viernes, 15 de junio de 2018

PAZ INTERIOR PRODUCE PAZ ALREDEDOR

Para revivificar la intensidad en hacer experiencias de poner en práctica la Palabra de junio («bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios») pueden contribuir a ello estos textos:


            

EL PRIMER PASO DE LA PAZ: TENERLA EN NUESTRO INTERIOR

La paz que alcanzamos dentro de nosotros, no la perdemos cuando a nuestro alrededor esta no existe.
          La paz interior es un estado de espíritu que revela nuestra relación con el ambiente y con lo trascendente. Va más allá del concepto de paz como ausencia de conflictos. Es mucho más que eso, es una postura espiritual constante y coherente delante de cualquier situación, porque nuestra verdadera paz está en Dios.
Buscar la unión con Dios dentro de nosotros es el primer paso para tenerla también con los hermanos.
          Quien está unido a Dios está unido también a todas las personas sin excluir a ninguna de ellas, pues esta unión está establecida ante todo, dentro del corazón como fruto de la unión con Dios.
          Por lo tanto, la paz dentro y alrededor de nosotros, la paz con todos, sin excepción.

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO




ANTE TODO TENER LA PAZ CON DIOS

Es esencial vivir en paz con uno mismo y con los otros, pero ante todo, vivir en paz con Dios.
          Vivir el amor y el perdón, promover la paz y la reconciliación, intermediar todo con mansedumbre y humildad.
Hablar de cosas que nos unen, poner la concordia como elemento fundamental en las decisiones, buscar el consenso incluso entre opuestos y establecer relaciones armoniosas con todos.
          No es fácil, pero es posible. Viviendo de este modo, estaremos haciendo la voluntad de Dios y, por tanto, estaremos en paz con Él.
          No basta con no pecar: tenemos que amar, hacer el bien, difundir la paz.
El proyecto de Dios para nosotros siempre fue el Paraíso, un reino de concordia y armonía. ¡Debemos reconquistarlo!

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO




EL OPERADOR DE PAZ DA EL PRIMER PASO

[...] para dar espacio al otro hay que olvidarse de uno mismo: aceptar sin sentir el peso (es decir, soportar) las diferencias del otro es un primer paso para no quedarnos en nosotros mismos. 
[...] será pues, concretamente: no juzgar las intenciones del otro por lo que hace o dice (y que puede ser que no comprendamos bien); no aumentar lo que vemos, sino tratar de observarlo por lo que es en el presente; conseguir mirar al otro, cada día, como si lo viéramos por primera vez, sin añadir a la molestia actual la de los días anteriores...
Hecho este primer paso, será más fácil saber leer lo que el otro tiene en su corazón y que, a menudo, es obscurecido por ese modo de actuar que nos molesta; y llegar a comprenderlo, a comprenderse, y también a ayudarse a mejorar. [...]"

FRANCESCO CHÂTEL, Primo passo: sopportare, Città Nuova




DAR NUEVA ESPERANZA A TODOS

La verdadera esperanza no es nunca a bajo precio: pasa siempre a través de las derrotas. La esperanza de quien no sufre, quizá no es ni siquiera tal. A Dios no le gusta ser amado como se amaría a un líder que arrastra a la victoria a su pueblo destruyendo con sangre a sus adversarios. Nuestro Dios es una luz tenue que arde en un día de frío y de viento, y aunque parezca frágil su presencia en este mundo, Él ha elegido el lugar que todos despreciamos.

PAPA FRANCISCO, Audiencia general miércoles 24 mayo 2017



LA CARIDAD EXIGE HUMILDAD

Hacer un acto de amor a otra persona requiere de mucha humildad.
Si no hubiera humildad, se corre el riesgo de querer apoderarse afectivamente del otro exigiendo reciprocidad.
          La pureza de corazón, el desapego del bien que se hace, revela la presencia de Dios en el hermano. Es a Él que ofrezco humildemente mi amor.
Amar con humildad es tener esta pureza de corazón: entender que tener caridad es servir y donarse.
El amor trae sus frutos y, para ser humilde, no debo apoderarme de las consecuencias de ese amor.
El desapego de todo el amor practicado es la certeza de que todas las obras realizadas por mí son obras de Dios.
La caridad es el amor que está siempre dispuesto a dar la vida. Y dar la vida es un acto de extrema humildad.


APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO

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