domingo, 30 de abril de 2017

EL RESUCITADO EN MEDIO DE DOS O MÁS UNIDOS

VIDA DE LA PALABRA            últimas semanas de ABRIL

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de abril («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29) y la de marzo («¡Reconciliaos con Dios!», 2 Co 5, 20):
1.-        La continua actividad en Semana Santa y en la Semana I de Pascua quizá me hizo estar más débil ante los cambios de temperatura ambientales: ¿constipado, alergia, ambas cosas? El caso es que el pasado lunes aproveché para quedarme en cama: al final del día tenía 39’5º de fiebre, pero no me encontraba mal. A la mañana siguiente, ya sin nada de fiebre, bajé a celebrar la Misa y… “di el numerito”: me tuve que sentar varias veces, estuve a punto de desmayarme y ya tuve que terminar la celebración sentado. “Lo que Tú quieras, quédate con nosotros, Señor”, le dije. Me llevaron a urgencias: todo absolutamente bien y normal. Hice reposo esos días. Parecía que iba a ser neumonía, descartada con las radiografías del viernes: al final “solo” bronquitis, pero “quédate con nosotros”. Y este fin de semana yo solo con todas las actividades parroquiales. Las he podido cumplir bien todas, (algún ligero mareíllo en una), más diversos imprevistos, (anoche a las 23:45, p.ej., cuando ya estaba yo metido en la cama, llamaron para una urgencia en el hospital y allí me presenté). Todo bien, contento estos días. Verdaderamente ha sido un “trabajo a dos”: el Resucitado y yo.
            Ha sido una semana bonita, incluidos los casi 5 días en cama: he “dormilado” mucho, he rezado mucho (además de escuchar cada día las diversas oraciones de la Liturgia de las Horas y el Rosario con Radio María). Quizá me venía bien descansar y rezar, todo con el Resucitado que, verdaderamente, sigue con nosotros.

2.-        El viernes próximo mi hermana pequeña, la que vive con mi madre, sale ya (enviada como misionera) 3 años a Chad, en África. Hace poco, la misión de allí ha recibido la noticia de que Alemania deja de mandar todas las ayudas económicas que mantenía las últimas décadas. “¡Quédate con nosotros, Señor, porque atardece!, quédate con ella, quédate con todos ellos”.
            A la vez, seguimos sin saber bien cómo hacer para atender a mi madre…: ¿que se venga a la parroquia y desarraigarla de su ambiente?; ¿pedir yo el traslado allí (aunque me encuentro a gusto aquí en parroquia+hospital y un par de veces en semana centro Mariápolis de Las Matas)?; ¿otra solución…? Ninguno queremos estar apegado a nada. No quisiera yo estar apegado ni por un lado a familia, ni por otro a familia espiritual, (y mucho menos a encontrarme a gusto o no). “¡Quédate con nosotros, Señor, porque atardece!, quédate con nosotros y ayúdanos a discernir”. “Que todo sea solo para gloria de Dios siempre”, repite mi madre cada vez que nos vemos o hablamos.
            Independientemente de no entrever soluciones a unas cosas y otras, la verdad es que estoy (estamos) con paz: se nota esa presencia del Resucitado.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de abril («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29), la de marzo («¡Reconciliaos con Dios!», 2 Co 5, 20) y la de febrero («Os daré un corazón nuevo; infundiré en vosotros un espíritu nuevo», Ez 36, 26):
1.-       “fui de voluntariado a Hispanoamérica estos días. Pensaba estar por lo menos un mes, pero al final solo eran diez días; pensé no ir: el viaje es muy caro y no da tiempo a hacer nada. Pero me contestan que me necesitan y enseguida me dije: “Señor, Tú me llamas y voy”.
La verdad, fue una experiencia única. Realmente me necesitaban. Era escuchar a fondo y trataba de hacerles ver lo positivo, luego estaban contentos: querían un hombro para llorar y lo tenían. Los niños, las niñas y las ancianas. Fue un amor recíproco, como el Evangelio: “dad y se os dará”. Pero es el céntuplo, era consolar al triste, el Señor me dio la fuerza y el valor para todo lo que me habían encomendado. Le di mil gracias al Señor por ser su instrumento, a pesar del cansancio de muchas horas de coches y poco dormir: mereció la pena. Gracias por ser constante en mandarme la pdv

2.-        “este año he tenido la gran suerte de vivir el triduo Pascual en un encuentro muy especial en el Centro Mariápolis que, como nunca, me ha adentrado en el misterio de la muerte y Resurrección de Jesús. Verdaderamente brotaba de lo más profundo de mi ser “quédate con nosotros…”. Después la vida de cada día ha continuado con normalidad, pero para mí está siendo todo diferente: experimento que Él se ha quedado con nosotros y que, como dice el comentario de la Palabra de Vida, cualquier dolor personal o de los demás son Él, porque Él lo ha hecho suyo… Mi respuesta está siendo hacer algo concreto para aliviar sus sufrimientos en los hermanos.
Por ejemplo, el padre de una amiga lleva varios días agonizando, la situación es muy dura y la familia está agotada, tengo que respetar la intimidad familiar, pero me entero que ella tiene que salir de casa a una determinada hora, dejo mis ocupaciones y salgo a su encuentro, sólo puedo estar con ella unos 15 minutos, acompañándola en su camino, pero fueron suficientes para compartir y reavivar juntas el sentido de este dolor en el de Jesús y me agradecía por el consuelo y fuerzas renovadas que sentía.
Me llama por teléfono una tía de más de 80 años, la escucho con calma aunque repite muchas veces lo mismo, esta vez sale el tema de la muerte y me confiesa que tiene miedo. De forma casi impulsiva, le digo “¡vamos al encuentro de Jesús Resucitado!”, ella es creyente, pero le asombra mi respuesta inmediata, seguimos hablando y se queda muy en paz.
El hijo de unos amigos tiene un examen y está agobiado porque hay cosas que no entiende, me pide venir a casa y que se lo explique, tiene que ser esa misma tarde y sólo tengo libre el rato de descanso a medio día, estoy a punto de decirle que esta vez no puedo, que no lo deje para el último momento…, pero Jesús me sugiere: “no juzgues, ama” y quedamos para aprovechar ese rato, en el que dio tiempo de que aclarara lo que necesitaba y se quedara tranquilo
                                    



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lunes, 17 de abril de 2017

¡SIGUE CON NOSOTROS, SEÑOR!

VIDA DE LA PALABRA                  primeras semanas de ABRIL

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de abril («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29) y la de marzo («¡Reconciliaos con Dios!», 2 Co 5, 20):
1.-        Me resultaba un poco extraño anticipar… pero ¡qué bonito empezar ya desde los últimos días de Cuaresma a repetir a menudo “quédate con nosotros”! Y tararear interiormente con música del Gen Rosso “sigue con nosotros, Señor, es tarde ya…”. Sí, sé que estoy siempre acompañado, pero era necesario repetirlo para darme cuenta, para saborearlo, para pedir su ayuda, para rebosar de agradecimiento…:
cuando el jueves de la otra semana una llamada de urgencia para una unción en el hospital resquebraja todo mi horario, “¡quédate con nosotros!”, y Él hace que sea un momento de cielo para la enferma y para su familia (tanto que dicen que jamás lo olvidarán), y en ese momento al salir una enfermera sugiere que va a preguntar en otra habitación y al final también administro la unción y quedan igualmente sorprendidos sus hijos (“jamás había vivido este sacramento: sorprendemente bonito”);
cuando te das cuenta que, (sin pretenderlo, naturalmente), con toda la buena voluntad, quizá haces daño a alguien, “¡quédate con nosotros!”;
cuando el miércoles por la noche llevaban a mi madre a urgencias a Albacete (esta vez, por el ojo; al final, se solucionó en un par de horas, gracias a Dios) y la noche del viernes se mareó totalmente al levantarse al servicio (no pudiendo yo estar allí para ayudar), “¡quédate con nosotros, quédate con ella!”;
cuando la noche del Jueves Santo al Viernes acompañando a Jesús en el monumento (atendiendo la parroquia dormí poco más de 3 horas, con “regalo” incluso de 2 confesiones preciosas) a pesar de saber el horario continuo e intenso del día siguiente, “¡quédate con nosotros!” (si no, no sé cómo resistía pues llevaba ya un par de semanas intensas);
cuando me veía desbordado-cansado por la preciosidad del encuentro en el Centro Mariápolis compaginado con vivencia también del Triduo Pascual en la Parroquia, “¡quédate con nosotros!”;
cuando te despides de personas que quieres, “¡quédate con nosotros, quédate con ellos!”.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de abril («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29), la de marzo («¡Reconciliaos con Dios!», 2 Co 5, 20) y la de febrero («Os daré un corazón nuevo; infundiré en vosotros un espíritu nuevo», Ez 36, 26):
1.-        “viajé varias veces en autobús coincidiendo con la hora en la que quería escuchar noticias de la radio en mi móvil.
Una de estas veces, mientras escuchaba una noticia interesante… el autobús entró en un túnel. El primer túnel que me encontré era corto y aunque me resultaba incómodo esperé que terminara para seguir escuchando las noticias. Pero hubo más túneles, uno en especial me resultó muy largo... Sin pensarlo, empecé a manipular el móvil buscando otra frecuencia, sin darme cuenta que el túnel impedía todo contacto con el exterior y por lo tanto era inútil mi esfuerzo. Esta experiencia me hizo reflexionar y darme cuenta que estaba actuando insensatamente. Al mismo tiempo, me vino a la mente comparar el túnel con la experiencia vital hecha durante este último periodo.
El túnel, en ese momento, se convirtió en una imagen plástica –casi como una parábola– que daba luz a mi experiencia más íntima. Entendí que –en los momentos de incomprensión o de dolor– me había empeñado en buscar “soluciones” que a lo único que me llevaban era a perder la onda y salir del tramo de viaje con el trabajo de volverla a encontrar. Entendí que Dios permite un momento de “túnel”, dolor o incomprensión para que centre mi atención no tanto en los sonidos e imágenes externas, sino para que Lo escuche y perciba en mi interior, para que establezca un diálogo conmigo mismo y con Él en lo más profundo de mi ser.
Esto me explicó cómo ante la pregunta hecha a Dios al inicio de la experiencia: “¿Qué quieres de mí?”, en un primer momento no encontrara respuesta –como indicación de que primero debía responderme a mí mismo–, y luego Sus palabras me susurraran que lo que quería de mí era que me acogiera a mí mismo tal como soy y saliera a Su búsqueda en los demás.
Vinieron otros días de viaje y otros túneles y la parábola iba haciéndose cada vez más sugestiva y se ampliaba con nuevos significados.
Entendí que Jesús se encarnó y asumió nuestra humanidad; y que, cuando Dios realiza su “trabajo” en nosotros, lo hace con instrumentos (personas o circunstancias) concretas, aprovecha nuestros límites y defectos, nuestras debilidades y vulnerabilidad. Al principio cuesta desligar la responsabilidad de lo que te sucede, de esos  instrumentos, pero poco a poco vas entendiendo que son una oportunidad, una gracia en sus manos, porque en realidad todo “sucede” en mi interior y tiene como finalidad un mayor conocimiento de mí mismo para crecer hacia el proyecto que Él tiene sobre mí.
En otro momento me pregunté, pero ¿por qué razón se hacen los túneles en las carreteras?: ¡no están solo para impacientarme cuando quiero escuchar las noticias! La respuesta me vino de inmediato: los ingenieros horadan la montaña para acortar el camino y ahorrar tiempo.
De nuevo se hizo conexión con mi vivencia y la imagen se llenó de matices muy sugerentes. ¡Dios horada profundamente en mi vida para que pueda evitar caminos llenos de curvas y rodeos, para que llegue antes a mi destino, ahonde en la meta que es ser Él, el amor puro, desinteresado!
Entonces si es así, los dolores, todas las dificultades que encuentro tienen un solo porqué: Su amor. Un Amor que se ocupa de mí, me trabaja, me acompaña y no me abandona. Un amor que quiere, aunque sea a través del dolor, facilitarme la Vida, hacerla cada vez más enraizada en las profundidades de su Ser-Amor. La explicación de mi experiencia a través de esta parábola me quitó un gran peso de encima y está haciendo que la siguiente etapa del viaje, (el “Santo Viaje” como lo llama Chiara Lubich), sea un recomenzar ligero de equipaje, con una gran sensación de libertad, de libertad interior, resanado y esperanzado en que los próximos “túneles” serán siempre expresión de Su atención hacia mí, aunque yo no lo sepa reconocer

2.-        “decidimos cambiar el logo y la página de la fundación: habían pasado 8 años. Era hora de avanzar y dar algún paso para renovarse. Elegimos entre dos propuestas de personas diferentes. Optamos por la que nos parecía la más sencilla para luego poder imprimirla en lo que quisiéramos.
            A la semana, me pide mi marido que le acompañe a la fábrica. Había un montón de cosas que ordenar: juguetes, ropa, material escolar… Tuvimos que  pasar por el edificio principal. Por el camino me iba presentando. A algunos ya les conocía, a otros, no. Llegamos a recepción y me presenta a un chico, de quien comenta: “mira, éste es quien ha hecho el logo de la Fundación”. Se me quedó mirando el chaleco y se le notaba ilusionado. En ese instante yo notaba también en mí que algo cambiaba. En seguida lo comprendí: desde que recibí el diseño del logo hasta que vi la cara del chico, el logo, para mí, había sido una imagen, un dibujo; al ver su expresión, era como si aquel dibujo recobrase vida. Cuando me lo enseñaron, sólo pensaba en cómo quedaría, no fui más allá. Al tener delante de mí a la persona que lo había realizado, el “algo” se convirtió en “alguien” y mi perspectiva cambió.
Ahora pensaba que aquel símbolo que llevaba en el chaleco era el resultado de su trabajo y tiempo. Entendía el motivo de verle ilusionado: lo que un día estaba en su mente, se había convertido en una realidad. Además, todo lo relacionado con la Fundación llevaría su marca, su diseño. Le notaba ilusionado y me contagió a mí su ilusión.
            Resultó que también se había puesto a trabajar en la página web: “¿Te gusta?”. Ahora la impactada era yo. Ignoraba que ya había alguien trabajando en la página y ver así de repente la información que tiempo atrás había puesto yo, pero mejorada, me impactó. Desde ese momento, nos pusimos los dos a trabajar en ello. Bueno, como diría un amigo: los tres, (¡no hay que olvidar nunca a Jesús!). Me hizo ilusión, la verdad: me gusta el trabajo en equipo y si, además, se trata de algo creativo, la ilusión es doble


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domingo, 16 de abril de 2017

¡FELIZ PASCUA 2017!

¡¡¡Feliz Pascua de Resurrección!!!

Que los siguientes textos (y las experiencias luego) sirvan para esta felicitación a la vez que para reintensificar a la luz de la Pascua la vivencia de la Palabra de este mes («Quédate con nosotros, porque atardece», Lc 24, 29):




“¡VEN, SEÑOR JESÚS!“.

Mirándote a Ti, el Amor,
nuestra vocación, no tendrá temores.
Mientras esperamos tu venida,
construiremos bien esta vida
y, en cuanto comience la otra,
nos lanzaremos en la aventura sin fin.
Tú venciste la muerte.
Y por esta oración
comprendemos que Tú,
desde ahora, la has vencido
también en nosotros, en nuestro corazón.
“¡Ven, Señor Jesús!”, siempre, a todos nosotros.
Y la muerte no existirá; Tú existirás.
El Resucitado existirá. Y esto ya es Pascua.

Os deseamos a todos
una  Pascua  gloriosa  y sin  interrupción,
fecunda, fecundísima para nosotros,
para la Iglesia y para el mundo.

CHIARA LUBICH, Buscando las cosas de arriba, Madrid 1993, pág.138.






LLEVAR LA ALEGRÍA A TODOS.

(…) Hoy día, los cristianos muchas veces no se distinguen precisamente por una alegría especial. En general, visitar una ciudad en la que viven sobre todo cristianos no se diferencia mucho de visitar otra habitada por personas de otras religiones o no creyentes. Esto seguramente no sucedía en los primeros tiempos del cristianismo. Entonces, los cristianos, habían quedado tan fascinados por lo que acababa de suceder, (…)  que exultaban de alegría. “Partían el pan por las casas y tomaban el alimento con alegría… alabando a Dios…” (Hch 2, 46-47)
(…) si el israelita alababa a Yahvé por la Ley que Dios le había comunicado a través de Moisés, de tal forma que ahora sabía cómo caminar en la vida, ¿qué himnos elevarían al cielo los primeros cristianos, que, habiendo recibido la misma ley del Cielo, que Cristo había traído a la tierra, o sea, el amor, habían encontrado en ella, en su puesta en práctica, una fuente de alegría? Sí, queridos jóvenes, fue esto lo que encontraron los primeros cristianos: una fuente de alegría. Y la encontraron en el amor. Sin duda alguna eran felices porque Dios vivía con ellos, (…) su alegría no se debía únicamente a causas externas, aun siendo divinas y sublimes. La alegría -esta es la cuestión-, la alegría que experimentaban, era asimismo un don, que sintieron nacer en su corazón cuando empezaron a amar.

CHIARA LUBICH, Discurso en el Jubileo de los jóvenes: la alegría, 12 aprile 1984





JESÚS RESUCITADO, VIVO HOY: NUESTRO ÚNICO BIEN

Es natural reconocer la gratitud, el reconocimiento con un regalo.
¿Cuál será el regalo que hoy te esperas de nosotros? No tienes necesidad de oro, incienso y mirra: nos quieres a nosotros mismos, el regalo de nosotros mismos. Reconocerte como auténtico y único Dios, anteponerte a todo y a todos; único bien, el solo bien, todo el bien: he aquí nuestra adoración y nuestro regalo.

FABIO CIARDI, I Magi: adorazione e dono




domingo, 2 de abril de 2017

ACTIVIDADES VERANO 2017

Te informo aquí de alguna entre otras de las muchas actividades interesantes, (de todo tipo, y para unas edades y otras), que organizamos para los próximos meses, ("pinchar" en la imagen para ver el cartel con su info; y/o pinchar en el título si está en color para más info). Son actividades abiertas a todo el mundo; puedes invitar a quien quieras:




-        Mariápolis estival.
Cada año, convivencia para personas de todas las edades, vocaciones y procedencias. Trabando el amor recíproco entre todos, como María, dar a Jesús. Del 2 al 6 de agosto de 2017, (llegando el día 1 a dormir). Este año, en Cáceres.
Más info: Mariápolis 2017



También se puede participar en las Mariápolis organizadas por otros países, (oportunidad también de practicar el idioma):

Gran Bretaña
7 - 11 abril 2017 
Ampleforth Abbey and College. North Yorkshire. Inghilterra

Holanda
25 - 28 mayo 2017 
Ciudadela de testimonio "Mariënkroon". Holanda

Suecia
28 junio - 2 julio 2017
Marielun, Stiftsgardsvägen 21, 178 53 Ekerö (cerca de de Estocolmo)

Irlanda
5 - 9 julio 2017
Dungarvan

Finlandia
6 - 9 julio 2017
Stella Maris, Sirkkoontie 46, Lohja, a 60 km. de Helsinki

Bélgica
19 - 23 julio 2017 
Ciudadela Mariënkroon. Holanda
Noruega
26 - 30 julio 2017
Retreat Center Levanger. Gamie Kongeveg Nord 8. Noruega

Francia
29 julio - 2 agosto
Lycée La Touche. Route de Dinan B-P. N 38 - 56801 Ploërmel Cedex

Portugal
29 julio - 1 agosto
3 agosto - 6 agosto
Ciudadela Arco Iris. Abrigada

Luxemburgo
La organizan trasladándose todos a Fátima (Portugal)






-        Para matrimonios que tienen dificultades serias en su relación de pareja (falta de comunicación, pasando pruebas, stress, riesgo de separación…), taller para la Vida de Pareja: “El amor, instrumento y respuesta en los momentos de crisis” (heridas, desafíos, dolores: realidad de vida en un camino por el que viajamos juntos)
Desde el lunes 7 de agosto (llegar domingo 6 por la tarde) al viernes 11 de 2017 dedicaremos, un tiempo de convivencia para parejas que quieran poner a punto y revisar su relación a la luz de la experiencia de acompañamiento que se está realizando en el seno del
Movimiento “Familias Nuevas” (del Movimiento de los Focolares) desde hace años en la Escuela Loreto de Loppiano (Italia).
Estos “momentos de convivencia” nacen por la necesidad de salir al encuentro de un rostro de “Jesús Crucificado y Abandonado” presente en el mundo de la familia.
Las primeras ediciones han estado orientadas a parejas de personas miembros o adherentes del Movimiento, aunque con el tiempo se ha ido abriendo a otras personas. Se sigue una metodología de trabajo elaborada y experimentada ya desde hace casi 10 años por el Centro de “Familias Nuevas”, apoyada en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares, y se ayuda de expertos en el campo de la terapia de pareja, sacerdotes y otras parejas que, habiendo pasado por situaciones de crisis, las han superado o están en fase de recuperación y acuden a dar su testimonio y a acompañar a las que vienen por primera vez. 
Se abordan temas como: La comunicación en la pareja y señales de las crisis; Instrumentos para el bienestar de la pareja; La comunicación y el conflicto; La diversidad en la pareja: Descubriendo la perla en el otro; La corporeidad como don. Aspectos psicológicos de la corporeidad y la sexualidad; El perdón.
Se escuchan experiencias de otras parejas, se ve alguna película que se comenta y dialoga. Hay momentos de oración. Se escuchan o ven pensamientos del Papa, Chiara Lubich, Igino Giordani (“Foco”)… sobre la vida familiar y conyugal. Hay momentos recreativos: excursiones, se prepara alguna comida juntos….
Contaremos con la colaboración de un matrimonio italiano especialista, un sacerdote y varias parejas acompañantes.
Será a las afueras de Béjar (Salamanca), en un complejo de turismo rural muy bonito y acogedor, (reservado completo para nosotros). Plazas limitadas (10-12 matrimonios) para poder hacer un seguimiento muy personalizado. El coste aproximado por pareja, estará entre los 450€ y 500€ (pensión completa).
Información adicional:
Elena y Alberto elenaboyano@gmail.com  627 79 02 29
Rosario y Luis 620 803 712 rosario@dorestevelazquez.org  - 659 688 157 lm@dorestevelazquez.org
Antonia y Paco 658 362 214 antoniacontrerasdona@gmail.com  - 630 043 294 pacosanchezmoreno@gmail.com







-       Curso de verano: "Fe y compromiso político", del 30 de agosto de 2017 a 3 de septiembre, en la Casa de Ejercicios de Málaga.
 Inscripciones hasta el 15 de junio.
 Dirigido preferentemente para personas entre 21 y 35 años.
 Más info:
www.feypolitica.net































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-        Curso para formadores de Seminarios en Loppiano (Florencia), avalado por el Instituto Universitario "Sophia". Del 13 al 30 de julio de 2017.
Como ejemplo, una reseña de pasadas ediciones: curso formadores 2014
Loppiano es una mariápolis permanente, una ciudadela de
testimonio con gente de todos los países del mundo cuya única ley es vivir el Evangelio.































-        Escuela para jóvenes (mayores de 15 años) comprometidos en las parroquias y para seminaristasdel 30 de julio de 2017 al 5 de agosto en Loppiano (Florencia). Quisiéramos que sea una fuerte experiencia de unidad, sumergiéndonos en las diferentes realidades de esa ciudadela de testimonio, de esa Mariápolis permanente.
Formando las nuevas generaciones en la parroquia, crece la vida de la comunidad y la parroquia se vuelve más hermosa y atractiva. Esta Escuela está pensada para todos aquellos jóvenes que viven en una parroquia y que después pueden seguir formándose en la vida y espiritualidad de la unidad. Lo mejor, por supuesto, es que vengan acompañados por sus respectivos animadores.
Será también una ocasión para profundizar en el documento preparatorio del Sínodo de los Obispos de 2018, sobre Jóvenes, fe y discernimiento vocacional.
Los seminaristas y sacerdotes jóvenes, pueden prolongar la experiencia del 5 al 12 de agosto en "Vinea mea", el Centro de espiritualidad de comunión para sacedotes diocesanos, diáconos y seminaristas.












sábado, 1 de abril de 2017

SIGUE CON NOSOTROS, SEÑOR

PALABRA DE VIDA                        abril 2017



«Quédate con nosotros,
porque atardece»
(Lc 24, 29)

         Es la invitación, dirigida a un desconocido en el camino desde Jerusalén al pueblo de Emaús, por dos compañeros de viaje que «conversaban y discutían» sobre lo que había sucedido en la ciudad en los días anteriores.
Parecía ser el único que no sabía nada, y por eso los dos, que aceptan su compañía, le hablan de «un profeta poderoso en obras y palabras delante de Dios y de todo el pueblo» en el cual habían depositado su confianza. Había sido entregado por los jefes de sus sacerdotes y por las autoridades judías a los romanos, y luego condenado a muerte y crucificado (cf. Lc 24, 19ss.). Una tragedia enorme cuyo sentido no eran capaces de entender.
         A lo largo del camino, el desconocido los ayuda a captar el significado de aquellos acontecimientos a partir de la Escritura y enciende de nuevo la esperanza en sus corazones. Al llegar a Emaús, lo retienen para cenar: «Quédate con nosotros, porque atardece». Mientras están a la mesa juntos, el desconocido bendice el pan y lo comparte con ellos. Un gesto que permite reconocerlo: ¡el Crucificado estaba muerto y ahora ha resucitado! E inmediatamente los dos cambian de planes: vuelven a Jerusalén a buscar a los demás discípulos y darles la gran noticia.
         También nosotros podemos sentirnos desilusionados, indignados, desanimados por una sensación trágica de impotencia ante las injusticias que golpean a personas inocentes e inermes. En nuestra vida no faltan el dolor, la incertidumbre, la oscuridad¡Y cómo nos gustaría transformarlos en paz, esperanza y luz para nosotros y para los demás!
         ¿Queremos encontrar a Alguien que nos entienda hasta el fondo y nos ilumine el camino de la vida?
         Jesús, el Hombre-Dios, para estar seguro de llegar a cada uno de nosotros en lo profundo de su situación, aceptó libremente pasar, como nosotros, por el túnel del dolor. Del dolor físico, pero también del interior, desde la traición de sus amigos hasta sentirse abandonado (cf. Mt 27, 46; Mc 15, 34) por ese Dios al que siempre había llamado Padre. Gracias a esa confianza inquebrantable en el amor de Dios, superó ese inmenso dolor y se volvió a entregar a Él (cf, Lc 23, 46). Y de Él recibió nueva vida.
         También a nosotros nos ha llevado por este mismo camino y quiere acompañarnos:
         «…Él está presente en todo lo que sabe a dolor… Procuremos reconocer a Jesús en todas las angustias y penurias de la vida, en cualquier oscuridad, en las tragedias personales y de los demás, en los sufrimientos de la humanidad que nos rodea. Son Él porque Él las ha hecho suyas… Bastará con hacer algo concreto por aliviar sus sufrimientos en los pobres… para encontrar una nueva plenitud de vida» (Chiara Lubich ).
         Cuenta una niña de siete años: «Me dolió mucho cuando a mi padre lo metieron en prisión. Amé a Jesús en él y por eso no lloré delante de él cuando fuimos a visitarlo».
         Y una joven esposa: «Acompañé a Roberto, mi marido, en sus últimos meses de vida tras un diagnóstico sin esperanza. No me alejé de él ni un segundo. Lo veía a él y veía a Jesús… Roberto estaba en la cruz, realmente en la cruz». El amor recíproco de ellos se convirtió en luz para sus amigos, los cuales se vieron envueltos en una carrera de solidaridad que no se ha interrumpido desde entonces, sino que se ha extendido a otros y se ha plasmado en una asociación de promoción social: «Abrazo planetario». «La experiencia vivida con Roberto –dice un amigo suyo– nos ha llevado a recorrer un auténtico camino hacia Dios. Muchas veces nos preguntamos qué sentido tienen el sufrimiento, la enfermedad y la muerte. Creo que todos los que han recibido el regalo de recorrer este trecho de camino junto a Roberto tienen ahora muy claro cuál es la respuesta».
         En este mes todos los cristianos celebrarán el misterio de la muerte y resurrección de Jesús. Es una ocasión para avivar nuestra fe en el amor de Dios, que nos permite transformar el dolor en amor; cualquier desgarro, separación, fracaso y hasta la muerte, pueden convertirse también para nosotros en fuente de luz y de paz. Seguros de la cercanía de Dios a cada uno de nosotros en cualquier situación, repitamos con confianza la oración de los discípulos de Emaús: «Quédate con nosotros, porque atardece».

LETIZIA MAGRI





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