VIDA DE LA PALABRA últimas semanas de FEBRERO
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la vida diaria la Palabra de febrero («Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré Yo», Is 66, 13) y la de enero («Llamados a anunciar las proezas del Señor”», cf. 1 P 2, 9):
1.- Al salir de la
estación, veo a lo lejos 3 jóvenes gritándose cada vez más agresivamente. Yo
veía que iban a “llegar a las manos”. Cuando estaba ya cerca, efectivamente,
empezaron a empujarse y a agarrarse de la camisa airadamente. Aunque no las
tenía todas conmigo, me encomendé al Señor y desvié unos metros mi camino para
acercarme a ellos: “venga, estaos
quietos; así no se solucionan las cosas”. ¡Hicieron caso!: se empujaron
soltándose, algo me dijeron y se fue cada uno en una dirección.
2.- Una amiga me
comentó que, meditando detenidamente el Padrenuestro, se había parado en “…como también nosotros perdonamos…”. Y se
dio cuenta que de corazón ella perdonaba de verdad, pero… Así que, cogió el
teléfono y empezó a llamar a todas las personas a las que tenía que perdonar y
a las que tenía que pedir perdón por algo. También a su hermana a quien había
prestado dinero, perdonarle esa cantidad.
Me
comentaba que se quedó realmente en paz, feliz; ¡hasta un tic nervioso que le
aparece de vez en cuando y en ese momento tenía, le desapareció!
Yo
alababa al Señor por ver que su Gracia actúa en ella, que va “dando pasos”… y
me sirvió de ejemplo: a las pocas horas, vi el coche de alguien que a veces
después de hablar con él, al final me deja “planchado”, (aunque estoy seguro
que no con mala voluntad…) y, como no me apetecía charlar porque me encontraba
cansado del día, me vino la tentación de seguir caminando por otras calles y
así, a la vez airearme. Pero recordando la experiencia anterior, seguí en
cambio mi camino normal y, naturalmente, estuvimos conversando media hora de
modo distendido.
3.- Uno de los
compañeros en noviembre tuvo nuevamente un pequeño percance con el coche y este quedó ya para el desguace. Teníamos que pensar en comprar uno y él se quedaba
con el que yo venía utilizando. Y de pronto me acordé que, hacía varios meses,
una amiga me había prometido una cantidad “para
que te compres un coche”; la verdad es que por aquel entonces ni lo pensé,
pues no me hacía falta; cuando tiempo después lo comenté con los compañeros, me dijeron:
“intención del donante: ese dinero, si te
lo dan, tiene que ser para eso; lo guardas para entonces”.
Empecé
a mirar coches; unos de mi pueblo me dijeron que acababan de comprar varios del
mismo modelo, con lo cual les hacían descuento sustancioso; a mí también me lo
harían (aunque no era el coche que más me gusta): unos tres mil trescientos
euros. Esa amiga me trajo por Reyes aquel dinero: ¡más de 3/5 del precio!
A
través de miles de detalles, Dios Padre se cuida de nosotros con entrañas
maternas en lo pequeño y en lo grande; en lo espiritual y en lo material. Eso
me sigue ayudando a estar así pendiente yo también con
cada persona que Él pone en mi camino.
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la Palabra de vida Palabra de febrero («Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré Yo», Is 66, 13) y la de enero («Llamados a anunciar las proezas del Señor”», cf. 1 P 2, 9):
1.-
“…ayer
tuve un día en el que terminé diciendo como Sta. Teresa: "vivo sin vivir en mí...". Y, la
verdad, ocupándome de la voluntad de Dios que me iba pidiendo, Él se encargaba
de todo lo que yo tenía pensado hacer…”
2.- “…preciosísimas experiencias las tuyas y las de los
otros. Las mías, respecto a la PdV de este mes, son subrayar lo positivo que
encuentro en sus palabras y en su trabajo bien hecho, y darles siempre ánimos,
a quienes se ponen en contacto conmigo por internet. Luego, un día u otro me lo
agradecen…”
3.-
“…el viernes operaron
a mi tía: le quitaron la tiroides. La hemos estado acompañando en todo momento.
Y ahora que ya está en casa, la cuidamos entre todos.
La verdad es que
está muy bien, pero como hace mucho frío no queremos que vaya sola a las curas:
la llevo yo; sabe que estoy dispuesta cuando ella me necesite. Que en esta
Cuaresma encontremos al Señor en los más necesitados…”
4.-
“…hoy
en el trabajo empezó un día ajetreado, con multitud de ocasiones para criticar
sola y en compañía: he resistido con el silencio; ha sido un espléndido momento
aprovechado para encomendar a todos nuestros enfermos y unirme a vuestras
oraciones por todos…”
5.- “… “pedid
y se os dará”. Me he acordado al pensar en el cumpleaños de mi hermana…
Pensábamos celebrarlo el sábado, pero hemos tenido que adelantar la, pues
coincide con el concierto de un grupo que le encanta a ella. No se pierde un
concierto suyo
desde hace años.
Dada la coincidencia de fechas pensé que hubiese sido
toda una sorpresa y un regalo si le dedicasen una canción.
¿Imposible que eso ocurriera? “Pedid y se os dará”, dijo Jesús, a ello
me dispuse, pues: a pedir. El “no” ya lo tenía: nada perdía por intentarlo.
Busqué la página de ese grupo en internet, les pedí mi deseo y, esta mañana,
según abría el correo…: “de acuerdo, me
llamas y antes de que empiece el concierto nos vemos y nos ponemos de acuerdo”…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias
que, por gracia de
Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica
el Evangelio;
“pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela;
o, dado que en algunos
navegadores eso no funciona,
mándamela por correo-e.
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