VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de FEBRERO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de febrero («Os daré un corazón nuevo; infundiré en vosotros un espíritu nuevo», Ez 36, 26) y la de enero
(«Porque el
amor de Cristo nos apremia»,
2 Co 14):
1.- Me estoy dando cuenta que
tengo que aplicarme a mí mismo lo del corazón de carne, es decir, que en
algunos aspectos a veces me exijo demasiado, teniendo hacia mí mismo un “corazón
de piedra”. Eso me está ayudando quizá a crecer en humildad, teniendo paciencia
y misericordia conmigo mismo.
P.ej.:
sin darme cuenta, en un par de ocasiones he quedado para tener un coloquio
detenido, con lo cual a una de las personas le he tenido que pedir perdón y
buscarle otro ratillo; o citar a la hora que tenía una reunión de las que solo
hay una vez al mes, (menos mal que me di cuenta luego, un par de días antes, me
disculpé y buscamos otro hueco). Algunos días, (no siempre, ¡eh!), son tantas
las actividades y personas hilando una cosa con otra sin descanso, que quizá mi,
(hasta ahora buena), memoria no le da tiempo a “grabar”. Así que, paciencia, no
abatirme por “ponerme colorado”: tengo que tener “corazón de carne” hacia
mismo.
2.- Como te comenté hace
15 días, este sábado mi hermana Miriam, la pequeña, la que vive con mi madre
hasta ahora, se marcha un mes a aprender francés, (para irse luego en mayo 3
años misionera a África). Ante ese discernimiento que te comenté, la semana
pasada recibo una llamada que puede trastocar todos los tipos de soluciones:
¡bendito sea Dios! Estamos en sus manos y es Él quien más nos quiere y conoce a
todos. Procurar no darle demasiadas vueltas a la cabeza y vivir con simplicidad
cada momento presente que Él regala. Y hace un rato, más complicaciones: estaba yo en
mi pueblo a punto de regresar a la parroquia…, me iba yo a traer ya la maleta
de mi madre para que se viniera a los Ejercicios el fin de semana y todo el mes
a la parroquia… y… justo antes de subirla al coche nos llaman del hospital
diciendo que el próximo miércoles operan allí a mi madre, (¡llevamos casi 11 meses
y medio esperando!). Así que, cambio total de planes. Dar vueltas a la cabeza
para ver cómo organizarnos, (ya no estará Miriam). Ni siquiera tentaciones de que
se me endureciese el corazón con los del hospital o con las circunstancias o…, por
Gracia vencidas a las primeras milésimas de segundo. Como repetía y repite
continuamente mi madre: Dios proveerá, “no os agobiéis por el mañana”.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de febrero («Os daré un corazón nuevo; infundiré en vosotros un espíritu nuevo», Ez 36, 26), la de enero
(«Porque el
amor de Cristo nos apremia»,
2 Co 14) y la de
diciembre («Dios viene… y os salvará», Is 35,
4):
1.- “…un corazón de carne...: me
escuchaste, (y descargué mis preocupaciones, a pesar del poco tiempo del que
dispones), con toda tranquilidad ...y mucha generosidad. Gracias; todo en manos
de Dios y la Virgen: con espíritu nuevo y mucho amor ,viviendo el hoy y mañana
Dios dirá!! Ojalá pueda ir a los ejercicios de Cuaresma al Centro Mariápolis o
mis ejercicios serán los que el Señor me mande…”
2.- “…“Os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu
nuevo”: quiero que cada vez más vivir la Palabra
sea como “mi estilo de vida” y así trato de salir de mi comodidad; por ejemplo,
en poco tiempo han fallecido familiares cercanos de tres personas conocidas en
ciudades relativamente cercanas a la mía y he salido de viaje muy temprano para
acompañarlas en su dolor durante el entierro.
O me ofrezco para lo que sea necesario.
Por ejemplo, hace varias semanas que estoy llevando en coche a rehabilitación a
una amiga.
2b.- “También intento no escatimar esfuerzos
ni tiempo de dedicación a los demás, por ejemplo, con la presidencia de la
comunidad de vecinos que tengo este año y que requiere bastantes llamadas,
estar pendiente del desarrollo de las obras que se están realizando, etc.
Muchas veces me pregunto: ¿es el amor, el bien del otro lo que me guía? Esto
hace que tenga un coloquio íntimo más continuo con Dios y pueda amar “con un corazón nuevo”, siempre
volviendo a empezar una vez tras otra que me encierro en mí misma.
2c.- “Esta PdV también me está ayudando, como
dice el comentario, a tener “pensamientos
de paz” hacia los hermanos: una vez iba por la calle, pasé por una “tienda
de chinos” y me vino rápido un juicio negativo, pero también enseguida recordé
la PdV y traté de cambiar mi corazón de piedra. Otro día, escuchando noticias
en la TV, me vino el pensamiento “este
mundo no tiene remedio”, pero me di cuenta que no podía resignarme ante los males que nos
sobrepasan y me puse a rezar en esos momentos por tantas situaciones de la
humanidad que no siguen el proyecto de Dios.
Estas experiencias me están ayudando a
eliminar prejuicios que existen en mí, a veces de forma inconsciente, y poner
mi granito de arena en construir “…un
mundo nuevo en medio de la gran variedad de pueblos y culturas”…”
3.- “…he
empezado hoy a trabajar como voluntaria los viernes por la mañana en un
hospital. Y estoy en departamento de psiquiatría cogiendo el teléfono. Va a ser
un desafío pero espero poner ayudar y contribuir en algo. Un abrazo fuerte
desde aquí…
Estoy
muy animada. La verdad es que mejor que nunca. Gracias siempre por estar con
todos nosotros on site y on line!!…”
4.- “…imagino
que mi correo será uno entre los muchísimos que recibe. Como en muchas
ocasiones le he comentado, usted ha sido una renovación de Fe en mi vida,
haciendo que sea capaz de mejorar cada día como persona, mediante el ejemplo
que me hace llegar en estos bonitos correos. A veces con la velocidad en la que
vivo no me paro ni a pensar, pero cuando tengo un ratito libre, me gusta ir
leyendo, de a trozos, los correos de la palabra de vida. Hoy que tengo 15
minutos mientras estoy en el coche esperando a que mi hija salga del cole, me
gustaría aportar mi experiencia.
Este
mes más centrada en tratar de poner en práctica la Palabra, he intentado ver
con amor a personas que muchas veces me causan solo enfados. Dos de los niños
más grandes son difíciles de trabajar porque me cuesta mucho la comunicación
con los padres. He decidido dejar de quejarme de ellos y emplear más tiempo en
escucharlos y asesorarlos, (sin cobrar nada extra), con paciencia, sin juzgar,
sin pensar en que lo hacen mal: solo guiándolos como si de uno de mis niños se
tratase, entendiéndolos y explicando las veces que sea necesario y escuchando
sus inquietudes.
El
fin de semana pasado fue una locura: entre ambas familias, tenía yo alrededor
de 40 mensajes y unas 10 llamadas por día; a medida que pasaba el día y no
tenía ánimos de atenderlos, le pedía a Dios paciencia y guía para actuar lo
mejor posible para esas familias. Así voy entregando mis ratos
"libres" con amor y en realidad vale la pena al llegar a la
terapia esta semana y poder escuchar de parte de esos chicos que están más
contentos y no han tenido problemas en casa.
Espero
poder seguir mejorando cada día y así ayudar más, si en mis manos está
hacerlo. De hecho hoy estuve hablando largo rato con una de estas madres
que está muy afligida y en cama y la invité a venir a la misa con usted. Me
dijo que quería hacerlo y que pasado mañana mismo quería comenzar. Ahora
trataré de ajustar mi agenda, ya que si la voluntad de Dios es que yo la
acompañe en este momento de esa manera, haré todo lo posible.
Muchas
gracias por todo…”
Si quieres leer más
experiencias similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos
navegadores eso no funciona,
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