VIDA DE LA PALABRA primeras semanas ENERO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6) y la
de diciembre («He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra», Lc 1,
38):
1.- A poco de comenzar el año,
un martes, en lo más profundo del sueño, a las 2:00 de la madrugada, me llaman
del hospital; me pongo la ropa encima del pijama, dejo a mi madre durmiendo
sola en la casa parroquial y salgo “disparado” hacia allá, recordando el
“hágase” de la PdV de diciembre y la mano poderosa del Señor de la de enero:
luego me será difícil volver a dormir y esa semana estaba yo solo, (el otro
sacerdote, fuera, unos días con su familia). Luego aguantaría yo bien todo, (y
eso que ya ese mismo día, durante la jornada volvieron a llamar del hospital
otras 3 veces: ese día le tocaba al diácono hacer la ronda por las
habitaciones, pero los diáconos no pueden administrar la Santa Unción ni
confesar).
Pero
volviendo a las 2:00 a.m. El momento de los sacramentos con esa anciana enferma
fue bonito; primero, los familiares me inquirían (para mi sorpresa) quién me
había llamado; ahí, tuve que “torear” sin desvelar, ni dejar mal a nadie. La mujer
era muy religiosa y participaba muy consciente y fervorosa en todas las
oraciones, aunque en algunos momentos, al estar entubada, se la notaba con
molestias. Antes, puedo confesarla.
Hay que
poner a todas las personas a amar, así que después de la Unción, le digo: “te voy a hacer 2 encargos muy importantes,
¿vale? ¡Cuento contigo, eh!”. Asiente. “Lo
primero, tienes que rezar mucho por tu familia, que tanto te quiere”, y
ella y las hijas lo reafirman y sonríen. “Y
segundo, también tienes que rezar por mí”, esboza una simpática carcajada
con las poquitas fuerzas que le quedan. “Sí,
que yo (igual que el Papa Francisco…, que Juan Pablo II…) confío muchísimo en
las oraciones de las personas mayores y de los enfermos, ¡eh!”. Las hijas
corroboran: “ella ha dicho que sí, y ten
pon seguro que lo hará y bien”. Hablo unos segundos con ellas, tratando de
transmitir serenidad y me despido: “bueno,
este cura es muy pesado, pero ya os dejo en paz –esboza otra simpática sonrisa–; mañana paso a verte”.
El
sincero “gracias, padre” que me da al
final (y también las hijas) me hace olvidar desvelos y molestias. Estoy
contento.
Soy
consciente que, las cosas que “me salen bien”, no son por mí, sino, (como
recuerda la PdV), por la grandeza del Señor, (y esta, tantas veces, “provocada”
por “mis” enfermos y ancianitos… bastantes… poco después ya desde el Cielo).
Al día
siguiente, una de las llamadas urgentes es de la familia de esa señora, llevada
ya a planta: pero está en las últimas. Muchos en la habitación. Uno de los hijos
se extraña de que yo haya rezado unas oraciones por ella, pero sin
administrarle la Unción: “¡ya lo hice
anoche, a las 2:00 a.m.!”. Y varios preguntan: “¿quién le llamó anoche?”.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu
diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6), la
de diciembre («He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra», Lc 1,
38) y la de
noviembre («El mayor entre vosotros
será vuestro servidor», Mt 23,
11):
1.- “Gracias una vez más, Paco,
por estos correos que tanto nos ayudan. Hace tiempo que no logro contestarte,
así que te cuento de forma sintética cómo he tratado de poner en práctica esta
PdV y la anterior.
Al iniciar el
Adviento me propuse ser fiel al rato diario de estar cara a cara con el Señor.
Le pedí a María que me ayudara, porque últimamente me estaba dejando llevar por
muchas actividades y con frecuencia no encontraba el tiempo. Hasta ahora me
está concediendo esa Gracia y es muy bonito constatar que en ese rato Jesús nos
hace ver lo que debemos mejorar, nos da la fuerza para aceptar situaciones
difíciles, me deja una gran paz dentro, etc, etc.
Cuando leí la
Palabra de este mes no lograba entender bien cómo ponerla en práctica, sólo le
decía a Jesús que me ponía en sus manos con total disponibilidad y Él me va
guiando día a día.
Comparto
algunas experiencias concretas:
1b.- Una prima me invita a ir
casa de su hija en Bélgica para Nochebuena. Estoy bastante cansada y no me
apetece nada, pero repito mi “heme aquí” y voy con el deseo de ser una
presencia de Jesús allí, viviendo la Palabra. Al llegar, veo que la zona donde
viven se llama “Mariakerke” (Iglesia de María) y eso me da mucha tranquilidad;
siento que tengo que estar al servicio, como cuando María fue a visitar a su
prima Isabel.
Eso he
intentado hacer: por la mañana llegar la primera a la cocina y recoger lo de la
cena, levantarme rápido cuando alguien necesitaba algo, esperar con paciencia
para salir de turismo… Una Navidad diferente, en la que sentía la presencia de
Dios que ha reforzado las relaciones familiares.
1c.- Un día que delante de Jesús
Eucaristía le reiteraba mi disponibilidad. Justo saliendo de la Iglesia, suena
el móvil y me piden colaboración para trabajar una semana como voluntaria en un
Centro lejos de mi ciudad, al que debía trasladarme tres días después. Reorganicé
todo mi programa y saqué el billete del tren.
Han sido días
intensos de trabajo, pero ha sido mucho mayor el regalo de experimentar el amor
de Dios y de los hermanos, de comprobar que Él quiere nuestra felicidad, como
dice el texto sobre la PdV.
1d.- Desde hace unos meses he
acogido a una persona un día a la semana en mi casa. En estas fiestas me regaló
un plato decorativo de cerámica que no me gustaba nada, pero lo puse en el
salón ese día por amor a ella. Cuando lo miraba seguía sin gustarme y ayer vez
me pasó por la cabeza “lo quito y cuando
venga le digo que se me ha roto”, pero enseguida sentí dentro que Jesús me
decía “eso no es amor”. Desde
entonces, cada vez que lo veo, me recuerda que sólo importa amar y además le he
encontrado matices que realmente lo hacen bonito…”
2.- “…sin saber los objetivos de la PdV
para este mes, llevaba yo meses distanciada de una amiga que no lo está pasando
bien y el otro día le comenté que quería empezar de cero y que recuperásemos lo
que teníamos y me sentí fenomenal.
Es una etapa muy bonita ya que
cada navidad es como un nuevo nacimiento de vida, lleno de esperanza e ilusión,
que ahora mismo a mí me falta: estoy algo decaída y quería esforzarme en hacer
muchas cosas, pero he decidido contemplar la vida como viene y confiar en el
Señor, que estoy segura que en esta etapa de la vida me mostrará lo que tiene
preparado para mí. Ver crecer a mis sobrinos y vivir con ellos unos días me ha
recordado que lo material me sobra y que la felicidad son otros pequeños
momentos…”
3.- [de mi hermana misionera en Chad] “…esta semana hay mucha tarea con la llegada de los niños tras sus
“vacaciones” (en casas de parientes o familias de acogida) y una gran mezcla de
sentimientos al ver la dureza de vida de nuestros chicos: vuelven mucho más
delgados a nuestro centro (pasan verdadera hambre), pero lo peor de esta vez es
que a una de nuestras chicas de 15 años la han violado y hasta ayer no la han
podido traer a nuestro centro porque ha tenido que estar declarando y de
exámenes médicos; otra chica tampoco sabíamos dónde estaba, porque en vez de
irse con la familia que dijimos, sin decirnos nada, se fue con otro familiar y
no apareció hasta ayer.
Pero gracias a Dios ya están todos aquí, los 50, contentos de haber
festejado la Navidad con sus familiares, pero también muy contentos de volver
al centro porque aquí comen muy bien, tienen medicamentos, ropa, estudios y
nosotros los queremos mucho.
Cuento
con vuestra oración 😘😘😘.
Sí nos llegó la cantidad que habéis mandado y nos vino muy bien porque
la subvención de Caritas España, (que es la que más nos ayuda), era por tres años,
que ya se acabaron en Diciembre; y no empezará a llegarnos una nueva subvención
al menos hasta mayo, pero sin duda Dios proveerá, estamos seguros de Él…”
4.- “…viene el motivo por
el que a pesar de todo lo que ocurrió este año en mi vida, debo dar las GRACIAS
a DIOS.
Si esperamos estar en paz
porque todo va bien, si condicionamos el estar felices a tener salud, dinero y
a nuestros seres queridos, si refulgimos SOLO SI…; viviremos en un sufrimiento
por el resto de nuestras vidas.
Conozco solo a una persona a
quien todo le va “muy bien” y seguramente es solo porque se reserva los pesares
para ella. El resto de personas, pasan por muertes de familiares queridos, por
dolores de alma y cuerpo, por carencias, por falta de comida o trabajo.
Ya a estas alturas he
aprendido que el “sufrimiento” es parte de la vida. Esto de “la vida es un
valle de lágrimas” es lo más cierto que nunca he oído...
Y entonces, podría lamentarme
de todo lo que ha ocurrido en mi vida este año. O por el contrario, AGRADECER.
Decido AGRADECER.
Agradezco, porque hemos decidido tomar la casa de
Dios por Hogar: he deambulado por una y otra disciplina espiritual, para volver
a la Iglesia Católica que un día me bautizó. En el 2017 fui regalada con esta
fe que he decidido alimentar. Sí, hay mandamientos. Y es que he criado a mis
hijos sin ellos y todo sería más fácil si tuviesen esa consciencia de amor y
respeto a los padres y semejantes.
Dios ha sido tan generoso conmigo que me ha
regalado que unas monjitas hayan abierto las puertas de su cole a mi hijo y que
a través de ellas Dios esté entrando lentamente en su corazón. Por eso doy
gracias.
El movimiento Católico Focolar entró en mi vida y
con él, seres maravillosos que nos han ayudado a fortalecernos como padres y
como familia.
Tú, Paco, y el Padre José Antonio
estáis allí, como un amigo cada vez que os hemos necesitado: para celebrar o
para orar cuando la enfermedad y la muerte han roto nuestro corazón.
Por todo esto, decido AGRADECER y celebrar.
Me enseñaste que debo pedir a
Dios lo que necesite porque Él es mi Padre y pedirle es lo que hace cercana
nuestra relación:
- ¿ Si uno de tus hijos necesita algo y no te lo pide
te gustaría?
- No –te respondí.
Así que este año, por primera vez en mi vida, le
pedí algo concreto: que mi madre sanara de esa enfermedad que a todos
aterroriza. Me regaló lo que pedí.
También me explicaste que,
cuando el Padre no nos complace, tiene sus motivos: y he aprendido que detrás
de un gran dolor siempre acaba surgiendo un gran regalo.
No he respondido ninguno de los mensajes de feliz
año o feliz navidad porque estaba dedicándome a dar amor y cuidado a quienes me
necesitaban tanto en estos momentos. Agradezco también por teneros a todos vosotros
en mi vida. Cada día me dan tanto amor amigos, tanto: sois el regalo permanente
de Dios en mi día a día…
El sufrimiento seguirá existiendo, mas solo Dios,
solo en Dios, podremos resistirlo y seguiremos enteros para continuar viviendo,
dando amor y cumpliendo la misión que nos ha tocado vivir.
Ya las Misas del domingo no son para mí una de las
tantas reglas que tiene la Iglesia: son para mí ahora un regalo. El más hermoso
de los regalos en los que Dios me dice exactamente lo que necesito escuchar a
través del sacerdote…
Gracias 2017 por haberme
llevado de vuelta a mi casa…: la casa de Dios. Gracias 2017 por regalarme a
cada instante con personas que me llevan en su alma…”
5.- “…feliz año Paco! Por supuesto
que quiero seguir recibiendo estos correos: no sabes el bien que me hacen... Un
día me atreveré a escribir algo, eso espero, porque son muchos los momentos que
"pillo" a Dios a mi lado, y gracias a estas experiencias sé
reconocerlo mejor. Mil gracias
por acordarte de mí…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el
mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo
en “comentarios” y escríbela;
o, dado que en
algunos navegadores eso no funciona,
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