PALABRA DE VIDA septiembre
2019
y edificaos los unos a los otros»
(1 Ts 5, 11)
El apóstol Pablo escribe a la comunidad
cristiana fundada por él en la ciudad de Tesalónica. No puede volver a
visitarlos porque ha tenido que huir de allí a causa de graves dificultades y
persecuciones. Sin embargo, a través de sus cartas sigue acompañándolos con su amor
e incluso los alaba por su constancia y perseverancia en la fe. ¡Se han
convertido en testigos ejemplares!
Pablo conoce los interrogantes
profundos de esta comunidad, sus preguntas existenciales: ¿qué les espera
después de morir? Si el Señor vuelve pronto, ¿cómo prepararnos adecuadamente
para su venida definitiva?
Pablo no responde indicando preceptos,
sino profesando de nuevo su fe: Jesús ha dado la vida por amor a toda la humanidad y ha
resucitado, y de ese modo abre a todos el camino hacia la Vida.
Como preparación para su vuelta, aconseja vivir
en la vida diaria según el Evangelio, seguir trabajando honestamente
y construyendo
una comunidad fraterna:
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros».
Él mismo lo ha experimentado: el Evangelio hace germinar
la semilla de bondad que Dios ha depositado en el corazón humano.
Es una semilla de esperanza que crece
en el encuentro personal y diario con el amor de Dios y florece en el amor
recíproco; estimula a combatir las malas semillas del individualismo y de la
indiferencia, que provocan aislamiento y conflictos, a llevar los unos
los pesos de los otros y a
alentarnos mutuamente.
Es una Palabra sencilla que todos
podemos comprender y poner en práctica, pero que puede revolucionar nuestras
relaciones personales y sociales; un consejo muy valioso que nos ayuda a
redescubrir la verdad fundamental de la fraternidad, raíz de tantas culturas.
Así la expresa el principio de la filosofía bantú del Ubuntu: «Yo soy porque nosotros somos».
Este fue el pensamiento que guió la
acción política en Suráfrica del gran líder metodista Nelson Mandela, quien
afirmaba: «Ubuntu no significa no
pensar en uno mismo, sino más bien preguntarse: ¿quiero ayudar a la comunidad que tengo
alrededor?». Su acción coherente y valiente supuso un vuelco
histórico en su país y un gran paso adelante en la civilización.
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros».
¿Cómo vivir esta Palabra?
«Procurando crecer también nosotros en el amor
recíproco en nuestras familias, nuestro entorno de trabajo, nuestras
comunidades o asociaciones eclesiales, parroquias, etc. Esta Palabra nos pide
una caridad
sobreabundante, es decir, una caridad que sepa superar las medidas mediocres y las
barreras procedentes de nuestro sutil egoísmo. Bastará con pensar en
ciertos aspectos de la caridad (tolerancia, comprensión, acogida recíproca,
paciencia, disponibilidad de servicio, misericordia ante las faltas reales o
presuntas de nuestro prójimo, comunión de bienes materiales, etc.) para
descubrir muchas ocasiones de vivirla.
Además, si en nuestra comunidad se da
este clima de amor
mutuo, es evidente que su calor irradiará inevitablemente a todos.
Incluso quienes aún no conocen la vida cristiana se percatarán de su atractivo
y, muy fácilmente, casi sin darse cuenta, se verán envueltos en ella, hasta sentirse
parte de una misma familia» (Chiara Lubich).
«Confortaos mutuamente y edificaos los unos a los otros».
Con este espíritu nació en la ciudad de
Palermo (Italia) un grupo de asistencia médica multidisciplinar, psicología y
enfermería al servicio de los pobres de la ciudad. Dicen sus protagonistas:
«Somos un grupo de médicos y personal sanitario de distintas Iglesias
cristianas. Las
palabras del Evangelio nos alientan a reconocer en cada persona a un hermano o
una hermana, en particular a los aquejados por la enfermedad que no
pueden acceder a un tratamiento. Entre nuestros asistidos hay personas
afectadas por enfermedades muy graves, o también adictos al juego y a Internet.
Ofrecemos nuestra profesionalidad en los lugares donde trabajamos, potenciando
ambulatorios médicos ya existentes. Para mantenernos al día entre nosotros y
comunicar las distintas necesidades de intervención, hemos creado un grupo de
WhatsApp, una página en Facebook y una lista de correo. Aunque llevamos poco
tiempo, este grupo está ya operativo para la población migrante, en particular
una comunidad ghanesa adventista de la ciudad. Un grupo numeroso y alegre con
el que sentimos la alegría de ayudarnos como hermanos e hijos de un único
Padre».
LETIZIA MAGRI
N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida
y en
MP3 para escuchar en el
móvil.
en más de 30 idiomas.
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