PALABRA DE VIDA agosto 2013
«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito
tenéis?
También los pecadores aman a los que los aman»
(Lc 6, 32)
La Palabra de vida de
este mes está tomada del Evangelio de Lucas. Forma parte de esa larga serie de
dichos de Jesús que, en el Evangelio de Mateo, se corresponde con el sermón de
la montaña. En esta serie, como se sabe, Jesús describe las exigencias del
Reino de Dios y los rasgos que caracterizan a quienes pertenecen a él, los
cuales se inspiran y se orientan a imitar al Padre celestial.
En este versículo
Jesús llama a sus discípulos a imitar a Dios Padre en el amor. Si queremos ser
hijos suyos, debemos amar a nuestro prójimo del modo como Él ama.
«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los
pecadores aman a los que los aman».
La primera
característica, la que más distingue el amor de Dios Padre, es su absoluta
gratuidad. En esto se contrapone radicalmente al amor del mundo, el cual se
basa en la correspondencia y en la simpatía (amar a quienes nos aman o nos son
simpáticos), mientras que el amor del Padre celestial es totalmente
desinteresado: se
entrega a sus criaturas independientemente de la respuesta
que pueda llegar. Es un amor cuya naturaleza es tomar la iniciativa y comunicar
todo lo que posee. En consecuencia, es un amor que construye y que transforma.
El Padre celestial nos ama no porque seamos buenos y espiritualmente bellos, y
por tanto merecedores de atención y benevolencia; al contrario, al amarnos crea
en nosotros la bondad y la belleza espiritual de la gracia, convirtiéndonos en
amigos e hijos suyos.
«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los
pecadores aman a los que los aman».
Otra característica
del amor de Dios Padre es su universalidad. Dios ama a todos indistintamente.
Su medida es la ausencia de todo límite y de toda medida.
Por otra parte, este
amor suyo no podría ser gratuito y creativo si no estuviese totalmente
proyectado dondequiera que haya una necesidad o un vacío que colmar.
Precisamente por eso
el Padre celestial ama también a esos hijos que son ingratos o rebeldes o están
alejados; es más, se siente especialmente atraído hacia ellos.
«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los
pecadores aman a los que los aman».
Entonces, ¿cómo vivir
la Palabra de vida de este mes?
Comportándonos como
verdaderos hijos del Padre celestial, es decir, imitando su amor, sobre todo en
las características que hemos subrayado: la gratuidad y la universalidad.
Procuraremos amar tomando la iniciativa, con un amor generoso, solidario,
abierto a todos, especialmente hacia los vacíos que podemos encontrar a nuestro
alrededor. Trataremos de amar con un amor despreocupado de los resultados. Nos
esforzaremos en ser instrumentos de la liberalidad de Dios haciendo partícipes
a los demás de los dones naturales y de la gracia que hemos recibido de Él.
Dejándonos guiar por
esta Palabra de Jesús, veremos con ojos nuevos y con un corazón nuevo a
cualquier prójimo que pase a nuestro lado y cualquier ocasión que nos ofrezca
la vida diaria. Y por dondequiera que pasemos (familia, colegio, lugar de
trabajo, hospital, etc.), nos sentiremos empujados a ser dispensadores de este
amor que es propio de Dios y que Jesús trajo a la tierra, el único capaz de
transformar el mundo.
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años