VIDA DE LA PALABRA durante el pasado mes de enero
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de Vida de enero ("Jesucristo, único
cimiento de la Iglesia") y la de diciembre (“el Señor os haga rebosar
de amor mutuo y de amor a todos”):
1.- La semana de Retiro
llevaba por título "En la escuela de la Trinidad" y de verdad que ha
sido un estar desde el principio Ahí por el clima de familia que se respiraba
entre los casi mil sacerdotes (aunque nos vemos una o dos veces al año nada más,
y con otros, más tiempo): el saludo sonriente, el compartir lo último que
llevas en el alma… para ofrecer un "regalo" al otro… y parecía que
nos habíamos visto ayer.
Un
egipcio, varios libaneses, un sirio, un iraquí… varios filipinos… Los
telediarios no se
escuchan igual cuando tienes "familia" en esos
sitios. Y los ves dándose con alegría. Realmente cada uno es un don de Dios
para mí y yo puedo ser un don para el otro.
Todo era
un dejarse moldear en esa Escuela buscando la unión con Dios no sólo
personalmente en los momentos de meditación y oración, en algunas charlas que
eran pura contemplación, sino también por el amor recíproco comunicando la
"perla", el destilado, de lo que Dios-Trinidad iba dejando en el
alma. Y también con los gestos concretos de amor al prójimo.
Todo
servía, todo era escuela; ¡hasta los "ronquidos" del vecino!: me tocó
en la habitación con un ruso que roncaba muy fuerte ("il russare del
russo", en italiano, "el roncar del ruso") y dos eslovacos que
le "hacían coro". Ya cuando me confesé al empezar, el sacerdote me
puso como penitencia "ofrecer las pequeñas incomodidades que sin duda
vendrán estos días por el fruto del Retiro". Yo habitualmente no puedo
dormir con ruidos; empleé tapones, y se oía. ¡Pero me alegraba de los
ronquidos!: ¡¡era "gasolina" para ayudar a la marcha del retiro!! Y
lo mismo otros pequeños inconvenientes. Quizá era por "mirar"
("¡oír!") desde otra perspectiva, pero sí dormí bastante (al menos lo
suficiente para estar despejado durante las charlas).
Cada año
el Retiro se puede sintetizar con Juan Pablo II: "una mirada del corazón sobre todo hacia
el misterio de la Trinidad que habita en nosotros, y cuya luz ha de ser
reconocida también en el rostro de los que están a nuestro lado. … sentir al
hermano de fe en la unidad profunda del Cuerpo místico y, por tanto, como «uno
que me pertenece», para saber compartir sus alegrías y sus sufrimientos… ver
ante todo lo que hay de positivo en el otro, para acogerlo y valorarlo como
regalo de Dios: un «don para mí», además de ser un don para el hermano que lo
ha recibido directamente. …saber «dar espacio» al hermano, llevando mutuamente
la carga de los otros…".
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de Vida de diciembre (“el Señor os haga
rebosar de amor mutuo y de amor a todos”) y la de enero ("Jesucristo,
único cimiento de la Iglesia"):
1.-
“…gracias por los correos, que tanto bien me hacen… Uno de los días
tenia gente en casa y me dije: “tengo que hacer las cosas como si fuera Jesús
el que viene a mi casa”. Por la tarde quería ir yo al hospital a ver una
persona: cuando la dejé, oigo que una señora pregunta por la salida; me doy
prisa para alcanzarla… y le digo que la acompaño, pues… "yo voy hacia allá;
le llevo la bolsa". Me iba a
comer; eran las cuatro de la tarde, le
pregunto dónde vive: “no se preocupe, yo la llevo”. Ante mi ofrecimiento,
me dice que su hijo vendrá a recogerla. Ella le cuenta en dos minutos lo que
habíamos hablado; él me dice: “se lo agradezco”. No hice nada, me despido.
No sé por qué me encontraba tan bien por
tan poca cosa: “no es mérito mío, sino solo Tuyo, Señor; gracias por
habérmela puesta en mi camino”…"
2.-
“…ahora me encuentro en el despacho con trabajos retrasados. ¡Cuál no ha sido
mi sorpresa cuando al leer el Diario de ayer viernes, he encontrado esta carta
al Director donde un señor habla de un hecho que se dio en la misa de 12 del
domingo pasado...! Ocurrió lo que cuenta y, ciertamente, fui yo quien amainó el
temporal... Un individuo apareció mientras la homilía y se pudo a gritar a
pleno pulmón... Me acordé, mientras tanto del Papa Francisco y traté de adoptar
sus gestos. Fue impresionante, porque al acercarme a él le cogí del brazo
invitándole a que no diera voces y a participar como todos en la Eucaristía. El
pobre chaval me cogía fuerte de la mano, echaba su cabeza sobre mi hombro, me
apretaba fuerte...
Se ve que estos gestos tocan más el corazón que tantas palabras. Me ha dado
mucha alegría el leerlo y
os hago partícipes de la misma: “…éste resolvió
pacíficamente tan engorrosa situación, haciendo uso de una probada humanidad,
y lo que es más, logrando que la persona que inconscientemente había provocado
este altercado abandonara de buen grado la capilla..., eso sí, una vez que se
sintió reconfortado con los dos besos en la mejilla que le dio…, quien, a buen
seguro, poniendo de manifiesto su mejor comprensión, amor y caridad, actuó
como un auténtico apóstol de Cristo."”
3.- “…no os podéis imaginar las canciones
viejas que he encontrado del Gen Verde… Llevaba más de 20
años sin oírlas… Y cuando las he escuchado, no podéis ni imaginarme llorando
“emocionaíco”.
Es curioso cómo me recordaban a vosotros, a los papis,
a la casa…
…ya puedes poner en tu blog de
experiencias (para un mes que te encaje bien con la palabra de vida) que uno te
contó que con estas canciones del Gen Verde y del GenRosso, junto con otro montón
de cosas, aprendió a ser (más) bueno... jajajajaja
“Todo pasa”, “El Amor vive”,
“El mundo, una casa”, “Una nueva humanidad”…: los pelos como
escarpias... y los ojicos mojaos...
Las letras tan profundas… mi
adolescencia…
…es curioso cómo la música es capaz de
transportarte en el tiempo…: ¡¡¡he vuelto 25 años atrás de repente!!!
“En un mundo como este,/ mi nombre un
día oí/: Tú, mi Dios, me llamabas a mí./ Desde entonces Tú sabes bien/ que ha
cambiado todo en mí/ y he seguido la senda que Tú/
desde siempre buscaste para
mí./ Por eso Te busco, ¿dónde Te escondes?/ En las calles, en la gente/, tu Voz
dentro de mí me dice:/"¿sabes?, cuanto has hecho al más pequeño de los
míos,/ me lo has hecho a Mí”./
Quien pasa, entonces, junto a mí, ¡sí
eres Tú!/ Quien a mi lado enfermo está, ¡sí eres Tú! Quien tiene hambre o frío… sí eres Tú. Quien no tiene libertad… sí eres Tú. Aquel parado eres Tú…/
…cerca estás de mí: mucha gente, pero
eres siempre Tú… buscaba un no sé qué;/ vivía, mas sin un porqué./ En un
mundo como este/ ahora puedo repetir: sí, Tú, Dios, estabas allí…/ De repente
todo ha cambiado…/ Ahora sé dónde estás porque te encuentro en cada hombre…”.
Los pelos como escarpias!!! Luego os
envío alguna en mp3 de adelanto por mail… y ya os pasaré el CD completo que le
estoy haciendo a mis jóvenes de catequesis con esas canciones y mucha música
religiosa variada…: ¡es la caña para rezar!…”
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N.B.: tú también puedes
compartir las experiencias que, por gracia de Dios, hayas podido realizar
poniendo en práctica el Evangelio; “pincha” aquí abajo en “comentarios” y
escríbela.
Me ha gustado la descripción del retiro entre "fraters", Fraternidad entre iguales en ideas y sentimientos. ¡Qué bien se encuentra uno acompañado!
ResponderEliminarTambién el recuerdo de las canciones: leyendo parecía que "sonaba" la música del entusiasmo. Así es, cuando uno acepta y disfruta de las cosas sencillas y hermosas, añadiendo la misericordia, el entusiasmo y la alegre paz del corazón están asegurados.