miércoles, 28 de febrero de 2018

SORBOS DE AGUA VIVA

VIDA DE LA PALABRA                  últimas semanas de FEBRERO


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Al que tenga sed, yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente», Ap 21, 6) y la de enero («Tu diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):

1.-      El Miércoles de Ceniza la tarea en el hospital se multiplicó (esas semanas había más enfermos… y, además, algunos enfermeros y médicos querían recibir la imposición de la ceniza en su sección…). Iba yo a visitar al último de los enfermos previstos… y justo antes de entrar, se me acerca alguien y me pide que luego vaya a administrar la Unción para los enfermos a su familiar. Cuando finalmente acabé la visita de este, abro la puerta para salir y de frente hay un familiar de otro enfermo: “padre, le he visto por el pasillo… podría visitar y dar la Unción a…”. Cuando acabo y ya me voy a mitad de pasillo… lo mismo: uno más. De todas maneras yo no pensaba comer casi nada: el Miércoles de Ceniza es día de ayuno, además de abstinencia. Cuando ya finalmente no había nadie más, me di cuenta que siempre voy a visitar a los enfermos de diálisis: miro la hora… es tontería, pues ya estarán quitándoles las agujas y no se puede pasar (y luego ya se marchan en seguida). Me fui… En fin, pensé para tranquilizarme: “nadie me ha dicho que yo tenga que visitarlos todas las veces… podría bastar una vez en semana”, (van 3 veces; día sí, día no; y sólo alguna de las que van en periodo de verano me lo han pedido explícitamente para todos los días).
            El viernes, dos días después, de nuevo hay muchos enfermos que han solicitado mis servicios para la cercanía del Señor. Acabo tarde, pero no tantísimo como el miércoles anterior: llamo a los focolarinos con los que muchos viernes voy a comer y les digo que se me hace muy tarde y no iré con ellos, que ya comeré cualquier cosilla que tenga en casa. Así entro a la sección de diálisis; me dirijo a una de las ancianas y muy seria me dice: “anteayer usted no vino, ¡y era Miércoles de Ceniza!; y acabo tan cansada aquí, que luego por la tarde no puedo ir a la parroquia; ¡me quedé sin que me impongan la ceniza!”, (me lo decía serena, pero con una mezcla de rabia, y un inicio de lagrimilla de pena). No aceptó mis explicaciones. Sentí impotencia-enfado-lástima… no sé qué. Rememorando la PdV, añadí: “no se preocupe…; todavía tengo la ceniza bendecida en la capilla; y hoy es viernes, día de penitencia, y estamos todavía en la semana de ceniza: ¡se la puedo imponer!”. Me dice que no; ya sí le sale la lágrima, (más un poco de enfado): “además, tiene que hacer un buen recorrido hasta la capilla y es ya muy tarde; no vaya”. Contesto yo: “¡voy!; no se preocupe”.
Fui a por la ceniza y volví: hicimos las oraciones y se la impuse. Ahora sí lloraba a lágrima viva, pero de paz-alegría-agradecimiento; no paraba de decirme emocionada: “¡gracias!”. Así que, pensé imponérsela también a otros. La de la cama de enfrente, lo mismo: “¡ay, qué emoción!; no me lo puedo creer: ya había pensado que este año me quedaba sin recibirla; ¡no sabe qué alegría me da!, ¡es el mejor regalo!”. Y así fui saludando a los que habitualmente visito. ¡Con qué poquito, y la gente buena es feliz!, ¡¡recibe “sorbos de agua viva”!!
           


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de febrero («Al que tenga sed, yo le daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente», Ap 21, 6) y la de enero («Tu diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):

1.-        gracias por tenerme en tu lista de destinatarios de esta Palabra de Vida, que me hace mucho bien. Desde aquel breve encuentro… de hace años, nunca has dejado de enviarme estos correos que, aunque no conteste, suelo leer y meditar con asiduidad.
… relacionada con el "agua viva", te contaré algo que… a mí desde luego me sirvió mucho.
Estaba yo en casa, en mi habitación, disponiéndome a leer un ratito el Evangelio, cuando de pronto sentí un fuerte impulso de ir a beber agua, una sed enorme… Pero, en ese momento, me dije…: "no, el agua puede esperar. Ahora "toca" leer el Evangelio. Ya beberé después". Le ofrecí esa pequeña mortificación al Señor, y cuál no será mi sorpresa, cuando al abrir el Evangelio, me aparece el capítulo en el que me había quedado, con el siguiente versículo: "El que tenga sed, que venga a Mí y beba". Me quedé estupefacta, y francamente pensé que había sido el Espíritu Santo el que me había inspirado ofrecerle mi sed al Señor, para después mostrarme que solo Él puede calmar nuestra sed, el Único…: "nos has hecho, Señor, para Ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti" (San Agustín)

2.-        “Buenas noches, aquí estoy esperando la llegada de mis hijos y nietos…: el avión sale con retraso de una hora; pobres, van a llegar muy tarde y agotados... Llevo preparando desde ayer su llegada: cuna, camas, alimentos (algunos especiales para niños y bebés) con gran ilusión y mucho, mucho cariño y paciencia.
Anoche dormí en casa de mi otra hija, pues hoy no había colegio, pero antes estuve a recoger al pequeño de mis tres nietos (6 años) porque él quería venir a misa y que le impusieran la ceniza: estuvo emocionado durante toda la ceremonia; en la entrada había dos de los beneficiarios del comedor de Caritas: nos paramos a hablar con ellos y se los presenté; a la salida se acercó a uno de ellos y le dio la mano cariñosamente de despedida... Me llenó el corazón de gozo...mi pequeño!!
Hoy he pasado el día con ellos y ahora… esperando a los viajeros. Un mes de febrero… intenso…
Dios os bendiga a todos que nos hace ser Uno en su Amor.
…el poder de la oración es muy grande: dos operaciones en la familia y recuperándose con esperanza los dos

3.-        esta PdV me está ayudando mucho en esta Cuaresma a renunciar a esas aspiraciones, incluso legítimas, que me empujan al egoísmo. Como ya estoy
jubilada, a veces me viene al pensamiento "ya es hora de que aflojes el ritmo y descanses un poco", pero vale mucho más gastar hasta el final la vida que Dios me ha dado, amando a los hermanos. Estoy viviendo unos días intensos de servicio concreto: llevar y traer en coche a quien lo necesita, estar toda la tarde del domingo con una amiga en el Hospital, escuchar a una persona al teléfono durante hora y media, ofrecer mi casa para que duerman tres jóvenes con todo lo que conlleva,... y sin dejar entre tanto pequeños actos de amor:
3b.-      La peluquera sabe que no soy de ir todos las semanas a la peluquería y un día me explica cómo puedo peinarme en casa para que me quede mejor el peinado y me dice: "la primera vez que lo hagas, mándame una foto". El día que lo hice, tenía mucha prisa por acabar, pero sentí que era amor concreto para ella y me paré para hacerme un selfi y enviárselo. Después me envió un whatsapp muy cariñoso: sentí el amor que se hacía recíproco como quiere Jesús.
3c.-      Otro día no me funcionaba internet, llamé a Telefónica y me atendió una persona muy amable y que resolvió el problema con rapidez. Al día siguiente, en el momento en que iba a salir con el tiempo justo, recibo una llamada y veo que es de Telefónica, me dije: “no contesto”; pero pensé que era para evaluar el servicio y respondí: ahora me tocaba a mí vivir el amor recíproco y darle una buena puntuación.
3d.-      Me entero que una tía política con más de 90 años, y que está en una Residencia, se ha puesto bastante más grave. Enseguida pienso si habrá recibido la Unción de los enfermos. Llamar a la nuera me va a llevar un buen rato de charla y no sé muy bien cómo lo va a acoger: lo hago fiándome de Jesús. Ella no lo había pensado, pero al poco rato, me volvió a llamar diciéndome que ya había avisado a la Residencia para que llamaran al párroco

4.-        “hace poco, durante la noche, me sentí como a punto de morir, como perdido en el vacío total, pero con un poco de fe. Con este poco dije: "Por Ti, Señor, en el Cielo o en el infierno, por Ti, por Ti...". Con esto me encontré lleno de paz y quedé dormido.
Hoy, con este escrito de D. Silvano Cola, me lo has recordado. Gracias… Un abrazo con Jesús Abandonado y Resucitado en medio de nosotros.

5.-        en este inicio Cuaresma, ofreciendo al Señor los malos ratos que estoy pasando por mi situación profesional: me he propuesto eliminar de mis pensamientos los rencores hacia aquellas personas que me han decepcionado o se han portado mal e incluso, me deben dinero y no parece tengan intención de devolvérmelo. Por otra parte, dándole gracias por mi familia que es lo más importante

7.-        “¡Qué sólo está el mundo sin Dios...! Y qué esperanza da tener fe en Él y acudir a Él y recibir un poco de esa agua que sacia... Recibir un poco de cariño... una frase de ternura y un beso en la frente y en la mano, como esta tarde he dado a una ancianita cuando he ido a la residencia... Cuando me he acercado a ella y me he agachado para saludarla con cariño y dulzura... y para decirle que cada día está más bonita. Y al besarla en la frente la he dicho: "Que Dios te bendiga". Y ha respondido...: "Cómo Dios me manda alguien de su parte... Gracias



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