miércoles, 15 de noviembre de 2023

ENCENDER LUZ EN LA OSCURIDAD

 Nos quedan quince días para acabar este año litúrgico con la semana que empieza con el domingo de Jesucristo Rey del Universo.

Nos ayudará a finalizarlo bien el reintensificar el vivir la Palabra del mes («Pues todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas», 1 Ts 5, 5):

 


 

ACEPTAR NUESTRAS HERIDAS

 

El dolor puede ser fuente de luz. Veamos la luz que viene de Jesús en la cruz.

Cuando amamos tenemos la luz dentro de nosotros, y todas las situaciones por las que pasamos, especialmente en el sufrimiento, las heridas, son iluminadas por esta luz.

Cuando acogemos nuestras heridas, no como desgracias, sino como medios para ayudarnos a la redención del mundo, transmitimos a todos los reflejos de la luz de Dios, que ilumina las tinieblas.

Cuando acogemos nuestras heridas, acogemos al mismo Jesús, que transforma el dolor en amor.

No huyamos de las cruces, de nuestras heridas, sino afrontémoslas con amor y valentía, porque más allá de las llagas del Crucificado está la resurrección.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 9 de noviembre

 

 

 

 

SÉ HIJO DE LA LUZ CON ALEGRÍA NACIDA DEL EVANGELIO

 

El Evangelio no es una ideología: el Evangelio es un anuncio, un anuncio de alegría. Las ideologías son frías, todas. El Evangelio tiene el calor de la alegría. Las ideologías no saben sonreír, el Evangelio es una sonrisa, te hace sonreír porque te toca el alma con la Buena Noticia.

El nacimiento de Jesús, en la historia como en la vida, es el principio de la alegría: pensad en lo que les sucedió a los discípulos de Emaús que de la alegría no podían creer, y los otros, después, los discípulos todos juntos, cuando Jesús va al Cenáculo, no podían creer de la alegría (cfr. Lc 24,13-35). La alegría de tener a Jesús resucitado. El encuentro con Jesús siempre te lleva a la alegría y si esto no te sucede a ti, no es un verdadero encuentro con Jesús

la humanidad abunda de hermanos y hermanas que esperan una palabra de esperanza. El Evangelio es esperado también hoy: el hombre de hoy es como el hombre de todo tiempo: lo necesita, también la civilización de la incredulidad programada y de la secularidad institucionalizada; es más, sobre todo la sociedad que deja desiertos los espacios del sentido religioso, necesita de Jesús. Este es el momento favorable al anuncio de Jesús. Por eso quisiera decir nuevamente a todos: «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría» (ibid.,1). No olvidemos esto. Y si alguno de nosotros no percibe esta alegría, se pregunte si ha encontrado a Jesús. Una alegría interior. El Evangelio va en el camino de la alegría, siempre, es el gran anuncio. Invito a todo cristiano, en cualquier lugar y situación se encuentre, a renovar hoy mismo su encuentro con Jesucristo. Cada uno de nosotros hoy se tome un poco de tiempo y piense: “Jesús, Tú estás dentro de mí: yo quiero encontrarte todos los días. Tú eres una Persona, no eres una idea; Tú eres un compañero de camino, no eres un programa. Tú eres Amor que resuelve muchos problemas. Tú eres el inicio de la evangelización. Tú, Jesús eres la fuente de la alegría”. Amén.

 

PAPA FRANCISCO, Audiencia General,  miércoles, 15 de noviembre de 2023

 

 

 

 

 

SERVIR CON PRONTITUD

 

No podemos esperar el momento adecuado para amar, porque el mejor momento es ahora.

No podemos perder el tiempo planificando un amor que nunca sucede, y llegar al final de la vida con el arrepentimiento de no haber amado lo suficiente para alcanzar la felicidad eterna.

Debemos amar con prontitud, de inmediato, sirviendo a quien está a nuestro lado en el momento presente.

Amar siempre, porque el amor se concreta en pequeños gestos que son fragmentos de eternidad.

Amar de inmediato, con prontitud, porque nuestra eternidad comienza ahora, en el momento presente de la vida.

Amar con alegría, porque nuestra voluntad de servir es lo que realmente nos hace felices.

 

APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra, 24 de octubre


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