miércoles, 16 de noviembre de 2016

DIOS ES NUESTRA FORTALEZA

Te copio unos textos que nos ayuden a profundizar y vivir más la Palabra de noviembre (“todo lo puedo en Aquel que me conforta”). Si quieres que te mande la Palabra de vida cada mes también en presentación power point, dímelo.

EL DON DE FORTALEZA

…el Señor viene siempre a sostenernos en nuestra debilidad … Con el don de fortaleza… el Espíritu Santo libera el terreno de nuestro corazón, lo libera de la tibieza, de las incertidumbres y de todos los temores que pueden frenarlo, de modo que la Palabra del Señor se ponga en práctica, de manera auténtica y gozosa…
Hay también momentos difíciles y situaciones extremas en las que el don de fortaleza se manifiesta de modo extraordinario, ejemplar. Es el caso de quienes deben afrontar experiencias particularmente duras y dolorosas, que revolucionan su vida y la de sus seres queridos. La Iglesia resplandece por el testimonio de numerosos hermanos y hermanas que no dudaron en entregar la propia vida, con tal de permanecer fieles al Señor y a su Evangelio… pensemos en esos hombres, en esas mujeres que tienen una vida difícil, que luchan por sacar adelante la familia… son santos, santos en la cotidianidad, santos ocultos en medio de nosotros… ¡Son muchos! Demos gracias al Señor por estos cristianos que viven una santidad oculta: es el Espíritu Santo que tienen dentro quien les conduce. Y nos hará bien pensar en esta gente: si ellos hacen todo esto, si ellos pueden hacerlo, ¿por qué yo no?...
… Este don debe constituir la nota de fondo de nuestro ser cristianos, en el ritmo ordinario de nuestra vida cotidiana. Como he dicho, todos los días de la vida cotidiana debemos ser fuertes, necesitamos esta fortaleza para llevar adelante nuestra vida, nuestra familia, nuestra fe. El apóstol Pablo dijo una frase que nos hará bien escuchar: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Flp 4, 13). Cuando afrontamos la vida ordinaria, cuando llegan las dificultades, recordemos esto: «Todo lo puedo en Aquel que me da la fuerza». El Señor da la fuerza, siempre, no permite que nos falte. El Señor no nos prueba más de lo que nosotros podemos tolerar. Él está siempre con nosotros. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta».
Queridos amigos, a veces podemos ser tentados de dejarnos llevar por la pereza o, peor aún, por el desaliento, sobre todo ante las fatigas y las pruebas de la vida. En estos casos, no nos desanimemos, invoquemos al Espíritu Santo, para que con el don de fortaleza dirija nuestro corazón y comunique nueva fuerza y entusiasmo a nuestra vida y a nuestro seguimiento de Jesús.

PAPA FRANCISCO, Audiencia general de los miércoles, 14 mayo 2014





ESTAR “DESARMADOS” PARA AMAR.

En el Evangelio, la cruz, contiene la cumbre y el resumen de lo vivido por Jesús: amor sin medida, desarmado amor, atrevido amor, que no se rinde, no engaña y no traiciona...  
... llevar la cruz significa llevar hasta el final el amor.
Jesús no quiere las cosas dejadas a medias, porque engendran tristeza: si tienes que construir una torre, te sientas antes y calcula bien si tienes los medios. Quiere de nosotros, respuestas libres y maduras, ponderadas e inteligentes...






DEJARSE "INCOMODAR"

“O el cristiano valora lo que el mundo desprecia,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano no valora lo que el mundo aprecia,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano vive la carrera de la propia existencia
con el ánimo preparado a comparecer más allá,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano hace que resplandezca Cristo
en cada una de sus acciones de su vida terrena,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano es palabra encarnada del Papa,
interpretación viva de los Obispos,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano siente «con la Iglesia»
y lleva con ella los dolores, los traumas de los cismas,
la lucha abierta y continua contra el Enemigo,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano revive a María,
y magnifica a la Madre junto con el Hijo,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano se pulveriza a sí mismo y,
sobre sus cenizas, glorifica a Dios,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano arrastra con celo divino
una multitud de gente tras Cristo,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano conoce y soporta la crítica,
el odio, las persecuciones,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano reacciona con fuerza y constantemente
a la riada de tibieza, de pereza, de pecado,
legado del mundo,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano divide con la espada los afectos terrenos
y suscita la unidad en el plano divino,
o no es seguidor de Cristo.
O el cristiano desencadena la revolución de Cristo
y da testimonio de Él con la unidad más compacta
con sus hermanos,
o no es seguidor de Cristo.
Los santos: he aquí los verdaderos seguidores de Cristo.



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