VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de NOVIEMBRE
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos
con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12, 15) y la de octubre («Conserva
el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros», 2 Tm 1,
14):
1.- La PdV me ha resultado muy
sugerente este mes y me está ayudando a escuchar con más atención todavía a
cada persona que se me acerca, (también en el confesonario), y a vivir desde mi
corazón sus inquietudes y alegrías: un examen de conducir, presión en el
trabajo, problemas de relación, ilusión con proyectos, preparación de
oposiciones, intentar vencer un vicio, satisfacción por objetivos cumplidos,
salud propia o de un familiar… Y, de vez en cuando, mandarles un mensajito de
apoyo y de preguntar cómo va.
Además, la primera PdV de la
que fui consciente (allá por febrero del ’82), aunque no sé cuánto la viví, era
muy similar (también de S. Pablo): “me
he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a
todos para salvar a toda costa a algunos" (1 Cor 9,22).
1b.- Una de las muchas ocasiones,
p. ej.: llevábamos ya un buen rato en unas jornadas para sacerdotes y en el
descanso vi un whatsapp en un chat grupal en el que un compañero avisaba que
estaba llegando a la estación de cercanías y pedía si alguno podríamos subir
con un coche a recogerlo. En una milésima de segundo me pasó por la mente la
tentación “que vaya otro”, pues
íbamos a empezar ya la segunda parte que iba a ser interesantísima y me
perdería los 15 primeros minutos y, por tanto, el “hilo”.
Sin embargo, escribí
enseguida pensando en “hacerme uno” con él: “voy”.
Después de recibirlo con
alegría y preguntarle cómo estaba, en esos minutillos traté de explicarle todo
lo visto hasta el momento para que pudiera integrarse de modo pleno.
Al llegar, nos encontramos
con la sorpresa que también todos se habían “hecho uno” con nosotros dos y
estaban hablando otras cosas menores esperando nuestra llegada para empezar
juntos el tema relevante.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Alegraos con los que se alegran; llorad con los que lloran», Rm 12,
15) y la de octubre («Conserva el buen depósito mediante el
Espíritu Santo que habita en nosotros»,
2 Tm 1, 14):
1.- “… estaba entrando a llevar el ramo de flores
en la iglesia cuando, de pronto, vino a mi corazón esa advertencia de Jesús:
“si cuando vas a poner tu ofrenda ante el altar, te acuerdas allí mismo que tu
hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda, vete a reconciliarte
primero con tu hermano y luego vuelve a presentarla”. En seguida pensé en alguien
de mi familia política a quien no podía yo ni mirar. Tuve una lucha interior:
era superior a mis fuerzas. Pero la Palabra resonaba más fuerte y no me dejaba tranquila
y… ¡finalmente lo logré!: no solo la miré, sino que hablé con ella y… ¡la paz
inundó mi corazón…!, aunque sé que no va a seguir siendo fácil…”.
Si quieres leer
más experiencias similares,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos
navegadores eso no funciona,
mándamela por correo-e.
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