¡¡¡Feliz Pascua de
Resurrección!!!
Que
los siguientes textos (y las experiencias luego) sirvan para esta felicitación
a la vez que para reintensificar a la luz de la Pascua la vivencia de la
Palabra de este mes («Quédate con
nosotros, porque atardece», Lc 24, 29):
“¡VEN, SEÑOR JESÚS!“.
Mirándote
a Ti, el Amor,
nuestra vocación, no tendrá temores.
Mientras esperamos tu venida,
construiremos
bien esta vida
y, en cuanto comience la otra,
nos lanzaremos en la aventura sin fin.
Tú
venciste la muerte.
Y por esta oración
comprendemos que Tú,
desde ahora, la has vencido
también en nosotros, en nuestro corazón.
“¡Ven, Señor Jesús!”, siempre, a todos
nosotros.
Y la muerte no existirá; Tú existirás.
El Resucitado existirá. Y esto ya es Pascua.
Y la muerte no existirá; Tú existirás.
El Resucitado existirá. Y esto ya es Pascua.
Os
deseamos a todos
una
Pascua gloriosa y sin interrupción,
fecunda, fecundísima para nosotros,
para la Iglesia y para el mundo.
CHIARA LUBICH, Buscando las cosas de arriba, Madrid 1993, pág.138.
LLEVAR LA
ALEGRÍA A TODOS.
(…)
Hoy día, los cristianos muchas veces no se distinguen precisamente por una alegría
especial. En general, visitar una ciudad en la que viven sobre todo
cristianos no se diferencia mucho de visitar otra habitada por personas de
otras religiones o no creyentes. Esto seguramente no sucedía en los primeros
tiempos del cristianismo. Entonces, los cristianos, habían quedado tan fascinados por
lo que acababa de suceder, (…)
que exultaban
de alegría. “Partían el pan
por las casas y tomaban el alimento con alegría… alabando a Dios…” (Hch 2, 46-47)
(…)
si el israelita alababa a Yahvé por la Ley que Dios le había comunicado a
través de Moisés, de tal forma que ahora sabía cómo caminar en la vida, ¿qué
himnos elevarían al cielo los primeros cristianos, que, habiendo recibido la
misma ley del Cielo, que Cristo había traído a la tierra, o sea, el amor,
habían encontrado en ella, en su puesta en práctica, una fuente de alegría? Sí,
queridos jóvenes, fue esto lo que encontraron los primeros cristianos: una fuente de
alegría. Y la encontraron en el amor. Sin duda alguna eran felices porque Dios
vivía con ellos, (…) su alegría no se debía únicamente a causas externas, aun siendo divinas y sublimes. La alegría
-esta es la cuestión-, la alegría que experimentaban, era asimismo un
don, que sintieron nacer en su corazón cuando empezaron a amar.
CHIARA
LUBICH,
Discurso en el Jubileo de los jóvenes: la
alegría, 12 aprile 1984
JESÚS RESUCITADO, VIVO HOY: NUESTRO ÚNICO BIEN
Es natural reconocer la gratitud, el
reconocimiento con un regalo.
¿Cuál será el regalo que hoy te
esperas de nosotros? No tienes necesidad de oro, incienso y mirra: nos quieres a nosotros mismos, el regalo de nosotros mismos.
Reconocerte como auténtico y único Dios, anteponerte a todo y a todos; único bien, el
solo bien, todo el bien: he aquí nuestra adoración y nuestro regalo.
FABIO CIARDI, I Magi: adorazione e
dono
No hay comentarios:
Publicar un comentario