domingo, 31 de diciembre de 2017

¡FELIZ AÑO 2018!

FELIZ AÑO NUEVO 2018

deseo a ti y a los tuyos
que tengáis una muy buena salida y entrada de año
y un próspero 2018
colmado de la bendición del Señor:

al terminar otra vez un año,
nos detenemos frente al pesebre,
para dar gracias
por todos los signos de la generosidad divina
en nuestra vida y en nuestra historia,
que se ha manifestado de mil maneras
en el testimonio de tantos rostros
que anónimamente han sabido arriesgar…
memoria viva que ayude a despertar
la creatividad personal y comunitaria
porque sabemos que Dios está con nosotros...
Nos detenemos frente al pesebre
para contemplar
como Dios se ha hecho presente
durante todo este año
y así recordarnos que cada tiempo, cada momento
es portador de gracia y de bendición.
El pesebre nos desafía
a no dar nada ni a nadie por perdido.
Mirar el pesebre
es animarnos a asumir nuestro lugar en la historia
sin lamentarnos ni amargarnos,
sin encerrarnos o evadirnos,
sin buscar atajos que nos privilegien.
Mirar el pesebre
entraña saber que el tiempo que nos espera
 requiere de iniciativas audaces y esperanzadoras,
así como de renunciar a protagonismos vacíos
o a luchas interminables por figurar.
Mirar el pesebre
es descubrir como Dios se involucra involucrándonos,
haciéndonos parte de Su obra,
invitándonos a asumir el futuro
que tenemos por delante
con valentía y decisión...
…Mirar el pesebre
nos desafía a ayudar…
para que no se dejen desilusionar
frente a nuestras inmadureces
y estimularlos a que sean capaces
de soñar y de luchar por sus sueños.
Capaces de crecer y volverse padres de nuestro pueblo.
Frente al año que termina
qué bien nos hace contemplar al Niño-Dios.
Es una invitación
a volver a las fuentes y raíces de nuestra fe.
En Jesús
la fe se hace esperanza,
se vuelve fermento y bendición:
«Él nos permite levantar la cabeza y volver a empezar,
con una ternura que nunca nos desilusiona
y que siempre puede devolvernos la alegría» (EG, 3).

PAPA FRANCISCO, Homilía en las primeras Vísperas de Santa María Madre de Dios
y Te Deum de acción de gracias por el año que acaba,
basílica Vaticana, 31 de diciembre de 2016



Y para tener un próspero y feliz año nuevo, nos ayudará en su primer mes vivir…:

PALABRA DE VIDA                        enero 2018

«Tu diestra, Señor, es magnífica en poder»
(Ex 15, 6) 

La Palabra de vida de este mes recoge un versículo del himno de Moisés, un pasaje del Antiguo Testamento en el que Israel ensalza la intervención de Dios en su historia. Es un canto que proclama la acción decisiva de Dios para la salvación del pueblo durante el largo recorrido desde la liberación de la esclavitud en Egipto hasta la llegada a la tierra prometida.
       Es un camino que conoce dificultades y sufrimiento, pero que se realiza bajo la guía segura de Dios y mediante la colaboración de unos hombres, Moisés y Josué, que se ponen al servicio de su designio de salvación.

«Tu diestra, Señor, es magnífica en poder».

Cuando pensamos en el poder, lo asociamos fácilmente a la fuerza del poder, que suele ser causa de abusos y conflictos entre personas y entre pueblos. En realidad, la palabra de Dios nos revela que el verdadero poder, tal como se manifestó en Jesús, es el amor. Él recorrió toda su experiencia humana hasta la muerte para abrirnos el camino de la liberación y del encuentro con el Padre. Gracias a Él se manifestó el poderoso amor de Dios por el hombre.

«Tu diestra, Señor, es magnífica en poder».

Si nos miramos a nosotros mismos, hemos de reconocer con franqueza nuestras limitaciones. La fragilidad humana es una realidad innegable en todas sus expresiones: física, moral, psicológica y social. Y aquí es precisamente donde podemos experimentar el amor de Dios. En efecto, Él quiere la felicidad para todos los hombres, sus hijos, y por eso está siempre disponible a ofrecer su ayuda poderosa a todos los que se ponen dócilmente en sus manos para construir el bien común, la paz y la fraternidad.
Esta frase ha sido elegida sabiamente para celebrar en este mes la «Semana de oración por la unidad de los cristianos». Cuánto sufrimiento hemos sido capaces de infligirnos mutuamente en estos siglos, ahondando grietas y sospechas, dividiendo comunidades y familias.

«Tu diestra, Señor, es magnífica en poder».

Necesitamos pedir mediante la oración la gracia de la unidad, como un don de Dios; al mismo tiempo podemos también ofrecernos para ser instrumentos del amor de Dios para construir puentes. Con ocasión de un congreso en el Consejo Ecuménico de las Iglesias en Ginebra en 2002, Chiara Lubich fue invitada a ofrecer su pensamiento y su experiencia, y dijo:
«El diálogo se desarrolla de este modo: ante todo nos ponemos en el mismo plano que nuestro interlocutor, quienquiera que sea; luego lo escuchamos haciendo el vacío completo dentro de nosotros… De este modo acogemos al otro en nosotros y lo comprendemos… Porque así, escuchado con amor, el otro es estimulado a oír también nuestra palabra».
En este mes aprovechemos nuestros contactos diarios para afianzar o recuperar relaciones de afecto y amistad con personas, familias o grupos pertenecientes a Iglesias distintas de la nuestra.
Y ¿por qué no extender nuestra oración y nuestra acción también a las fracturas dentro de nuestra propia comunidad eclesial, como también en la política, en la sociedad civil y en las familias? Podremos testimoniar también nosotros con alegría: «Tu diestra, Señor, es magnífica en poder».


LETIZIA MAGRI


N.B.: Aquí puedes encontrar también la Palabra de Vida 
 y en MP3 para escuchar en el móvil.


en más de 30 idiomas.


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