VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de ENERO
Como esta vez hay pocas de las vuestras, me explayo
compartiendo contigo alguna más de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6):
1.- No sé qué ha tenido enero, pero
han venido a hablar conmigo (incluso cuando estaba yo en un lugar de paso o en
mi pueblo descansando) personas con unas situaciones tremendas: insostenibles e
irresolubles humanamente. El verdadero diálogo en el que Chiara Lubich explica
el arte de escuchar, haciendo el vacío, (que hace años aprendí de ella, pero me
ha venido muy bien que precisamente la PdV del mes lo traiga a colación), me ha
ayudado durante la hora o más que tenía delante a cada uno, (y han sido
muchos), a “hacerme uno” con su situación, (en bastantes, verdaderamente
angustiosa), y ver en ellos un “rostro” de Jesús Crucificado y Abandonado. La
PdV me recordaba, además, que “la mano del Señor es poderosa”: eso me ha hecho
poderles confortar (y aconsejar en lo poco en los que se puede vislumbrar al
menos un atisbo de esperanza…). Y, a la vez, fiarme plenamente del Señor: donde
ellos no llegan, donde yo no puedo…: ¡solo Dios! Y rezar (e invitarles a
hacerlo, a veces junto conmigo). Se iban con relativa paz al sentirse queridos
y entendidos: y decían, que simplemente el encontrar una escucha acogedora que
les permitiera desahogarse sin prisa y a fondo, ya les servía de mucho.
2.- La PdV también me ha
serenado ante situaciones que me surgían:
la semana de Retiro para sacerdotes de Europa
occidental (siendo yo, “casi anfitrión”), requería, -sobre todo al principio y
al final-, estar pendiente de mil cosas;
ese Retiro concluía con peregrinación a Ávila
(año santo teresiano) y al sepulcro de S. Juan de la Cruz en Segovia, pero
justo fueron los días de tantas nevadas, particularmente copiosas en esas dos
ciudades, y hubo que llamar a cada uno de los sitios para suspender cada cosa
y, a la vez, improvisar-organizar un viaje a Toledo;
la caída de mi madre en el supermercado en el
pueblo (la impotencia por estar a casi 3 horas), aunque gracias a Dios no se ha
hecho mucho;
diversas tareíllas que debían y/o podían hacer
otros, en el último momento o no las hacían o no se acordaban… y a correprisa
(y sin tener tiempo yo) debía solventarlas lo mejor posible…
En todo
ello y otras cosas, era una plena confianza (¡y paz!): su diestra es magnífica
en poder.
4.- Muchos de la comunidad
alrededor del Centro Mariápolis estaban turnándose para cuidar en el hospital Puerta
de Hierro a un focolarino que llevaba internado 9 días (hará un par de años,
aunque no es muy mayor, sufrió un ictus y tiene paralizado el lado derecho y el
habla).
El lunes
(mi día libre) yo pensaba dedicarlo a dar un “empujón decisivo” al librito que
queremos hacer sobre José, (una de esas tareas que iban a hacer otros): se ha
cumplido su primer aniversario, y ahí estaban los textos “aparcados”.
Me fie
de “la diestra poderosa” y me ofrecí a ir al hospital como cuidador: me
asignaron la mañana completa del lunes. Por si acaso, no obstante, me llevé el
ordenador. Y “vi” esa “mano” del Señor: por un lado, pude atender bien al
enfermo, (charlar un poquito, pero sin cansarlo; darle la gelatina; darle luego
toda la comida), y, por otro lado, cuando él dormitaba, ponerme con el librito;
cuando se espabiló del todo, le propuse leer en voz alta la parte del texto que
estaba yo revisando, (él conocía mucho a José; y también vivió cerca los
primeros años que José y yo estuvimos en Las Matas): fue un acierto, porque,
con su escucha atenta y su unidad, (aparte de avanzar yo mucho), nos sirvió,
además, de meditación a ambos.
No sé
cómo, ¡realmente me cundió muchísimo la mañana!, (¿quizá más que si me hubiera
quedado encerrado en la parroquia trabajando el texto?). Y una providencia,
(que me servía de nueva confirmación de que había hecho la voluntad de Dios
yendo al hospital): a las 14:30 me hacía el relevo como cuidadora una
focolarina. Comentando con ella lo que habíamos hecho durante la mañana, señaló:
“estoy acostumbrada a corregir tesis
doctorales de 600 páginas”. Así que se ofreció para hacer una corrección
del librito que estamos preparando.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6), la
de diciembre («He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra», Lc 1,
38) y la de
noviembre («El mayor entre vosotros
será vuestro servidor», Mt 23,
11):
1.- “Gracias,
Paco, por tu nuevo correo, ¡no vieras qué bien me hace al recibirlo a mitad de
mes!: a veces ando un tanto distraída y esto me da un nuevo impulso
en mi diario vivir. Me encanta el tiempo de Navidad, pero me cuesta tremendamente
vivirlo con sosiego y paz; una y otra vez “aquí
está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”. Al decirlo una y
muchas veces, ha calado como Gracia una linda experiencia: sentía al querer
acoger la voluntad de Dios en cada circunstancia, casi siempre la contraria que
yo deseaba, como que a María la sentía a mi lado en ese desconcertante “hágase” y abandonándose en las manos de
Dios: esto me ha ido haciendo gozar de los más pequeños gestos que con tantas y
tantas personas trataba: escuchar con paciencia y sin prisa, pedir un favor a
quien me rechazó (y sé que, además, a veces le molesta mi forma de ser),
limpiar algo antes de que otra lo pudiese hacer; en fin, que al final se me
hizo un gozo al sentir a Jesús en cada hermano.
1b.- Un anciano me contaba la gran Gracia que
sentía desde que ha llegado…: está solo en la vida, una hija única hace dos
meses se le murió de cáncer; …me decía “estar
tan gozoso de este tiempo que el Señor me está concediendo…”, nunca se
había encontrado tan presente a Dios y con la gran verdad de todo lo que
no es, (en lo que tanto y tanto a veces nos apoyamos y en lo que se le ha
podido ir la vida): está viviendo un crecimiento en la fe que no te imaginas el
bien que me hace; y solo tengo que decir “gracias”
al Señor por fijar los ojos en mí y llamarme y “aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu voluntad” de
la PdV: créeme que todo este mes ando en la misma línea…”
2.- “…qué alegría
leerte… Los relatos que hoy transmites son muy significativos y me nutren mucho…
…nos trasladas a otra visión de nuestra existencia.
Sigo malita,
sin saber muy bien qué me pasa, pero serena a la vez.
He aprendido a
amar a Dios de una manera diferente y a no sentirme juzgada…
…sigo con mi
propósito de escuchar al que lo necesite y se acerque a mi vida. Cuando uno de
estos días terminaba de trabajar y me llamaba una amiga agobiada al teléfono,
sabía yo que me esperaba una hora de lamento y repetición de frases y
pensamientos, pero me decía a mí misma: “Señor, esto no es nada con lo que Tú
has aguantado”, así que allí estaba yo con mi oreja pegada al auricular para,
de vez en cuando y en la medida que podía, poner algo de orden en su mente. Se
despedía dándome las gracias y diciéndome que me volvería a llamar ya que
necesitaba desahogarse.
2b.- Han sido unos días duros en el trabajo
con compañeras algo hostiles, ya que todo el mundo está nervioso y se contagia
el clima negativo, pero yo he intentado llevar mi mejor sonrisa a cada reunión
y romper el conflicto reflexionando en alto para indicar que estábamos
trabajando, no luchando entre nosotras sin saber para qué. Al final me miraban
desconcertados, pero lográbamos reconducir la reunión de otra forma y con más
paz…
…sigue rezando
por mí, ya que hace mucha falta en estos momentos donde no sé muy bien qué me
pasa, pero solo sé que tengo que seguir…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el
mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo
en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en
algunos navegadores eso no funciona,
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