VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de DICIEMBRE
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra», Lc 1,
38) y la de
noviembre («El mayor entre vosotros
será vuestro servidor», Mt 23,
11):
1.- Las semanas de Adviento
verdaderamente fueron preparación para la Navidad. Diversos acontecimientos han
sido ese signo de que el Señor está cerca y quiere nacer y renacer en todos.
Os
cuento telegráficamente algunas vivencias:
Uno de
los enfermos del hospital, a quien han ingresado en distintos periodos este
año, la última vez le tuvieron que hacer una operación tremenda… Cuando lo
conocí hace varios meses era respetuoso, pero tajante… estos últimos días, en
cambio, lo vi con una Biblia en las rodillas… y después pude tener una
conversación muy larga con él, que, como un niño, después de 30 años alejado de
la Iglesia y de la fe… estaba entendiendo muchas cosas gracias al dolor y
conforme va perdiendo movilidad; con una docilidad y ganas de aprender y
comprender… que verdaderamente se notaba la intervención de Dios. A pesar de su
situación irregular… una nueva “cuna” se estaba preparando para que renazca el
Salvador.
1b.- Diversos componentes de una
familia, (distanciados por descuido e indiferencia), se han empezado a
reconciliar entre sí, y me compartían con ilusión y esperanza esos primeros
pasos después de años.
1c.- En una de las Misas
dominicales estoy distribuyendo la sagrada Comunión: miro a los ojos a cada
persona y, por sorpresa, encuentro una gran sonrisa y mirada luminosa. La
conocí en el hospital, (te lo conté el mes pasado; luego, cada día la visitaba
yo o el otro capellán), nueve días después de haberse querido bajar de la vida.
Desde entonces viene a alimentarse del que es “la” Vida.
1d.- Un amigo nos invitó a uno de
los grupos a cenar: bendición de la casa, regalos pensados desde el alma, cena
exquisita, hilo musical y muchos detalles… Amor que va y que viene. Era verdadero
anticipo de Navidad: Jesús continuaba naciendo una vez más en medio de “donde
dos o más…”.
1e.- En el comedor de Caritas,
los voluntarios prepararon en víspera de Navidad una comida especial con inmenso
cariño y los beneficiarios habituales vinieron arreglados con toda dignidad
dentro de su muy escasa posibilidad; cuando canté el “rap de la bendición”
antes de empezar, sonrieron todos muy contentos y luego (me tuve que ir) me
contaron que se prolongó un rato de verdadera fraternidad.
A uno de
ellos, lo vengo observando últimamente cada mañana, (pocos minutos después de que
bien temprano hayamos abierto el templo): entra y se queda atrás del todo, se
santigua, hace la genuflexión, reza unos minutos… “Los pobres son evangelizados”
era uno de los signos de la llegada del Mesías.
1f.- El vivir en clima de
alegría y fraternidad los distintos grupitos en estos meses, ha sido el “caldo
de cultivo” para que alguna persona se acercara de nuevo con agradecimiento
intenso a los sacramentos (no lo hacía desde la Confirmación en su adolescencia).
Y otras
decenas de ocasiones… Todo, verdadera Navidad.
2.- En el último correo se me quedó esto en el tintero (todavía
sobre el fin de semana de Ejercicios Espirituales en el Centro Mariápolis de
primeros de diciembre; por cierto, habrá otro el primer finde de marzo): pocos días después, otra de las que
participó, una noche reunió en casa a su familia, a sus padres y hermano (y
familia) y les fue explicando todo lo escuchado y experimentado en el fin de
semana de Ejercicios, de tal manera que se pasaron las horas prolongando esa
experiencia viva de Dios. Todos quedaron sorprendidos y felices. Y ella luego
me escribía: “Muchas gracias!!! Dios
eligió todas mis palabras y me salió un ratito muy bonito de preparación
navideña para ellos!! Les mandé deberes: tienen que hacer el camino de María en
estos días! Paco, por qué Dios es tan bueno y misericordioso conmigo ahora? Con
todo lo que le he hecho sufrir y me está haciendo muy muy feliz en estos días.
Doy gracias a Dios todos los días por ponerte en mi camino”.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de diciembre («He
aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra», Lc 1,
38), la de
noviembre («El mayor entre vosotros
será vuestro servidor», Mt 23,
11), la de octubre («Tened entre vosotros los mismos sentimientos
que Cristo», Flp 2, 5):
1.- “…fui a visitar a mi hermana a
Cataluña. Uno de esos días, yendo con ella en el bus, no sé bien por qué (ella
es totalmente atea; en nuestro país, la religión está prohibida), me atreví a
contarle que, con la cantidad de contrariedades que sufrí esos días, (y como tú
sabes, también en todos estos meses), entré en una iglesia… y… ¡me sentí en
casa! Sabiendo que Él está allí y que, por mucho que esté sufriendo yo, Él
sufrió más y lo ofreció por nosotros, por redimirnos. ¡¡Y, casi por primera
vez, con emoción simple pero indescriptible, di gracias a Dios porque existe la
Iglesia (y por ti)!! Y le di gracias porque en cualquier lugar del mundo donde
haya una iglesia, yo puedo entrar y ¡estar en casa!
Como era imposible que mi
hermana me pudiera entender, intenté explicárselo (ella es músico profesional):
“cuando tú estás componiendo o
interpretando, y te metes en la música, a veces llegan momentos que te sientes
transportada, que te identificas con el sentir de la melodía, y es expresión
tuya que te sale del alma, y te sientes plenificada, y te dejas llevar y te
sale hasta por los poros del cuerpo el moverte al hijo del compás…: algo así es
la vivencia que yo he experimentado en la iglesia…, etc”. No sé por qué me
puse a hablar de todo esto con ella. Miré a mi hermana, y (nunca la vi así) le
caían lágrimas de los ojos…”
2.- “…era un día normal en el trabajo, pero estaba de viaje la responsable
principal. De pronto, una de esas inspecciones que llegan sin avisar para
examinar minuciosamente, si todo está en regla. Telefoneé un segundo a la
responsable para pedirle que rezara muchísimo, aunque yo tenía la seguridad de
que todo lo teníamos perfecto, pero ya sabes que vienen buscando “los 3 pies al
gato”, y más aún porque somos una institución religiosa.
Momentos antes, había entrado en mi despacho una persona mayor, a
quien se notaba sufriendo desde hace tiempo, y había empezado a contarme… y tú
percibes que está abriendo su corazón, su dolor más sagrado, y que si no lo
cuenta en ese momento o revienta o se lo llevará a la tumba. Decidí entonces
(fiándome totalmente de Dios) no colocar unos papeles para tenerlo
preparado y quedarme escuchando con el mismo amor que
atiendo a mis hijos.
Al final, todo resultó bien… Y la señora mayor se sentía feliz y
desahogada, ¡y yo de verla tan en paz!...”
3.- “…pasamos
a lo más importante que en medio de todo esto, hacer presente en medio a Jesús
a través de la vivencia de su Palabra de Vida, “ el mayor entre vosotros
sea vuestro servidor”, oportunidades maravillosas y la verdad en muchos momentos
no fácil , cuantas veces pude traté de hacer lo costoso con amor y por sentirme
servidor en mis hermanos, experiencia de paz y alegría interior, esto lo pude
gozar.
Como Gracia, se
me hizo luz dentro y constaté, aun queriendo amar y abajándome, que todavía lo
hacía “desde arriba”: en el fondo esperaba respuesta, no amaba por amor y solo
por Él; la verdad que la PdV da sentido y mantiene fijos los ojos en
Jesús, que es lo importante: ¡no te imaginas la cantidad de veces que pierdo la
oportunidad!; tan pronto lo recuerdo, vuelvo a empezar rápido y con alegría. El
otro día… me dijeron algo que me molestó y rápido me disculpé; enseguida me
vino a la mente callar y no darle más importancia, como un gesto de servicio y
amor y esto lo tenemos en cada momento, el único importante es Él…”
4.- “…no sabes cómo
añoro la Navidad de… Llevo 11 años abrazando también este Jesús Abandonado.
Le pido al Señor q por lo
menos eso q le ofrezco, sirva para q alguien se acerque a Él. El otro día, por
una serie de casualidades quedé con una persona (joven) alejada. De padre judío
y madre protestante. Al terminar d charlar me dijo q no había conocido nunca a
nadie tan enamorada d Jesús como yo... Ojalá fuese así!!! Me preguntó muchas
dudas de los santos y d la Virgen, (los protestantes nos critican muchísimo por
ello). Entendió y le pareció precioso lo q le conté. Me pidió q le enseñara a
rezar el rosario, q sólo sabía decir: "santa María, madre d Dios". Le
dije q , a su debido tiempo, encantada le enseñaría. Le recomendé un libro (q
ya está leyendo) y q algún día entrara un ratito en alguna iglesia. Simplemente
estar ahí, sentada un poquito: yo se la mando al Señor y Él ya irá actuando…”
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