viernes, 15 de febrero de 2013

LUZ QUE ILUMINA NUESTROS PASOS

LA PALABRA DE DIOS, LUZ QUE ILUMINA NUESTROS PASOS
VIDA DE LA PALABRA

Alguna de mis EXPERIENCIAS, tratando de vivir la Palabra de vida de febrero (“…habéis pasado de la muerte a la vida porque amáis a los hermanos…”):
1.-     Algunos de los primeros días del mes me encontraba yo como más “apagado”. Me di cuenta que, ¡precisamente!, la PdV era la solución. Así que, sobre todo esta semana he estado atento a muchos detalles: el sábado, por fin me pude sentar a leer en profundidad en casa… y… oí que la lavadora había acabado; aunque no me tocaba” a mí, fui a tender la ropa. Esta semana, varias mañanas, aunque voy siempre con el tiempo justo, al encontrarme vasos y tazas en el fregadero, los lavaba. El lunes me puse a limpiar el servicio de la planta principal, aunque no preveíamos visitas. Anoche estaban viendo un partido: les llevé allí la cena (a uno, "forofo" de un equipo, incluso en platito con su escudo). Etc. Muchas ocasiones también se me habrán “escapado” cada día, (¡seguro!, por desgracia) y habrán tenido que ser pacientes conmigo y perdonarme, ¡pero me fío de ese amor de los hermanos!
            ¡De verdad: se pasa de "muerte" a Vida (alegría, paz…) si se ama concretamente!

2.-     El anuncio de Benedicto XVI de su renuncia al ministerio petrino el día 28 al principio me produjo como una congoja interior, como sensación de orfandad: se me venían casi lágrimas, mezcla de gratitud y de desconcierto, de pérdida recordando sus magníficas homilías, discursos, mensajes…: sencillísimos, pero profundos (sólo uno que interioriza, que es santo, puede conjugar ambas cosas con belleza literaria); auténticamente sabio. Un continuador de los Padres de la Iglesia (escritores cristianos de los primeros 7 siglos que unían en sí santidad de vida, ortodoxia y profundidad en la doctrina y pastoreo cercano de la gente).
            Meditándolo luego, me di cuenta de la humildad y la grandeza de ese gesto. Juan Pablo II por amor a Dios y a la Iglesia, aguantó hasta el último aliento (y el Card. Ratzinger vio cómo). Benedicto XVI por amor a Dios y a la Iglesia renuncia al mismo cargo. Mismo amor: cumplir la Voluntad de Dios. Personas distintas, circunstancias y tiempos diversos. El Espíritu Santo guía a uno y otro y ahora guiará a la Iglesia en los días de sede vacante y de cónclave. Casi como eco de Jesús en la Última Cena: "conviene que yo me vaya… vendrá a vosotros otro Defensor, el Espíritu de la verdad".
            El martes, el Evangelio pedía no aferrarse a "tradiciones humanas" para no olvidar "el mandamiento de Dios"; y la primera lectura (relato de la Creación), con los 6 días en que Dios hizo todo "bueno" y al séptimo descansó, enseña a los hombres que hay que trabajar por amor a Dios y hay que descansar por amor a Dios: teología del trabajo, pero también teología del descanso. Hace 8 años renunció a su proyectado retiro en su Baviera natal para leer, estudiar y escribir. Estos 8 años ha guiado y servido, poniéndose "a tiro" para neutralizar él mismo tantas insidias contra la fe y la Iglesia. Ahora, después de haberse ganado a pulso el cariño, el afecto y la admiración hasta de los jóvenes, y hasta de muchos no creyentes, se retira del cargo que tan bien ha desempeñado dejando, como siempre, la Iglesia en manos de su Pastor, Cristo el Señor.

De ente todas las que me habéis mandado, he aquí alguna de vuestras EXPERIENCIAS habiendo puesto en práctica en cosas concretas y cotidianas la Palabra de vida de febrero (“…habéis pasado de la muerte a la vida porque amáis a los hermanos…”) y la de enero ("...misericordia quiero, no sacrificios"):
1.-        “… en una reunión, formamos pequeños grupos en los que se presentan impresiones sobre el tema discutido. En un momento, alguien en el grupo bajó su tono de voz y le pedí que hablara más fuerte porque no oigo bien. Así hizo. Luego hablaron otros, pero uno, muy flojo. Alguien le recordó que hablara más alto porque yo no puedo escuchar muy bien. Me quedé agradablemente sorprendido. Me gustó su gesto y le doy las gracias por ello.
Vi que otra persona no decía nada. Le pregunté y ella habló algo una vez, dos veces... Tal vez porque yo fui demasiado insistente. Me dijeron que es bueno el respeto. Cada uno puede tener preocupaciones, pensamientos, problemas. Me di cuenta de que no siempre están bien preparados y que el otro tiene derecho a que se respete su silencio. He aprendido y por ello doy las gracias a esa persona.
¿Cuáles fueron las consecuencias? Cuando llegué a casa mantuve conversaciones agradables con mi esposa y luego tuvimos la paciencia para que me contara una película. Y pensé en lo importante de los gestos pequeños: un gesto de amor se multiplica…

2.-     "…la PdV de este mes es muy interpeladora: amar a nuestros hermanos es signo de nuestra nueva vida, una vida en Cristo. Yo tengo una experiencia vivida durante un sábado: le pedí al Señor que me permitiera encontrarme con mi "hermano", con el que sufre, con el que no cuenta, con el "paria"; y durante toda la jornada me concedió la gracia de que fuera así: en el autobús me senté junto con un mendigo, en la calle me crucé con varios, en Misa se sentó a mi lado uno y no dejó de hablar y de moverse (estaba bebido, el pobre). Fue uno de mis mejores días: poder cruzarme tantas veces con Jesús. Experimenté en mi propia carne lo que es pasar de la muerte a la vida amando a nuestros hermanos, ¡qué afortunado soy!..."

3.-     “una experiencia bastante fuerte. Últimamente me pasa que rezo por una persona de la cual nos preguntamos por qué no viene ya por la parroquia, o cómo lo estará pasando...  Pues bien, el viernes me encontré con un pobre bien lejos de mi barrio, lo escuché y me contó toda su historia; no le di dinero como pedía él, pero le dije que rezaría por él (no como para "quitarme el muerto de encima", sino porque veía que era lo correcto; se lo dije con amor). Y así lo hice. Cuál fue mi sorpresa cuando al día siguiente aparece por la parroquia: había estado andando sin rumbo, vio la cruz y entró. Con la boca abierta por cómo hace las cosas Dios, me puse a poner en práctica la PdV escuchándole, amándole. Le escuché con alegría, le invité a un café, y -a pesar de no haberle dado dinero- nos despedimos quedando como amigos. Quería no sólo pasar yo de la muerte a la vida, sino que también lo hiciera él…

4.-     “…he llegado a un punto en mi vida en que tuve la oportunidad y el derecho de jubilarme. Yo podría hacerlo. Pero después de mucha agitación y oración, ahora veía que Dios tenía otro plan preparado para mí, esperando que dijese que ''sí'' para otras misiones que me quieren confiar y en las que voy a tener que poner en juego todas mis capacidades. Como nos recuerda la Palabra de Vida de este mes, Jesús me quiere introducir en la aventura del amor cristiano, para pasar de la muerte espiritual a la vida verdadera…

5.-        “hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos”. Teníamos muchísimo trabajo en mi despacho, cuando viene mi esposa y me dice que ese día está libre de trabajo y que podíamos hacer limpieza general a fondo. Incluso me pidió que pasara la aspiradora a toda la casa. El primer impulso fue seguir con mi trabajo. Después pensé hacer ese trabajo por amor a ella. Pasé la aspiradora a toda la casa durante horas, pero en vez de sentir tristeza por el trabajo atrasado, estaba muy feliz

6.-     “me da pena no haber rezado más por el Papa, por su persona; comprendo que ha tenido que sufrir mucho (por responsabilidad) hasta tomar la decisión.
También admiro su humildad: Él, siendo un gran intelectual…, reconocerse sin fuerzas para llevar a buen término la misión encomendada…
Me servirá de lección para incluir al nuevo Papa en mi oración diaria, (no sólo por sus intenciones, sino por Él mismo)...

7.-     “Gracias, Paco, por la PdV y las experiencias: siempre son bien recibidas.
Estaba por escribirte hace días, después de pasar el encuentro allí en Las Matas del último fin de semana de enero, pero cuando no era por una cosa luego por otra, lo iba dejando.
Quería ante todo darte las gracias por haberme invitado al encuentro de los Focolares: para mí ha sido un encuentro muy enriquecedor, lleno de espiritualidad, paz y bondad, me ha gustado muchísimo; la verdad que no encuentro palabras para describirlo. Gracias, mil gracias...

8.-     “…estremecidos con la renuncia de nuestro querido Santo Padre. ¡Qué ejemplo tan maravilloso de abandono en la Divina Providencia y, a la vez, de inmensa libertad! Estamos rezando mucho por él y por el que vendrá a sustituirlo.
            Tengo que contarte dos cosas maravillosas: la primera, que en noviembre se ha ido al Cielo mi hermana mayor, quien tuvo una larga vida dedicada a Dios y a la Iglesia, y que el Señor la vino a buscar dentro de la celebración de la ordenación de sus alumnos, a quienes ella consideraba sus hijos espirituales. Al recibir ella la comunión, durante esa Santa Misa, "dejó de respirar": esas son las palabras del sobrino que la llevó. Ayúdame a darle Gracias a Dios.
            La segunda, es que el día 15 de enero, hemos cumplido nuestros 60 años de matrimonio. Celebramos el aniversario de los 60 años,  con una Misa que nos ofició nuestro párroco…


N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; "pincha" aquí abajo en “comentarios” y escríbela.

2 comentarios:

  1. Gracias, Paco: me ha encantado lo que compartes sobre cómo has vivido la noticia de la renuncia. Yo a lo largo de ese día fui sintiendo una profunda alegría interior, y el convencimiento de que hemos presenciado un fuerte soplo del Espíritu. Ahora me siento abrumado por el mar de opiniones que hay, prefiero tan sólo bendecir a Dios.

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  2. Después de varios meses se comprueba la humildad de este gran sabio que es Benedicto XVI: dijo que "desaparecía" para el mundo y lo ha cumplido a rajatabla, (aunque se echan de menos su escritos, pero ha dejado un gran legado que debemos seguir leyendo). Dijo que iba a seguir orando por todos nosotros, ¡y seguro que así lo está haciendo, con el gran beneficia que eso sigue suponiendo para la Iglesia y para todo el mundo!

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