VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de ENERO
Alguna de mis
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Justicia, solo justicia has de
buscar», Dt 16, 20) y la de diciembre
(«Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4,
4):
1.- Después de hacer la ronda de visitas en el
hospital, me encuentro casi en la puerta de salida con una señora. Trato de dar
los buenos días con una sonrisa a cada persona. Esta, al verme el alzacuellos
empieza a despotricar en voz alta. Me acerco, me paro y la escucho. Ella cada
vez más enfadada empieza a echar la culpa a Dios de todo. La miro en paz.
Justicia es escucharla, aunque no me agrade el modo de decir las cosas. Ella habría
querido suicidarse y no lo logró; su marido quiere vivir y tiene un tumor
maligno. Naturalmente, justicia es sobre todo amar a Dios, el único Justo: en
mi escucharla atento, ante alguna de sus barbaridades, simplemente o muevo la
cabeza negativamente con paz o le digo “no es así” con toda calma y
comprensión. Termina diciendo: “Pues el crucifijo que tenía en la mesilla, lo
he metido en el cajón y lo he cerrado con llave”, como para “castigar” al Señor
a través de su imagen. Cuando ya se ha desahogado, se ha vaciado y ha repetido
todo varias veces, con ternura trato de hacerle ver todo en clave positiva y de
redescubrirle desde otra perspectiva distinta a la suya que Dios es Amor, (¡y
lo creo firmemente incluso en esas situaciones!), que todo todo todo sirve al
bien para los que aman; que si a alguien quería Dios es a su Hijo Jesucristo y
permitió que sufriera y muriera porque había un designio mucho más grande e
inimaginable, que es la redención de todos y, lo que nadie podría haber
pensado, la Resurrección del Hijo; le hablé del misterio de Jesús Crucificado y
Abandonado, y como Él en el culmen del dolor (¡culmen del amor!), continuó
amando al Padre (fiándose de su designio) y amando a todos (incluso a los que
le crucifican)…
Además, me atrevo a decirle: “si te has enfadado
con Dios, eso es porque en el fondo le quieres”. Al final, me agradeció la
escucha; se fue con paz… y… dispuesta a sacar el crucifijo del cajón…
“Justicia, solo justicia he de buscar”: Dios, solo Dios Amor debe reinar.
2.- Ayer y hoy no tenía yo un segundo libre: no podía
yo permitirme “el lujo” de perder ni unos segundos. Y para ello, aunque
procuraba estar más atento para aprovechar todo bien, paradójicamente… he
tenido olvidos y despistes (y debía regresar a buscar algo), he quedado para
varias tareas a la vez (y tener que llamar y disculparme…). ¿Demasiadas
ocupaciones…, preocupación porque mi madre está peor estos días…?
Me entraba mal humor conmigo mismo:
“¡precisamente cuando más prisa tengo…!”, me quejaba interiormente. Pero, ¡esto
no puede ser! Me decía a mí mismo: “¿cuál es la PdV?; ¡ah, justicia! ¿Y cuál es
la justicia aquí? La justicia es que Dios siempre va conmigo, ¡¡y no tiene por
qué “pagar” Él mi mal humor y desencanto por mis propios olvidos y meteduras de
pata!!”. Así que, a sonreír no solo exteriormente para los demás, sino
internamente para mí y para Él, ¡y a reírme de mí mismo!, ¡¡y a seguir “comentando
la jugada” con Él, con el Señor a mi lado!!
Alguna de vuestras
EXPERIENCIAS tratando de
llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de de enero («Justicia, solo justicia has de
buscar», Dt 16, 20), la de diciembre
(«Estad siempre alegres en el Señor», Flp 4,
4) y la de noviembre («Mira que
estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en
su casa y cenaré con él y él conmigo», Ap 3, 20):
1.- “…sinceramente, Paco, el día 1 cuando leí la PdV de enero
me pareció difícil de poner en práctica, pero poco a poco me parece que ha ido
calando dentro de mí. Un día que volvía a meditar el comentario, sentí fuerte
que la primera justicia que debía buscar era darle todo a Dios, ya que Él me ha
dado todo. Esto me ha hecho renovar con mayor decisión mi compromiso de vivir
sólo para Él y, también, a ser más sensible en el amor al hermano. Te digo
algunos pequeños detalles:
1b.- Últimamente, estoy
teniendo que usar bastantes veces el GPS. Hay parte del recorrido que ya
conozco y me ponía nerviosa oírla. Un día sentí que también debía amar a la
persona que había hecho la grabación y escucharla con calma. Con esta actitud
ya no me molestaba, era como una amiga, que a veces me repite cosas que ya sé,
y rezaba por ella con agradecimiento (Dios sabe quién es, aunque yo no la
conozca) por tantas veces que me ha ayudado a llegar bien a mi destino.
1c.- Desde hace años participo
varios días en el Octavario de oración por la unidad de los cristianos, pero
este año sólo podía participar el día que era en una Iglesia ortodoxa. Me venía
al pensamiento que sería muy larga y no me atraía nada asistir. La PdV me ayudó
a hacerlo con el único deseo de conocer y amar más a estos hermanos. Fue una
ceremonia preciosa que me hizo experimentar el gozo de la oración de alabanza a
Dios, que es una forma de oración que pocas veces logro hacer en medio del
ajetreo diario…”
2.- “…gracias por tus
escritos y experiencias, nos ayudan cantidad. Te comenté que estaban tratando a
mi marido, de artritis y artrosis; ¡y lo que él tenía es un disco mal!, de las
caídas sucesivas, en estos 4 meses. El médico no había mirado bien su
historial…: casi se queda en silla de ruedas.
Gracias
a Dios primero, y a amigos que nos ayudaron a que nos viese el Traumatólogo,
rápidamente hemos podido llegar a tiempo y que le pusiesen 20 inyecciones (una
diaria) y ya está muchísimo mejor de andar y de ánimo, (también es necesario).
Esos
mismos días, después de nuestra Reunión de Comunidad, me llamó mi hijo desde la
otra punta de España: le había dado un ictus…: estaba ingresado en el Hospital.
Te puedes imaginar…: ¿cómo se lo digo a mi marido estando como estaba y yo sin
poder ir a echarle una mano? En fin se lo comenté a algunos de la Comunidad,
que estaban en ese momento aquí, y le dije que lo iba a comunicar a todos para
que todos rezaran; así lo hemos hecho y con las oraciones de todos, fue
saliendo todo bien gracias a Dios y si Él lo permite lo mandarán para casa hoy
a lo largo del día.
Hemos empezado el año no muy bien, pero
seguimos orando a Nuestro Padre para que todo se vaya poniendo en su sitio, si
es esa Su Voluntad…”
3.- “…te sigo
leyendo, aunque no conteste. Esta palabra de vida me ha tocado especialmente:
para este año yo le he pedido a Dios que me ayude a confiar, a creer en la
Providencia... Durante mucho tiempo he vivido preocupada y con miedo de lo que
me iba a pasar mañana, así que le pido a Dios todos los días que me ayude a
tener esa confianza en Él.
También
me ayuda mucho lo que has puesto sobre que hay que hacer lo que es justo para
Dios. Yo soy de las que por no herir a las demás muchas veces no expreso mis
creencias y no sabía muy bien cómo actuar porque tampoco me gusta herir o hacer
sentir mal al de mi lado, pero ahora me ha quedado claro que lo primero es lo
“justo para Dios”. Muchas gracias por seguir enviándome la PdV…”
4.- “…ya no recuerdo si te felicité el año nuevo. Gracias por
los textos y las experiencias.
El encuentro de 14000 jóvenes cristianos europeos estos
días de Navidad en Madrid ha sido también una experiencia del Paso del Señor
por la vida de los jóvenes y de cuantos los hemos acompañado y acogido: una
experiencia de Gracia, escuchando sus testimonios…”
5.- “…gracias, Paco, por tu mensaje que tanto ayuda a mantener
la Fe. A propósito de dar testimonio, últimamente he tenido varias experiencias,
de las cuales podría destacar alguna:
“La vida es una mierda”, me dijo
una mujer por el maltrato. Yo le contesté que la vida procede de Dios y nunca
puede ser lo que ella decía, en todo caso somos los humanos los así la hacemos.
Otra persona me comentó: “Dios tiene la culpa del caso del niño de Málaga”,
igualmente le comenté que los errores los cometemos nosotros, nunca Dios.
Parece que lo aceptó, no supo contestar…”
6.- “…que realidad más hermosa la de este mes. “Estad alegres
en el Señor”.
Desde primeros de mes con los ejercicios
espirituales ya se hizo muy presente esta realidad. Pase lo que pase, el Señor está
presente en la vida.
Tengo alquilado un apartamento y la
inquilina me debe 1200 €: me dijo que me pagaba una parte, pero no llegó a
darme nada. Me llamó para decirme que estaba mala y no podía y tenía fiebre. Traté
de buscarle un folleto sobre su mal, y una estufa para calentarse y le llevé ambas
cosas. “Estad alegres en el Señor” y dar alegría también a los demás: de esta
manera se corta el enfrentamiento y tenemos una relación mejor y me quedaba la
paz que solo Dios da.
6b.- Hoy he llegado de la Misa
de la mañana con la gran alegría de Jesús que ha venido junto a nosotros, y a
la vez con la carga de desplantes, incomprensiones y desafección de
algunos, mentiras, y la falta de unidad, y no lograba superarlo: “Estad
alegres…”, me repetía, y Jesús me dio su idea: “no debáis a nadie nada más que
amor”; Él vivió todo eso, al máximo, lo perdió todo, hasta la vida. “Estad
alegres en el Señor…””
7.- “…gracias a Dios,
ya estoy dada de alta, en casa y con mucho ánimo para volver a recuperar la normalidad
del día a día.
Mi madre
se va recuperando poco a poco y mi suegro, aunque le está costando, remontará.
Quiero
agradecerte de todo corazón la fuerza y La Paz que me trasmitiste en uno de los
momentos más difíciles de mi vida. Momentos en los que me costaba ver La Luz y
la esperanza y que, sin embargo, para mí ha sido todo positivo y nada negativo.
Tengo una hermana melliza con la que perdí toda relación a pesar de intentarlo
por mi parte durante años y cuando ya lo daba todo por perdido, la llamé para
decirle lo que me ocurría y que si la operación no salía bien, quería
expresarla mi perdón más absoluto por todo el sufrimiento que me había causado.
Le dije que no le guardaba ningún rencor y que siempre sería mi hermana, aunque
ella no me aceptara como tal.
¿Sabes?
El día de mi operación, antes de entrar a quirófano, se hizo 200 km. Y estaba
allí... a las 9:00 de la mañana para abrazarme y darme ánimos... después de 7
largos años... yo no daba crédito. ¿Sabes?, aquello para mí fue como un
milagro: ¡¡entré al quirófano dando gracias a Dios!! Llena de paz y de alegría.
De repente perdí el miedo: ya solo por eso merecía la pena que me realizaran
esa operación. Creo que cuando ocurren las cosas es siempre por algo. Nunca son
por azar.
Solo
quería compartir contigo algo que para mí fue sencillamente eso... un milagro,
una bendición de Dios…”
Si quieres leer
más experiencias similares,
de gente de
todo el mundo,
N.B.: tú también puedes compartir las experiencias
que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,