martes, 17 de julio de 2018

ESPÍRITU DE FORTALEZA EN LA DEBILIDAD

Tanto en verano como en invierno, tanto en vacación como en trabajo, no se nos olvide intensificar el poner en práctica la Palabra del mes, ahora en julio «Mi gracia te basta, que mi fuerza se realiza en la flaqueza». Nos ayudarán estos textos: 


RECONOCER LAS PROPIAS DERROTAS CON SANO EQUILIBRIO

Cuando nos ponemos delante de Dios, debemos estar sin máscaras, pues Él conoce nuestro íntimo y explora en nuestros más recónditos pensamientos. No como un juez despiadado, sino como un Padre amoroso que siempre quiere lo mejor para sus hijos.
Confesemos nuestros pecados ante Él, reconozcamos nuestros fracasos todas las veces que somos vencidos por la tentación de la ganancia, de la soberbia y de la ira. Pidamos perdón por todas las veces que ponemos las cosas materiales en primer lugar, tomando el lugar de Dios en nuestro corazón.
            Reconozcamos cuánto somos pequeños, fallidos e infieles a su amor.
Cuando sabemos reconocer nuestras propias derrotas con equilibrio y sin fingir, escucharemos resonar en nuestro corazón la voz de Dios: “Te basta mi gracia; mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad” (2 Cor 12,9).

Apolonio Carvalho Nascimento





TRATAR DE COMPRENDER AL PRÓJIMO

“No se puede entrar en el alma de un hermano para comprenderlo, para entenderlo… si nuestro espíritu está lleno de aprensión, de un juicio… Hacerse uno significa ponerse delante de todos en posición de aprender, porque realmente hay que aprender... Significa cortar completamente la raíz de la propia cultura y entrar en la cultura del otro y comprenderlo y dejar que se exprese: cuando lo hayas comprendido dentro de ti, podrás comenzar el diálogo con él y transmitir también el mensaje evangélico a través de las riquezas que él ya posee…”.

CHIARA LUBICH, Comprendere l’altro: fondamento dell’inculturazione





SUPERAR DENTRO DE NOSOTROS LA INSEGURIDAD

Tengo inseguridad cuando confío solo en mis capacidades.
          Mis habilidades son importantes y debo tener conciencia de lo que soy capaz de hacer, pero debo también confiar en la capacidad de los otros y, sobre todo, confiar en Dios, en su protección y ayuda.
Tomar decisiones tratando de escuchar la opinión de alguien con más experiencia, incluso si la responsabilidad es totalmente mía, puede ayudarme a superar mi inseguridad.
Al compartir ideas, entiendo cuál es el mejor camino y tengo la seguridad de estar cumpliendo la voluntad de Dios.
Donde hay amor mutuo, Dios manifiesta su luz que nos ayuda a superar todas las inseguridades. “¡Ánimo!, yo he vencido al mundo” (Jn 16,33).


Apolonio Carvalho Nascimento


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