jueves, 1 de junio de 2023

TENED UN MISMO SENTIR Y PAZ

 PALABRA DE VIDA                                        junio 2023

 

 

«Alegraos, sed perfectos, animaos;

tened un mismo sentir; vivid en paz,

y el Dios de la caridad y de la paz estará con vosotros»

(2 Co 13, 11)

 

El apóstol Pablo ha seguido con amor el desarrollo de la comunidad cristiana en la ciudad de Corinto; la ha visitado y sostenido en momentos difíciles.

Sin embargo, en un momento dado debe defenderse, con esta carta, de acusaciones de otros predicadores para quienes el estilo de Pablo era discutible, pues no pedía retribución por su trabajo misionero, no hablaba según los cánones de la elocuencia ni se presentaba con cartas de recomendación que afirmasen su autoridad, y proclamaba que comprendía y vivía su propia debilidad a la luz del ejemplo de Jesús.

Con todo, al concluir su carta, Pablo entrega a los corintios un llamamiento lleno de confianza y esperanza:

 

«Alegraos, sed perfectos, animaos; tened un mismo sentir; vivid en paz, y el Dios de la caridad y de la paz estará con vosotros».

 

La primera característica que salta a la vista es que sus exhortaciones están dirigidas a la comunidad en su conjunto como lugar en el que se puede experimentar la presencia de Dios. Todas las debilidades humanas que dificultan la comprensión recíproca, la comunicación leal y sincera, la concordia respetuosa de la diversidad de experiencias y de pensamiento pueden ser sanadas por la presencia del Dios de la paz.

Pablo sugiere ciertos comportamientos concretos y coherentes con las exigencias del evangelio: procurar realizar el proyecto de Dios sobre cada uno y sobre todos, como hermanos y hermanas; poner en circulación el mismo amor consolador de Dios que hemos recibido; cuidar los unos de los otros, compartiendo las aspiraciones más profundas; acogerse mutuamente, ofreciendo y recibiendo misericordia y perdón; alimentar la confianza y la escucha.

Son opciones que dependen de nuestra libertad y que a veces requieren la valentía de ser «signo de contradicción» respecto a la mentalidad corriente.

Por eso, el Apóstol recomienda también animarse mutuamente en este esfuerzo. Para él lo que vale es custodiar y testimoniar con alegría el valor inestimable de la unidad y de la paz, en la caridad y en la verdad. Todo, siempre, basado en la roca del amor incondicional de Dios, que acompaña a su pueblo.

 

«Alegraos, sed perfectos, animaos; tened un mismo sentir; vivid en paz, y el Dios de la caridad y de la paz estará con vosotros».

 

Para vivir esta Palabra de vida, miremos también nosotros, como Pablo, al ejemplo y los sentimientos de Jesús, que vino a traernos su propia paz (cf. Jn 14, 27). Y esa «[…] no es solo ausencia de guerra, de disputas, divisiones o traumas. […]: es plenitud de vida y de alegría, es salvación integral de la persona, es libertad, es fraternidad en el amor entre todos los pueblos. […] Y ¿qué hizo Jesús para darnos “su” paz? Pagó en persona. […] Medió entre los contendientes, cargó con los odios y las separaciones, derribó los muros que separaban a los pueblos (cf. Ef 2, 14-18). […]

»Construir la paz requiere también de nosotros un amor fuerte, capaz de amar incluso a quien no nos corresponde, capaz de perdonar, de superar la categoría de enemigo, de amar la patria del otro como la propia. […] Además exige de nosotros un corazón y unos ojos nuevos para amar y ver que todos son candidatos a la fraternidad universal. […] “El mal nace del corazón del hombre –escribía Igino Giordani–, y para apartar el peligro de la guerra hace falta desterrar el espíritu de agresión, de explotación y egoísmo del que procede la guerra: hace falta reconstruir una conciencia[1]»[2].

Bonita Park es un barrio de Hartswater, localidad agrícola de Sudáfrica. Como en el resto del país, persisten los efectos heredados del régimen del Apartheid, sobre todo en el ámbito educativo: el nivel escolar de los jóvenes miembros de las comunidades negras y mestizas es muy inferior al del resto de grupos étnicos, con el consiguiente riesgo de marginación social.

El proyecto The Bridge nace para crear una mediación entre los distintos grupos étnicos del barrio y compensar los desfases y diferencias culturales con la creación de un plan de refuerzo escolar y un pequeño espacio común: un lugar de encuentro entre culturas diversas para niños y adolescentes. La comunidad demuestra un gran deseo de trabajar juntos: Carlo ha ofrecido su vieja camioneta para recoger la madera con la que han fabricado los bancos, y el director de la escuela primaria más cercana ha regalado estanterías, cuadernos y libros. Por su parte, la Iglesia Reformada Holandesa ha donado cincuenta sillas. Cada uno ha hecho su parte para reforzar cada día más este puente entre culturas y etnias[3].

 

Letizia Magri y el equipo de la Palabra de vida



[1] I. Giordani, L’inutilità della guerra, Roma 20032, p. 111.

[2] Cf. C. Lubich, Palabra de vida, enero de 2004: Ciudad Nueva n. 405 (1/2004), p. 22.

[3] Cf. https://www.unitedworldproject.org/es/workshop/voces-ser-el-cambio-en-sudafrica-2/.


No hay comentarios:

Publicar un comentario