EL DON DE FORTALEZA
…el
Señor viene siempre a sostenernos
en nuestra debilidad … Con el don de fortaleza… el
Espíritu Santo libera el
terreno de nuestro corazón, lo libera
de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que
pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de
manera auténtica y gozosa…
Hay
también momentos difíciles y
situaciones extremas en las
que el don de fortaleza se manifiesta de modo extraordinario, ejemplar. Es el
caso de quienes deben afrontar experiencias particularmente duras y dolorosas,
que revolucionan su vida y la de sus seres queridos. La Iglesia resplandece por
el testimonio de numerosos hermanos
y hermanas que no dudaron en entregar la propia vida, con tal de permanecer
fieles al Señor y a su Evangelio… pensemos en esos hombres, en esas mujeres que
tienen una vida difícil, que luchan por sacar adelante la familia… son santos, santos en la cotidianidad, santos
ocultos en medio de nosotros… ¡Son muchos! Demos gracias al Señor por estos
cristianos que viven una santidad oculta: es el Espíritu Santo que tienen dentro quien les conduce. Y nos
hará bien pensar en esta gente: si
ellos hacen todo esto, si ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no?...
… Este
don debe constituir la nota de fondo de nuestro ser cristianos, en el ritmo ordinario de nuestra vida
cotidiana. Como he dicho, todos los días de la vida cotidiana debemos ser
fuertes, necesitamos esta fortaleza para llevar adelante nuestra vida, nuestra
familia, nuestra fe. El apóstol Pablo dijo una frase que nos hará bien
escuchar: «Todo lo puedo en Aquel que me
conforta» (Flp 4, 13).
Cuando afrontamos la vida ordinaria, cuando llegan las dificultades, recordemos
esto: «Todo lo puedo en Aquel que me da
la fuerza». El
Señor da la fuerza, siempre, no permite que nos falte. El
Señor no nos prueba más de lo
que nosotros podemos tolerar. Él
está siempre con nosotros. «Todo
lo puedo en Aquel que me conforta».
Queridos
amigos, a veces podemos
ser tentados de dejarnos llevar por la
pereza o, peor aún, por el
desaliento, sobre todo ante
las fatigas y las pruebas de la vida. En estos casos, no nos desanimemos, invoquemos al Espíritu
Santo, para que con el don de fortaleza dirija nuestro corazón y comunique nueva fuerza y entusiasmo a
nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús.
PAPA FRANCISCO, Audiencia general de los miércoles, 14 mayo
2014
ESTAR “DESARMADOS”
PARA AMAR.
En el Evangelio, la cruz, contiene la cumbre
y el resumen de lo vivido por Jesús: amor sin medida, desarmado amor, atrevido
amor, que no se rinde, no engaña y no traiciona...
... llevar la cruz significa llevar hasta el
final el amor.
Jesús no quiere las cosas dejadas a medias,
porque engendran tristeza: si tienes que construir una torre, te sientas antes
y calcula bien si tienes los medios. Quiere de nosotros, respuestas libres y
maduras, ponderadas e inteligentes...
DEJARSE
"INCOMODAR"
“O el
cristiano valora lo que el mundo desprecia,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano no valora lo que el mundo
aprecia,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano vive la carrera de la propia
existencia
con el
ánimo preparado a comparecer más allá,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano hace que resplandezca Cristo
en cada
una de sus acciones de su vida terrena,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano es palabra encarnada del Papa,
interpretación
viva de los Obispos,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano siente «con la Iglesia»
y lleva
con ella los dolores, los traumas de los cismas,
la
lucha abierta y continua contra el Enemigo,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano revive a María,
y
magnifica a la Madre junto con el Hijo,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano se pulveriza a sí mismo y,
sobre
sus cenizas, glorifica a Dios,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano arrastra con celo divino
una
multitud de gente tras Cristo,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano conoce y soporta la crítica,
el
odio, las persecuciones,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano reacciona con fuerza y
constantemente
a la
riada de tibieza, de pereza, de pecado,
legado
del mundo,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano divide con la espada los
afectos terrenos
y
suscita la unidad en el plano divino,
o no es
seguidor de Cristo.
O el cristiano desencadena la revolución de
Cristo
y da
testimonio de Él con la unidad más compacta
con sus
hermanos,
o no es
seguidor de Cristo.
Los
santos: he aquí los verdaderos seguidores de Cristo.
GRACIAS PACO
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