VIDA DE LA PALABRA primeras semanas de JUNIO
Alguna de mis EXPERIENCIAS tratando de llevar a la práctica diaria, con la Gracia de Dios, la Palabra de Vida de junio («Dadles vosotros de comer», Lc 9, 13) y la de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero», Jn 21, 17):
1.- Me está ayudando mucho estas semanas tararear internamente dos frases de la canción “El
milagro de los panes”, (del musical “Gente del 2000”), del grupo internacional
de música moderna Gen Verde: ♪#♫todo lo
que tengo, en Tus manos ahora está… y Tú lo multiplicarás…♫#♪, y sobre todo
la repetición, (“machacona” en el musical, justo antes de comenzar esa canción),
♪#♫date voi stessi loro da mangiare! ♫#♪,
(mismísimas palabras de Jesús en la PdV de este mes).
Me están haciendo no desentenderme de
cosas que, a primera vista yo no podría hacer mucho, (dentro que, por natural, además,
soy “parao” y con poca iniciativa, jeje), pero que sí son de notable interés
para mi interlocutor de cada momento presente.
1b.- P. ej. un matrimonio con 4 hijos estaban muy
preocupados por la presión en el trabajo y pérdida de calidad y bajada de
sueldo. Estando pidiendo con intensidad por el asunto, me encontré a ella
cuando iba yo al hospital a visitar al compañero recién operado: aunque yo iba
con prisa, estuve escuchando un buen tiempo todo lo que ella tenía necesidad de
expresar. Le aseguré que Dios les dará la Gracia para llevar adelante todo,
pero que no dejáramos de pedir también al Señor para que se solucionara bien. Y
en estos mensajes que hemos cruzado, os comparto el desenlace: “el viernes tuvo
mi marido la cita de conciliación con la empresa ¡¡y se presentaron!!, (porque
pensábamos que no lo iban a hacer), ¡¡¡¡y al final hubo acuerdo, con
indemnización y paro!!!! Así que estamos súper contentos. Mi marido estará
hasta el 1 de septiembre en el paro, cuidando de los niños todo el verano y
disfrutando de ellos. Esto que nos ha pasado es un regalazo y le damos gracias
a Dios por ello, ya que su plan para nosotros es siempre mucho más grande que
el nuestro y así ha sido: el 1 de septiembre se incorpora en la nueva empresa”.
“La oración funciona😅”, le contestado
plenamente convencido. “Total!! 🙏🏼😊”.
1c.- Otro ejemplo todavía en curso: una persona
tiene que preparar y, aunque no es mi especialidad, me estoy implicando en
ayudarle a preparar o fotocopiar temas, y en cosas de ordenador que tiene menos
práctica que yo, también en darle ánimo, etc. En cada ocasión me viene
musicalmente desde el interior ♫#♪dadles
vosotros…♫#♪, “dale Tú mismo, Paco, de…” lo bueno que necesita…
Alguna de vuestras EXPERIENCIAS tratando
de llevar a la práctica diaria la de Palabra de Vida de de junio («Dadles vosotros de comer», Lc 9, 13), la de mayo («Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te
quiero», Jn 21, 17) y la de abril («Mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis?»,
Is 43, 19):
1.- “…con gran
sorpresa y agrado leo algunos de los párrafos que reproduces del email que te
envié hace algunos meses. Sorpresa y casualidad, porque, como te decía, no
siempre leo lo que nos escribes, por más interesante y vivo y bien narrado que
está. Y agrado, porque me ha hecho evocar una experiencia muy parecida.
Leo en tu email de abril, (con
retraso de dos meses respecto de tu envío), una preciosa narración del fin de
semana que pasaste al cuidado de tu madre. Me ha evocado los muchos fines de
semana que durante muchos años yo hacía lo mismo con la mía, enferma de
Alzheimer. Nosotros somos ocho hermanos, y yo el que más lejos vivía, pero
había decidido hacer los 650 Km y compartir los turnos casi por igual con ellos.
Todo lo que cuentas de los cuidados que
le dedicabas es prácticamente idéntico a lo que yo viví, recibiendo de ella a
cambio un enorme agradecimiento y cariño. Y eso a pesar de la aparente
inexpresividad que acompaña a esa enfermedad: no era así, ella sentía la
compañía de sus hijos, del que le tocara en cada turno. Pasado su sufrimiento
de los primeros años, le llegó en los siguientes y hasta los últimos un alivio
enorme que Dios tuvo a bien concederle, preámbulo del que ahora estará teniendo
en el Cielo junto a Él.
Y te añado, finalmente, que aquí en mi
ciudad contacté con… todos los del movimiento de los focolares a lo largo de
las muchas actividades a que he asistido. También todos ellos encantadores. Un
regalo de Dios conocerlos…”.

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