jueves, 16 de noviembre de 2023

SER LUZ, DAR LUZ

 VIDA DE LA PALABRA                     primeras semanas de NOVIEMBRE

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de noviembre («Pues todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas», 1 Ts 5, 5) y la de octubre («Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios», Mt 22, 21):

1.-        Ayer tarde iba yo al cajero y, como siempre aunque casi ninguno contesta, iba saludando con un “buenas tardes” a todo el mundo; algunos, sí, me han mirado extrañados. Sí saludó, (con cara de sorpresa), un hombre alto, relativamente bien vestido, que llevaba una litrona y una bolsa de patatas: pensé que venía de la compra.

            Cuando me doy la vuelta del cajero… está allí plantado mirándome. Casi me asusté. Y, de pronto, me pregunta: “¿es usted Paco-Tomás Tomás?”. “Sí”. “¡Le he reconocido por la voz!: escucho Radio María”. [Los jueves tengo el programa de 4 minutos “Una luz en tu vida”].

Me acerco y empiezo a caminar a su lado: no vive aquí, pero viene de vez en cuando a visitar a un tío: “¿por qué me ha saludado?: ¿porque llevo esto en la mano?” y me enseña la botella. “No, habitualmente aquí saludo a todo el mundo”. Añade él: “necesito confesarme”. “Pues acércate ahí enfrente, a la parroquia, ahora o cuando quieras”. “La verdad es que tendría que prepararme: creo que es solo por atrición, no por contrición”. Vi que tenía formación cristiana. Y continúa mostrando de nuevo la litrona: “están con descuento, a muy buen precio”. No estaba él bebido. Y le propuse que se animara y se dejara ayudar por los que le quieren; y que empezara ya, en ese mismo instante: yo le pagaba lo que le quedaba de su litrona y me la llevaba y él así se libraba de ella y luego cuando terminara su visita o el día que quisiera, que viniera a confesarse. Se quedó pensando: “creo que no: ¿qué pensará la gente si le ve a usted con la litrona abierta en la mano?”. Me agradó el detalle, aunque yo estaba dispuesto. Al final llegamos al acuerdo que la dejara al lado de una papelera y nos despedimos amigablemente con un “¡hasta pronto!”.

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de noviembre («Pues todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas», 1 Ts 5, 5), la de octubre («Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios», Mt 22, 21) y la de septiembre («Todos los días te bendeciré, alabaré tu nombre por siempre», Sal 145 [144], 2):

1.-        “EXPERIENCIA DE "DEVOLVED AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS" (Mt.22, 21)

Hace unos días falleció mi hermana con 91 años. Ha ido debilitándose poco a poco y ha muerto en paz, diciéndome que quería ir al Cielo.

Me ha dejado un gran vacío porque era la mayor de nosotros, y como una segunda madre.

Me pregunto el porqué de esta separación, de este dolor por su ausencia, y la Palabra de Vida viene en mi ayuda: "Devolved a Dios lo que es de Dios".

Cuando fui ordenado sacerdote me postré en el suelo: era suyo, soy suyo. E igualmente he visto a mi hermana, en la celebración de las Exequias así: desfallecido su cuerpo y sobre el suelo, al pie del altar. También era de Dios. San Pablo, en la Epístola que se proclamó, nos decía: "Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor... Para eso vino Jesús al mundo, para ser Señor de vivos y muertos" (Rom14, 8ss).

Me conforta mucho esta Palabra de Vida, porque le da sentido a lo sucedido, a la separación; también a mi vida, a las horas del día, al trabajo y al descanso, a la salud, la enfermedad y los momentos de oración. Tengo paz, me encuentro bien. Te pido una oración por ella.

 

2.-        “es la quinta vez que intento escribir respondiendo a tu correo-e. con la palabra de vida de noviembre. El ordenador se va de pronto, (además de escribir en una letra muy pequeña). Lo primero que tengo que aplicar, por tanto, es la paciencia.

Antes de seguir, y esto explica quizás que esté un poco más nerviosa, es que hace varios días me dieron el resultado de una analítica: tengo el hígado graso y tengo cita con el especialista. En principio, por lo que dice la gente, tener un plan muy severo, etc. Que se une a la comida de diabética… O sea, como digo, que no tengo que ponerme a pensar qué puedo ofrecer a Dios cada día…

2b.-     La Palabra de Vida, como siempre, viene “a pedir de boca”. La de octubre me ayudó mucho. “Dad al César lo que es del César…” Me ayudaba a tratar de actuar en cada momento mirando y valorando la dignidad de la persona que tenía delante o a la que debía servir. Por ejemplo, en la comunidad, ante ciertos detalles que se habían olvidado o que pasan desapercibidos… “salir al paso haciéndolos con cariño y lo mejor posible”.

La parte de Dios me ha hecho revisar mi oración en tiempo, calidad…tratando de que mi amor a Él sea lo más importante, unido al amor al prójimo…

2c.-      En la palabra de Vida de este mes, voy viendo, concretamente, lo que me va diciendo para que vaya practicándola: “Ser hijos de la luz”, que me lleva a Ver en ello la vivencia del “momento presente”. Esto es una llamada a centrarme en lo que estoy haciendo: poner bien la mesa, fregar bien, dejar todo ordenado… aprovechar el tiempo.

Me ilusiona “ser luz” porque para mí siempre la luz natural ha sido algo que me llena y me atrae. Y, cuando pienso en la luz de Dios, se me hace más atractiva y esa luz que puedo ver en la Palabra de Dios, en la presencia y comunicación con un hermano, en el encuentro con Dios en la oración. Me viene la expresión “Tu Luz nos hace ver la luz”. Es una sed de iluminar y buscar la LUZ de Jesucristo… Viene al corazón la exigencia de vivir la Palabra…

Una llamada muy fuerte es “ser signo de la presencia de Dios”, que me exige ponerme yo en la presencia de Jesús y ver si mis actitudes responden a su querer.

 

3.-        “…la Palabra de octubre me ha ayudado a vivir mejor mi relación con Dios cumpliendo sus Mandamientos y mi relación con los gobernantes rezando más por ellos y pagando con alegría los impuestos….


 

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