sábado, 30 de abril de 2022

TESTIMONIAR CON LA VIDA

 VIDA DE LA PALABRA                        últimas semanas de ABRIL

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de abril («Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación», Mc 16, 15) y la de marzo («Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», Mt 6, 12):

1.-        Estas semanas en la parroquia ha habido que escribir varias cartas o correos electrónicos y me parecía más bonito, (para que fuera auténticamente “id… y proclamad…”, pues Jesús no decía “ve… y proclama…”), que no fuera sólo algo mío, sino de los dos sacerdotes que conformamos el equipo parroquial. Incluso alguna de esas cosas requería algo de urgencia y me venía la tentación de simplemente firmar yo y enviar rápido, pero calmaba mi impaciencia y esperaba a que nos viéramos (o le enviaba por correo el texto), para que él considerara si añadir, quitar o corregir algo. Ya decía S. Agustín: “más vale lo menos perfecto en unidad, que lo más perfecto cada uno por su cuenta”. Así, la “perfección” de urgencia o rapidez, quedaba superada y mejorada por la unidad, que hace posible el “donde dos o más… allí estoy Yo...”.

 

2.-        El Jueves Santo tarde-noche y el Viernes Santo por la mañana estuve varias horas ante Jesús sacramentado en el Monumento de nuestra parroquia. “Gotita a gotita” fue pasando bastante gente a estar con Él su buen ratito cada uno.

            Me di cuenta que a algunas personas yo no las conocía, y entonces como que noté en el corazón “id… y proclamad…” y, aunque me costaba “dejar” a Jesús-Eucaristía en unos momentos como esos álgidos de Semana Santa, salía yo un instante de la iglesia para saludar y conocer a esas personas, (¡para “ver” a Jesús en ellos y ser yo tangibilidad de “Su” acogida!).

Fueron encuentros bonitos: la mayoría eran matrimonios o familias enteras. La mayoría estaban cumpliendo la tradición de ir visitando a Jesús entre los oficios de Jueves y Viernes Santo en 7 monumentos distintos. Como por aquí no hay muchas iglesias relativamente cerca, les sugerí, por si no lo conocían (y así era), el Monumento en la capillita del Centro Mariápolis “Luminosa”, (que, además, cae dentro del término de nuestra parroquia). Muchos me agradecieron, tanto mi saludo como esa recomendación de un sitio cercano, (y me consta que luego fueron y les gustó mucho por su sencillez y austeridad, y por el ambiente joven que allí bullía esos días).

 

3.-        A una persona le ha gustado mucho la peli “La cabaña”, (¡¡os la recomiendo vivamente a todos!!), incluso la vuelve a ver de vez en cuando y siempre saca algo nuevo.

Basada en algo de esa película, (por cierto, yo tenía la peli, pero con el traslado no sé dónde quedó, para verla de nuevo o prestarla), estas últimas semanas de vez en cuando me manda este mensaje: “¿hoy (o esta tarde) no hay papi (papá)?”. Se refiere a un diálogo tú a Tú con Dios Padre que tiene entrañas de madre, Dios-Amor. Me viene genial ese recordatorio para sacar un rato extra de oración: le pongo un emoticono de manos juntas en cuando puedo contestarle, y así hacemos un rato de oración silenciosa unidos en la distancia.

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación», Mc 16, 15), la de marzo («Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», Mt 6, 12) y la de febrero («Al que venga a Mí no lo echaré fuera», Jn 6, 37):

1.-        quería compartir contigo algo tan sencillo de cómo Dios nos sorprende en cosas pequeñas.

Solo puedo oír la Misa de la TV. Después de la Misa hay unos minutos de oración con Jesús-Eucaristía, que siempre agradezco. El día anterior, al ir a comprar al súper, encontré una oferta de bombillas de la larga duración al 70%  de su precio ¡y de marca!

Al día siguiente, antes de comenzar la Misa, me asaltaba la ansiedad de ir a comprar las bombillas: dejar la Misa y la oración con Jesús, y así no perder la oferta, pues si me retrasaba podían agotarse las existencias. Después de un rato de luchar con esta idea, era mejor estar con Jesús y el rato de oración. Lo dejé en las manos de Dios.

Fui cuando todo terminó y, con lo que tardo, ya muy tarde, haciéndome a la idea de no encontrar nada. Al llegar fui inmediatamente al lugar. Cuál fue mi sorpresa que las habían rebajado aún más. Cuando pasé a pagarlas, me dicen que era un error: “salen más caras, pero como tienen ese precio, se las dejo así”.

Me parecía un regalo de Dios. Y solo me salía darle gracias y gracias. Yo le había puesto a ÉL primero, y Él me hacía un regalo.

 

2.-        el Jueves Santo por la mañana alcancé a ver el final de la película "Saulo camino a Damasco". Me quedé pensando en la pregunta: " Saulo, Saulo ¿por qué me persigues?

         Hablando con Jesús le decía: “yo, Señor, no te persigo como Saulo, pero... ¿te sigo como hizo él después? ¿Con esa intensidad y pasión?”. No llegué a responder la pregunta pues empecé a encontrarme mal, con fiebre, tos, frío.... 

No tenía ganas de pensar, leer, escuchar...

Hoy retomo de nuevo la lectura y otra frase me llama la atención: “¿no ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las escrituras?”. Pienso en ello y me doy cuenta de que así me siento yo cuando leo la Palabra de Dios: en verdad mi corazón se siente tocado con la lectura, y a veces sí que noto que donde sentía brasas de nuevo vuelve a arder la luz, la esperanza, la fe y la ilusión.

 

 

 

 

 

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