20 enero 2019
Domingo II Tiempo Ordinario
Semana de Oración por la Unidad de los
cristianos
Homilía Misa
Retransmisión por "Radio 5"
Centro Mariápolis "Luminosa"
Las
Matas (Madrid)
Is 62,1-5
Sal
95,1-2a.2b-3.7-8a.9-10a.c
1 Cor 12,4-11
Jn 2,1-11 (bodas de Caná)
"Haced lo que Él os diga”, acabamos de escuchar en la proclamación del Evangelio. María
con perspicacia de madre, se da cuenta que va a faltar el vino. Y con esa
frase, provoca el primer milagro de su hijo Jesús, dando así lugar al “vino
mejor”.
Hace pocos días hemos celebrado la Epifanía del Señor: Él se manifestó
a todos los pueblos representados en los sabios de oriente.
El domingo pasado hemos
conmemorado otra epifanía: Jesús es bautizado por Juan en las aguas del río
Jordán y se manifiesta la comunión de amor entre el Padre, (la voz que sale del
cielo), y el Hijo (sobre quien habla el Padre) y el Espíritu Santo: en esa
ocasión es Dios Padre quien nos indica “este
es mi Hijo muy amado, escuchadle”.
Hoy recordamos una
tercera epifanía: Jesús manifiesta su primer signo, al comienzo de su vida
pública.
Dios Padre y María, pues, nos piden escuchar a Jesús, hacer lo que Él
nos indica. ¿Y qué es lo que
más quiere Jesús? ¿Cuál es el “vino mejor”?: cumplir el testamento que Él nos dejó, (“que todos sean uno”), pero más aún hemos de cobrar conciencia de ello en esta semana de oración por la unidad. S. Juan Pablo II en la Encíclica que precisamente lleva ese título, (Ut unum sint), nos recuerda: «la unidad de toda la humanidad herida es voluntad de Dios. Por esto Dios envió a su Hijo para que, muriendo y resucitando por nosotros, nos diese su Espíritu de amor. Jesús mismo ruega al Padre por sus discípulos y por todos los que creerán en Él para que sean una sola cosa, una comunión viviente» (UUS 6). “La oración de Cristo, nuestro único Señor, Redentor y Maestro… es un imperativo que nos exige abandonar las divisiones para buscar y reencontrar la unidad” (UUS 65).
más quiere Jesús? ¿Cuál es el “vino mejor”?: cumplir el testamento que Él nos dejó, (“que todos sean uno”), pero más aún hemos de cobrar conciencia de ello en esta semana de oración por la unidad. S. Juan Pablo II en la Encíclica que precisamente lleva ese título, (Ut unum sint), nos recuerda: «la unidad de toda la humanidad herida es voluntad de Dios. Por esto Dios envió a su Hijo para que, muriendo y resucitando por nosotros, nos diese su Espíritu de amor. Jesús mismo ruega al Padre por sus discípulos y por todos los que creerán en Él para que sean una sola cosa, una comunión viviente» (UUS 6). “La oración de Cristo, nuestro único Señor, Redentor y Maestro… es un imperativo que nos exige abandonar las divisiones para buscar y reencontrar la unidad” (UUS 65).
Así lo descubrió y enseñó también la sierva de Dios Chiara Lubich,
fundadora del Movimiento de los Focolares, de la que este próximo martes, día
22 de enero, concurren 99 años de su nacimiento. Esta maestra italiana, de
Trento, siendo portadora del
carisma de la unidad, promovía eficazmente “ante todo la mutua y continua caridad” (1 Pe 4,7) no sólo entre todas las personas y grupos y carismas de la Iglesia católica, sino también entre todos los cristianos de distintas denominaciones, y también con creyentes de otras religiones y con personas sin referencia religiosa.
carisma de la unidad, promovía eficazmente “ante todo la mutua y continua caridad” (1 Pe 4,7) no sólo entre todas las personas y grupos y carismas de la Iglesia católica, sino también entre todos los cristianos de distintas denominaciones, y también con creyentes de otras religiones y con personas sin referencia religiosa.
"Donde están dos o tres
reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18, 20), asegura Jesús. Hace poco pude entablar una cierta
amistad con una húngara cristiana-ortodoxa y con una venezolana
cristiana-evangélica. Ellas trabajan acompañando a distintas personas mayores.
Gracias a esa relación construida, fueron ellas mismas las que luego me
buscaron para que yo asistiese en sus últimos momentos a los que ellas
cuidaban, que eran cristianos-católicos y ni sus mismos familiares habían caído
en la cuenta de llamar al sacerdote.
Este es un “ecumenismo de pueblo”, como lo
llamaría Chiara Lubich, es decir, en las relaciones de la vida diaria con cristianos
de otras comunidades eclesiales y con cada persona que encontremos: buscar lo
que nos une y trazar puentes, con un diálogo respetuoso, tratando de derribar
muros y barreras. En el supermercado, en el colegio… siempre se pueden tener
gestos y palabras de cercanía con todos.
El Concilio Vaticano II «exhorta a todos
los fieles católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, participen
diligentemente en el trabajo ecuménico» (UR 4), puesto que la división
«contradice clara y abiertamente la voluntad de Cristo, es un escándalo para el
mundo y perjudica a la causa santísima de predicar el Evangelio a toda
criatura» (UR 1).
“Esta unidad, que el Señor dio a su Iglesia y en la cual quiere abrazar
a todos, no es accesoria… Dios quiere la Iglesia, porque quiere la unidad y en
la unidad se expresa toda la profundidad de su ágape… No consiste
simplemente en el encontrarse juntos unas personas que se suman unas a otras.
Los fieles son uno porque, en el Espíritu, están en la comunión del Hijo y, en
Él, en comunión con el Padre” (UUS 9). El ecumenismo, “la búsqueda de la unidad
de los cristianos no es un hecho facultativo o de oportunidad, sino una
exigencia que nace de la misma naturaleza de la comunidad cristiana” (UUS 49).
“Haced lo que Jesús os diga”, nos ha recordado María hoy en el
Evangelio, para que el agua se transforme en vino, para que se manifieste en
plenitud la belleza de la Iglesia una y unida.
Francisco-Tomás
Tomás Rodríguez
UR CONCILIO
VATICANO II, decreto Unitatis redintegratio sobre el
ecumenismo.
UUS JUAN PABLO II,
carta encíclica Ut unum sint, del 25 de mayo de 1995.
"Pinchando" aquí puedes volver a escuchar la grabación: audio Misa
Oyentes de Radio Nacional
de España: Paz y Bien.
Del
18 al 25 de enero se celebra la semana de Oración por la Unidad de los
Cristianos, que este año se nos presenta con el lema “Actúa siempre con toda
justicia”, un texto tomado del libro del Deuteronomio.
El
día 7 de diciembre de 1943 (hace setenta y cinco años) comenzó su andadura el Movimiento de los Focolares. Ese día Chiara Lubich consagró su vida a Dios en
una capilla de su ciudad natal, Trento, en presencia de un sacerdote.
Chiara
Lubich nació en Trento, en el Alto Adige, al norte de Italia, el 22 de enero de
1920 (pasado mañana es el aniversario de su nacimiento) y recibió el nombre de
Silvia en su bautismo.
A
principios de la década de 1940 Silvia Lubich ejercía de maestra en su ciudad y
estaba matriculada en la Facultad de Filosofía de la Universidad Ca’Foscari de
Venecia. Pero la segunda guerra mundial truncó sus planes. Su casa fue
destruida en los bombardeos del 13 de mayo de 1944 y su familia se vio forzada
a refugiarse en las montañas cercanas. La joven Chiara, con su nuevo nombre y
su pequeño grupo, acogió a una madre destrozada por la muerte de cuatro hijos.
La experiencia le acercó a los pobres y desheredados, y la escucha de las
palabras de Jesús dirigidas al Padre le impresionó: “Padre, que todos sean uno”.
El Evangelio sería su inspiración, que daría forma en sucesivos encuentros.
Igino Giordani, político y escritor, la ayudó en el empeño de transformar la
sociedad con la espiritualidad de la unidad. El movimiento fue expandiéndose
entre los adultos de muy diversos estratos sociales y entre las nuevas
generaciones, con el “Movimiento Gen”.
Posteriormente entró en diálogo con otras
religiones en Asia, con monjes budistas, y en América con musulmanes y judíos.
En el lecho de la enfermedad recibió la visita del Patriarca Ecuménico de
Constantinopla, y murió en Rocca di Papa, en los alrededores de Roma, el 14 de
marzo de 2008. Tras conocer la noticia de su muerte el Papa Benedicto XVI
escribió: “He recibido con emoción la noticia de la muerte de Chiara
Lubich, al final de una vida larga y fecunda caracterizada incansablemente por
su amor a Jesús abandonado. En esta hora de separación dolorosa estoy cercano
espiritualmente y expreso mi cariño a los familiares y a toda la Obra de María,
el Movimiento de los Focolares, que ella fundó, así como a todos los que han
apreciado su compromiso constante por la comunión en la Iglesia, el diálogo
ecuménico y la hermandad entre todos los pueblos”.
Su funeral, multitudinario, con presencia de
personas de todas las confesiones y religiones, fue una demostración viva de la
entrega de Chiara Lubich a la causa de la unidad y de la paz. El 27 de enero de
2015 fue abierto el proceso de su beatificación.
Radio Nacional de España transmite la Misa de
este domingo segundo del tiempo ordinario desde el Centro “Mariápolis
Luminosa”, de los Focolares, en la calle Poniente, nº 33, en Las Matas, término
municipal de Las Rozas, al noroeste de Madrid. Los textos oracionales son
tomados de la Misa por la Unidad de los Cristianos y las lecturas corresponden
al Domingo Segundo del Tiempo Ordinario. Preside la Eucaristía
Francisco-Tomás Tomás Rodríguez. Canta el coro del Movimiento de los Focolares.
"Pinchando" a continuación puedes leer la homilía también retransmitida por Radio hace años en ocasión similar:
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