miércoles, 31 de julio de 2013

AMAR A TODOS


PALABRA DE VIDA agosto 2013 
                                             
«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? 
También los pecadores aman a los que los aman» 
(Lc 6, 32)

         La Palabra de vida de este mes está tomada del Evangelio de Lucas. Forma parte de esa larga serie de dichos de Jesús que, en el Evangelio de Mateo, se corresponde con el sermón de la montaña. En esta serie, como se sabe, Jesús describe las exigencias del Reino de Dios y los rasgos que caracterizan a quienes pertenecen a él, los cuales se inspiran y se orientan a imitar al Padre celestial.
         En este versículo Jesús llama a sus discípulos a imitar a Dios Padre en el amor. Si queremos ser hijos suyos, debemos amar a nuestro prójimo del modo como Él ama.

«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman».

         La primera característica, la que más distingue el amor de Dios Padre, es su absoluta gratuidad. En esto se contrapone radicalmente al amor del mundo, el cual se basa en la correspondencia y en la simpatía (amar a quienes nos aman o nos son simpáticos), mientras que el amor del Padre celestial es totalmente desinteresado: se
entrega a sus criaturas independientemente de la respuesta que pueda llegar. Es un amor cuya naturaleza es tomar la iniciativa y comunicar todo lo que posee. En consecuencia, es un amor que construye y que transforma. El Padre celestial nos ama no porque seamos buenos y espiritualmente bellos, y por tanto merecedores de atención y benevolencia; al contrario, al amarnos crea en nosotros la bondad y la belleza espiritual de la gracia, convirtiéndonos en amigos e hijos suyos.

«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman».

         Otra característica del amor de Dios Padre es su universalidad. Dios ama a todos indistintamente. Su medida es la ausencia de todo límite y de toda medida.
         Por otra parte, este amor suyo no podría ser gratuito y creativo si no estuviese totalmente proyectado dondequiera que haya una necesidad o un vacío que colmar.
         Precisamente por eso el Padre celestial ama también a esos hijos que son ingratos o rebeldes o están alejados; es más, se siente especialmente atraído hacia ellos.

«Pues si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores aman a los que los aman».

         Entonces, ¿cómo vivir la Palabra de vida de este mes?
         Comportándonos como verdaderos hijos del Padre celestial, es decir, imitando su amor, sobre todo en las características que hemos subrayado: la gratuidad y la universalidad. Procuraremos amar tomando la iniciativa, con un amor generoso, solidario, abierto a todos, especialmente hacia los vacíos que podemos encontrar a nuestro alrededor. Trataremos de amar con un amor despreocupado de los resultados. Nos esforzaremos en ser instrumentos de la liberalidad de Dios haciendo partícipes a los demás de los dones naturales y de la gracia que hemos recibido de Él.
         Dejándonos guiar por esta Palabra de Jesús, veremos con ojos nuevos y con un corazón nuevo a cualquier prójimo que pase a nuestro lado y cualquier ocasión que nos ofrezca la vida diaria. Y por dondequiera que pasemos (familia, colegio, lugar de trabajo, hospital, etc.), nos sentiremos empujados a ser dispensadores de este amor que es propio de Dios y que Jesús trajo a la tierra, el único capaz de transformar el mundo.




martes, 30 de julio de 2013

EL PRÓJIMO ESTÁ... ¡PRÓXIMO!
Vida de la Palabra de julio
Algunas de mis EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de este mes ("toda la ley se cumple en una sola frase: amarás a tu prójimo como a ti mismo") ¡y otras!, durante las últimas semanas:
1.-      Iba yo caminando y comiendo pistachos. Recordando la PdV, pensé: "casi todo el mundo tira las cáscaras de pipas y pistachos; alguien tendrá que limpiar la calle". Así que, amar al prójimo era guardarlas en el puño de la mano hasta que fuera encontrando papeleras. Parece una tontería, pero me quedé contento. Y casi como confirmación, 50 metros más adelante me encontré a una barrendera limpiando la acera: "el prójimo", efectivamente, estaba "próximo".

2.-      Ha sido bonito la semana que he pasado en el pueblo atendiendo a mis padres. El acordarme explícitamente de la PdV (¡tan apropiada!) y, además, tratar de "ver a Jesús" en cada uno de ellos, me ha ayudado a vivir más en Dios esos días. Atento a las horas de las pastillas, a que coman y se hidraten bien; ayudar a levantar y asear a mi padre…
          Me llevé tres libros… ¡pero no pude leer ni una página!: había que ir a ritmo de ellos, y pendiente (oportunidad preciosa de estar bien cerquita de ellos todo el día, muchas veces sin necesidad de palabras por parte de ninguno).

3a.-    Aunque "dad y se os dará" era la Palabra para mayo, ¡no hay que dejar nunca de vivirla!: vista la preciosa historia de comunión de bienes y de providencia de nuestra casa que tantos conocéis, algunos me habéis pedido que cuente alguna experiencia al respecto.
          El Señor está pendiente hasta de las pequeñas cosas. Se nos acabó el vino para Misa en la Capillita de casa. Los compañeros que estudian, ya de vacaciones, no van por la zona de Madrid donde lo venden, ¡y además estaban fuera los 2 y yo no tenía tiempo
de cruzarme Madrid! A la mañana siguiente voy a celebrar Misa a una parroquia vecina: entra un feligrés a la sacristía que regala al párroco 3 botellas de vino de Misa. Al irse, me dice el párroco: "¿te vendría bien una?; estos días la gente nos ha traído bastantes". Al final, me dio dos. Días después voy a mi pueblo y un señor había dejado unas semanas antes en la sacristía una caja de vino de Misa (aparte de la que dio a la parroquia) con un letrero: "para Paquito Tomás".

3b.-    Todos los costes suben. En los meses de primavera, hemos tenido déficit, (a pesar de la Providencia habitual… ¡generosidad de tantos!; ¡¡¡gracias!!!, por cierto). Para colmo, 300 € con los que habitualmente cuento otros años al inicio de verano en el trabajo, este año “no vienen”. A pesar de eso, aunque dudamos un instante, “arriesgándonos”, hemos dado nuestra contribución a la "comunión de bienes" no sólo para los de Las Matas, sino también para sacerdotes de todo el mundo.
          Tres semanas después, uno de los compañeros que viene todos los lunes a la reunión, (sin saber nada), como “comunión de bienes”, dice que nos dará… ¡la cantidad del déficit primaveral, contando una experiencia de “dad y os será dado”!: “di una cantidad a un amigo, y al día siguiente, un conocido a quien le presté hace años –y jamás esperé respuesta– me devuelve aquello: justo el doble de lo que había dado el día anterior para una necesidad. Así que, como yo ya no contaba con ello, os lo traeré”. También otro joven sacerdote, lo mismo una pequeña cantidad. Y, sin saber nada, mi hermana una semana después: "este año pensaba que tampoco nos iban a dar la extra de verano, así que como no la esperaba, doy la mitad al convento de la tía, que están muy necesitadas, y la otra mitad a ti". Era casi la misma cantidad arriba mencionada que a mí me daban otros años. En junio habíamos hecho la preinscripción para la Mariápolis, así que, gracias a unas cosas y otras podremos ir.

3c.-    Hará unos 5 años por medio de un compañero nos regalaron, (porque quedó fuera de "stock"), un televisor pantalla plana grande. Ciertamente vemos poquísimo la televisión (ni siquiera el telediario varios días seguidos), pero sí ponemos DVD de charlas o meditaciones, o alguna película recomendable que nos prestan.
Un domingo de mayo, los primeros minutos sólo se veía la mitad derecha de la imagen. Ese mismo día vino un matrimonio amigo nuestro a visitarme. Al comentarlo, enseguida dijeron que tenían uno similar que no utilizaban. Entre el marido y yo
intentamos arreglarlo y parecía que funcionaba. Falsa ilusión: al día siguiente igual, y cada día tardaba más en aparecer entera la imagen: cuando teníamos que ver un DVD, había que prever encender el televisor hasta 25 minutos antes.
Enterada esa familia, un día que me invitaron a comer, no sólo luego me trajeron a casa, sino que muy contentos nos dieron su televisor.
          El “viejo” nuestro está a disposición (esperamos que con un arreglo, pueda funcionar bien): se lo hemos dado a una familia.

3d.-    Tenía que pasar la ITV de nuestro coche gris (¡ya recordáis que otros años he tenido mala suerte, pero fueron oportunidad de experiencias concretas!), así que comenté con los que me llevaban en su coche que iba a pedir consejo a un amigo. Entonces me dicen: "cerca de donde vives, unos del pueblo han abierto una estación ITV; lo hacen muy bien; y como son mis amigos, te acompañaré y seguro te hacen un descuento" (¡y así fue!).
Tenía que renovar mi Permiso de Conducción; le pregunté a una buena amiga si en su Centro lo hacían: ella estaba de vacaciones, pero… por lo visto llamó para que me atendieran bien (¡y no me cobraron!).
Ves el cariño de tantos amigos, que es lo bonito y verdaderamente importante, por medio de los cuales llega el amor de Dios: a través de ellos nos declara su Amor de Padre; y encima, menos gastos. "¡…os será dado!".

4.-      Con José también ha habido multitud de ocasiones de amar al prójimo, (y más estando alguno de los otros -¡o los dos!- de vacaciones). Y algunas, “extra”: hace unos domingos él quería ir (a un pueblo de la otra punta de la provincia) al 80 cumpleaños de una amiga, que admirablemente estaban preparando sus hijas (con Misa previa incluida a las 13:30). Yo también la conocía aunque poco. Sinceramente, hubiera preferido comer en casa y descansar y leer un poco… Hizo muchísimo calor (también en la parroquia), sobre todo cuando a la hora de la siesta, cerraron persianas del salón para poner un largo montaje de fotografías en las que yo no conocía a nadie. Y luego al coche, (después de más de 4 horas a pleno sol), que no le funciona el aire acondicionado… Pero José estaba feliz.
O anteanoche: había una cena especial con un grupo de religiosos en el Centro Mariápolis. Yo hubiera querido irme a una hora prudencial, (había madrugado muchísimo y lo mismo tenía que hacer al día siguiente), pero había que llevar luego a José a casa, (¡y a su ritmo…!). Al final fueron un par de horas más, (que yo hubiera querido y necesitado estarlas durmiendo). Ciertamente lo pasé muy bien en animada conversación durante la cena y luego en el rato de recreación y humor tan familiar y bonito. Y sobre todo José disfrutó. Aunque cuando me sonó el despertador a las pocas horas…: “¡te quiero, Señor!”- dije-, ¡¡y arriba!!, porque… no podía…


Sólo una de vuestras EXPERIENCIAS tratando de vivir la Palabra de Vida de este mes:
1.-      “te imagino con un pie ya en la Mariápolis... La JMJ nos ha lanzado a salir, servir y amar a todos: trato de estar y vivir por lo que vive la Obra y aportar toda mi parte para construir el “ut omnes”.
Este año mi familia, en vez de venir organizada, (como estaban cada cual con sus fechas...), montaron un lío gordo y los he tenido en grupos superpuestos...: ¡esto era un campamento! Ya se han ido y a mí Jesús me ha dado el “céntuplo”: tuve que ir al médico, ya que se me alborotó la tensión y,
aparte de cambiarme la medicación, me recetó una semana de reposo. El viernes ya empecé a salir al menos para ir a Misa por la tarde... Total que he salido ganando: tener “algo” para ofrecer por la JMJ y poderla seguir por TV. ¡Y qué gozada!: Papa Francisco nos ha conquistado a todos y nos pone las pilas a 200%.

Todos los encuentros han sido bellísimos, siempre comienza hablando portugués y arranca luego hablando porteño, pero todo el mundo le entiende...

N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; "pincha" aquí abajo en “comentarios” y escríbela "para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre celestial" (no a nosotros). 

jueves, 18 de julio de 2013

CASA "COR UNUM"


UN DÍA EN “COR UNUM”


En nuestra casa, (“Cor Unum” la llamó Chiara Lubich), recibimos abundantes visitas durante el año, pero más en verano. Siempre hemos querido “ver a Jesús” en cada uno que viene, y acogerlo en consecuencia; más aún, el fin de la casa es que en ella esté Jesús (“donde dos o más están unidos en mi nombre, allí estoy Yo en medio de ellos”), para donarlo (como María) a quien viene o “llevarlo” como “regalo” a donde vamos.

Aparte de estar toda esta semana un sacerdote que forma parte de la “familia” de la Obra de María (viene con frecuencia, aunque habitualmente no vive aquí), ayer vino otro sacerdote a comer (y una larga sobremesa) y a media
tarde dos familias a Misa y a cenar (trajeron ellos casi todo).

Copio el correo de uno y la entrada del blog de los otros, (dado que todo es fruto de Cristo, y para gloria de Él):

1.       Muchas gracias por la invitación y por el rato tan agradable que he pasado con vosotros.
Que Dios os bendiga, y muchas gracias por los enlaces que me reenvías, los veré con atención…
            Veremos si Dios quiere que pase por allí con algún otro la próxima vez.
            Un fraternal abrazo en Cristo

2.       Ayer mi mejor amiga junto a su familia y a la mía estuvimos merendando en casa de un amigo sacerdote. Estaba allí también otro sacerdote, periodista y escritor cuyo nombre me sonaba pero, al cual, he de confesar, no he escuchado nunca ni me he leído ninguno de sus libros. Hasta ese instante no le conocía en ninguna de esas facetas. Fue él quien dijo la misa con los que allí estábamos y fue entonces cuando tuve ocasión de escucharle y conocer así a una persona entrañable, cercana, de esas que con su sola presencia producen paz.
Una vez, más me preguntaba a mí misma. No lo entendía, no lo entiendo. Por más vueltas que le doy no entiendo porqué el sacerdocio es una vocación tan desprestigiada y tan poco valorada. 
Bueno, creo estar empezando a comprenderlo. Cada vez estoy más convencida de que nos da miedo bucear en nosotros mismos. Tenemos miedo al espejo. 
          Rechazamos a los sacerdotes y a toda persona que sea sinónimo de bondad. No hay nada más terrible que tener a una persona noble y que sea todo corazón a nuestro lado. Eso nos hace ver nuestros defectos, cosa que no
soportamos y , lo que es peor, no queremos que los demás nos descubran nuestras debilidades, nuestros fallos. Antes que enfrentarnos a nosotros mismos , mejor romper el espejo. 
          La verdad es que nos han enseñado mal. Cuando hace unos meses oía a un sacerdote hablar del examen de conciencia a la hora de examinarse, decía que antes de pensar en las cosas que uno había fallado, debía pensar en todo lo positivo. Me sorprendió, nunca lo había escuchado y sin embargo, pensándolo después me he dado cuenta que tiene razón. 
          Nos han enseñado a pensar en nuestros fallos, pero no en nuestras virtudes. No estamos acostumbrados a pensar en positivo, a pensar en los dones que Dios nos ha dado. 

Rechazamos a Jesús en nuestras vidas sencillamente porque le vemos, le sentimos, como un juez no como un amigo. 
          Durante esta merienda, comentaba la hija de mi amiga que un seminarista había dicho que eran "especie en extinción". Espero que eso no sea cierto y, de serlo, que sea dentro de muchos años, por lo menos hasta que mi hijo crezca: nada me haría más ilusión que verle algún día siendo sacerdote.
          De momento, quiere ser jugador de rugby, aunque pienso que no son incompatibles: estará preparado para los golpes que le dé la vida. De defenderse y de placar al adversario, sabrá mucho.
          Dios dirá. De momento, yo rezo por ello, a la par que doy gracias por todos los sacerdotes que Dios ha puesto en mi camino, de los cuales he aprendido, aprendo tanto, cada día.



martes, 16 de julio de 2013

VIDA DE LA PALABRA mes de julio

"...COMO A TI MISMO
VIDA DE LA PALABRA mes de julio 
Alguna de mis EXPERIENCIAS de este mes:
1.-     Cruce de WhatsApp de mis hermanos: uno ha mirado en la web de una entidad bancaria, ¡y figuraba que mis padres habían perdido buena parte de sus pocos ahorrillos! Confusión y enfado general.
          Yo no entiendo de eso. Pero entiendo de rezar, (al menos… se supone…), ¡debería!, (soy un desastre). Así que, como se me da fatal escribir con teclado tan pequeño en el tlf., prefiero aprovechar el tiempo para ofrecer y pedir.
            ¡Toda una vida trabajando!, ¡¡y cómo!!
            Mi madre con absoluta tranquilidad dice: "Dios nos lo dio, Dios nos lo quitó: ¡bendito sea el Nombre del Señor!". En fin, no importa nada: importa no perder la fe en
Dios y seguir amando a Él y a todos. "Tú, Señor, eres mi único Bien".
          Pero… al día siguiente… mi hermano vuelve a mirar… la misma página de internet… y… ¡todo era un error (inmenso e inaudito) de la web! Susto nada más. El Señor que nos pone a prueba.
Moraleja: lo material no importa; naturalmente nos tenemos que servir de ello, pero no como un fin, sino como medio para alcanzar lo que de verdad vale: Él. Con total desapego.
Como a Abraham se le pidió estar desapegado de lo que más quería, su hijo Isaac, para mostrar que Dios es lo primero… en pequeñas cosas también se nos pide diariamente a todos.

2.-        Volviendo en tren-regional desde mi pueblo, me tocó en un asiento de los que tiene otros 2 de frente y una mesita en medio para los 4. Mi sitio estaba ocupado por un chico, así que me puse en frente, pues quedaban las 2 butacas libres. En la siguiente estación, 2 señoras me indicaron que yo estaba en su sitio, así que me moví en frente, al lado del chico, dejé la revista "Ciudad Nueva" que estaba leyendo sobre la mesita, para rezar mientras las Laudes leyéndolas en mi teléfono móvil.
            Al poco, una de las señoras coge mi revista. El impulso, (pero vencido como tentación), era: "¡es mía, eh, se la presto!". No dije nada. Estuvo hojeándola por entero
leyendo los titulares. La volvió a dejar en la mesita y cuando me disponía yo a cogerla… la otra señora empieza a hojearla (se detuvo incluso a leer enteras varias páginas). Así que, como tenía yo grabada la nueva encíclica del Papa (Lumen fidei”) en el móvil, para aprovechar el tiempo continué leyéndola.
            Acaba la señora, deja la revista y... casi inmediatamente, otra amiga suya (ya del otro lado del pasillo) la coge, (en fin…, recé para que les fuera útil a todas), y después de leerla un rato, al final hace ademán de arrinconarla hacia el extremo de su mesita, pero como me vio mirando, sólo entonces se le ocurre…: "¿es suya?". Ante mi respuesta afirmativa, la otra señora añade: "¡ya me extrañaba que una revista que hablara de 'amor al prójimo' anduviera por aquí!". Se quedan calladas, pero les doy conversación. Una se puso a comentarme algunas de las cosas que había leído. Entonces les dije (se conocían o eran parientes las 3): "si la van a leer, se la regalo". "¡Gracias! Tiene artículos muy buenos", dijo una metiéndola rápidamente en su bolso. Añadí que podría suscribirse para que se la mandaran todos los meses a su casa.
            Continuamos luego hablando del cura de su pueblo y otros temas hasta que se bajaron.
            Un egoísmo vencido por amor al prójimo, da lugar a una conversación y… a todo lo que Dios pueda querer a través de "Ciudad Nueva".


Alguna de vuestras EXPERIENCIAS viviendo la Palabra de este mes de julio ("toda la ley se cumple en una sola frase: amarás a tu prójimo como a ti mismo") o la de meses anteriores:
1.-   “qué buenas son las reflexiones que mandas y qué complicadas de cumplir.
Qué fácil es equivocarse y creyendo que estás buscando amar al prójimo, en el fondo lo estás haciendo contigo mismo… Como reconozco mi poca capacidad sobre este asunto, le pido de todo corazón al Señor, gran rectitud de intención y si me estoy equivocando , como otras tantas veces, que al menos sea sin malicia…
Cuando estuvimos el otro día, te comenté que había tenido varias crisis serias de fibrilaciones auriculares y que a pesar de lo serio del momento y que
dura cerca de dos horas, tenía una tranquilidad espiritual y de ánimo difícil de justificar, salvo que recurramos al Origen de todo. 
Pues bien, ayer fui al cardiólogo y a la vista de cómo me encontró, inmediatamente me ha concertado con el cirujano la imposición de un marcapasos mañana por la mañana. Créeme que aunque toda intervención del corazón, aunque sea leve como esta, conlleva sus riesgos, hoy por hoy estoy tranquilísimo sabiendo que estoy en Sus manos

2.-        "como siempre la palabra, viene no como Palabra, sino como Luz; ¿no has pensado cambiar alguna vez lo de "Palabra de Vida", por "Luz de Vida"?...
            …estamos en la organización del tiempo libre, y trabajas más…: tratas de poner todos
tus papeles al día, para comenzar a trabajar de cara al curso que viene y se te van los días sin darte cuenta. Y cuando empiezas a leer la PDV todo es más sencillo, más fácil y más alegre. Estaba dándole vueltas a los Proyectos Pedagógicos para trabajar el año próximo, sobre todo con el tercer ciclo, y llevaba meditando unos días sobre las Bienaventuranzas, cuando ante mí… la PDV, con el título y la intención del proyecto para trabajar con mis alumnos "Toda la asignatura de Religión Católica se cumple en una sola frase: amarás a tu prójimo, a tu compañero, como a ti mismo". Vamos a ver cómo responden los chicos después de vacaciones, indicándoles esa frase como punto de partida para un diálogo tranquilo y sosegado. Habrá que buscar la justificación pedagógica, pero seguro que sale sola…
            Como podrás observar, la boca habla de lo que rebosa el corazón, pero no puedo por menos que tener presente a mi familia como mis más prójimos, y cuando compartimos todo es cuando más cerca de Dios me siento, ahora con los exámenes de las niñas, con el viaje de la mayor para realizar prácticas en un hospital… todo se ha vivido en autentica comunidad, y hemos orado todos juntos en más ocasiones de las habituales.
            Gracias sobre todo por tu tiempo, porque a todos nos da parte de él mandándonos la PDV, y contestando a nuestras respuestas
"

N.B.: tú también puedes compartir las experiencias que hayas podido realizar poniendo en práctica el Evangelio; "pincha" aquí abajo en “comentarios” y escríbela "para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre celestial" (no a nosotros). 

jueves, 11 de julio de 2013

LUMEN FIDEI

PRIMERA ENCÍCLICA DE PAPA FRANCISCO 
 
El día de San Pedro, el Papa Francisco ha firmado su primera carta encíclica: “Lumen fidei” (“La luz de la fe”). Con ella se completan las tres virtudes teologales,
pues Benedicto XVI escribió en 2005 una sobre la caridad, “Deus caritas est”, y en 2007 otra sobre la esperanza, “Spe salvi”.  

          Os recomiendo vivamente las tres, preciosas de verdad. En le párrafo anterior, podéis “pinchar” en el título y os lleva directamente a cada encíclica para leerla o descargarla. Os gustarán.

          Para “abrir boca” os copio a continuación algunos párrafos de “Lumen fidei”, (en 4 ratillos de media hora se lee entera):

LA LUZ DE LA FE

4. […] es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la
existencia del hombre. […] La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro […]

7.[…] En la fe, don de Dios, virtud sobrenatural infusa por él, reconocemos que se nos ha dado un gran Amor, que se nos ha dirigido una Palabra buena, y que, si acogemos esta Palabra, que es Jesucristo, Palabra encarnada, el Espíritu Santo nos transforma, ilumina nuestro camino hacia el futuro, y da alas a nuestra esperanza para recorrerlo con alegría. Fe, esperanza y caridad, en admirable urdimbre, constituyen el dinamismo de la existencia cristiana hacia la comunión plena con Dios […]

16. La mayor prueba de la fiabilidad del amor de Cristo se encuentra en su muerte por los hombres. Si dar la vida por los amigos es la demostración más grande de amor (cf. Jn 15,13), Jesús ha ofrecido la suya por todos, también por los que eran sus enemigos, para transformar
los corazones. Por eso, los evangelistas han situado en la hora de la cruz el momento culminante de la mirada de fe, porque en esa hora resplandece el amor divino en toda su altura y amplitud […]

24. […] gracias a su unión intrínseca con la verdad, la fe es capaz de ofrecer una luz nueva, superior a los cálculos […], porque ve más allá, porque comprende la actuación de Dios, que es fiel a su alianza y a sus promesas.

25. Recuperar la conexión de la fe con la verdad es hoy aun más necesario, precisamente por la crisis de verdad en que nos encontramos. En la cultura contemporánea se tiende a menudo a aceptar como verdad sólo la verdad tecnológica […]

26. […] La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos. La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad.

32. La fe cristiana, en cuanto anuncia la verdad del amor total de Dios y abre a la fuerza de este amor, llega al centro más profundo de la experiencia del hombre, que viene a la luz gracias al amor, y está llamado a amar para permanecer en la luz. Con el deseo de iluminar toda la realidad a partir del amor de Dios manifestado en Jesús, e intentando amar con ese mismo amor, […]


39. Es imposible creer cada uno por su cuenta. La fe no es únicamente una opción individual que se hace en la intimidad del creyente, no es una relación exclusiva entre el «yo» del fiel y el «Tú» divino, entre un sujeto autónomo y Dios. Por su misma naturaleza, se abre al «nosotros», se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia […]

51. Precisamente por su conexión con el amor (cf. Ga 5,6), la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz. La fe nace del encuentro con el amor originario de Dios, en el que se manifiesta el 
sentido y la bondad de nuestra vida, que es iluminada en la medida en que entra en el dinamismo desplegado por este amor, en cuanto que se hace camino y ejercicio hacia la plenitud del amor. La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas, su capacidad de mantenerse, de ser fiables, de enriquecer la vida común. La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo. Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los hombres. La unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la suma de intereses, en el miedo,
pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la alegría que la sola presencia del otro puede suscitar. La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas, porque capta su fundamento último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y así ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al bien común. Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con esperanza. [...]
Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de Dios.

52. […] El primer ámbito que la fe ilumina en la ciudad de los hombres es la familia. Pienso sobre todo en el matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne (cf. Gn 2,24) y ser capaces de engendrar una vida nueva, manifestación de la bondad del Creador, de su
sabiduría y de su designio de amor. Fundados en este amor, hombre y mujer pueden prometerse amor mutuo con un gesto que compromete toda la vida y que recuerda tantos rasgos de la fe. Prometer un amor para siempre es posible cuando se descubre un plan que sobrepasa los propios proyectos, que nos sostiene y nos permite entregar totalmente nuestro futuro a la persona amada. La fe, además, ayuda a captar en toda su profundidad y riqueza la generación de los hijos, porque hace reconocer en ella el amor creador que nos da y nos confía el misterio de una nueva persona. […]

54. […] Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales. Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de Dios, se expande en un camino fraterno. En la «modernidad» se ha intentado
construir la fraternidad universal entre los hombres fundándose sobre la igualdad. Poco a poco, sin embargo, hemos comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un Padre común como fundamento último, no logra subsistir. Es necesario volver a la verdadera raíz de la fraternidad. Desde su mismo origen, la historia de la fe es una historia de fraternidad, si bien no exenta de conflictos. Dios llama a Abrahán a salir de su tierra y le promete hacer de él una sola gran nación, un gran pueblo, sobre el que desciende la bendición de Dios (cf. Gn 12,1-3). A lo largo de la historia de la salvación, el hombre descubre que Dios quiere hacer partícipes a todos, como hermanos, de la única bendición, que
encuentra su plenitud en Jesús, para que todos sean uno. El amor inagotable del Padre se nos comunica en Jesús, también mediante la presencia del hermano. La fe nos enseña que cada hombre es una bendición para mí, que la luz del rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano.
¡Cuántos beneficios ha aportado la mirada de la fe a la ciudad de los hombres para contribuir a su vida común! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona, que no era tan evidente en el mundo antiguo. […]

55. […] La fe, además, revelándonos el amor de Dios, nos hace respetar más la naturaleza, pues nos hace reconocer en ella una gramática escrita por él […] la creación como un don del que todos somos deudores; nos enseña a identificar formas de gobierno justas, reconociendo que la autoridad viene de Dios para estar al servicio del bien común. La fe afirma también la posibilidad del perdón, que muchas veces necesita tiempo, esfuerzo, paciencia y compromiso;
perdón posible cuando se descubre que el bien es siempre más originario y más fuerte que el mal, que la palabra con la que Dios afirma nuestra vida es más profunda que todas nuestras negaciones. Por lo demás, incluso desde un punto de vista simplemente antropológico, la unidad es superior al conflicto;
hemos de contar también con el conflicto, pero experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a superarlo, transformándolo en un eslabón de una cadena, en un paso más hacia la unidad.
Cuando la fe se apaga, se corre el riesgo de que los fundamentos de la vida se debiliten con ella […]

56. […] El cristiano sabe que siempre habrá sufrimiento, pero que le puede dar sentido, puede convertirlo en acto de amor, de entrega confiada en las manos de Dios, que no nos abandona y, de este modo, puede constituir una etapa de crecimiento en la fe y en el amor. Viendo la unión de Cristo con el Padre, incluso en el momento de mayor sufrimiento en la cruz (cf. Mc 
15, 34), el cristiano aprende a participar en la misma mirada de Cristo. Incluso la muerte queda iluminada y puede ser vivida como la última llamada de la fe, el último «Sal de tu tierra», el último «Ven», pronunciado por el Padre, en cuyas manos nos ponemos con la confianza de que nos sostendrá incluso en el paso definitivo.

57. La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo. ¡Cuántos hombres y mujeres de fe han recibido luz de las personas que sufren! San Francisco de Asís, del leproso; la Beata Madre Teresa de Calcuta, de sus pobres. Han captado el misterio que se esconde en ellos. Acercándose a ellos, no les han quitado todos sus sufrimientos, ni han podido dar razón cumplida de todos los males que los aquejan. La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaña, con una historia de bien que se une a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. En Cristo, Dios mismo ha querido compartir con nosotros este camino y ofrecernos su mirada para darnos luz. […] 

viernes, 5 de julio de 2013

VAN THUÂN HACIA LOS ALTARES

CARDENAL VAN THUÂN 
Apenas 8 años después de su muerte, el viernes 5 de julio de 2013 concluye la fase diocesana del proceso para su beatificación
Hoy da un paso adelante el proceso para la causa de beatificación del Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân: se concluye la fase diocesana, tal como puedes leer “pinchando” AQUÍ .
        Ese artículo menciona un encuentro en CastelGandolfo en junio de 2001: todavía recuerdo la sencilla y profunda impresión que nos dejó a los 1300 sacerdotes y seminaristas, cuando, revestido con casulla roja, (era el día de S. Ireneo, el obispo mártir), nos presidió la celebración de la Misa (video de la homilía (extracto de 3 min.); al incio del cual se me ve en el coro) en la que nos hizo sentir a todos a gusto (¡a pesar de estar delante de un cardenal!), como hermanos y más cerca de Dios. Sencillo y profundo. Padre y hermano. Antes y después, muchos lo pudimos saludar personalmente y para todos tenía una sonrisa y una palabra y un gesto amable (aunque ya el
cáncer le estaba minando bastante). Al grupito de españoles que lo saludó nos enseñó la cruz pectoral que portaba (¡la misma que elaboró en la prisión y la cadenita que allí también se hizo con cobre de cable eléctrico una de las semanas de sus 13 años de cárcel!).

 Lo conocí en noviembre de 1994 en Loppiano (6 años después de su salida de la cárcel): yo hablaba en italiano en nombre de un grupo de unos sesenta sacerdotes y seminaristas, (contando la experiencia de espiritualidad y vida de comunión que allí realizábamos), y él me
traducía al vietnamita para un nutrido grupo de obispos (la mitad de la Conferencia Episcopal de Vietnam). Nos impresionó la profundidad de su mirada, marcada todavía por el dolor, pero viva y resuelta: ¡el amor a Jesús crucificado y abandonado!
AQUÍ puedes leer su “testamento espiritual”.
Y si aún no has leído sus libros “Testigos de esperanza, (¡ya va por la 13ª edición en castellano!, ¡y está traducido a unos 17 idiomas!), o Cinco panes y dos peces (11ª edición), ¿a qué esperas?: ¡te los recomiendo vivamente para este verano! 
El primero son los Ejercicios Espirituales que él predicó a Juan Pablo II en el año del Gran Jubileo 
del 2000 y el segundo va más dirigido a jóvenes.

¡¡¡Cuánto bien ha hecho a través de estos textos absolutamente a todos los que se los he prestado, regalado o recomendado!!!

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Oración oficial 
para pedir gracias 
por intercesión del siervo de Dios Card. Van Thuân

Dios Omnipotente y Eterno, Padre, Hijo y Espíritu Santo, 
Te doy gracias por haber donado a la Iglesia
 el testimonio heroico del Cardenal François-Xavier Nguyên Van Thuân.
 La sufrida experiencia de la cárcel, 
vivida en unión con Cristo Crucificado 
y bajo la maternal protección de María, 
forjó un testigo fúlgido, para la Iglesia y para el mundo, 
de unidad y de perdón, 
de justicia y de paz. 
Su amable persona y su ministerio episcopal 
irradiaron la luz de la fe, 
el entusiasmo de la esperanza 
y el ardor de la caridad. 
Concédeme ahora, por su intercesión, 
según Tu Voluntad, 
la gracia que imploro, 
con la esperanza de verlo pronto 
elevado al honor de los altares. 
¡Amén!

 Con aprobación eclesiástica 
+ Giampaolo Crepaldi 16 de septiembre de 2007 Quien reciba gracias o milagros, favor de informar a la Postulación de la Causa, a la siguiente dirección: Pontificio Consejo «Justicia y Paz», Piazza San Calisto, 16 - 00120 Ciudad del Vaticano