Un par de textos preciosos
que nos ayuden a recordar y profundizar la Palabra de Vida del mes.
que nos ayuden a recordar y profundizar la Palabra de Vida del mes.
Uno de Igino Giordani (1894-1980) y otro del Papa Francisco:
Tierra tierra,
cielo cielo
"...El
Padre, que ha engendrado un Hijo para amarlo, ha creado al hermano, copia menor
de ese Hijo, para que nosotros podamos amarlo. El hermano es imagen de Dios: su
progenie, fruto de su sangre; de manera que en él se ama a Dios por efigie y
por representación. Y no basta: el hermano es tal porque es hijo de un mismo
Padre, Dios; vuelto a ser hijo de Dios por la encarnación, pasión y muerte de
Cristo.
Se
puede decir que el hermano nos ha sido dado para
que nos recuerde, per semejanza, a Dios […]. El cual, porque es
infinito, no se puede ver con pupilas limitadas: se le ve, como en un espejo,
en el hermano. Infinito, Dios no se puede amar con servicios congruentes con su
infinidad. Se le puede servir en los hermanos, en los cuales está Cristo, porque
los hermanos necesitan servicios limitados, congruentes con nuestras
posibilidades.
De
modo que las relaciones entre hombres son un juego de amor: uno da y el otro
recibe, en apariencia. En realidad ambos reciben y dan; de modo que quienes son servidos por nosotros, nos dan el privilegio
de hacernos servir en ellos a Dios […].
Y
entonces se nos ofrece un criterio muy simple para juzgar si nosotros estamos a
bien con Dios. Nosotros estamos a bien con Dios si estamos a bien con el
hombre. Amamos al Uno en el cielo si amamos al otro en la tierra. Todo muy
sencillo: mucho tierra tierra, porque mucho cielo cielo.
“En
esto sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida: si amamos a los hermanos”
(1 Jn 3, 14). Si no amamos a
los hermanos, nosotros redimidos, volvemos a
pasar de la vida a la muerte.
Aplicaciones
en consecuencia: “No hagas a los otros lo que no quisieras que fuese hecho a
ti”, negativamente. “Trata a los demás como quisieras que ellos te trataran”,
positivamente.
Yo
no quisiera ser calumniado, estar hambriento, quedarme sin casa, sin trabajo,
sin alegrías…: y así, por cuanto de mí dependa, yo debo ocuparme de que también
los demás estén honrados, saciados, alojados, empleados y llenos de
consolaciones.
Y
aquí se ve el juego del amor: Cristo ama a los hermanos como a sí […]. El amor
nos pone en un plano doméstico, de igualdad: Dios nos pone a su nivel, como el
Padre pone a los hijos a su nivel. Y este es el vértice de un amor superhumano,
que se eleva sobre todo límite. Y consiste en volver a llevar, que lo hace
Dios, la criatura hacia sí […].
Porque Dios es amor, quien ama vive en Dios; por el hecho de que ama, él honra, sirve, sigue a
Dios. "
(traducción mía)
NO EXISTE EL AMOR EN
PORCIONES
"...«amar
hasta el extremo» que llevó a Jesús a la Cruz.
No existe el amor por entregas, el
amor en porciones. Existe el amor total: y cuando se ama, se ama hasta el extremo.
En la Cruz, Jesús ha sentido el peso de la muerte, el peso del pecado, pero se
confió enteramente al Padre, y ha perdonado. Apenas pronunció palabras, pero entregó la vida.
Cristo nos “primerea” en el amor; los mártires lo han imitado en el amor hasta
el final.
Dicen los Santos Padres: «¡Imitemos a los mártires!». Siempre hay que morir un poco para salir de nosotros mismos, de
nuestro egoísmo, de nuestro bienestar, de
nuestra
pereza, de nuestras tristezas, y abrirnos a
Dios, a los demás, especialmente a los que más
lo necesitan.
Imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos concretos, cristianos con obras y no de palabras; para no ser cristianos mediocres,
cristianos barnizados de cristianismo pero sin sustancia, ellos no eran barnizados: eran cristianos hasta el final, pidámosle
su ayuda para mantener firme la fe, aunque haya
dificultades, y seamos así fermento de esperanza y artífices de hermandad y solidaridad..."
PAPA FRANCISCO, Videomensaje a los participantes
en la ceremonia de beatificación de los mártires del
siglo XX en España, 13 octubre 2013
Hoy he tenido el privilegio de saludar a tus padres... paseando por el "mercadillo" de los miércoles... Me he sentido muy bien acogido... y nuestro saludo ha sido de profundo amor..., en especial el de tu padre, que me tiene mucho afecto... y me ha hecho sentirme muy bien....Así es como hace realidad lo que predican los testimonios que expones...
ResponderEliminarQue lo pueda hacer por muchos años... ¡Así sea!