domingo, 15 de junio de 2025

DARSE EN SERVIR POR AMOR

 VIDA DE LA PALABRA                         primeras semanas de JUNIO


Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de junio («Dadles vosotros de comer», Lc 9, 13) y la de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero», Jn 21, 17):

1.-        Me está ayudando mucho estas semanas tararear internamente dos frases de la canción “El milagro de los panes”, (del musical “Gente del 2000”), del grupo internacional de música moderna Gen Verde: ♪#♫todo lo que tengo, en Tus manos ahora está… y Tú lo multiplicarás…♫#♪, y sobre todo la repetición, (“machacona” en el musical, justo antes de comenzar esa canción), ♪#♫date voi stessi loro da mangiare! ♫#♪, (mismísimas palabras de Jesús en la PdV de este mes).

Me están haciendo no desentenderme de cosas que, a primera vista yo no podría hacer mucho, (dentro que, por natural, además, soy “parao” y con poca iniciativa, jeje), pero que sí son de notable interés para mi interlocutor de cada momento presente.

 

1b.-     P. ej. un matrimonio con 4 hijos estaban muy preocupados por la presión en el trabajo y pérdida de calidad y bajada de sueldo. Estando pidiendo con intensidad por el asunto, me encontré a ella cuando iba yo al hospital a visitar al compañero recién operado: aunque yo iba con prisa, estuve escuchando un buen tiempo todo lo que ella tenía necesidad de expresar. Le aseguré que Dios les dará la Gracia para llevar adelante todo, pero que no dejáramos de pedir también al Señor para que se solucionara bien. Y en estos mensajes que hemos cruzado, os comparto el desenlace: “el viernes tuvo mi marido la cita de conciliación con la empresa ¡¡y se presentaron!!, (porque pensábamos que no lo iban a hacer), ¡¡¡¡y al final hubo acuerdo, con indemnización y paro!!!! Así que estamos súper contentos. Mi marido estará hasta el 1 de septiembre en el paro, cuidando de los niños todo el verano y disfrutando de ellos. Esto que nos ha pasado es un regalazo y le damos gracias a Dios por ello, ya que su plan para nosotros es siempre mucho más grande que el nuestro y así ha sido: el 1 de septiembre se incorpora en la nueva empresa”. “La oración funciona😅”, le contestado plenamente convencido. “Total!! 🙏🏼😊”.

 

1c.-      Otro ejemplo todavía en curso: una persona tiene que preparar y, aunque no es mi especialidad, me estoy implicando en ayudarle a preparar o fotocopiar temas, y en cosas de ordenador que tiene menos práctica que yo, también en darle ánimo, etc. En cada ocasión me viene musicalmente desde el interior ♫#♪dadles vosotros…♫#♪, “dale Tú mismo, Paco, de…” lo bueno que necesita…

 

 

 

Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de de junio («Dadles vosotros de comer», Lc 9, 13), la de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero», Jn 21, 17) y la de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?», Is 43, 19):

 

1.-        “con gran sorpresa y agrado leo algunos de los párrafos que reproduces del email que te envié hace algunos meses. Sorpresa y casualidad, porque, como te decía, no siempre leo lo que nos escribes, por más interesante y vivo y bien narrado que está. Y agrado, porque me ha hecho evocar una experiencia muy parecida.

Leo en tu email de abril, (con retraso de dos meses respecto de tu envío), una preciosa narración del fin de semana que pasaste al cuidado de tu madre. Me ha evocado los muchos fines de semana que durante muchos años yo hacía lo mismo con la mía, enferma de Alzheimer. Nosotros somos ocho hermanos, y yo el que más lejos vivía, pero había decidido hacer los 650 Km y compartir los turnos casi por igual con ellos.

        Todo lo que cuentas de los cuidados que le dedicabas es prácticamente idéntico a lo que yo viví, recibiendo de ella a cambio un enorme agradecimiento y cariño. Y eso a pesar de la aparente inexpresividad que acompaña a esa enfermedad: no era así, ella sentía la compañía de sus hijos, del que le tocara en cada turno. Pasado su sufrimiento de los primeros años, le llegó en los siguientes y hasta los últimos un alivio enorme que Dios tuvo a bien concederle, preámbulo del que ahora estará teniendo en el Cielo junto a Él. 

         Y te añado, finalmente, que aquí en mi ciudad contacté con… todos los del movimiento de los focolares a lo largo de las muchas actividades a que he asistido. También todos ellos encantadores. Un regalo de Dios conocerlos.

 

 

 

 


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