Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de julio («Ánimo, hija, tu fe te ha salvado», Mt 9, 22) y la de junio («No todo el que me diga “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial», Mt 7, 21):
1.- Ayer por la tarde tuve una oportunidad
bonita de acompañar más de dos horas a un buen amigo en el hospital el rato que
su familia no podía estar con él, (aparte de haberlo visitado también un
ratillo por la mañana en el recorrido habitual de habitaciones).
Por un lado sentí la confianza de la familia, por otro el regalo que Dios
me hacía para intercambiar tanto cariño que él y su mujer siempre tan desinteresadamente
me han dispensado (entre otras muchas cosas, solo por señalar algunos gestos, me
han prestado su coche unos días en varias ocasiones, he dormido en ocasiones en
su casa y luego bien temprano me han llevado a deshora al aeropuerto, fueron
desde muy lejos al entierro de mi padre…).
A su familia yo les había dicho que podía estar yo poco más
de una hora y me habían comentado que, aunque luego se quedara solo un rato, no
pasaría nada. Pero, viendo yo que no llegaban ellos, preferí seguir con él y
traté de solventar, (“tu fe te ha salvado…”), por teléfono las cosas que tenía
yo. Hubo un momento en el que se empezaba él a poner nervioso (menos mal que me
quedé) y como casi ni se le entiende, le propuse rezar juntos el rosario y se
serenó y me fue respondiendo claramente a todas las oraciones.
2.- Estas dos semanas he tenido varias situaciones, (junto
con la que conté en la experiencia hace quince días), que no sabía yo bien cómo
resolver o hacia dónde orientar.
La PdV dice «ánimo, hija, tu fe te ha
salvado» y, unos versículos después, algo que me ha ayudado a mantener la
paz y seguir confiando: «no temas, basta que
tengas fe». Era como si Él me repitiera, (casi como si lo oyera), en
muchísimos momentos eso, cada vez que me venía a la mente una de esas
situaciones o cuando me notaba sensación de ahogo. Como si Él me dijese: “yo
haré las cosas, de modo distinto al que tú pides o piensas, y no en el momento que
prefieres tú, pero lo iré realizando ¡y mejor que tú!”. Me daba paz y
seguridad, incluso para dormir cuando había que dormir.
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de julio («Ánimo, hija, tu fe te ha salvado»,
Mt 9, 22), la de junio («No
todo el que me diga “Señor, Señor” entrará en el Reino de los Cielos, sino el
que haga la voluntad de mi Padre celestial», Mt 7, 21) y la de mayo («Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece
en Dios y Dios en él», 1 Jn 4, 16):
1.- “…me alegro mucho de recibir tus correos y aprender
las PdV para poder llevarlas a cabo. En cierto modo son formas de vernos a
nosotros mismos cómo nos comportamos en el pasado y cómo hemos de hacerlo
verdaderamente.
Mi salud está bien, me recupero lentamente de los días pasados en el
hospital. En breve, me han de hacer algunas pruebas esta semana, comenzaré el
tratamiento de quimioterapia… Para mí ha sido todo un shock del que voy
saliendo y asimilando la nueva situación. No faltan personas, familiares y
amigos que me den ánimos. Sin embargo, lo positivo de esto es que nos hará más
fuertes y mejores, (si por desgracia no a mí), a las personas de mi entorno.
Sin embargo, me entristece el hecho de pensar que tal vez no pueda volver a la
enseñanza. Ahora más que nunca, hay que hablar a los más jóvenes y adolescentes
del espíritu humanista y religioso, que empieza a desaparecer en muchos centros
de enseñanza, y volver a retomar el camino que algún día se abandonó. Hay tanto
que hacer.....
Mantengo en mi mente cuando todo acabe, el pertenecer a un grupo o
hermandad religiosa, como te dije, así como el devolver la ayuda que estoy
recibiendo a otras personas de alguna manera cuando me recupere, pues después
de la quimio me someterán a una nueva operación... Antes de recibir la quimio
espero escaparme una tarde a Toledo y rezar, es algo que en cierto modo
necesito, creo que tal vez Dios me lo indica. Nunca fui muy practicante, pero
siempre creyente y con fe, recibida de mis padres desde pequeño, y fue hace
unos 15 años cuando sentí la necesidad de rezar en la iglesia, y Toledo, ciudad
de mi juventud, me invitaba a ello.
Gracias por tu apoyo en estos momentos de dificultad y salud
mermada…”.
2.- “…tal como
decías, un poco convulso, como el tiempo, que ha caído pedrisco y ha dejado las
cepas medio mondadas. Pero gracias a Dios, aún quedan algunas uvas para hacer
vino con menos de la mitad de pámpana. Aprieta, pero no ahoga. Eso sí, un riego
excelente, que todo hay que decirlo.
Sigo haciendo rezos en maitines, con el
sol levantándose mientras quito cardos a las cepas, con la compañía de los
pájaros y el viento…
Llevo una vida tipo san José, trabajar,
comer y dormir. Así que pienso que me he acostumbrado a ser poco sociable. Me
dedico a mi mujer y a mis hijos y a una vida con pocos lujos. Veo a mi
alrededor cómo la gente se divorcia y no valora lo que tiene, siempre queriendo
cambiar, pensando que lo de los demás es mejor, siempre queriendo más.
Tal vez debo empezar a ser más
sociable, hablar más con los demás: será mi meta de aquí a fin de año. Espero
que estés bien y gracias por las palabras de vida…”.
3.- “…Muchas gracias, Paco, por la Palabra de Vida que
me has enviado. La fe mueve montañas y no hay que perderla.
Hay momentos en la vida que te preguntas cosas que ves que no tienen
respuesta. Yo reconozco que a la muerte de mi madre cuando tenía 19 años, que
era tan creyente, perdí la fe porque no lo entendía. Incluso pensé en la
reencarnación de mi madre. Después pasó el tiempo y comprendí que quizás Dios le
evitó más sufrimiento en esta vida terrenal, aunque a los que nos quedamos nos
llenó de sufrimiento y tuvimos que aprender a vivir otra vida muy diferente…”.
4.- “…como siempre mil gracias x la Palabra y las experiencias de Vida!! Aunque
ya había leído la Palabra, hoy me he parado a leer las experiencias... Agradezco
x lo que cuentas sobre tomar una determinada decisión y como me encuentro en
una situación parecida y no sé por dónde tirar, si te parece le confiamos al
Espíritu Santo que nos dé una poquita de su luz para entender un poco mejor…”.
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