martes, 30 de abril de 2019

PEQUEÑOS GESTOS CON GRAN ESPÍRITU DE SERVICIO

VIDA DE LA PALABRA                       últimas semanas de ABRIL

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros», Jn 13, 14) y la de marzo («Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo», Lc 6, 36):

1.-      El Viernes Santo, después de celebrar los Oficios de la Pasión del Señor en el Centro Mariápolis de Las Matas, vine con agilidad para ayudar en los de la parroquia y… ¡de nuevo, y esta vez con lluvia, no puedo entrar porque el portón de la cochera está taponado por otro vehículo aparcado encima de la acera! El templo parroquial, repleto de gente, con lo cual no había aparcamiento en los alrededores.
Al notar que se encendía dentro de mí la queja, rápidamente rechacé la tentación. Me acordé de las experiencias similares de la semana anterior (te las conté en el correo-e. de hace quince días). Y, sobre todo, ¡recordé el día que era y lo que acababa de celebrar!
Así que, ¿cómo “lavar los pies”? Con solo relativa paz (¡y con miedo que viniera la grúa y me llevase a mí el primero!) aparqué mi coche en el único sitio posible: taponando, a mi vez, al coche aparcado en nuestro portón de entrada y repitiéndome en la mente que no se me olvidara quitarlo para que él pudiera irse (y que no debía yo exteriorizar entonces mi malestar).

2.-      Al acabar la Vigilia Pascual en la parroquia, (yo había ayudado en esta, pero previamente la había celebrado en el Centro Mariápolis), ya pasada la 1 de la madrugada, subo cansado y feliz a la vez a casa. Pero… ruidos de botar un balón de baloncesto y de la canasta. Por un instante me viene la tentación: “con el tremendo ajetreo de estos días, mi necesidad de dormir… y mañana madrugar…, ¡pero no puedo perder la alegría de la Pascua!”.
Media hora después, ya para acostarme, pensé asomarme a la ventana y (venciendo el profundo enfado que de nuevo me volvía) pedirles por favor y de muy buenas maneras que apagaran el foco y dejaran de hacer ruido (además del balón, también decían abundantes “tacos”).
Preferí, por si no se lo toman bien, no “manchar” tan solemne noche. Además, si jugaban a esas horas, ¿quizá sería porque habrían estado antes en alguna Vigilia Pascual? Por otra parte, pensé: “si están haciendo deporte, ¡mucho mejor que si estuvieran en una discoteca o haciendo gamberradas o viendo tonterías o…”. Y me acosté. ¿Y cómo vivir la PdV sin dormir?: aproveché para rezar por ellos (también eso es un servicio por amor, el “lavar los pies” que pide la PdV) y también por otros muchos jóvenes que quizá no estuvieran haciendo nada “sano”.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de abril («Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros», Jn 13, 14), la de marzo («Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo», Lc 6, 36) y la de febrero («Busca la paz y anda tras ella», Sal 34, 15):

1.-        “ahora sí que he recibido el correo con la PdV. Maravillosas manifestaciones de amor y respeto por todos nuestros hermanos, más próximos o más distantes; lo percibo en cada escrito: mi agradecimiento y unidad.
Mi Cuaresma, con cariño...; mis planes, lo que Dios me va dictando en cada momento, según su voluntad... cambio mis planes y los adapto a los de los que me rodean, porque así me lo pide Él

2.-        “creo que estamos tod@s, un poco saturaos de querer hacer muchas cosas, y por ello estamos crispados y no atendemos a cada uno lo bien que debiésemos. Me he planteado hacer menos cosas y… mejor las que haga. Confío que el Espíritu Santo me ayude a lograrlo, así se lo ofreceré hoy al Señor

3.-        “personalmente, me resuenan las palabras del apóstol San Juan: “Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor”. Y qué poco nos percatamos de las muestras de amor desinteresado que hay constantemente a nuestro alrededor.
Estas palabras me hacen coger energías para enfrentarme con muchos de mis alumnos que, desgraciadamente, no conocen lo que es el verdadero amor en el hogar, y que, sin embargo, no paran de sorprenderme con sus muestras de cariño.
Al principio cuando buscaba trabajo, miraba por sitios más “fáciles” a nivel de comportamiento, pero tras conseguir este trabajo, y después de mis experiencias pasadas tanto aquí como en España, compruebo que Dios me quiere trabajando con este tipo de niños. ¡Algo bueno tendré que aportarles!

4.-        “…hoy me ha pasado una anécdota de las tuyas: salía de correos, de hacer una gestión, y me he cruzado con la artista que hizo la paloma que me regalaron en mi cumple. Yo iba hablando con mi marido por el móvil, así que al cruzarme con ella, la he saludado con la mano y he seguido caminando. Unos pasos después, finalizada la conversación telefónica, me he detenido y me he dicho: “esta oportunidad no la puedo dejar escapar”. Así que, en vez de seguir mi camino, me he girado en redondo y he ido a su encuentro y le he dado las gracias por la paloma. He intercambiado unas palabras con ella y me he enterado de dónde tiene su estudio y los días que está, así que iré a visitarla. Me hace ilusión verla a ella y ver dónde hace sus esculturas…



Si quieres leer más experiencias similares, 
de gente de todo el mundo,
puedes encontrarlas “pinchando” AQUÍ o
AQUÍ o también AQUÍ




N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,

mándamela por correo-e.


No hay comentarios:

Publicar un comentario