Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la vida diaria la Palabra
de vida de diciembre
(«Preparad el camino
del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3), la de noviembre («…para
que todos sean uno», Jn 17,
21) y la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos
míos: si os amáis unos a otros»,
Jn 13, 35):
1.- El domingo quise ir
a visitar, (en coche, si no, no me daría tiempo; y la semana anterior no había
podido ir), a José en su Residencia.
Después de perderme (sigo sin manejarme por Madrid)
y de cortes de tráfico por contaminación y afluencia de gente por compras y
luces madrileñas, llegué 5 minutos tarde y la portera ya no me dejó subir a
verlo. Se me “encendió” el “hombre viejo” por dentro, (¡encima de lo que me
fastidia entrar en coche a Madrid…!). Sin embargo reaccioné: las horas y el
gasto de tiempo y de coche yo los empleé por amor, y eso basta. Pero luego
imaginé que a José le haría verdadera ilusión verme, así que volví a insistir.
Ante la nueva negativa, el “abrir las puertas a Cristo” de la PdV, el “allanar
el camino”, era dar la razón a la portera con una sonrisa, (aunque dentro me quería
nacer toda la impotencia), pues ella no hacía más que cumplir con su deber.
Cuando
ya estaba yéndome al coche, se me ocurrió llamar a la madre superiora de la
Residencia, por lo menos para que luego le dijera a José que alguien había ido
a visitarle y para preguntar qué tal lo veía ella últimamente. Me dijo que me
esperara y bajó a contármelo. La empleada entonces se acercó a pedirme
disculpas y le volví a decir por 3 veces que no se preocupara, que ella
cumpliera bien con su oficio.
Providencialmente,
dos días después sí que pude con otros 2 compañeros ir a visitar a José: lo
vimos contento, como siempre; y, por primera vez en este sitio, ya no tan
desubicado. Así que, me vine contento (las veces anteriores salí con un nudo en
la garganta y una lagrimilla).
2.- Desde el verano he
tenido bastantes, ¡muchos!, “frentes” abiertos a la vez. Meses de niebla cada
vez más espesa.
Ayer
me venía el refrán “mañanita de niebla,
tarde de paseo”. Pero mientras tanto, ¡qué difícil es orientarse! La PdV
invita a abrir la puerta al Señor que llega (¡y hay que prepararle el camino,
se presente como se presente!) y es la esperanza de que de verdad Él cumple sus
promesas; como suelo añadir: “ni un minuto antes, pero tampoco uno después”.
Algunos
“frentes” se han ido cerrando por sí solos. Con la presencia de “Jesús en medio”
por el amor recíproco “donde dos o más…”, algunos campos se van despejando e
incluso solucionando; otros, en cambio, complicándose cada vez más. Pero la
certeza de que Él es “el único Bien”, permanece más allá de todo: y ahí trato
de allanarle el camino olvidándome de mí y estando atento a amar a los demás.
Algunas de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la vida diaria la Palabra de vida de diciembre («Preparad el camino
del Señor, allanad sus senderos», Mc 1, 3), la de noviembre («…para
que todos sean uno», Jn 17,
21) y la de octubre («En esto conocerán todos que sois discípulos
míos: si os amáis unos a otros»,
Jn 13, 35):
1.- “…el domingo
pasado fue la segunda vez que hacemos nosotros los niños Jesús (campaña
han desalojado a Jesús). Pues este año,
primero las niñas se reunieron para empezar a hacerlos con los moldes de
escayola…
La que les ayuda este año anda a tope porque trabaja
en un colegio jornada completa y también los sábados, (súmale el bebe y su hija
de 4 años). Así que me ofrecí a llevarme a casa los moldes y hacer una
buena tirada para presentarlos al domingo siguiente en la parroquia de ella en
Boston.
¡Qué estrés y agobio en dejarlos terminados, bonitos
y presentables…!: porque aquí, (al contrario que en España), no hay ambiente de
Natividad, no hay belenes y en las tiendas tampoco encuentras nada
para algo parecido. Las distancias son largas y yo aún desconozco los comercios
específicos.
Y lo que se suponía fácil, fue complicadísimo,
(tanto que, cuando al final me preguntó si quería redactar la experiencia, le solté
tal cual que “no”). Pero te cuento desde el principio: primero no había
cestitas, ni nada parecido donde acomodar al Niño Jesús… Me cuesta encontrar
bolsas que no sean de plástico común. Escojo por fin unas pequeñas
transparentes de papel de celofán a juego con un lacito de seda de los pocos
discretos que había.
Pero… me queda el material donde acomodar al niño. Por
fin se me ocurrió ir a la zona de plantas y artículos naturales. Allí había
bolsas de musgo seco natural, que además olía muy bien. ¡Para mí fue una odisea!
El barniz… el pobre hombre hizo varias mezclas más,
mientras atendía a otros clientes. Llegamos a un color natural de piel después
de cinco intentos: paciencia la del señor, que entendía que iba a barnizar más
de cincuenta figuras ya preparadas.
Todo perfecto el domingo por la mañana: ¡prueba
familiar superada! Pero mi amiga no me había pasado la dirección de la parroquia,
así que a la aventura nos vamos a su barrio y visitamos dos iglesias. Mi amiga
no estaba y nosotros, la familia entera, con nuestros Jesusitos. Los colocamos
todos preciosos en una mesita.
Y ese momento, le dije al Señor: “Nosotros hemos
hecho nuestro esfuerzo de traerte a los demás, ahora te toca a Ti hacer el
trabajo con ellos”. Nada había sido fluido, ni fácil.
Mi amiga por fin llegó, (el día anterior, en
urgencias con su bebé; y se le había roto el móvil). Respiré.
Me dispuse tranquila por fin a participar en la misa…
Al final mi amiga y los cuatro niños subieron a presentar las figuritas, el
proyecto y el sentido que tiene el llevar a Jesús a la vida de los demás, y que
la Navidad solo tiene sentido porque nace Jesús.
Mi hijo comentó que este año los donativos irían destinados
a refugiados de Siria, “…familias sin hogar; nosotros somos unos afortunados”… Mi
hija dijo un cándido “gracia” que resonó en el templo y emocionó a todos. Las
pequeñas sonreían serenas y felices de ser partícipes y especiales.
En ese momento supe que debía yo también compartir
la experiencia contándola; yo hice mi esfuerzo, pero Jesús hizo su trabajo a
través de mis hijos…
Luego en casa, felices durante
la comida comentamos todo. ¡Ah!: además, 237 dolares!!! …en fin Paco, tú ya lo
sabes. Jesús nunca defrauda!!…”
2.- “…nuestro amigo con
esquizofrenia (¿recuerdas?) llevaba tiempo viviendo con una chica divorciada.
Él es muy religioso: ha luchado mucho contra el sexto mandamiento y hacía
tiempo que ya estaba muy bien, centrado y aceptando ese “rostro” de Jesús
Abandonado. Cuando hace tiempo me comentó lo de la chica... me puse triste: él
estaba radiante, muy feliz por estar acompañado, pero yo veía que dejaba al
Señor de lado. Tengo muchísima confianza con él y algo le dije al respecto...
Sabía él la doctrina de la Iglesia…, pero me decía que por su enfermedad no se
puede casar y que no es consagrado... Sabe que todos debemos vivir la castidad cada
uno según su estado, pero...
Así que yo empecé a rezar por él... Hoy me ha dicho que ha
cortado. Ella estaba "enganchada" a él y ha tenido él que cambiar de
número de móvil, pero él estaba feliz. De nuevo su prioridad es hacer la
Voluntad del Señor y riéndose me ha dicho: “¿Sabes?
He decidido que con la única Mujer que me voy a dormir es con la Virgen María”,
(y reza una salve antes de dormirse).
Y la otra alegría... Esta tarde cuando salía de la
"pelu", viene a despedirme la dueña y me dice: “¿recuerdas que me trajiste un Rosario…?”, (ella cree algo, pero no
va a Misa), “pues este domingo me
entraron ganas de rezarlo y me fui a una iglesia y también me quedé a la Misa”…”
3.- “…gracias por todo lo que nos
habéis dado en los Ejercicios Espirituales: para mí han sido los mejores…
…oír hablar de la misericordia fue
impresionante: ahora cada vez que voy hacer esto o lo otro, me acuerdo. Me
digo: “tengo que hacer esto”; cambio
la cosa y me siento bien.
El otro día
una madre y su hija se ponen a discutir por la política; intento poner paz;
ellas lo interpretan a su manera. No saben estar la una sin la otra, pero luego
están 2 ó 3 días sin hablarse y yo estoy en medio entre las dos. Cuando
están enfadadas, trato de escuchar a cada una; con la madre solo puedes hacer
eso, porque está tan nerviosa, que poco la puedes decir. Te contesta: “¡claro!, ya la estás defendiendo!”.
El segundo
día, acordándome de lo que había vivido el fin de semana de Ejercicios, me
dije: “no pueden pasar más días”. Me
pongo a pensar lo que les voy a decir y me dirijo a la Virgen: “¡María, ayúdame TÚ!”. Llego donde habíamos
quedado y no tuve que decir nada: la cosa no estaba del todo normal, pero no
quise hablar para no hacerles recordar.
…tengo que
fiarme siempre…”
4.- “…este año en verdad me apetecía una Navidad
diferente, quizás más centrada en la oración y reflexión que pendiente de otras
cosas.
Me hizo
mucha ilusión acudir a Misa en Nochebuena y ayer, a la Misa de las familias:
era la primera vez que iba y disfruté yendo a la catedral con mi familia;
juntarnos allí con otras tantas familias y además ver a tantos sacerdotes; y
recibiendo y saludando a todos, ver al obispo como un buen padre de
familia.
A la salida
una señora me regaló un belén hecho de jabón que habían realizado las monjas y
me hizo mucha ilusión…: tener ahora algo suyo entre mis manos me produjo una
sensación de cercanía difícil de definir.
Allí estaba
yo con mi marido y mi hijo, pero con la sensación cierta de que la familia era
mucho más amplia: que todos los que estábamos allí, laicos o sacerdotes, más
los que no estaban pero se sentía su cercanía, pertenecíamos a la misma
familia.
Esta mañana
he estado en un centro de niños necesitados: no íbamos muchos, pero entre los
pocos que íbamos estaba, de nuevo, mi hijo y me ha hecho ilusión compartir ese
momento con él: si ayer acudíamos juntos a rezar y dar gracias, hoy dedicábamos
el tiempo, también juntos, a los más pequeños…”
Si quieres leer más experiencias
similares,
de gente de todo el mundo,
N.B.: tú también
puedes compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido
realizar poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en
“comentarios” y escríbela; o, dado que en algunos navegadores eso no funciona,
mándamela por correo-e.
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