sábado, 2 de febrero de 2013

ESCUCHANDO CON MANSEDUMBRE (MISERICORDIA) 
VIDA DE LA PALABRA

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de poner por obra la Palabra de Vida de enero ("...misericordia quiero, y no sacrificios...):
1.-       En diciembre te conté que tuve que reclamar la factura de nuestros móviles. ¡En enero también! Mientras leía las facturas, recordaba la experiencia: portarme como hijo de Dios y tratar también así a mi interlocutor.
            Con esa intención al día siguiente me puse en contacto con el comercial, como si fuera mi mejor amigo, preguntando por el año y la salud (sin entretener mucho, ¡claro!, pues era su trabajo, y yo también tenía mucho que hacer). Mientras buscaba él nuestras facturas, por añadidura, me vino a la mente la PdV de enero: "misericordia quiero…". Así que estuve atento…, (si no, de poco me servirán oraciones y Misa). Eso era lo que tuve en mente a cada cosa que le pedía que nos aclarara o, directamente, a alguna reclamación. A pesar de los disgustillos, fue un rato, (si cabe la expresión), agradable. ¡Y esta vez parece que conseguiremos que nos devuelvan algo, (poco, pero en diciembre no hubo nada que hacer)!

2.-       Fui a celebrar Misa a una parroquia vecina. Como era el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos, en la homilía hablé del ecumenismo, del diálogo de la vida y de la unidad. Conscientemente lo hice con palabras muy medidas y exactas, pensando en el auditorio.
            A pesar de eso, al acabar, entró un señor enfadado a la sacristía protestando por lo que yo había dicho. Además, con un tono cada vez más enfadado. Le sonreí desde el principio, aunque me dolía, pues me acordé inmediatamente de "misericordia quiero…" (¡y acababa yo de celebrar lo más grande que hay, la Eucaristía!), así que yo estaba con mucha paz y haciéndome uno con sus inquietudes, (¡si hay que hacer ecumenismo con los hermanos de otras confesiones, cuanto ni más…!). Continuó cada vez más alterado, sin dejarme casi ni hablar, ni siquiera cuando me acusó de cosas que yo no había dicho o que él había interpretado como quiso; después añadió que yo no estaba informado y que lo hiciera (le corregí con docilidad sus informaciones erróneas; que luego después cotejé con los curas de allí, que me dieron la razón). La Palabra de Vida me ayudó a seguir escuchando con una sonrisa, a mantener la paz.
            Por otra parte, había quedado con unos amigos ahí y me hubiera gustado saludar a muchos conocidos (hacía tiempo que yo no iba por ahí). Pero no pude porque él seguía. Cuando ya se marchaba enfadado, le tendí la mano con una sonrisa, le dije mi nombre y le ofrecí mi disponibilidad y nuestra casa: se quedó muy sorprendido, volvió sobre sus pasos y, aunque se marchó serio, por lo menos me estrechó la mano.
            Los sacerdotes me dijeron que ese señor era un integrista. Quedé contento; también porque, si hay que hacer ecumenismo en "vanguardia", no hay que olvidar a los de "retaguardia" y construir con ellos también la unidad.

3.-       Repasando experiencias mías y vuestras de los últimos meses del año pasado, me ha venido una gran alegría: han servido, (aunque sea a través del correo-e. y de este blog), para crear espíritu de familia entre muchos de vosotros.
          P. ej., cuando aquel africano amigo mío contó que allí en su tierra le habían robado todo, alguien de vosotros recogió dinero entre sus propios familiares y me lo dio para que se lo enviara a su país, como así hice.
            Cuando conté mi experiencia de los guantes… a los pocos días me fueron llegando de varios de vosotros: así que, ya tengo, ¡y pude regalar!
            Al narrar experiencias de enfermedad y dolor, y de falta de trabajo de alguno, muchos de vosotros me habías contado luego que habéis rezado por esas personas mutuamente y habéis intentado ayudar. Y yo se lo comunicaba a ellos, quienes, a su vez, pedían por vosotros.
            La familia de los hijos de Dios también a través de la red: "…misericordia quiero…"


N.B.: tú también puedes compartir tus propias experiencias de la vida diaria poniendo en práctica el Evangelio: puedes "pinchar" aquí abajo en "comentarios" y escribirlas.

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