DEJAR NACER A JESÚS EN MEDIO DE NOSOTROS
«Dentro de pocos días llega la Navidad,
Navidad nos recuerda
un punto esencial de
espiritualidad…
Pero lo que la Navidad nos
recuerda
es algo más que un
punto, más que una norma,
es una realidad,
es la gran
realidad que… ofrecer al
mundo:
Jesús, que, en cierto
modo, nace y vive en medio de nosotros,
si vivimos y
renovamos siempre nuestro amor recíproco.
Dar vida a Jesús en medio es nuestro primer deber,
es la razón
fundamental…:
«No puedes permitirte
el lujo de hacerte santa
si el Santo no está
entre vosotros,
no puedes ilusionarte
con llegar a ser perfecta
si el Perfecto no
está entre vosotros».
¿Y entonces?
Entonces, creo que…
el camino justo es éste:
establecer, volver a establecer su
presencia entre nosotros
con ese amor hecho de
servicio, de comprensión,
de participación en
los dolores, en las cargas,
en las ansias y en
las alegrías de nuestros hermanos;
con ese amor que todo
lo cubre, que todo lo perdona,
y que es típico del
cristianismo.
Estad seguros de que,
gracias a este amor,
el Resucitado,
que ha prometido
estar con su Iglesia hasta el fin del mundo,
está también entre
nosotros.
Y, sobre esta base,
vivir en cada momento la voluntad de Dios,
bien, perfectamente…
Esto es lo que tenemos
que hacer
en los últimos quince
días del año,
en los que la Palabra
de Vida nos estimula a vivir,
como María, la
voluntad de Dios.
Para nosotros, en
cierto modo como para Ella,
la primera voluntad
de Dios
es la de dar vida a
Jesús.
Así nos perfeccionaremos,
de verdad,
como «campeones de
unidad» con los hermanos y con Dios.
Entonces, a todos, a
todos:
¡Feliz Navidad!
Y acordaos de que
Jesús puede estar entre nosotros
incluso a distancia.
¡Felicidades a todos!»
Este es mi deseo para
UNA SANTA Y
FELIZ NAVIDAD.
Lo dirijo con
afecto a ti,
a tus
familiares, a todos,
en particular
si hubiera alguno enfermo o que sufre.
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