sábado, 30 de junio de 2018

LA PAZ OS DEJO, MI PAZ OS DOY


VIDA DE LA PALABRA                                  últimas semanas de junio

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la de mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23):

1.-        Dos conocidos míos son muy distintos (por no decir opuestos entre sí) y cuando estaba con uno y me hablaba del otro, procuraba yo sacar aspectos positivos del que no estaba en ese momento y permanecer yo con serenidad escuchando o cambiando de tema, procurando no ponerme de parte de nadie, sino conservar la paz.

2.-        Cuando felicité su cumpleaños por correo-e. a 


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de junio («Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios», Mt 5, 9) y la mayo («En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, modestia, dominio de sí», Ga 5, 22-23) y la de abril («En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna», Jn 6, 47):

1.-        para Dios nada es imposible y se ha visto en ese matrimonio casi perdido y en el abuelo que al final se ha ido a la casa del Señor con todos los deberes hechos.
Y es que cuando leo estas cosas, cuando leo tus experiencias y las de los otros hermanos, me alimento, me dan fuerzas, me confirmo y me reafirmo en que solo Dios es el TODO y lo puede TODO y que debemos siempre estar en ÉL. No para que nos dé, sino para hacer su voluntad y cuando la hacemos somos felices. Gracias, Paco, por compartir las experiencias de todos

2.-        ¡gracias, Paco, una vez más por este nuevo empuje a mitad de mes! Realmente esta PdV me está haciendo entender más claramente que la verdadera paz es un don de Dios y que, en primer lugar, mi parte es salvaguardarla dentro de mí. Me doy cada vez más cuenta de que, si no tengo la paz con Dios en mi interior, el “trabajo por la paz” que realizo no construye relaciones positivas con quienes tengo cerca. Por ello, a pesar de la falta de fuerzas por el calor que me afecta mucho, no he dejado de participar en la Misa diaria, de ir a confesar y de buscar momentos de oración que tanto me ayudan a poder acoger con Jesús el dolor personal y de los demás.
2b.-      Así he podido seguir amando a los hermanos con experiencias muy sencillas, como felicitar a familiares y personas conocidas (con S. Antonio, S. Luis y S. Juan han sido muchas), sobre todo a las que veo de tarde en tarde, o asistir a la cena de Jubilación de dos antiguas compañeras, aunque me cansa mucho llegar tarde por la noche a casa y no me apetecía nada.
2c.-      También, seguir yendo los sábados por la mañana a una Residencia de mayores para echar una mano y acompañar a estas personas, donde cada día experimento que es mucho más lo que recibo que el esfuerzo que me supone.
O ir a conocer, con otras amigas, el Centro de la Asociación donde colabora una de ellas como madre de un hijo con autismo. Después nos decía: “he disfrutado mucho compartiendo con vosotras esta parte de mi vida tan importante”.
O compartir con otras familias el piso que tengo en la playa y que no voy a usar todo el verano. Ya está allí una de ellas y hay otras tres más con las que hemos programado que pasen distintos periodos de estos meses para descansar allí.

3.-        en primer lugar pedirte perdón por no enviarte correos a menudo… Y en segundo, decirte GRACIAS, GRACIAS Y MIL GRACIAS, por… tener esa paciencia divina que te hace perseverar y no olvidarte nunca de nadie...
…gracias a la Palabra de Vida que me mandas cada mes, siempre tengo algo en qué pensar cuando estoy, por ejemplo, (como este mes), quitando cardos del cuello de las cepas a base de azada. Sin perder la costumbre de orar mientras laboreo como decía Santa Teresa y hace nuestro Papa Francisco. Así no se pierde el tiempo con malos pensamientos.
            En cuanto a dar gracias al Señor, no tengo bastantes horas para darlas. Hace ya tres años que le diagnosticaron a uno de mis hermanos un cáncer de cerebro: le daban sólo tres meses de vida, pero después de la operación, la radio y la quimio han pasado los años. Hace ya tres meses que en un tac han visto que se le está reproduciendo, pero a todo el mundo le sorprende la entereza con la que lo lleva y el ejemplo que da a su alrededor. Que sea lo que Dios quiera. Y por lo que los mismos médicos se sorprenden, quiere que siga aquí mientras ve crecer a sus tres hijos (y uno ya en la universidad).
            Hay tantas y tantas cosas por las que dar gracias, que nos faltan horas. Y ver en cada cosa que parece estorbarnos algo que nos fuerza a superarnos: hay que quitar muchos cardos, muchos estorbos, mucha mala hierba y pereza, para encontrar algo bueno, el fruto de tu trabajo. Cuanto más te cuesta algo, más ves su valor. Cuando tiendes a perder algo o a alguien, más echas de menos el tiempo que no has estado a su lado




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