martes, 16 de enero de 2018

DIOS LLEGA DONDE NOSOTROS NO PODEMOS

VIDA DE LA PALABRA               primeras semanas ENERO

Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6) y la de diciembre («He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra», Lc 1, 38):
1.-        A poco de comenzar el año, un martes, en lo más profundo del sueño, a las 2:00 de la madrugada, me llaman del hospital; me pongo la ropa encima del pijama, dejo a mi madre durmiendo sola en la casa parroquial y salgo “disparado” hacia allá, recordando el “hágase” de la PdV de diciembre y la mano poderosa del Señor de la de enero: luego me será difícil volver a dormir y esa semana estaba yo solo, (el otro sacerdote, fuera, unos días con su familia). Luego aguantaría yo bien todo, (y eso que ya ese mismo día, durante la jornada volvieron a llamar del hospital otras 3 veces: ese día le tocaba al diácono hacer la ronda por las habitaciones, pero los diáconos no pueden administrar la Santa Unción ni confesar).
Pero volviendo a las 2:00 a.m. El momento de los sacramentos con esa anciana enferma fue bonito; primero, los familiares me inquirían (para mi sorpresa) quién me había llamado; ahí, tuve que “torear” sin desvelar, ni dejar mal a nadie. La mujer era muy religiosa y participaba muy consciente y fervorosa en todas las oraciones, aunque en algunos momentos, al estar entubada, se la notaba con molestias. Antes, puedo confesarla.
Hay que poner a todas las personas a amar, así que después de la Unción, le digo: “te voy a hacer 2 encargos muy importantes, ¿vale? ¡Cuento contigo, eh!”. Asiente. “Lo primero, tienes que rezar mucho por tu familia, que tanto te quiere”, y ella y las hijas lo reafirman y sonríen. “Y segundo, también tienes que rezar por mí”, esboza una simpática carcajada con las poquitas fuerzas que le quedan. “Sí, que yo (igual que el Papa Francisco…, que Juan Pablo II…) confío muchísimo en las oraciones de las personas mayores y de los enfermos, ¡eh!”. Las hijas corroboran: “ella ha dicho que sí, y ten pon seguro que lo hará y bien”. Hablo unos segundos con ellas, tratando de transmitir serenidad y me despido: “bueno, este cura es muy pesado, pero ya os dejo en paz –esboza otra simpática sonrisa–; mañana paso a verte”.
El sincero “gracias, padre” que me da al final (y también las hijas) me hace olvidar desvelos y molestias. Estoy contento.
Soy consciente que, las cosas que “me salen bien”, no son por mí, sino, (como recuerda la PdV), por la grandeza del Señor, (y esta, tantas veces, “provocada” por “mis” enfermos y ancianitos… bastantes… poco después ya desde el Cielo).
Al día siguiente, una de las llamadas urgentes es de la familia de esa señora, llevada ya a planta: pero está en las últimas. Muchos en la habitación. Uno de los hijos se extraña de que yo haya rezado unas oraciones por ella, pero sin administrarle la Unción: “¡ya lo hice anoche, a las 2:00 a.m.!”. Y varios preguntan: “¿quién le llamó anoche?”.


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la Palabra de Vida de enero («Tu diestra, Señor, es magnífica en poder», Ex 15, 6), la de diciembre («He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra», Lc 1, 38) y la de noviembre («El mayor entre vosotros será vuestro servidor», Mt 23, 11):
1.-        “Gracias una vez más, Paco, por estos correos que tanto nos ayudan. Hace tiempo que no logro contestarte, así que te cuento de forma sintética cómo he tratado de poner en práctica esta PdV y la anterior.
Al iniciar el Adviento me propuse ser fiel al rato diario de estar cara a cara con el Señor. Le pedí a María que me ayudara, porque últimamente me estaba dejando llevar por muchas actividades y con frecuencia no encontraba el tiempo. Hasta ahora me está concediendo esa Gracia y es muy bonito constatar que en ese rato Jesús nos hace ver lo que debemos mejorar, nos da la fuerza para aceptar situaciones difíciles, me deja una gran paz dentro, etc, etc.
Cuando leí la Palabra de este mes no lograba entender bien cómo ponerla en práctica, sólo le decía a Jesús que me ponía en sus manos con total disponibilidad y Él me va guiando día a día.
Comparto algunas experiencias concretas:
1b.-      Una prima me invita a ir casa de su hija en Bélgica para Nochebuena. Estoy bastante cansada y no me apetece nada, pero repito mi “heme aquí” y voy con el deseo de ser una presencia de Jesús allí, viviendo la Palabra. Al llegar, veo que la zona donde viven se llama “Mariakerke” (Iglesia de María) y eso me da mucha tranquilidad; siento que tengo que estar al servicio, como cuando María fue a visitar a su prima Isabel.
Eso he intentado hacer: por la mañana llegar la primera a la cocina y recoger lo de la cena, levantarme rápido cuando alguien necesitaba algo, esperar con paciencia para salir de turismo… Una Navidad diferente, en la que sentía la presencia de Dios que ha reforzado las relaciones familiares.
1c.-      Un día que delante de Jesús Eucaristía le reiteraba mi disponibilidad. Justo saliendo de la Iglesia, suena el móvil y me piden colaboración para trabajar una semana como voluntaria en un Centro lejos de mi ciudad, al que debía trasladarme tres días después. Reorganicé todo mi programa y saqué el billete del tren.
Han sido días intensos de trabajo, pero ha sido mucho mayor el regalo de experimentar el amor de Dios y de los hermanos, de comprobar que Él quiere nuestra felicidad, como dice el texto sobre la PdV.
1d.-      Desde hace unos meses he acogido a una persona un día a la semana en mi casa. En estas fiestas me regaló un plato decorativo de cerámica que no me gustaba nada, pero lo puse en el salón ese día por amor a ella. Cuando lo miraba seguía sin gustarme y ayer vez me pasó por la cabeza “lo quito y cuando venga le digo que se me ha roto”, pero enseguida sentí dentro que Jesús me decía “eso no es amor”. Desde entonces, cada vez que lo veo, me recuerda que sólo importa amar y además le he encontrado matices que realmente lo hacen bonito

2.-        “sin saber los objetivos de la PdV para este mes, llevaba yo meses distanciada de una amiga que no lo está pasando bien y el otro día le comenté que quería empezar de cero y que recuperásemos lo que teníamos y me sentí fenomenal.
Es una etapa muy bonita ya que cada navidad es como un nuevo nacimiento de vida, lleno de esperanza e ilusión, que ahora mismo a mí me falta: estoy algo decaída y quería esforzarme en hacer muchas cosas, pero he decidido contemplar la vida como viene y confiar en el Señor, que estoy segura que en esta etapa de la vida me mostrará lo que tiene preparado para mí. Ver crecer a mis sobrinos y vivir con ellos unos días me ha recordado que lo material me sobra y que la felicidad son otros pequeños momentos

3.-        [de mi hermana misionera en Chad]            “…esta semana hay mucha tarea con la llegada de los niños tras sus “vacaciones” (en casas de parientes o familias de acogida) y una gran mezcla de sentimientos al ver la dureza de vida de nuestros chicos: vuelven mucho más delgados a nuestro centro (pasan verdadera hambre), pero lo peor de esta vez es que a una de nuestras chicas de 15 años la han violado y hasta ayer no la han podido traer a nuestro centro porque ha tenido que estar declarando y de exámenes médicos; otra chica tampoco sabíamos dónde estaba, porque en vez de irse con la familia que dijimos, sin decirnos nada, se fue con otro familiar y no apareció hasta ayer.
Pero gracias a Dios ya están todos aquí, los 50, contentos de haber festejado la Navidad con sus familiares, pero también muy contentos de volver al centro porque aquí comen muy bien, tienen medicamentos, ropa, estudios y nosotros los queremos mucho.
Cuento con vuestra oración 😘😘😘.
Sí nos llegó la cantidad que habéis mandado y nos vino muy bien porque la subvención de Caritas España, (que es la que más nos ayuda), era por tres años, que ya se acabaron en Diciembre; y no empezará a llegarnos una nueva subvención al menos hasta mayo, pero sin duda Dios proveerá, estamos seguros de Él…

4.-        “viene el motivo por el que a pesar de todo lo que ocurrió este año en mi vida, debo dar las GRACIAS a DIOS.
Si esperamos estar en paz porque todo va bien, si condicionamos el estar felices a tener salud, dinero y a nuestros seres queridos, si refulgimos SOLO SI…; viviremos en un sufrimiento por el resto de nuestras vidas.
Conozco solo a una persona a quien todo le va “muy bien” y seguramente es solo porque se reserva los pesares para ella. El resto de personas, pasan por muertes de familiares queridos, por dolores de alma y cuerpo, por carencias, por falta de comida o trabajo.
Ya a estas alturas he aprendido que el “sufrimiento” es parte de la vida. Esto de “la vida es un valle de lágrimas” es lo más cierto que nunca he oído...
Y entonces, podría lamentarme de todo lo que ha ocurrido en mi vida este año. O por el contrario, AGRADECER.
          Decido AGRADECER.
          Agradezco, porque hemos decidido tomar la casa de Dios por Hogar: he deambulado por una y otra disciplina espiritual, para volver a la Iglesia Católica que un día me bautizó. En el 2017 fui regalada con esta fe que he decidido alimentar. Sí, hay mandamientos. Y es que he criado a mis hijos sin ellos y todo sería más fácil si tuviesen esa consciencia de amor y respeto a los padres y semejantes.
          Dios ha sido tan generoso conmigo que me ha regalado que unas monjitas hayan abierto las puertas de su cole a mi hijo y que a través de ellas Dios esté entrando lentamente en su corazón. Por eso doy gracias.
          El movimiento Católico Focolar entró en mi vida y con él, seres maravillosos que nos han ayudado a fortalecernos como padres y como familia.
          Tú, Paco, y el Padre José Antonio estáis allí, como un amigo cada vez que os hemos necesitado: para celebrar o para orar cuando la enfermedad y la muerte han roto nuestro corazón.
          Por todo esto, decido AGRADECER y celebrar.
          Me enseñaste que debo pedir a Dios lo que necesite porque Él es mi Padre y pedirle es lo que hace cercana nuestra relación:
-  ¿ Si uno de tus hijos necesita algo y no te lo pide te gustaría?
-  No –te respondí.
          Así que este año, por primera vez en mi vida, le pedí algo concreto: que mi madre sanara de esa enfermedad que a todos aterroriza. Me regaló lo que pedí.
          También me explicaste que, cuando el Padre no nos complace, tiene sus motivos: y he aprendido que detrás de un gran dolor siempre acaba surgiendo un gran regalo.
          No he respondido ninguno de los mensajes de feliz año o feliz navidad porque estaba dedicándome a dar amor y cuidado a quienes me necesitaban tanto en estos momentos. Agradezco también por teneros a todos vosotros en mi vida. Cada día me dan tanto amor amigos, tanto: sois el regalo permanente de Dios en mi día a día…
          El sufrimiento seguirá existiendo, mas solo Dios, solo en Dios, podremos resistirlo y seguiremos enteros para continuar viviendo, dando amor y cumpliendo la misión que nos ha tocado vivir.
          Ya las Misas del domingo no son para mí una de las tantas reglas que tiene la Iglesia: son para mí ahora un regalo. El más hermoso de los regalos en los que Dios me dice exactamente lo que necesito escuchar a través del sacerdote…
Gracias 2017 por haberme llevado de vuelta a mi casa…: la casa de Dios. Gracias 2017 por regalarme a cada instante con personas que me llevan en su alma

5.-        “feliz año Paco! Por supuesto que quiero seguir recibiendo estos correos: no sabes el bien que me hacen... Un día me atreveré a escribir algo, eso espero, porque son muchos los momentos que "pillo" a Dios a mi lado, y gracias a estas experiencias sé reconocerlo mejor. Mil gracias por acordarte de mí



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