PERSEVERAR
SUPERANDO CADA OBSTÁCULO
Un obstáculo puede
convertirse en un trampolín o en una barrera, un estímulo o un impedimento:
todo va a depender de mi postura delante de él.
Las dificultades existen y siempre
existirán. Lo que debemos cambiar es el modo cómo encaro cada problema, cómo
acojo cada dificultad.
La perseverancia es el
secreto, es la fuerza que me hace seguir adelante a pesar de los problemas de
la vida cotidiana.
El discernimiento y la sabiduría
me hacen evitar las complicaciones innecesarias, pero lo que no puedo evitar o
cambiar, debe ser encarado con coraje y determinación.
La fe mueve montañas, pero
algunas montañas no deben ser transportadas y sí bordeadas. Así como hacen los
ríos: rodean montañas y siguen su curso.
Perseverar no significa
seguir adelante solos, sino confiar en la ayuda de los hermanos y en la
Providencia de Dios, entregándonos en sus manos.
APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 6 abril
CRISTO, PASCUA PERENNE
Nos acercamos a la Pascua. Mientras que en el mundo se respira un clima
de miedo por la amenaza terrorista, ¿qué respuesta ofrece el misterio del
Viernes Santo y de la Pascua de Resurrección?
Chiara Lubich: Cada día es un Viernes Santo. Al ver el telediario, ante
la sucesión de asesinatos y atentados, ante esas imágenes inhumanas de
violencia, ante el grito de esos sufrimientos, resuena el grito de abandono que
lanzó Jesús al Padre en la cruz: «Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»; su prueba más alta, las
tinieblas más oscuras. Pero es un grito que no quedó sin respuesta. Jesús no se
quedó en el abismo de aquel sufrimiento infinito, sino que, con un esfuerzo
inmenso e inimaginable se volvió a abandonar al Padre, superando ese enorme
dolor y reconduciendo así a los hombres al seno del Padre y al abrazo
recíproco.
Sabemos cuáles son las causas más profundas del terrorismo: el
resentimiento, el odio refrenado, los deseos de venganza incubados por pueblos
oprimidos desde hace mucho porque los bienes no son compartidos, los derechos
no son reconocidos. Lo que falta es la comunión, la capacidad de compartir, la
solidaridad. Es urgente, por tanto, suscitar en el mundo, por doquier, espacios
de fraternidad, esa fraternidad reconquistada en la cruz.
Desde esa cruz, Jesús nos da la lección altísima, divina, heroica, sobre
lo que es el Amor: un amor que no hace distinciones, sino que ama a todos; no
busca recompensa, sino que siempre toma la iniciativa; sabe hacerse uno con el
otro, sabe vivir en el otro; tiene una medida sin medida: sabe dar la vida.
Este amor tiene una fuerza divina, puede desencadenar la revolución cristiana
más poderosa que tiene que invadir no sólo el ámbito espiritual, sino también
el humano, renovando cada una de sus expresiones: cultura, política, economía,
ciencia, comunicación. Esta será la lucha más radical contra el terrorismo:
mostraremos la potencia de la resurrección que ha vencido al odio y la muerte,
el verdadero rostro del cristianismo, un rostro sumamente diferente al del
mundo occidental.
Entrevista a CHIARA LUBICH, de
Agencia ZENIT, 8 abril 2004
SABER CAPTAR LO
POSITIVO EN CADA UNO
Todas las personas, sin
excepción, son criaturas de Dios y dentro de cada una existe una chispa del
bien y de la bondad de Dios. Bastaría tener conciencia de este hecho, para
aprender a captar lo positivo de cada uno que cruza nuestro camino.
El ambiente hostil, las
dificultades de la vida, el mal que existe en el mundo, pueden intentar apagar
esa marca indeleble de Dios en nosotros, pero no lo consiguen.
Incluso en la persona más
embrutecida que exista, si la miramos con la mirada misericordiosa de Dios,
conseguiremos captar algo positivo, como una pequeña llama que aún arde en su
interior y que puede reavivarse.
El fuego abrazador del amor
que arde en nuestro pecho es capaz de captar lo positivo y reavivarlo en los
corazones, “he venido a traer fuego a la tierra y ¡cuánto desearía que ya
estuviera ardiendo!” (Lc 12,49).
APOLONIO CARVALHO NASCIMENTO, Comentario al Pasapalabra del 13 abril
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