miércoles, 31 de mayo de 2023

AMAOS DE CORAZÓN MUTUAMENTE

 VIDA DE LA PALABRA                         últimas semanas de MAYO

 

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de mayo («Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo», Rm 12, 10) y la de abril («Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra», Col 3, 2): 

1.-        El domingo pude finalmente ir a las previstas ordenaciones sacerdotales. Tuve que esperar a esa misma mañana para que se constituyera la mesa electoral, pues yo estaba designado como suplente de presidente de mesa.

Esperando también como suplentes, encontré otros 3 conocidos con quienes pude charlar amigablemente, 2 de ellas, vecinas entre sí, (aunque no se conocían: yo laspresenté), y del Centro Mariápolis. Fue un rato bonito de charla amistosa y de fe. Cuando ya nos liberaron a ellas y a mí, como yo sabía que una de ellas no tiene coche, (su barrio está a media hora andando del colegio electoral), y había empezado a chispear, le pedí a la otra que la llevara en su coche.

            A la ordenación se venía un focolarino, (que también estaba pendiente de si yo me tenía que quedar en la mesa o no). Fue bonito, pues, continuar en “clima” de “Jesús en medio” por ese amor cristiano recíproco las 4 horas largas de viaje, (por lo que, además, no se me hizo pesado conducir todo el tiempo tanto a la ida, -con varios “diluvios” incluidos- como a la vuelta), preguntándole a menudo si necesitaba que parásemos o si tenía frío o calor.

            Fue todo uno llegar allí al Seminario y sentirse en familia, (“notar” esa presencia del Resucitado en medio), tanto por un gran amigo sacerdote (formador ahí), como  por varias del focolar ahí contiguo, como por algunos de los ordenandos.

            La ceremonia se preveía bastante más larga de lo que ya lo sería por sí misma y traté de vivirla por un lado poniéndome en la piel de los que estaban siendo ordenados, (lo cual me hizo saborearla desde lo que conozco de sus corazones) como recordando yo (y de alguna manera renovando con ilusión) mi propia ordenación hace ya casi 34 años. Lo mismo la primera Misa de uno de ellos al día siguiente.

            Pudimos hacer algo de turismo, pero poniendo antes que a nosotros la rodilla del compañero de viaje, que se le había resentido mucho. Era bonito pensar primero en él a cada momento.

Me emocionó poder rezar ante el arca que contiene el Santo Sudario, (lienzo, especie de capucha, que pusieron sobre la cabeza de Jesucristo nada más morir mientras lo bajaban de la cruz).

Comida y cena realizadas en el focolar nos envolvían a unas y otros también en ese aire de familia que rezuma divino.

            Así que, 48 horas de unidad, de presencia de Jesús en medio de una manera o de otra. ¡Ah!: a pesar de las previsiones de lluvia, no nos hizo falta en ningún momento el paraguas.

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de mayo («Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo», Rm 12, 10), la de abril («Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra», Col 3, 2) y la de marzo («Vivid como hijos de la luz; pues el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad», Ef 5, 8-9):

1.-        “es un regalo, leer vuestras experiencias; me da la fuerza para vivirla yo también.

La PdV de este mes "Amaos cordialmente unos a otros", me ha dado un empuje, para vivir delante de cada persona con todo mi amor.

Siendo consciente de cada gesto, sonrisa, escucha, que doy para poder amar con el amor que Jesús pone en mi corazón.

También, pidiendo y ofreciendo por las necesidades de tantas personas, cercanas y lejanas.

Parece que Jesús, no se deja vencer en generosidad; algunos días, me ponía delante personas, que era yo la que se sentía amada por ellas.

Un Saludo. Sigo viviendo la PdV.

 

2.-        “Hoy, más que nunca, entiendo aquello que muchas veces te he oído decir sobre "vivir el momento presente".

Hace unos dos años guardé en unas  cajas todo lo que tenía referente a catequesis. Pensaba que era tema del pasado, que ya no lo iba a necesitar y lo llevé a la parroquia por si a alguien le podía ser útil.

Otro tanto hice con hilos, revistas, telas... que utilizaba cuando hacía punto de cruz o muñecas con fregonas. También lo di, puesto que llevaban en el armario años sin usarse.

Lo mismo ocurrió con los Playmobil y la Lego de mi hijo, todo fue a parar para otros niños

A las dos semanas de desprenderme de todo ello, me proponéis en la parroquia ser catequista y ahí que me encontré de nuevo retomando un tema que yo ya había dado por finalizado.

Poco después me llega otra propuesta y de repente me encuentro montando en pequeñas vitrinas escenas de la Biblia con unas figuras de barro cuya colección empecé a hacer cuando era pequeña. 50 años llevaban aquellas figuras (las primeras) en una vitrina de mi habitación y ahora, de repente, de lo privado pasaban a ser públicas.

Dos años me he pasado con ambas cosas. Un mes intenso ha sido este de mayo preparando la comunión de los niños de mi grupo y, sin embargo, ha sido pasar ese día y me he quedado "en blanco".

Todo ello lo siento como algo lejano en el tiempo.

Mi mente y mi corazón ya están centrados en otra cosa. Por de pronto, preparando papeles para hacer la memoria de la fundación, a la par que haciendo maletas para poner, mañana, rumbo a un pueblo. Creo que va a llover pero no nos importa, nos hace mucha ilusión ir a visitar a los padres de un amigo y recorrer la zona con ellos.

            A la vuelta, Dios dirá. Toca repensar para ver qué hago el curso que viene.

 

 

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