambos han dado la vida por amor, como servicio extremo.
Gracias por incluir estas tres interesantes referencias de los artículos que has compartido con nosotros. Me ha impresionado la primera, la del P. Fabio cuando dice que Benedicto XVI “Es un gigante”. Como nunca lo sentimos como padre, alguien cercano que ha abierto un camino y ahora dice, después de su renuncia de ayer: “sigue tú”. Como nunca, sentimos la necesidad de dar gracias a Dios, de alegrarnos de la presencia real de Cristo en la Iglesia: ¡Él está entre nosotros! Y eso nos da una gran tranquilidad, “estamos en las mejores manos”, tranquilidad que nos estimula y anima a seguir trabajando: GRACIAS SANTO PADRE.
ResponderEliminarPaco y Toñi Granada